Enero 15, 2006

DECIDIENDO

"Tengo tantas ganas de tocar que cuando llegue a casa voy a romper el bajo". Una voz que no se parece en nada a la que sonaba cuando leía su blog me dice eso en la cara. Y yo me quedo sonriendo y pienso "sí, yo también rompería la batería, pero para no tener que tocarla más".

Más tarde, con otra voz nueva para mí, seguimos hablando del tema y vuelve a parecerme que esto de la música ya no me hace gracia. Adjetivos como mecánico, frío o impasible se alternan entre mi cabeza y las bocas que allí charlan y beben.

Decidir. Es lo más grande que se nos ha otorgado a los humanos como especie y sigue siendo lo más difícil de hacer. Yo lo acabo de conseguir. Ha sido fácil, una crisis de ansiedad y muchas noches sin dormir por el curso que lleva mi vida me han ayudado a decidir, por fin.

Ya no soy músico, señores. Ya no vivo de esto. Ni quiero. A partir de ahora llámenme dependiente del Leroy Merlin, Recepcionista de Hotel o Técnico de Sonido. Creo que lo más apropiado es Lo Que Sea, porque no tengo ninguna aspiración a nada en especial. Con que me haga sentir bien o, por lo menos, me quite esta sensación de culpabilidad que tengo, bastará.

Estoy harto de tomarme la música como una obligación, como algo que tengo que hacer, algo que ya ni siquiera me supone una satisfacción. Estoy harto de llegar al local donde ensayo con mis proyectos personales y tomármelo como una carga más que como una liberación. Me duele ampliar mi colección de CDs en el ordenador, completándola con lo que queda de jazz en mis estanterías (va por ti, Thief. Ya tienes algo más en el Soulseek) y recordar cómo se me iban las tardes soñando con llegar a tocar con éste o con el otro y ver que nada de eso es así.

Ya no quiero dedicarme a esto. Ahora quiero disfrutarlo. Quiero llegar al local con una sonrisa y zurrarle a los tambores como si me debieran dinero. Quiero volver a tocar bailando, sintiendo cada golpe, cada nota. Quiero volver a llorar en un escenario, sobrecogido por la emoción de estar tocando algo de lo que estás tan orgulloso. Sé que queda muy lejos, pero quiero volver a los 17 y a los 21, incluso a los 23 (la edad con más glamour). Quiero volver a ser aquél que era antes de ir a Berlín.

Y es por esto que he decidido. O la corchea o yo.

YO.

Deséenme suerte para la reinserción en el mundo real. Madrugar, vestir bien y afeitarse cada poco... ¡qué tiempos!

Creo que va a salir bien.

Abrazos per tutti!

Una idea (poco) original que BoZ tuvo a eso de las Enero 15, 2006 05:15 PM
De la que otros han dicho...

las decisiones son buenas
pocas son definitivas
suerte en lo que sea que hagas
sobretodo con el propósito de no tocar a la pesada... la mejor musica se hace por placer, no?
y además se nota.

bss,

Esto lo dejó caer por aquí arte más menos a las Enero 15, 2006 11:16 PM

¿Afeitarte el qué? ¡Si tienes unas pintas de niño que ni te las crees!
Jojojo...

Esto lo dejó caer por aquí the thief más menos a las Enero 16, 2006 03:47 AM

Qué mundo, qué desagradecido! Para un día que me afeito por respeto a los contertulios, ahora resulta que tengo pinta de niño...

Hay que joderse, neng.

Esto lo dejó caer por aquí BoZ más menos a las Enero 16, 2006 12:45 PM

Eh, es como "elige tu propia aventura"!

Esto lo dejó caer por aquí Henrietta O'Callahan más menos a las Enero 18, 2006 11:55 PM

he pasado miedo leyendo leyendo este post.

Esto lo dejó caer por aquí L. más menos a las Enero 22, 2006 06:35 PM

Te parecerá extraño, pero leer este post me ha ayudado un poquito. Estoy en un punto de mi vida en que cada día me pregunto qué coño debo hacer, y parece mentira, pero una cosa tan sencilla como "disfrutar" no se te ocurre a la primera. Este post me ha ayudado a darme cuenta. Un saludo

Esto lo dejó caer por aquí HenryKiller más menos a las Enero 25, 2006 01:54 PM
Y ahora vas tú y, cargad@ de razón, dices









Me lo quedo para otra?