Junio 11, 2004

Doce horas

Me levanto de la cama y apenas recordaba mi último sueño. Deben de ser cerca de las siete de la mañana. 15 minutos, justo el tiempo necesario para hacer el recorrido hacia la cafetera y conectar el calentador. El café está horroroso.
Una ducha rápida, secarme con la toalla e ir corriendo a la habitación. ¿Me he afeitado?. Bueno, ya da igual. Desnudo miro encima de mi cama, he puesto la mochila ahí y no he reparado en ello. Da igual, mientras pienso que ponerme repaso si está todo dentro. Listo. Me pongo mi ropa interior, pantalones vaqueros… estos no… vale he de adelgazar un poco. Hace calor, una camiseta de color claro. ¿Dónde están las zapatillas? Debajo de la maldita cama. Mierda, ya han pasado 20 minutos. Llego tarde.
Cierro la puerta, bajo las escaleras, miro el buzón de pasada. Salgo del portal y el gato pedigüeño que tenemos todos los días maúlla con la esperanza de que mi presencia sea acompañada de comida. Hoy no. Cuando llevo recorrido la mitad del camino me doy cuenta de que me he dejado la mochila en casa. ¡Joder!
Doy la vuelta, corro, miro la hora… ¡Tarde! Ya le pediré un papel a alguien y un boli. Veo el autobús a lo lejos, la gente está subiendo. Saco de mi bolsillo el abono y hago un sprint… si, tengo que volver al gimnasio. Me pongo en la fila, espero a subir mientras respiro. La gente me mira. Me he puesto la camiseta del revés… procuro disimular, ¿se nota?, miro, ¡Se nota!... Cierro los ojos. Respiro hondo… ya no me acuerdo de mi sueño, pero sí de que aún me quedan al menos otras doce horas despierto.

Escrito por Entrari a las Junio 11, 2004 02:28 PM
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