Por: Sabandija
Lo único que puedo ofrecerte es un poema porque una biografía de tu vida seria un insulto para tu obra. Empezaría en la mañana, recordando el día que viniste a la ciudad, llena de miedo pero segura en tus tacones, aquellos zapatos que te hacían escalar bloques calados bañados en cerveza con plomo, entre machismo endémico y palabras de vidas puritanas acusándote de pervertida. Pero tu sorprendiste... a todos: estabas con tus mas fieles amigos, esos con tatuajes en los brazos y sonrientes en todas las fotos, tomadas en el patio de alguna casa lejana en la memoria y el tiempo... ese mismo tic-tac que quieres recordar a través de una infancia tímida, llena de pocas interrogantes, tampoco hacían falta...
¿Por donde empezaría este fulano poema? Porque ya empieza a parecerse más a un ensayo critico que a una declaración de mi afecto. Esté presente tenia cara de sábado con amigos rumbeados... 32 años tarde en contártelo, vestido y transfigurado grababa tus memorias en mi cerveza helada tomando un poco de wave 128 kbps, riendo con tus bailes exóticos, una y otra vez en aquel álbum de fashion delgado... Si, había una conexión desbordadamente lisérgica, era una vida juguetona con actitud de lechuga...
Playa...
Plaza...
Panteísmo recurrente de una sexualidad fronteriza ¿te acuerdas? En ese baño de baldosas inertes...
Descargado de lo oscuro, me empiezo a sentir en otro teatro del aburrimiento: guerra de pelucas, música trance, reflexiones de canutillo... espíritus burlones con tendencias minimalistas...
¿Te acordaras de utilizar ese shampoo sexual que tanto me gusta?
Me encanta que seas una pieza insólita...
Por: Newton
Esta ciudad me gustaba porque era disfuncional, ruidosa y peligrosa. Un hueco, no era montaña ni playa, era discordante… nada parecía real hasta ser victima o victimario de un asalto; no era transporte, estática, cabrona, mal intencionada, sucia y pudorosa, costosa e indigente…
Vergonzosamente vehicular, verde y enrejada; mutilada, ebria, mal construida, prototipo del caos, caprichosa, atrofiada y atroz… sin historia… al día, a la mierda… al clima… de blue jean, mal hablada, sin una carajo para mirar que no fuese una jeva. Como arrancada de otro suelo, sin calles, sin drenajes…
Sifrina, quebrada, expectante, solitaria… mal perfumada
Por: Newton
Día plural en la vida de Newton…
Salir y respirar ese aire ionizado del polo… nadie entendió mi temor a lo irreal.
Nunca Newton fue el mismo, sin pasado, sin esperanza; enamorado del vinil, exhausto ante la materia… Newton recorrió un camino inerte… entre las sombras de un coyote lo vi… ese aroma de la desesperanza…
Madrid, Lola, cactus… Cuenta me di que era Newton pero no pude improvisar… chorizo de estrellas cayendo en un vericueto… culto y anónimo, sin alemán siendo ingles…
Solitario abandonado, vacío… sin clave de acceso
Por: Newton
5:35 AM
Acabo de soñar contigo pero no vi tu rostro. He percibido tu mensaje, tratando de orientarme… coño, tengo que darme un baño, ¿Por qué carajos metí esa clase a las 7…?
6:10 AM
Me subo en el autobús, muestro mi identificación de estudiante; el chofer no puede evitar su mala cara. Cómodamente sentado te veo subir: cabello negro, delgada… tu piel luce limpia y tu aroma envuelve la insípida unidad de transporte publico. Giro mi cabeza hacia la ventana… eres tu, te he visto en mis recurrentes sueños…
7:45 AM
La clase esta densa y mis parpados se cierran buscando un detalle que te identifique. Al abrirlos, observo con detenimiento que tus dedos revolotean en ese cabello, ahora dorado…tu voz, antes muda, se manifiesta un poco nasal cuando preguntas sobre tus dudas, lo cual me lleva a no poder evitar que mis dedos soñadores se posen sobre tus orejas perfectamente talladas, adornadas con un par de signos relucientes. Una pregunta a mi persona me saca de ti y me devuelve a la risa artificialmente ridícula de la clase…
10:05
Estoy al lobby, la clase termino. El ascensor, el cafetín… me devuelven con la gente. Busco minuciosamente y logro dar, otra vez, con tu cabello castaño pero esta vez tu rostro es adusto e inquisidor. Tomas tu café con edulcorante y al mismo tiempo enciendes un cigarrillo Light. Te cuidas de mí y te escondes de mis intenciones mientras engullo una empanada grasienta de queso, observando como no me observas. Terminado tu café, termina mi función… sin que pueda resignarme, estoy fumando un cigarrillo rojo viendo el techo…
11:30 AM
Llevo rato sentado sobre la dura pero noble banqueta de madera y cemento. El muro se transparenta cediendo virtuosamente ante el empuje del viento, con un reloj que luce calmado a pesar de mi impronta situación. De repente, en la parte cumbre de mis tribulaciones, soy invadido por múltiples rostros que desde hoy me pertenecen… en todos los tamaños y texturas comienza un concierto de ojos, bocas y sandalias sin descanso. Una saludan, en otras la prisa es su vaivén, 36B, labios carnosos, pedicures y ropas anchas, cabellos teñidos, otros por moda… mi cuello busca porque mis ojos están perdidos; comentarios sexuales, risas nerviosas… el grupo de lobos esta de acuerdo: una de ellas es la imagen de ese rostro perdido en los surcos del inconciente… quizás sea mejor enamorarse diariamente…
1:20 PM
Tengo hambre. He decido comer y así dar una vuelta gigante por la ciudad. Ahora el viaje se torna alucinante, plagado de numerosas y hermosas criaturas en variados matices. Enciendo un cigarrillo y mi sonrisa lo dice todo: estoy feliz aunque tu rostro es multitudinario. Confuso y con el ojo como un pescado siento que el mundo me sonríe… y lo hace a través de un lápiz labial, una sombra, un perfume jabonoso, un shampoo veraniego, unos lentes de diseñador, unos dientes blancos como el mejor alcaloide…
2:13 PM
El sol recrudece y ya de vuelta con la panza llena, me instalo debajo de un perfecto árbol sobre una grama verde como los ojos que siempre espero ver pasar a través del caminito-vector. Esta vez te has transfigurado en una reverencial pelirroja, con tu andar de bailarina, cronometrando cada cuadrado de cemento en busca de tu café de media tarde, con ese cara melancólica… enciendo otro cigarrillo al tiempo justo para darme cuenta que los lobos han empezado a llegar lentamente… es viernes y estoy seguro que las birras no van a faltar…
3:03 PM
Me ha tocado por unanimidad ir a buscar los suministros. Con la vaca en mano, transpongo la reja hacia la otra ciudad. Cruzo la calle mirando a ambos lados sin reparar en los autos mientras mis ojos bailan en un concierto de faldas y botas… el quiosquero me saluda señalándome tu figura al tiempo que yo le fío un paquete de cigarrillos. Sigo caminando al mas allá y la música me hace escuchar tus caderas; mi boca seca me lleva a alucinarte hasta la parada de autobuses, hacia el ventanal del bar chino, el perrocalentero matahambre, el local de comunicaciones que nunca utilizaremos… Así, sucesivamente, llego a la licorería y me devuelvo hipnotizado… tu rostro es fugaz pero certero…
4:17 PM
Con cerveza en mano, tu imagen es más cotidiana. Conozco tu risa y tus mañas; me saludas con displicencia y yo me relajo en tus palabras. Sin embargo tus brazos están llenos de otros y tus piernas sedientas de alguien… pero yo no estoy. La tarde empieza a caer, y con ella lo bucólico sube un poco a mi cuerpo… sigo sonriendo, es una conversación amena…
5:41 PM
Una brisa fresca me trae de vuelta a la sólida tierra. Un teléfono celular salta a mi mano para invocar el espíritu de la nieve. Hablo rápido y el negocio esta casi hecho. Giro sobre mí y te veo venir a través del largo pasillo. Creo estar harto de verte pero el alcohol es más fuerte, seducido por el ritmo de tus brazos mis labios pronuncian tu nombre. Tu indiferencia sigue siendo mi castigo…
6:51 PM
El baño espera por mis líneas y mi cabeza ya conduce a velocidad asombrosa: Invoco a mi maestro porque ha empezado a desplegar sus alas. La cadencia de la oscuridad aumenta y los planes de un futuro inmediato se multiplican por diez. Entre decidir que hacer me voy quedando ciego… ya solo puedo escucharte como me susurras palabras candidas, casi tan atrevidas como tus ganas…
*A partir de las 9:00 PM hasta la mañana del día siguiente…
Ya no puedo verte… tus formas varían constantemente como una tormenta sobre el mar… veo borroso, balbuceo estupideces… vuelo como un murciélago en la ciudad donde las mujeres no duermen…
En algún momento aterrizare… y espero mañana no acordarme de nada…
Por: Newton
Azotado por el miedo, recogí una de las ametralladoras, abandonadas por los terroristas, y me coloque debajo de la mesa. Revise el artefacto que parecía mas un lanzallamas que un soldador, y repentinamente, una voz me indico:
- “abajo a la derecha”
Justo al frente del Café, en un edificio elegante… ella, de cabellos rizados castaños y ojos verdes, me transmitió un mensaje de texto telepático:
- “Vaya a por la letra de esa canción y me la trae de vuelta…”
Ella es mi demonio personal, así que debo alimentarla…
Por: Newton
Ayer decidi hacerme unos implantes de esos perfectos y manipuladores, como el control de un juego de consola. Empujo a la derecha, torniquete a la izquierda…
Sexualmente huyo de una canción con un estribillo pegajoso porque esos viejos amig@s míos, lo único que les da es por ponerse a planificar un encuentro nostálgico, teniendo como telón de fondo un concierto de una agrupación de rock nacional…
Repentinamente un niño, alrededor de 10 años… nos interpela:
- “¿No saben quien es El Barón Rojo?”
Nos miramos un@s a otr@s y nos dimos cuenta… que era mejor estar en una neblina púrpura…
Srinivasa Ramanujan (1887-1920), matemático hindú.
Por: Newton
Ayer, nuestro insigne matemático, tuvo un sueño…
Esa diosa se esta conectando nuevamente conmigo bajo formas misteriosas… entre personajes enigmáticos llenos de intuición y carisma.
¿Qué clase de vínculo habrá establecido el espejo con Namakkal?
¿Cuándo estará listo para partir?
Es una lastima que no hallas conocido nadie, ni siquiera un numero primo…
Por: Newton
He recibido una carta procedente de Paris… sin remitente pero yo estoy seguro que es ella.
Su nombre es Marlene Palmareja…
He abierto el sobre electrónico... me he descargado unos dibujos adjuntos en crayón y varios formularios virulentos. Debo llenar la forma para mi estadía y revisar mi trabajo publicado. Me tomo un Vodka-Ice, decido salir…
Paseo por CCS en mi bicicleta ultra delgada, al ras del pavimento mojado por la lluvia acida…
A mi lado, el transporte de un canal-TV me sigue… espero que mis compañeros no estén grabando…
Por: Newton
Llueve mientras converso febrilmente con ella. El local del que les hablo queda en una calle intermedia, en donde el baño siempre es una manera de irse fuera de la localidad. Varios colegas me interceptan y me exigen que los escuche hablar, al son de muchas birras. En ese instante ella me mira del otro lado de la barra y me hace un guiño; camino hacia el pasillo y observo un yesquero verde luminiscente que me atrapa:
- siempre lo encuentras todo- ella me dice al oído
Salgo disparado hacia el baño, tomo un bolso de la mesa y lo lanzo dentro de la barra…otra de ellas voltea y me mira con sadismo: tiene un gran afro pintado de color naranja… Bailo en el aire con ella mientras estalla la bomba. Solo alcanzo a dar vueltas y más vueltas…
Por: Newton
La montaña de donde vengo sostiene una batalla legal con la alcaldía del pueblo porque quieren convertirla en una ciudad. Ese… si, ese señor gordo que viene bajando por la ladera, de barba y bastón, es el Sr. Vasco.
Ese caballero se hace acompañar de lindas promotoras con vestidos rojos y blancos, tipo colegialas, para que yo crea en sus sueños. Me hago el loco y entro en la primera casa que veo, la cual es mi destino inicial.
Subo las escaleras metálicas, y cuando camino por el pasillo, empiezo a ver que este alcalde tiene razón:
- una jirafa que se convierte en gigante y me quita mi almuerzo
- un gato que se roba mi patineta, para después convertirse en un apuesto joven igual que yo pero con una motocicleta
- una secretaria que se transforma en un cardenalito
Cuando logro reaccionar, me doy cuenta que estoy ante una pared llena de buzones de correo al final del pasillo, hablando con Don José Quántico. Este insigne personaje me da una escoba y me invita a barrer una habitación-calle donde se desarrolla el linchamiento, bien merecido, de un arbitro de fútbol. Repentinamente, lo gritos quejumbrosos de varias doñas, me hacen correr hasta la ventana para darme cuenta que han arrollado a un joven con una guitarra…
Salto sin pensarlo y observo como se acerca ella: una medico, hermosa y sencilla. Sinceramente, había dejado de preocuparme por la salud de mi amigo Camilo, puesto que solo se había desmayado por que su guitarra ya no le hablaba. Yo seguía embelesado, desviando el transito para poder verla mejor, lo cual me provoco serios insultos por parte de los conductores vociferantes, mi perro (que no podía cruzar la calle para conocerla) y un bebe de 4 años, que resulto ser el fiscal de turno para dirigir el transito en esa esquina…
Las personas agolpadas sobre la escena han empezado a empujarme y se ríen de mi, siento que mi cuerpo etéreo empieza a despegar y, a medida que lo hace, me siento muy triste… era ella, estoy seguro que era ella…
Por: Newton
Hoy, al cruzar de una torre a otra, vi a dos niñas (quizás eran hermanas) caminar con problemas sobre la cornisa. Saque mi manual de emergencias y leí lo siguiente: “cruce a la izquierda y siga por el pasillo abovedado”. Instantáneamente, el camino sobre el puente se convirtió en una especie de curvatura difícil de explicar donde, casi con sorpresa, se atravesó una mujer de cabello muy negro, no muy hermosa, no tan dulce, que me acompaño hasta el otro lado del camino.
Al llegar, descendí por una escalera de caracol y me encontré con un gran vitral que iluminaba la amplísima estancia. Al fondo, una puerta decorada por mosaicos, me indico algo que yo empezaba a sospechar: ¡no estoy en mi colegio!
Camine hasta el fondo, gire la manija y lo único que hice fue enmudecer ante el paisaje…
Verde fosforescente, rocas altas…
Creo que no estoy equivocado al pensarlo…
Por: Newton
En la tienda de un centro comercial, distraído por un video juego, unos panas me proponen hacer una cola desconocida, con fines absurdos…
Sin que se den cuenta, me escabullo por las escaleras mecánicas y, repentinamente, cuando me dispongo a salir del viejo edificio, una multitud de personas corretean a un carterista. De momento, no veo más que la estela de una figura elegantemente trajeada, saltando como un lemur sobre los techos de los automóviles…
Una patrulla de la policía pasa zumbando como un meteorito, chirriando sus neumáticos, combinado con un cruce de volante. Violentamente baja una escopeta manipulada por un funcionario y, del otro lado, un menudo ayudante de supermercado desenfunda un curioso revolver. Casi de improvisto, aquella delgada figura, salto tan alto que logro colgarse de un tendedero donde una desprevenida ama de casa colgaba una larga sabana. ¡Por Dios, es una mujer!
Comienza el tiroteo, yo me lanzo al piso y puedo ver como a mi derecha cae herido en el hombro nuestro furioso policía con escopeta… veo la multitud y me pregunto: ¿Cómo carajos vine yo a dar de este lado de la contienda? Hipnotizado como estaba por la acción, seguramente salí corriendo directo hacia la refriega. La mujer asiática - ¡si, coño parece china! – se balancea con la sabana y cae, con sus pesadas botas hasta las rodillas, sobre un pequeño coche, se desliza por el techo hacia la ventanilla y como si no le faltara agilidad, enciende un fósforo y lo tira hacia la multitud…
Todos nos quedamos atónitos, fue como ver un niño robarse un dulce…
Por: Newton
Tú, yo y ese personaje estamos escuchando notas y bailando ruidosamente, en una casa abandonada enclavada en una ciudad apestosa…
Llueve mucho… tanto que toda la ciudad, con sus edificios abandonados, esta inundada hasta las rodillas.
Ella se ha mudado a nuestro edificio, lo cual me ha motivado a invitarle un trago en el bar, bastante desolado. Luego hemos cenado en un transporte publico desvencijado, donde hemos discutido sin razón. Tomo una moneda de mi bolsillo y dejo la propina, firmo un documento y me levanto con suprema arrogancia hacia nuestros inoportunos interlocutores.
Ellos me ofrecieron un extraño pastel con la intención de aniquilarnos. Parece que continuara el diluvio…
Carl Meffert / xx12
Fürsorgeerziehung
1928
Por: Newton
“En equipos electrónicos gastados, hago un viaje sin vuelta atrás, sin mayores ganas, solo quiero separarme. La noche se abalanza sobre mi cigarrillo y cuando eso sucede la luz solo tiene una fuente. La música se ríe y él siente miedo a la ventana, a la ineludible ventana, buscando...”
Las noches eran su vida, quizás ser un localizador ayudaba, pero a 3 años del 4to milenio, ya no quedaba mucho que pensar. Tomo su abrigo, acabo su bebida de extracto de algas, movió sus pies de forma atolondrada y salió del BarCab. En la oscuridad que le daban las pocas estrellas, encendió un cigarrillo y encamino su pesado cuerpo por esa puta calle que le desagradaba...
Era una calle muy cerrada, traté de apurar el paso pero era inútil, siempre tenía que recorrerla lento; casi con deleite, sintiendo su corta mandíbula apretarse a su cigarrillo; esperando el zarpazo de algún vicioso. Era como si quisiese jugar con varias antorchas en un oscuro y maloliente circo...
Sus pensamientos volaron entre el compás de muchas ventanas de luz negra y observo su medidor: 3:30 AM. Encendió otro cigarrillo, giro sus llaves (sus dos únicas llaves) y paso el umbral...
Tome un vaso de agua, lo coloque junto a mí y revise en la gaveta de mi fiel (y única en toda la pequeña estancia) mesita de aluminio, hasta encontrar un g-23; inhale un poco y la visión de la ventana surco mis ojos llenos de viejos rascacielos. La neblina, utilizada para inducir el sueño en una ciudad cada vez más adicta al crock, se había apoderado de las luces negras y su olor a concreto musgoso rasgo mi nariz. De sus antiguos libros logro sacar un tratado de antiguos escritores que decían cosas acerca del súper - futuro, siempre incierto pero nunca en retroceso; plagado de adelantos incontables. ¿La realidad? Era otra, esos escritos habían sido prohibidos por el Estado aduciendo en su contra una cultura excesivamente irreal y peligrosa.
Se podían adquirir a buenos, y a veces, abusivos precios en un ya deprimido mercado sin color; los crokers odiaban estos escritos o así se lo hacían creer en las pantallas instaladas en cada punto de la ciudad, llenos de imágenes sugerentes y sugeridas.
Las 24 horas eran personas de un mundo solitario, bifurcados en tipologias, vestidos, accesorios. El control de sus inductores pertenecía a su asesor inmediato. Estos se encargaban de reimplantar cada año, información contenida en un cerebelo de imágenes holográficas, patrones de como llevar una vida acelerada, a un ritmo sin mas sentido que el deber incondicional al maldito trabajo. Fuera de el, podías hacer todo lo que tu maltrecho cerebro pudiera coordinar, lógicamente eran pocas la que se podían hacer y una de ellas era el crock... 4:00 AM... un reloj de luces cromo marco la hora... sonaron voces en mi cabeza…
- Sé que la materia a transportar esta en otro lateral. Algo así como un espacio bim.
- No lo sé, pero tengo cierto recelo, no hay aproximación al punto de conexión.
- ¿Que dices? Es imposible, mi monitor indica un status aceptable.
El reloj empezó a correr aceleradamente, sin orden. En un segundo, todo se había transformado en pequeñas esferas que llovían en medio de una densa neblina. El tiempo había sido prolongado, mas allá de su dimensionalidad y se escucharon risas...
- Hey, ¿adonde vas? Alto, detente...
Dos destellos como agujas le hicieron ver a una pequeña casa que él calculo a unos 200mts; caí en la tarde y decidí no perder el tiempo.
Cruzó un muro bastante pequeño pero sólido y observo que había personas acostadas en lo que parecían cámaras ovaladas suspendidas en el aire, a lo lejos un murmullo que se percibía; eran pequeñas rocas en choque.
- Soy… - dijo inclinando la cabeza - y vine de allá. Señalo el punto de donde creía haber hecho la ruptura.
- Te hemos estado esperando. ¿Quieres algo de beber? Preguntó una chica de gafas oscuras y cabello brillantísimo.
La comunicación era fluida pero no sabría explicarla. Podía ver su boca moverse y sin embargo su voz solo podía sentirla cerebralmente. Era un gran movimiento lento como el g-23...
Otro hombre alto y fornido, también de lentes azulados, señalo hacia un árbol perdido en la inmensidad del paisaje terroso, lleno de rocas y animales que balaban en un triste concierto de ecos. A lo lejos note como una estrella se despeñaba sobre los límites de la fuga.
Él acepto el ofrecimiento de la chica sin saber cual era su estado mental, su viaje había sido un viaje a la realidad de muchas realidades en un mundo que una vez fue habitado sin concepción del manejo del tiempo. Antologías de historiadores cansados de repetir los mismos errores pero sin futuro y sin risas. Ya no las había...
Sus auditivos captaron un zumbido y su cuerpo empezó a tomar su forma normal. Nadie se extraño, solo rieron.
- Recibimiento preparado. - se dejo escuchar una voz metamórfica.
- Estoy mas sereno. - logre teclear unas frases y restablecí la conexión con la central molecular.
- ¿Quieres seguir jugando? - pronuncio irónicamente la computadora.
Asentí con un pequeño movimiento de cabeza y la imagen de otros Laterales aparecieron ante mí. Yo no sabía cuales planos habían sido transgredidos, solo me limite a divagar. Muchas voces me hicieron pensar que estaba perdiendo la conexión... ya daba lo mismo, acabe con el vaso de agua y lo estrelle contra uno de los cristales del refugio colgante.
Logre levantarse y puse una píldora de n-20 en mi boca
Enseguida, tuvo el alivio de ver a través de mi propio holograma, como se fumaba un cigarrillo, y lo peor, era su última píldora.
Como podría explicarlo sin que no lo entendieran. ¿Despolarizado? ¿Quién podría vender tantos espacios virtuales sin siquiera imaginar que no eran propios?
Ver el caos de espacios habitables y habituales a su alrededor, no sabia que tiempo era y además no tenía importancia...
Por: Newton
Otra vez estoy lanzado en la calle sin ti…
Recordando tu rostro, triste y anodina es mi condición. Birra tras birra, tu lengua fue mi sonrisa, tus labios eran mi razón, tus ojos café fueron mis lentes… ya no puedo pensar en quedarme contigo, pues todo lo que soy te lo llevaste.
Soy una “bolsa” de huesos errabunda e inútil, con la única esperanza de volver a casa…
Por: Newton
Antes del semáforo me abrazaste para luego soltarme en la Av. Mariachi, marcando un límite físico entre el flujo vehicular y nosotros…
Era como si supieras que tu móvil iba a sonar después de la separación en pleno rayado. Caminamos hasta tu casa, y tú reías con esa voz irreal que penetraba en tu oído hasta la puerta de tu no-casa. Reíste un rato mas con aquella voz y pude recordar la veces que reías conmigo durante mis borracheras…
Me he dado cuenta que ni siquiera un beso fugaz puede arreglar algo que esta perdido… y seriamente descontrolado
Por: Newton
Una calle solitaria, una mujer que coquetea a través de su móvil con un “amigo” que apenas recuerda y él… ahí parado haciendo el papel de un hombre desinteresado en las cosas emocionales cuando realmente esta muy arrecho porque se siente como un muñeco hecho de tubos para silenciadores, de esos que utilizan en los talleres mecánicos para publicitarse de una forma chistosa… Ahí, de pie, disimulando su carencia de afecto y su consecuente simulación de seguridad en si mismo…
Se despidió repentinamente de ella y caminó hasta la estación de metro más cercana mascullando nombres y números; fechas y acontecimientos, con la única misión de engañar la noche…
Perdido y sospechosamente mutilado en su espíritu, nunca encontró el rastro hasta casa…
No tenía dinero y estaba irremisiblemente solo…
Escrito por: Newton
El día se abre en una luz siempre lacerante sobre el asfalto. Veo mi rueda girar en una infinita felicidad mientras esquivo colillas de cigarrillos y escupitajos lanzados por las ventanillas de sórdidos vehículos. Un fiscal, vestido cual nucita o tamarindo, me intenta detener pero los lentes negros me indican que no hay semáforo. Pedaleo con más ímpetu…
El Rock & Roll suena en mis auriculares, el ritmo se estabiliza en una constante aceleración. Salto un indigente atropellado ante una multitud atónita y expectante, un policía me echa un tiro sin importarle los gritos, una vez más esquivo la vida. Sigo como flecha impetuosa hacia mi destino…
Suelto mis manos del volante y elevo mis ojos hacia el cielo buscando el Zeppelín, pero lo único que veo es humo lisérgico saliendo de mi cabeza, más feliz que muñeco hecho con tubos de escape. Definitivamente, estoy llegando sin saber a dónde voy…