Enero 08, 2007

Perro callejero

PERRO-CUBANO.jpg

Por: Newton

La ciudad esta llena de animales sin control a pesar de que collares, placas y vacunas no son la idea de una vida “feliz” (ya que no tienen conciencia de si la tienen) sino que logran convertirse en meras idealizaciones de otros seres (nosotros) que lo llevan todo a cabo para satisfacer sus egos plagados de anomias y falsos afectos. Estos animales sin suerte ni privilegios, solo buscan el pipote de turno, la bolsa de basura que romper en busca del pañal diarreico, el agua estancada por la última lluvia…
Sin techo, a merced de los vehículos automotores, solos ante una jauría “humana” mas hambrienta que su propia e indescifrable soledad; se enfrentan a las garras de un mundo en blanco y negro, sin poder escribir con sus huellas nada que no sea el camino hacia alguna calle vacía, como un paraíso sin semejantes y con un árbol como único compañero de sombra.
El esfuerzo se diluye con cada mordida, vagabundo de película pero sin dama; este perro tatuado con el signo de la holgazanería y la sarna, solo le va quedando menguar entre el gamelote, rascándose la oreja infectada por las efímeras palabras de cariño (sean o no reales) para que entre hormigas, garrapatas y gusanos, logre mover la cola ante una vieja caricia olvidada en su cerebro literalmente lleno de rabia.
Errante y herido, deambula por las plazas y universidades; calles y bulevares; playas y garajes públicos; cafetines y parques… En todos lados esta (estoy) como la sombra de vigilantes, lateros, barredores, bomberos; carnicero, obrero, empleado universitario, y siempre enemigo de motorizados, carteros, policías, parqueros, banqueros…
Yo y mi perro somos desempleados de la ciudad. Caridad y crueldad se cruzan constantemente en nuestros caminos, sin cadenas ni perrarina. A cambio, se nos premia con una patada o un muslo de pollo extendido por una mano femenina. Pero por eso no dejamos de entender que cara poner: siempre mas allá de la osadía al pasar por debajo de la mesa, sin importar las miradas que nuestro caminar en mitad del pasillo congestionado pueda generar…
Con un chicle pegado en la pata, oscuro como la noche, sin pasado o futuro; el presente es una mirada tierna de una linda criatura… la lengua se relame los bigotes y las expresiones de compasión no cesan de proseguir… Moviendo la cola doy las gracias y devoro mi pieza de carne. Soy de color negro y me encanta silbar…

Escrito por Parafrenia a las Enero 8, 2007 08:11 PM | TrackBack
Comentarios

Realmente, esos son un caso. Este finde incluso, me llegó uno despavorido a mi hogar. Protegiéndose de las amenazantes lluvias que ocurrieron estos días, se esconde en un rincón y hasta que no nos dimos cuenta de su presencia por su desagradable olor, el pobre leproso perro descansaba.

Al final lo sacamos a escobillazos.

Escrito por Joan Guerrero a las Enero 8, 2007 08:26 PM

SOLO PUEDO DECIRTE QUE TODO ETA EN TU MENTE ERES SUPER BRILLANTE, SACALE PUNTA A TU INTELECTO TRABAJANDO MAS QUE FLOJEANDO.

Escrito por DAYRY a las Enero 10, 2007 09:39 PM
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