Septiembre 26, 2004

How I won the war

Una de las mayores incongruencias sobre ésta bola de barro, y de las que más se traga la gente, es que existiendo como existe un Sistema regulador, educador, constrictor, castigador y castrador, el Caos (así con mayúscula) no consigue apartarse de los hombres. Al Caos le han intentado combatir con todo tipo de dictaduras, de imposiciones, de socialdemocrácias e, incluso, alguna vez, con buenas palabras. Creo que la imposibilidad de su erradicación se debe a que los hombres sean animales imprevisibles y no circuítos de silicio programables. Bueno, y hasta esos se dan al Caos de vez en cuando.

Las guerras no son buenas, hacen daño y nos dan pena

La guerra de Iraq, la situación en Cuba (dentro y fuera de Guantánamo), las mafias, la violencia doméstica, las peleas de recreo, etc; todas estas muestras gratuítas de las capacidades humanas en plena expansión sólo se deben una causa: el poder. El poder es una convención abstracta, casi eufemística, de lo que dejándonos de chorradas llamaríamos "la ley del más fuerte". No existe otro tipo de poder, no existe ningún sistema establecido por humanos que no se base en este principio tan ... irracional. Esto no significa que las guerras sólo las ganen los que tengan el misil más grande. En absoluto. La inteligencia de conseguir hacer más daño con los medios de que se disponen también serían parte de esta "ley del más fuerte". De lo que no cabe duda es de que en todas las situaciones, el más fuerte es el que gana. Y cuando los "poderosos" se encuentran con que dicho poder (que cuando no está asistido por la fuerza es tan intangible como cualquier otro dios), e incapaces -esto lo supongo- de entrar a la guerra de la inteligencia, sólo pueden lanzarse al suelo e iniciar la pataleta.

En muchas lenguas se utilizaba, para designar a una forma de hacer la guerra, un término español: guerrilla. Fue parte del secreto de los españoles para vencer a los franceses en el siglo XIX. Durante el siglo XX ya se desvirtuó bastante la palabra (y la idea) gracias a distintos conflictos en sudamérica. Volvió a ser parte del secreto en la guerra de Vietnam. Y, en general, es una forma de hacer la guerra que siempre va a ganar en X puntos a la convencional.

Como en la guerra todo vale, y además, la inteligencia cuenta bastante, la moda de esta primavera-verano en Iraq son los secuestros, principalmente de civiles. ¿Qué coño hacen civiles de los países invasores en una zona de guerra? Da igual si sus intenciones son buenas o malas, no deberían estar ahí. Siendo un poquito malpensados, y viendo cuál está siendo la resolución de la mayoría de estos secuestros, parecería que los gobiernos permitiesen a sus civiles meterse allí con la esperanza de que les secuestren (y por supuesto degoyen) a uno o dos. Para justificarse. Para demonizar al enemigo. Etcétera.

Los enemigos, encantados, oye. Cada uno de esos secuestros es de por sí una victoria. Porque si el gobierno responsable de las vidas de esos ciudadanos, como suele suceder, no mueve ni un pelo por ayudarles, ya tienen a dos víctimas más que contar en su haber el bando de los secuestradores. Y, ni que decir tiene, que si el gobierno correspondiente hace lo que sea necesario (y, olvidadlo, los rescates en plan comando no sirven), el enemigo también ha vencido porque ha conseguido lo que quería (quizá algo tan sencillo como que no haya soldados de una potencia extranjera dirigiendo su país). Los gobiernos, en general, son bastante reacios a aceptar las derrotas. Y como en este caso se la llevan de todas todas, siempre resulta más fácil de eludir la responsabilidad en el primer caso. Digamos que a un gobierno cualquiera le pueden importar más los réditos económicos y políticos que le puede sacar a una guerra que la vida de dos insignificantes ciudadanas. Que a lo mejor ni les votaron.

En los atracos a los bancos, la policía negocia todo lo que haga falta o más siempre pensando en salvaguardar en lo posible la vida de los rehenes. De hecho, incluso cuando se cede a las pretensiones de los atracadores, acaban trincándoles a los pocos kilómetros y deteniéndoles. Los policías son ciudadanos, parece que a ellos sí les pueden importar las vidas humanas. Y, en este caso, no se cortan un pelo de usar la astucia. Los secuestrados de Iraq (o cualquier otra zona de guerra, que también es práctica habitual de los chechenos) no son asesinados. Son rehenes secuestrados, y se dan siempre dos opciones: "O hacéis esto, y se salvan; o hacéis lo otro, y los matamos". En Atocha no hubo opciones. No podemos pensar qué hubiera decidido Aznar, o Zapatero, en caso de que alguien le llamase y le dijese "O retiras a tus tropas de Iraq -por ejemplo, a Aznar quizá le hubieran dicho "Cabrones, os vais a cagar, aún sé lo que hicísteis la última Edad Media", para que lo entendiera-, o mañana tienes a 200 personas muertas en Madrid". Estoy por creer que hasta en ese caso se hubieran intentado evitar los muertos, pero eso es sólo porque yo tengo muy buena fe.

La "ley del más fuerte" se ha vuelto contra los poderosos, ahora los fuertes son los otros. Y hasta que los poderosos no aprendan a admitir sus derrotas, quienes van a pagarlo van a ser los ciudadanos inocentes a quienes, en definitiva, la guerra no les iba a reportar ningún bien.

Posted by germanmj at Septiembre 26, 2004 01:00 PM
Comments

Coincido contigo en equiparar la visión de poder a la ley del mas fuerte. Soy de la opinión de que actualmente los políticos y demas panda de sabandijas que nos dirigen lo hacen porque son mas fuertes que nosotros, aunque en un mundo en el que la fuerza no viene determinada por la masa muscular, sino por la capacidad de oratoria y de engaño, tristemente. En cuanto a lo de guerrilla.. Lo bueno de una guerra de guerrillas es que la única manera de que esta pierda es que sea 100% eliminada. Mientras esta no muera, cualquier ataque que efectúe es una victoria, mientras que para un ejército ocupante la única soluciín es eliminarla, o se ve abocado a la derrota. Es la única esperanza que tengo en Vietnam. Históricamente ninguna guerrilla ha perdido ninguna guerra, como mucho ha tardado en ganar. Esperemos que en Iraq nuestros amigos petroleros se van abocados a un vietnam que les devuelva a su tierra y les demuestre que no se puede provocar semejantes matanzas y encima ser bien recibido

Posted by: Enrique López Mañas on Septiembre 26, 2004 01:22 PM

Ya sabes lo que opino sobre todo eso...

Posted by: K-c on Septiembre 27, 2004 10:57 PM
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