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Las cosas son como son,
no como nos gustarían que fuesen

Junio 25, 2004

yo puedo ser mañana como tú

Reproduzco una parte de la entrevista realizada a Manuel González Barón por Pilar Cambra que apareció en el periódico Expansión el 21 de junio.

Manuel González-Barón es jefe del servicio de oncología médica del hospital universitario de 'La Paz' de Madrid; y hace doce años creó el Master de Cuidados Paliativos del paciente con cáncer de la Universidad Autónoma de Madrid, que actualmente dirige.

Algo que siempre he criticado a los profesionales de la medicina [ y no debería, ya que gracias a uno de ellos he tenido una infancia,adolescencia en la que no me ha faltado de nada ] es su falta de sensibilidad, empatía hacia el enfermo. Y estas palabras sobre el sufrimiento del enfermo creo que nos invitan a la reflexión; y me ha gustado que sea un médico quién lo exponga.

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P.:Tras tanto sufrimiento de enfermo como guarda en su memoria, ¿todavía le sigue doliendo el dolor de sus pacientes?

R.:¿Y cómo no sentir ese dolor?. Hablamos de dolor anímico, del alma humana. Tras un diagnóstico de cáncer, la primera fase puede ser el estupor: te trasladan a un mundo completamente distinto a aquel en el que has vivido desde tu nacimiento; un mundo del que no sabes casi nada y, lo poco que sabes, es terrible: dolor, sufrimiento, muerte. La segunda fase es el miedo: miedo no a "estar" enfermo, sino a "ser" un enfermo. Y la soledad.

P.:La soledad.¿Siente el enfermo de cáncer que nadie puede comprenderlo, compartir su angustia?

R.:El enfermo piensa que nadie puede acompañarlo en ese territorio ignoto en el que se adentra. Esto, muchas veces, explica la rebeldía y la incomprensión que el propio enfermo muestra hacia sus familiares más cercanos: intentan ayudarlo y el enfermo los rechaza. ¿Nadie puede ponerse en el lugar de un enfermo de cáncer?: yo repito hasta la saciedad a mis alumnos, a mis compañeros, a mis colegas que hay que tender a la empatía, a identificarnos con el problema del otro, a comprenderlo. A veces es imposible meterse en todos los rincones del alma del otro, ¡pero debemos tender a ello!...

P.:¿Y cómo se consigue 'acompañar'?

R.: Hace falta desarrollar la propia humildad: repetirse una y otra vez - como médico, como enfermera, como pariente, como amigo- "yo puedo ser mañana como tú: un enfermo con tu mismo mal". La sociedad, nuestro entorno, emite un mensaje totalmente opuesto:lo que podríamos llamar "la soberbia de la salud", de la buena salud, del hombre sano... Y eso hay que desterrarlo. La persona que quiera ayudar a ese 'otro', al ser humano enfermo, tiene que desprenderse de esa soberbia de la salud y humillar la inteligencia y la carne para intentar identificarse con el paciente.. Esto es muy difícil, muy difícil..
El personal sanitario, todos aquellos que estamos cerca del paciente, tenemos la obligación de hacer más llevadero el sufrimiento, en la medida de nuestras fuerzas y de nuestras posibilidades...
Los médicos, enfermeras y todo el personal sanitario; y todos los profesionales que tienen que ver con la salud - desde los ingenieros de la industria del plástico hasta los arquitectos de hospitales, pasando por los biólogos moleculares, la industria farmacéutica, e incluyendo a los políticos de la Sanidad-, todos tienen que saber que el principio fundamental de su actuación es combatir el sufrimiento de la humanidad doliente. Esto se olvida con frecuencia..

P.:Pero da miedo asomarse a la hondura del sufrimiento humano.

R.:¡Pues hay que hacerlo!:conocer en profundidad el sufrimiento del sufriente. Y conocer a la persona que sufre: ¿qué le ayuda a sobrellevar el sufrimiento?, ¿le encuentra algún sentido a su dolor permanente o esporádicamente?, ¿qué le preocupa más?, ¿qué acrecienta su pena?, ¿quiénes le alivian más?. Recientemente, nosotros hemos desarrollado un instrumento de evaluación del sufrimiento relacionándolo con el dolo físico - o no - de enfermos con cáncer; este mismo instrumento, que es un cuestionario, también resulta ser una ayuda: tras haber dedicado tiempo a pensar en él, el enfermo tenía menos sufrimiento.. ¿Qué alivia?: la familia,los amigos, las creencias - si se tienen - y el personal sanitario, "cuando me dedican tiempo", precisan los enfermos. ¿Y cuál es el denominador común de todos estos alivios? el amor.
Yo me he sacado de la manga un lema que me sirve: "Contra el dolor, opioides.. Contra el sufrimiento, amor". Llevarlo a la práctica cuesta un mundo: el médico, como todo ser humano, tiene días, estados de ánimo cambiantes. Y, claro, flaquea. Pero esta claro que el remedio es el amor, la entrega al 'otro' doliente y sufriente. Porque el desamonor es la nada. El desamor es la inexistencia.

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Junio 22, 2004

No me quita el sueño

En una lista de correo, a la que estoy suscrita, hacen la siguiente pregunta: ¿y tu por qué eres lesbiana?

La pregunta del millón.... vamos, que el día que sepa la respuesta me quedaría muy tranquila. Si soy sincera tampoco es que me quite el sueño, reconozco que en su día me quito el sueño pero en la actualidad no. Pequeños progresos que una va haciendo.

Es una pena, ya que probablemente me moriré sin saber la respuesta; y mi interés, no es porque vaya a cambiar algo de mi o porque desee cambiar, simplemente por curiosidad. Me encuentro muy a gusto de como soy.

La respuesta debe de ser de una sencillez asombrosa pero yo no la sé.

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Me quedo con los siguientes líneas de un comunicado del área de asuntos religiosos de la FELGT en referencia a las últimas palabras del Papa sobre el matrimonio homosexual:

"Si la Iglesia pusiera tanta energía en combatir el hambre, la pobreza, el analfabetismo, el dolor, la violencia y la guerra como en impedir los derechos GLTB, el mundo ya habría cambiado"

Y es curioso porque las palabras de Juan Pablo II sólo van a doler a los cristianos homosexuales - me incluyo - porque el que no lo es, francamente, lo que diga el Papa - es decir la Iglesia Católica - le traerá sin cuidado.

No hay manera, la Iglesia Católica erre que erre. Estos mensajes de la Iglesia parece que van un poco en contra de las palabras de Jesús.

Pero este tema, tampoco me quita el sueño; lo siento por ellos, porque con su estrechez de miras se pierden muchas cosas y no ayudan en nada a que este mundo se llene de paz, amor, serenidad, calma, tranquilidad [ Cierto, esta cursiva quedo un poco cursí; pero así lo veo, así lo cuento ]

Junio 13, 2004

Intrigada

Reconozco que para las normas de urbanidad y educación soy en algunas ocasiones algo más que quisquillosa.

Pero hay algo que me tiene intrigada y es sobre las personas que comen pipas; si, las de girasol, esas con cáscara.

Casi siempre este acto - el de comer pipas - tiene lugar en zonas de paseo, ajardinadas y en momentos de ocio. Lógicamente, aquella persona que va acelerada porque tienen algo que hacer no se dedica a estos menesteres, que entretienen bastante.

¿Qué suele ocurrir? Que las cáscaras las van tirando al suelo, dejando el paseo bastante sucio.

No sé que es peor, si cuando van caminando que dejan un trayecto de cáscaras o cuando están sentados en un banco y alrededor del mismo queda una montaña de cáscaras.

Me pregunto, si en su casa hacen lo mismo.

No me imagino nadie en el sillón de su casa tirando las cáscaras al suelo.

Cierto, que es una tontería pero a mi me saca de mis casillas.

Junio 06, 2004

¿En que quedamos?

  • Se arma un escándalo social porque la religión va a ser obligatoria en la educación.
  • Se oyeron más que voces criticando al Estado por realizar un funeral católico - como acto de Estado - por las víctimas del 11-M.
  • Se grita a los cuatro vientos que somos un Estado Aconfesional, otros van más allá y dicen: Estado Laico.
  • Se critica por considerar innecesario la propuesta de algunos grupos de introducir en la redacción de la Constitución Europea referencias al cristianismo.
  • Respondemos con vehemencia ante cualquier injerencia de la Iglesia en temas como: el aborto, la clonación, la moralidad....

Pero...... la selección Española de fútbol, antes de ir a la Eurocopa (Portugal) hace una paradita en la Catedral de Santiago de Compostela, para darle un abrazo al Apóstol y pedir ayuda para ganar.

¿En que quedamos? En algunas cosas [ que con la que está cayendo en el mundo, este hecho es una tontería ] deberiamos ser un poquito más coherentes, más serios.