Últimamente duermo más pero descanso más bien poco, las sombras en mi habitación forman figuras espeluznantes que se ciernen sobre mi amenazadoras. Me oculto bajo las sabanas y procuro no escucharlas decir mi nombre una y otra vez mientras trato de conciliar el sueño para así no saber ya más de nada.
El suave vibrar del ventilador se confunde con los sonidos que penetran a través de mi ventana, rumores nocturnos y el ulular de una sirena allá a lo lejos.
Al fin las ruidos cesan y entonces caigo en la cuenta de que hacía dos horas que debería de haberme quedado dormido... sleep child, sleep, rest your eyes... susurra Anneke en mi oído y que más quisiera yo que obedecerle pero no puedo.