Febrero 16, 2007

Teoría general del Conocimiento. Un acercamiento fenomenológico: ¿Cual?

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Escrito por: Newton

Lo básico en una teoría que describa la manera como se estructura la realidad y en como tenemos conciencia de las cosas o hechos, debe basarse en una observación detallada del fenómeno al que queremos darle una explicación o interpretación a través de una reflexión de los rasgos esenciales y a veces únicos que distinguen unas realidades de otras. Esta esencia general es lo que se manifiesta con claridad en cada cosa que trate de establecer un corpus que respete tanto lo particular como lo universal dejando de lado el conocimiento atomístico para insertarlo en algo mas fundamental para el sujeto y su representación con forma de objeto.
En algún momento, la aparición de imágenes que tengan una relación donde se manifiesten asociaciones que están mas allá del orden representativo, la imagen del sujeto que se forma a partir del objeto no deja de tener las características mas básicas en la apreciación de los hechos: poder ser aprehensible y dejarse aprehender pareciese una premisa fundamental en la correlación de ambos actores. Sin embargo, este proceso representa dos caras de la misma moneda: así como el sujeto logra capturar al objeto para su ana lisis, así también el objeto impregna con una “imagen” al sujeto, modificándose unos a otros en un proceso que se pudiese llamar transferencia de conocimiento.
Esta determinación llega a ser bastante notable en el momento que ambos se transcienden para conformar una conciencia racionalmente cognoscente donde los objetos y sujetos se convierten en ideales y/o reales para recrear una experiencia interna/externa que permita tener un pensamiento subjetivo-objetivo acerca de la realidad separándola del pensamiento irracional. Esta contradicción es necesaria para poder establecer márgenes acotados a una correlatividad entre lo que se piensa y lo que se observa. La dualidad contrapuesta entre conocimiento y acción deriva casi siempre en la búsqueda de un concepto de la verdad donde la ilusión es una parte minina de un conocimiento de la irreal. Si esta imagen no concuerda con lo observado entonces el concepto de conocimiento verdadero no puede ser real.
Sin embargo la certeza de este conocimiento verídico no implica que exista físicamente; solo en la presunción esta verdaderamente la imagen de lo cognoscible, lo observable a través de la duda metódica en una constante evolución que va de lo psicológica pasando por la lógica hasta llegar a lo ontologico. Catastróficamente, ninguna de estas disciplinas asociadas puede dar una explicación satisfactoria de cómo llegamos a comprender los hechos y objetos que nos rodean si no es a través de la experiencia vivencial donde las determinaciones entre sujeto y objeto reaparecen conformados por una especie de conocimiento intuitivo que nos lleva a establecer una duda: ¿Qué clase de criterio desarrollamos en el momento de establecer una imagen de un hecho concreto?
Sobre esta pregunta, llegamos a las posibilidades del pensamiento humano para desarrollar teorías posibles acerca de cómo abordamos el estudio del conocimiento, en donde surgen doctrinas que van desde el dogmatismo hasta su opuesto equilibrante el escepticismo sin llegar ninguna a dar una respuesta concluyente de cómo estructuramos el conocimiento pero que nos permiten saber donde estamos siendo erráticos. Desentrañar la estructura del conocimiento quizás sea un recurso intelectual propio de la curiosidad humana para establecer un principio rector del cual podamos apoyarnos en la historiografía de lo que conocemos a través de lo que ignoramos. En este caso la duda universal sigue teniendo una importancia que va mas allá del escepticismo más radical.

Escrito por Parafrenia a las 10:23 PM | Comentarios (0) | TrackBack

Acerca del Discurso del Método. Primera parte irreal

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Escrito por: Newton

“El discurso del método” de Rene Descartes (1596-1650) se nos presenta como una obra llena de muchas certezas y máximas presentadas con minuciosa calidad intelectual pero al mismo tiempo nos abre a una novedosa, y casi críptica manera de abordar los hechos basado principalmente en establecer una duda universal que nos lleve a producir un análisis contextual de los hechos, que en algunos casos no suelen ser tan evidentes como se presentan en la realidad.
¿Dónde reside realmente el aporte del cartesianismo en la esfera filosófica? Quizás habría que buscar esta respuesta en la forma como Descartes desarrollo un pensamiento propio a través del estudio sistemático de múltiples ciencias pero sin un orden ontolôgico o de forma en la estructura de un conocimiento, que aunque era enciclopédico, no dejaba la libertad suficiente para determinar si realmente lo analizado estaba en el rango de una verdad justa y equilibrada. Este conocimiento solo podía construirse si se lograba fraccionar esa verdad en un conjunto mas simple para tratar de discernir acerca de la profundidad física, moral y teológica (entre otras) de cómo ese conocimiento podía convertirse en una verdad universal sin sufrir resquebrajamiento en su esencia.
Esta esencia tiene su representación en la figura de la evidencia: lo verdadero como es aquello que se presenta ante la razón como algo claro y distintivo, sin ambigüedades. Las ideas son existentes en la medida que representen una suposición de la realidad que coexiste fuera de nuestro yo. Un paso importante hacia un idealismo que no desecha la realidad por las ideas sino que las confronta a través del yo teniendo como escenario el universo conocido y como fondo la disertación minuciosa de los elementos en partes simples y diferenciadas.
Esta noción secuencial unida a una construcción del conocimiento es la idea fundamental en Descartes para llegar a la duda metódica mas no escéptica, es un procedimiento dialéctico de investigación encaminado a desprender y aislar la primera verdad evidente para llegar a la naturaleza de lo simple universalmente presente en cada ser humano que se considere una sustancia pensante. ¿Lo real cognoscible? Se convierte en la sentencia: pienso, luego soy. Siguiendo la formación clásica griega que admitía una metafísica del cogito pero en el caso de descartes este conocimiento tiene la forma de intuición como primer paso hacia el acto de conocer lo verdadero. Una cadena de intuiciones formará otra cadena de deducciones en donde el principal motor es la explicación racional que el hombre pueda tener de si mismo.
He aquí la materia o sustancia central de esta primera parte del discurso: es preciso definir al hombre a través del conocimiento deductivo del Yo para edificar el sistema de valores que regirá las opiniones de él mismo y su sistema de referencias. Es allí donde se definen las intuiciones intelectuales, la esencia y sus consecuentes definiciones. Este buen sentido de las cosas descartes lo resume en una frase: “Y considerando cuan diversas pueden ser las opiniones tocante a una misma materia, sostenidas todas por gente doctas, aun cuando no puede ser verdadera mas que una sola, reputaba casi por falso todo lo que no fuera mas que verosímil”
Definitivamente un conocimiento particular del Yo pareciese que es el camino más certero para llegar a la verdad teniendo la razón como transmisor entre el hombre y sus ideas.

Escrito por Parafrenia a las 10:22 PM | Comentarios (0) | TrackBack