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Las cosas son como son,
no como nos gustarían que fuesen

Octubre 29, 2004

vibrasexuales

Cada día es más habitual escuchar, leer el siguiente planteamiento de algunas mujeres:Soy hetereo pero es que resulta que tengo fantasías con mujeres, tuve una experiencia con una mujer y me gusto más que mis experiencias con mi novio. Y claro, no sé si seré homosexual ...bla,bla

Debo señalar que la mayoría que manifiestan dudas, de esta manera, sobre su homosexualidad continúan con su novio. Personalmente me cuesta mucho comprender como alguien que tiene dudas sobre su orientación sexual puede continuar con una relación como si tal. Pero bueno, gracias a Dios, el mundo no esta lleno de gente como yo porque en ese caso el mundo sería extremadamente aburrido.

Pero vamos a lo que vamos. En un foro, alguien muy acertadamente escribe lo siguiente:

También hay muchas a quien les da más placer un vibrador que su novio, y no se plantean si serán "vibrasexuales"

La frase, a mi juicio, resume bastante bien la diferencia entre una cosa y otra.

Muchas personas tienen un concepto de la homosexualidad muy reducido; no se reduce todo a tener una experiencia sexualmente increíble con una mujer. El sexo es un componente mas en una relación homosexual y tiene la misma importancia que en una relación heterosexual.

Octubre 20, 2004

Saber frenar

Soledad Murillo [ secretaria de Estado de Políticas de Igualdad ] dice en referencia a las modelos que están desempeñando funciones de recogepelotas en el Master Series de Madrid: "Contribuyen a fomentar una clara visión discriminatoria de las mujeres, que aparecen como simples objetos de decoración y divertimento".

No comparto estas palabras en absoluto; creo que es llegar a unos extremos de retorcimiento que me dan miedo.

Primero antes de entrar en la cuestión voy a posicionarme: a mí en cuanto a los concursos de belleza tanto de mujer como de hombre no me gustan; de la misma manera que tampoco me gustan el cine de temática fantástica. Quizá sea por desconocimiento y me quedo con la parte más frívola del concurso y no despiertan en mi el mayor interés ni como espectadora ni como participante. Pero entiendo perfectamente que existan mujeres y hombres que les encante ese mundillo y se presenten a esos concursos.

En cuanto a la profesión de modelo, yo la veo como una profesión más; cada una se gana la vida como puede. Si aún por encima te las ganas haciendo lo que te gusta pues mucho mejor.

Creo que no hay nada que objetar, ni criticar, ni estigmatizar a las personas que se presentan a los concursos de belleza o las que eligen ser modelos.

Dicho lo dicho, las palabras de Soledad Murillo [ y el pensamiento de muchas personas sobre este asunto ] es ver cosas que no existen. Como todos nos pongamos tan retorcidas pues aquí no vamos a poder ni movernos.

Estas modelos están realizando una serie de funciones; hasta la fecha creo que nadie denunció que los recogepelotas fuesen objetos de decoración y divertimento. Por lo tanto las modelos tampoco lo son.

Esto de la igualdad me hace gracia, cuando lo realiza un hombre no es decorativo ni frívolo cuando lo realiza una mujer lo es.

Me imagino que la organización del evento las habrá formado como recogepelotas; si hay algo que objetar es si están o no formadas para realizar este trabajo nada más.

Las palabras de Murillo se podrían emplear si nos ponemos a ver cosas donde no las hay en: las mujeres que se dedican a tareas de limpieza, las recepcionistas, las que cogen el teléfono, las secretarías que ponen café, las azafatas de los congresos... y no continuó.

Las acciones en pro del respeto y la no discriminación a la mujer son muy importantes, pero cuidado porque a lo mejor no sabemos frenar ....

Si alguien tiene derecho a protestar son los auténticos recogepelotas por intrusismo en su profesión.

Octubre 13, 2004

Dispersión

Llevo unas semanas que estoy mucho más dispersa de lo que es habitual en mi.

Según la RAE dispersar es: Dividir el esfuerzo, la atención o la actividad, aplicándolos desordenadamente en múltiples direcciones.

Imposible concentrarme, centrarme en un sólo tema. Hay tantas cosas interesantes, tanto que aprender. A veces esta multitud de intereses, inquietudes me generan cierta ansiedad. Porque quiero enterarme de tantas cosas y tan diversas y no hay tiempo para todo.

Esta es una de las razones por las cuales yo nunca me aburro, siempre tengo algo que leer o hacer. Pero tiene sus consecuencias, que me cuesta encontrar a personas con las que valga la pena estar; con las que disfrute y no que tenga que estar por obligación por aquello de no convertirme en un ser asocial.

Reconozco que a veces pienso por qué estoy aquí en esta reunión, cena o fiesta si estaría mucho mejor yo conmigo misma haciendo otras cosas. Es cierto hay personas que necesitan de otros para pasárselo bien, lo mío es todo lo contrario. No es que no me guste estar con las personas pero necesito a mi alrededor personas que me aporten – algo más que cotilleos locales o globales- y por supuesto que yo les pueda aportar a ellas.

Octubre 04, 2004

Mirar para otro lado

La semana pasada en el periódico El País pude leer la información sobre el suceso del suicidio de un adolescente de 14 años que tuvo lugar en Guipúzcoa el 21 de septiembre. Este chico, estudiante de un Instituto de Guipúzcoa, había sido objeto de palizas y vejaciones por parte de otros compañeros del mismo centro.

Parece ser que todo el mundo (profesores, compañeros) sabía de este acoso e incluso se esta investigando si el propio centro tiene alguna responsabilidad por no haber sido capaz de poner medios necesarios para parar el acoso que sufría el adolescente y que le llevo a tomar la decisión de suicidarse.

Y ahora resulta, que todo el mundo se lleva las manos a la cabeza por la actitud de los profesores y de los otros compañeros. Da la sensación que sólo las personas que tienen el hábito de mirar para otro lado están concentradas en este Instituto de Guipúzcoa. Todo el mundo que se entera del suceso no hubiese permitido tales acosos y los hubiera parado de raíz: denunciando los hechos sin dudarlo.

Y creo mal que nos pese, en general, solemos mirar para otro lado por muchos motivos. Quizá, en este caso, pudo ser por miedo al "nos van a llamar exagerados": seguro que algún profesor pensaría que eran cosas de críos y que no tenía importancia; o "la van a tomar conmigo": probable actitud de la mayoría de los compañeros.

Este hábito que nadie dice tener que consiste en mirar para otro lado, me pregunto yo: si es aprendido o innato.