Marzo 16, 2003

You can leave your hat on

Después de un fin de semana en que las articulaciones y algunos de los músculos motrices fundamentales en mi organismo han acabado por hacerse un seppuku sentimental, sigo sin creerme en condiciones de vencer al temible exámen de TGI que me espera mañana. O sí. Si es por fe, ese exámen es mío.

He de agradecerle a Rufino el haberme hecho reparar en cierto detalle de un artículo de los que nos está haciendo estudiar este señor: "Fernando II de Castilla usó, en 1169, el título de Rex Hispaniarum, que abandonó después, a raíz sobre todo del descubrimiento de América." En principio, aparte de mis reparos para con la monarquía en general, la idea de que un tipo estuviese más de 300 años reinando en España se me hace harto chunga. ¿Le tenían momificao en el trono? Supongo que no. Aparte de que el llamado Fernando II de Castilla fuese rey de León (1135-1188) o de que "Rex Hispaniarum" se lo llamasen hasta a Sancho Garcés III de Navarra, he querido concederle a este hombre el beneficio de la errata, y que quisiese haber puesto 1469, que fue cuando Fernando de Aragón e Isabel de Castilla (los Reyes Católicos, para más señas) se casaron y ambos dos montaron tanto que eran reyes de sendos reinos. Pero aún así, Fernando no sería (ahí entramos en mis extraños mecanismos lógicos) II, que II ya hubo uno. Conclusión: he conseguido perder más de tres horas rastreando este dato que no era más que un mero ejemplo, en lugar de estudiar lo que debiera. Sigh.

Perduran todavía los efectos colaterales de mi atrevimiento mañanero de ayer. Con el amanecer, insensato, pensé que me apropiaría en solitario de una pista de frontón que el IMD debió colocar calle abajo por despiste. Como era de esperar, por mi proverbial fortuna en según qué cosas, estaba ocupada. Pero los tres jubilados del Apocalípsis (creo que junto a los otros veintiuno tienen apalabrada la pista para toda la semana) fueron amables y me dejaron embarcarles tres pelotas: dos en los tejados y otra en el patio de un colegio adyacente. Entre que llegó el cuarto al que esperaban, y que yo ya tenía un poco de pudor, me aparté y me puse a hacer sombras, como los boxeadores, contra el viaducto. Luego volví a compartir la pista con ellos, aprovechando que se marcharon a desayunar. Comparando sus técnicas con la mía, algo me quedó muy claro: aquellos instrumentos que el maestro Mateo les puso en las manos en el Pórtico de la Gloria no eran bandurrias y laúdes. Un cojón. Eran 24 raquetas y aquellos mamones estuvieron disputando el Open de Compostela.

El desayuno de los frontenistas satánicos del Jubileo me recordó que yo ni había cenado, así que les di un buenas noches y me fui con mi transpiración mezzoemmental a casa, me di una duchita y me eché en la cama a ojear los apuntes con cierto tembleque todavía en la muñeca derecha. Dos horas en frío son demasiado aún para mí. Levité en la cama hasta que Irene vino a por mí para ir a ejercer nuestra labor de apoyo explícito y propaganda sumisísima al régimen dictatorial de Sadam Husein en Iraq.

Al igual que hace un mes, nos cruzamos con Álex y Porras, que pasaban por allí, y con un montón de otros tipos que se ve que iban a ver si les rifaban Las Meninas en El Prado. A pesar de lo fluido del tráfico y el buen clima, tardamos casi tres horas en alcanzar Sol. Claro que nos entretuvimos porque tuvimos que recoger a Jona del Nebraska donde se fue a merendar, huyendo de Sánchez-Dragó que casi le invita a ir a su programa a hablar del mineralissshmo. Así que entre que estábamos lejos y que tres o cuatro que había por allí llamando muy alto a un tal Dimi Sión, que no le funcionaba el móbil; nos quedamos sin oir a Sara Mago, la novel. Lástima, me han dicho que sus fados son la leche.

Para compensarlo, aprovechamos la amable invitación de Anita y Alfredo a pasarnos por su piso. Allí estuvimos hasta las tantas otra vez, las cuales yo aproveché también para irme, por fin, a dormir un ratejo antes de seguir estudiando. La verdad es que es siempre divertido tertuliear con mis amigos (David llegó algo tarde, todavía vestido de opositorio, con güisqui y Coca Cola Light) pero a nosotros no nos hizo falta, cuando llegamos Anita ya nos había preparado el chocolate, nos dijo que no iba a permitir que nos fuesemos hasta que no hubiesemos pillado, al menos, una buena torrija.

Hoy, domingo, he estado básicamente estudiando. El inmenso dolor que las agujetas me propinaban cuando intentaba moverme mínimamente ha sido una gran ayuda para no tener demasiadas tentaciones de apartarme del libro. He descansado el rato en que Irene ha estado por aquí con su DVD de anuncios de los ochenta ¡Apuesto a que ninguno había probado eso antes! Lástima que siempre acabéis llamándome enfermo. Se que os gustarían.

Y rascando un ratejo de mi tochazo de TGI que se lo había rascado a mi sueño, aprovecho para compartir con vosotros todas esas pequeñas cosas que algún día, cuando me muera, pasaran de un tirón por delante de mis ojos.

Posted by germanmj at Marzo 16, 2003 11:59 PM
Comments

Haría las precisiones necesarias si alguien se leyera (a saber) tú WebLog o estos Comentarios Mohicanos.

El caso es que mientras tú buscabas ese dato mi trabajo "La poética de Jose María Fonollosa" [Poeta; 1922 - 1991 Barcelona] se está transformando por momentos en "¿Existió realmente J. Mª Fonollosa o es un chiste de unos cuantos amiguetes?" y es que en todas partes cuecen habas.

Eso sí, ni rastro de su vida amorosa... como descubra que su mujer se llama Sonsoles...

Posted by: Jónatan on Marzo 17, 2003 12:26 PM

Breve Antología de Fonollosa

***

KENNAMORE STREET

Yo quiero que tú sufras lo que sufro:
aprenderé a rezar para lograrlo.

Yo quiero que te sientas tan inútil
como un vaso sin whisky entre las manos;
que sientas en el pecho el corazón
como si fuera el de otro y te doliese.

Yo quiero que te asomes a cada hora
como un preso aferrado a su ventana
y que sean las piedras de la calle
el único paisaje de tus ojos.

Yo deseo tu muerte donde estés.
Aprenderé a rezar para lograrlo.

[Ciudad del hombre: New York, Quaderns de crema, 1990]

***

No a la transmigración en otra especie.
No a la post vida, ni en cielo ni en infierno.
No a que me absorba cualquier divinidad.

No a un más allá, ni aun siendo el paraíso
reservado a islamitas, con beldades
que un libro garantiza siempre vírgenes.

Porque esos son los juegos para ingenuos
en que mi agnosticismo nunca apuesta.
Mi envite es al no ser. A lo seguro.

Rechaza otro existir, tras consumida
mi ración de este guiso indigerible.
Otra vez, no. Una vez ya es demasiado.

[Ciudad del hombre: Barcelona, DVD, 1996]

***

6

Ando con mi otro cuerpo por la calle.
Me detengo un instante junto a un grupo.
Unos muchachos jóvenes discuten
con gestos impacientes. -«Que hagan sitio.
No nos deben negar facilidades».

Asiento interiormente y me dan ganas
de sumarme a sus voces. Les escucho.
Son míos sus anhelos. Soy como ellos.
Me siento entre los míos nuevamente.

Como esa casa sola en un camino
que al tener compañía de otras casas
experimenta orgullo de ser pueblo.
-«Debemos reclamar nos abran paso
para así demostrar nuestra valía».

Con la sonrisa apruebo sus palabras.

Mas noto que me escrutan hostilmente.
Y entonces me doy cuenta que no soy
sino lo que revela el yo fingido.
Que mi sitio ha cambiado con mi aspecto.
A mí también incluían sus palabras.

Mas no sé qué ceder si nada guardo.
Si a nada yo he accedido todavía.
Si al igual que ellos grito a los mayores:
-«Hacedme sitio, ineptos». Pero en balde.

No hay sitio para nadie en parte alguna.
Apretujados todos maldecimos
pidiendo amor, dinero y gloria a costa
de quien sea y lo tenga. De regalo.
O a cambio de qué sea. A cualquier precio.

[Destrucción de la mañana, DVD, 2001]

***

Son los mismos. Están aún los mismos
que me dijeron «No» ya hace veinte años.

Por ellos me aparté. Vería, un día,
ante mí sus cadáveres pasando.

Mas es larga la espera y del silencio,
para atisbar en torno, hoy de mí salgo.

Y recorro lugares conocidos
para apreciar mejor lo que ha variado.

Muchas cosas cambiaron desde entonces.
Pero no. En sitios clave no cambiaron.

Son los mismos. Están aún los mismos.
Más viejos, pero igual en su rechazo.

Tendré que regresar hacia mi casa
y sentarme a la puerta otros veinte años.

[Inédito]

Posted by: Jónatan on Marzo 17, 2003 12:45 PM

¡Eh, Fonollosa!
Rima con Kaluta...

Posted by: Germán on Marzo 18, 2003 02:28 AM

Yesterday, all my troubles seemed so far away...

Posted by: Olga Ivanova on Octubre 5, 2004 04:40 PM

Levitra - Buy Levitra

Posted by: Levitra on Octubre 11, 2004 07:29 AM

Tramadol info site.

Posted by: Tramadol on Noviembre 2, 2004 01:02 PM
Post a comment