Simplezas

Se acaban las vacaciones. Me imagino que para que sean vacaciones tiene que existir la otra parte, el trabajo; en caso contrario no podría hablar de vacaciones.

Ha sido un tiempo estupendo; para pensar, para volver a centrarme, para desintoxicarme un poco. Uno no se da cuenta pero en el trabajo, el día a día acaba metiéndote en una dinámica mala, que te contamina sin quererlo.

Hay dos cosas que me dan una pereza tremenda y sería por las que no regresaría a trabajar: una es el de vestirme (¡!), no es que en vacaciones vaya desnuda, pero es cierto que ando como para que me den una limosna, me encanta no tener que preocuparme por la ropa. Cuando voy a trabajar tengo que pensar un poco más que me pongo (soy torpe en esto de las combinaciones) porque si me dejo llevar …… y una, que no es un genio (ni física ni mentalmente) no puede permitirse ciertas libertades que se permiten las personas que son genios y que vayan como vayan se les disculpa todo. Tampoco penséis que es una cosa de llamar la atención, es simplemente para no llamar la atención que cuido un poco más la vestimenta. Cierto el "aparentar" pues es verdad. Las reglas del juego (laborales en particular) no las he escrito yo y tengo dos opciones: o juego o no juego y como quiero comer y ser independiente no me queda más remedio que cumplir las reglas del juego es decir "aparentar".

Y la segunda razón por la que me da pereza ir a trabajar es por el “runruneo”, los dimes y diretes, aguantar historias que ni me interesan, ni me importan. Me he dado cuenta en este periodo de desconexión que en este trabajo que tengo ahora en la actualidad hay ambiente que se me hace durillo, del que no quiero participar y en ese no querer participar se pierde mucha energía. Por el trabajo en sí, no me molesta.

Bueno, pues nada dejo de escribir simplezas.