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Marzo 10, 2003

Una tarde así como buena.

Quedan seis días para el alunizaje de Pollastre Galván en Ana Caína's Batiburrillo...

Lectores, conocidos y demás fauna y flora :
Es cierto. Radio Montemar vuelve a emitir. Al parecer son pruebas porque el sonido deja bastante que desear, y por lo que he estado escuchando Miguel sigue quejándose de los problemas técnicos. Pero lo importante es que volveremos a tener a nuestros héroes al alcance del martillo ( y no estoy haciendo ninguna clase de alusión al comunismo, ni les insto al homicidio).

Hoy es un día jubiloso. No sólo por la buena nueva horizontal, sino también porque he osado sacar mis morros de cánida doncella al exterior, para ir al hiper. He comprado los enseres básicos cotidianos para cualquier hogar: una cosa que quita el olor a tabaco de la ropa y una esponja rasposa . Con estos objetos estoy segura de que he suplido las posibles carencias del hogar por tres años por lo menos. Iba a comprar comida, pero la he sustituído por un plumero alargable, pues soy contraria a esa teoría moderna (oriental) tan extendida hoy en día que asegura que la alimentación se encuentra entre las necesidades primordiales del ser humano, junto con el beber y el amar. En realidad sólo estoy de acuerdo con lo del beber. Las otras dos cosas pueden ser sustituídas por dibujar y gritar cosas a la gente que pasa por la calle. O por leer y gritar cosas a la gente que pasa por la calle. En cualquier caso, por lo que sea y gritar cosas a la gente que pasa por la calle.
Luego me he llegado al bar de albañiles de detrás de mi casa a no alternar con hombres en mono de trabajo. Hoy me apetecía alienarme en público y hacer sentir vergüenza ajena a la gente mediante la infalible táctica de ponerme a intentar fumar a la francesa con una sofisticada mirada de cordera degollada. Ha sido maravilloso ver cómo la gente se agolpaba a un lado del bar mientras toda la zona circundante a mi taburete permanecía desierta. Es lo que tiene ser una femme fatale.
Me pregunto si me esperan más tardes hermosas como ésta. Buena temperatura, pasearme, como ebria, tropezando en todas las obras de mi calle, tragando polvo y saboreándolo, sin que me moleste en realidad. Y música guatequera sesentera en mi walk-man, y en mi cabeza Dolly Parton marcándose un baile con un desconocido orejón. Y al volver a casa, sonrío frente al espejo, y en los ojos de mi reflejo lo estoy leyendo: Miguel y la primavera han venido, nadie sabe cómo ha sido...


Marzo 10, 2003 07:12 PM