Mayo 15, 2004

Cuento

always.jpg


Todos sabreis lo que son las hadas, pero nadie conoce la historia de Emais y Lasón.
Si quereís conocerla entrad y disfrutar de la magia.

Hace muchos, muchos años, cuando la gente todavía creía en la magia, existía un bosque llamado Albos. En este bosque no era como todos los demás, tenía algo especial, estaba encantado. Os lo describiré: este es un bosque profundo y frondoso, con altos árboles que miden más de seis metros, troncos gruesos y antiguos, no se sabe ni quién los plantó ni cuándo, pero nadie ha visto en su vida árboles tan grandes; la hierba es espesa, como un suelo tapizado en verde que al pisar hace crrrrruuuuuuugggggg ccrrrrrruuuuuuiiiiiiiiiiig..., y dejas un rastro de tus pies tras de tí; además la hierba está siempre húmeda a pesar de que nunca llueve demasiado, tan sólo en invierno cae alguna gota; cuando te adentras un poco en Albos, empiezas a percibir un aroma que te embriaga y emborracha, endulzando el aroma que respiras y contentando la mente y el espítiru;si te quedas muy callado/a y quieto/a puedes ver algúna hada, o tal vez, si por ese sitio hay alguna seta (de esas de colores rojas y blancas), puede que veas a un gnomo metiéndose en su casita;y si empiezas a oir música, una música melodiosa que te incita a bailar puede que los gnomos estén disfrutando de alguna fista miesntras tú estás allí cerca.Pues ahora volvamos al cuento.
Emais es una joven hada que siempre vuela por los alrededores de bosque, y su madre, Lesis, no se lo tiene permitido, porque tiempo atrás cuando ella todavía no había nacido, su padre, que tenía la misma curiosidad que ella se alejo tanto que un día no volvió; pero no fue porque se perdiera sino porque un humano, un cazador le atrapó y pretendía hacerse rico a costa de ese ser. Desde ese día, las hadas ya no confían en los humanos, tanto las hadas como cualquier ser del bosque, son considerados seres egoístas y malvados que tan sólo quieren hacerse ricos sin trabajar.
Emais una vez más, sin que Lesis la vea se escapa, quiere ir a pensar al río que, aunque no está muy cerca, ella se arriesga, todo por estar un rato sola consigo misma, pensando en su vida y sintiendo el agua fría tocar sus desnudos pies y poder escuchar cómo cae por la cascada cada una de sus gotas. Ella se puede pasar allí horas, tan sólo pasando el rato, sin hacer nada. Todo lo que ella hace nadie lo sabe. Nadie sabe a dónde se escapa, a dónde va cuando nadie la ve y para qué, porque según aparenta la comunidad todos son felices allí.


Mañana será otro día, mañana se escribirá otra historia

Un saludo desde el bosque mágico

Escrito por lluna a las Mayo 15, 2004 09:21 PM
Comentarios
Escribir un comentario









¿Recordar informacion personal?