Marzo 30, 2004

Cuento infantil I

Hace mucho tiempo, vivía en un pueblecito al sur de Francia un hombre especial. Ahora ya no está entre nosotros, pero en su día hizo cosas fantásticas. Se llamaba Valentino, pero era conocido por todos como "Valentino el Prodigioso".
Sobre su infancia corrían muchos rumores, pero la historia más fiable es sin duda la que contaba Amanda, el amor de Valentino:

Desde que nació, ya se veía venir que no sería un niño normal, su mirada tenía un brillo especial. Tardarían poco en darse cuenta de que poseía el don de la alegría, si entraba en una habitación, se llenaba de luz y todo el mundo se ponia a reir y a cantar, por eso no podía ir a los funerales y tenía un tutor privado, porque sino, la clase entera se revolucionaba. Su tutor era el temido Varón Oscuro, el hombre más triste, frío y tenebroso del valle.
Sus padres decidieron contratarle, porque creían que así se ayudarían el uno al otro. El Varón enseñaría a Valentino y éste le contagiaría poco a poco su alegría, cosa que no conseguiría hasta muchísimos años después.
A medida que Valentino crecía, su don se iba devilitando, en parte era bueno, porque podía controlar a quién quería alegrar y a quien no. Y a la vez otros dones fueron apareciendo.
Uno de los que más sorprendió al pueblo, fue el que sucedió en la primavera de las Rosas. Un día Valentino salió a dar un paseo y se dio cuenta de que ayá por donde pisaba, nacían flores silvestres en cuestión de segundos, lo que le dio una gran idea para acercarse a Amanda, pero no vamos a adelantar acontecimientos...

Escrito por Tirolesa en tanga a las Marzo 30, 2004 11:18 PM
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