A
ntes de iniciar el proceso de reentelado habremos introducido en todos los huecos donde hemos aplicado un injerto, un trozo de cartulina o papel secante para evitar que en el proceso de planchado el tejido añadido suba hasta la superficie pictórica de la tela, y habremos dejado secar la mano de agua-cola caliente aplicada con anterioridad.
La gacha viene aplicada primero sobre el lienzo del telar y despues sobre la tela original, versando la mezcla en el centro de la superficie y distribuyéndola uniformemente con brocha y espátula dentada por todo el cuadro hasta lograr que el estrato aparezca plano.El uso de la espátula dentada nos permitirá controlar la dirección en que distribuiremos la gacha sobre cada una de las dos superficies de modo que al unirse, el sentido de aplicación de ambas vaya contrapuesto.
Una vez se ha aplicado la gacha a las dos superficies debemos ponerlas en contacto y para ello una persona transportará el cuadro sujetándolo firmemente por uno de los lados y no tan solo por el borde ya que el peso añadido de la gacha podría producir el desgarro del mismo, y otra persona se encontrará posicionada para recibirla en la mesa donde se extiende el telar.
La persona que recibe el lienzo fija las dos puntas usando la cinta de carrocero como guía para hallar la posición exacta y el transportador la deposita suavemente sobre el nuevo lienzo impregnado de gacha.Si el cuadro es de grandes dimensiones se usa un rulo para transportarlo y desplegar el lienzo sobre la superficie de recepción.
Una vez las dos superficies entran en contacto tendremos que aplanar la superficie delicadamente con las manos o con un rodillo poniendo cuidado en no desplazar la gacha bajo la superficie.
Podremos entonces retirar la cinta de carrocero y proteger los bordes con bandas de papel de seda para que durante el planchado vengan absorbidos posibles reflujos de gacha al exterior. Protegeremos igualmente el cuadro con papel de periódico por delante y papel de seda por detrás.
El proceso de planchado del cuadro se lleva a cabo poniendo gran atención en que el calor y la presión aplicadas sean lo mas uniformes posible sobre toda la superficie al mismo tiempo y para ello las personas implicadas en el proceso cambiaran frecuentemente la región sobre la que actuan el planchado.
Se deberá tener presente ademas que no se puede meter la misma temperatura al oleo que al reverso de la tela. Durante esta operación sostendremos la plancha con una mano y con la otra comprobaremos la temperatura por debajo del periódico que debe ser siempre igual. A los diez minutos nos detendremos para hacer ventilar el cuadro levantándolo y despegando el papel que haya adherido a la superficie. Despues de veinte minutos empezaremos a planchar por detrás.En el caso de encontrar una cazuela muy pronunciada bajo la superficie podemos aplicar mas humedad sobre el papel de seda para intentar rebajarla.
Es conveniente cambiar el papel de seda que se ensucie cada vez que pasemos la plancha o bien lo plegamos para racionalizar el uso del mismo.
El planchado se prolongará hasta que el cuadro haya perdido el 60% de humedad y toda la operación deberá llevarse a cabo en una misma jornada. La dificultad de la intervención está en tener bajo control el calor y la presión a que se somete la obra y la velocidad a que se ejecuta la misma ya que la humedad al mismo tiempo que fija la preparación al soporte ablanda todos los estratos pictóricos y los fija.
Cada cuadro tiene exigencias propias a la hora de efectuar un reentelado y solo la experiencia nos confiere los criterios para saber afrontar cada caso específico.