Junio 14, 2004



Homenaje a mi -corta- vida automovilística

Hoy mi carné cumple cinco meses. Ya sé que es una mierda de celebración, pero es lo único feliz que se me ocurre ahora. Costó trabajo, sudor y mucho mucho (tenga la amabilidad el lector de repetir el ciclo un par más de veces, que a mi me dice ya el Word que elimine las palabras repetidas) dinero, pero, al final, salió. Hace ya cinco meses que no percibo el embriagador aroma de mi ex profesor, una mixtura a pepinillos en vinagre y criadillas de toros refritas, inundando el habitáculo. Atrás quedaron las frías mañanas de invierno, con las manos congeladas, los moquillos fundidos y los ánimos por el suelo. Y lo que es más importante, se acabó eso de comprar bonobuses a peso, como su fueran aceitunas.

Como tener carné y no tener coche se presta a chistes, me compre uno de ¿segunda? mano tirado de precio (supongo que las manchas de sangre del maletero tendrían alguna relación con esto*). El espécimen en cuestión quema aceite y gasolina en proporciones iguales, y además descarga la batería cada cierto tiempo, como el móvil, y tengo que dejarlo cargando por las noches. Hubo un tiempo que pensé que en realidad había comprado un coche híbrido, de esos que funcionan con gasolina y con electricidad a la vez y quedé maravillado. La vuelta a la realidad llegó tras unos centenares de metros empujando como un conejo en celo. Además tengo la impresión, aunque soy un profano en temas de mecánica, de que caja de cambios está ligeramente jodida, por que cruje al reducir de tercera a segunda, y cuando tengo que meter la marcha atrás he que luchar con la palanca como si estuviera jugando al Flight Simulator haciendo una barrena con un boeing.

Pese a todas estas jugarretas del destino, el coche me ha dado muchas alegrías, y me ha enseñado mucho. El otro día, sin ir más lejos, descubrí cuan fluida puede ser las excretas de un pájaro, y que pese a tratarse de un pequeño pegotón, pueden extenderse por todo el parabrisas si la velocidad es la adecuada. O que tener coche es una forma estupenda de que gente con la que solo habías cruzado un par de palabras de cortesía te demuestre sus agasaje con sus dotes para el teatro.

En fin, mi mente no da para más. Saludos.

*Puede que no coincida estrictamente con la realidad.

Escrito en Junio 14, 2004 09:37 PM |estoyacabao

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