Noviembre 30, 2006

Una espiral contradictoria

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Escrito por: Newton

Ideado como un Centro Comercial y Exposición de Industrias esta especie de “torta modernista”, no encontraría un mejor final para su tan indefinido propósito que el quedar destinada a al olvido y mas recientemente como centro de entrenamiento y estación principal de la policía política del país.
Ubicado en el punto de conjunción de los sectores más densos de la ciudad y en el área mejor servida por el sistema de vialidad del Área Metropolitana, esta “deliciosa” obra encarnaba el imaginario arquitectónico de una época marcada por el uso del vehiculo automotor como expresión de la tecnología imperante, a través de la cual y a una velocidad que se perfilaba como el signo de los “nuevos tiempos”, esta construcción demostraría que el futuro estaba mas cerca de lo que la humanidad podía imaginar. Como siempre sucedió lo inesperado…
Esta gran masa de concreto helicoidal (hasta hoy) es una forma geométrica triangular que resulta de la forma piramidal de la colina que constituye su base. Esta edificación (sumamente deteriorada) consiste en un manto helicoidal de doble espiral, cuyas rampas entrelazadas envuelven a la colina, con aceras aéreas en una pendiente muy suave (2,5% en promedio) a lo largo de las cuales se localizarían locales comerciales, cuyos módulos permitirían una integración horizontal y vertical (no sabemos si al mismo tiempo) para que la altura de los locales pudiera estar ajustada a medida que ascendiera, como una manera de conservar la pendiente uniforme.
En efecto, con la doble espiral se posibilitaba que el techo de los locales de la espiral ascendente fuera el estacionamiento de la espiral descendente y así sucesivamente hasta comprender seis rampas en total, con un recorrido de cuatro kilómetros y una superficie de exhibición de tres kilómetros. Además, las aceras de peatones estarían protegidas por la vialidad superior construida en volado dándole un carácter sincrónico a ambos movimientos. Paralelo al sistema de movimiento vehicular (velocidad) y sus respectivos estacionamientos, la circulación peatonal continuaba el mismo recorrido de la espiral, en este caso por la parte interior y se complementaba con cuatro núcleos de circulación vertical y escaleras mecánicas. Considerando todo esto, el proyecto permitiría el manejo de velocidades que abarcaban desde el peatón hasta el tráfico urbano perimetral, intentando que las discordancias de las diferentes formas de movimiento fuesen la base fundamental de su programa.
Por lo visto la caída de la dictadura solo hizo estallar una situación por demás maquiavélicamente insostenible: eso de “vender antes para construir después” sonó como el adagio popular de que “música paga no suena” sobretodo considerando las inestabilidades propias de los países latinoamericanos donde la viveza, los artificios, el descontrol en las cuentas; aunado al desorden propio de estas ciudades, era lógico pensar que algo tan “hermoso” no podía llegar a concluirse con “loables” intenciones.
Quizás tenia buenas intenciones pero la arquitectura no se gobierna a si misma, necesita gente que la piense y es obvio que en este caso paso de ser una Ucronia a una especie de “jarrón chino” sin forma actual y sin propósitos inmediatos. Una vez más queda demostrada la capacidad que tenemos de olvidar…

Escrito por Parafrenia a las Noviembre 30, 2006 09:31 PM | TrackBack
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