Junio 03, 2004

Por una gorra

Hoy al poco de bajarme del autobús en el campus de la universidad he caído en la cuenta de que me había dejado en el asiento mi gorra. Una gorra tipo béisbol de color azul del Staatsbosbeheer, el cuerpo nacional de guardabosques holandés. La conseguí el pasado verano en un campo de trabajo a las afueras de Holanda, y sudé bastante la camiseta como para sentir que la podía llevar orgulloso.

Eran las cuatro y media pasadas, y el autobús seguía su ruta hasta la parada al otro extremo del campus. Eché una carrera desesperada bajo al calor para recuperar la guerra. Una gorra.

A los doscientos metros tuve que parar. Tenía la garganta totalmente reseca, a punto de darme una fatiga por el calor asfixiante y por las pocas fuerzas que tenía por haber apenas almorzado. Seguí el camino caminando deprisa e hiperventilando. Me encontré por el camino a los pasajeros que iban en el autobús, que se estaba poniendo en marcha. Eché otra carrera apresurada. Simplemente se había movido para recibir los nuevos viajeros antes de volver a hacer la ruta. En la carrera no dejé de mirar a la gente que había salido del autobús por si alguno llevaba mi gorra. Cuando por fin llegué las pocas personas que estaban esperando por el autobús estaban terminando de subir. Eché un vistazo desde fuera si todavía mi gorra estaba allí. Estaba. Hablé con el conductor del autobús, y le dije que sólo iba a subir para recoger algo mío que me había dejado olvidado. De camino a la facultad, estaba que me daba una fatiga. Una gorra. ¿Cómo explicar como me habría sentido si hubiera perdido la gorra?

Supongo que tienes que viajar para comprender que las fotos y los recuerdos materiales, son el único vínculo con el pasado. Los recuerdos se van desvaneciendo en tu memoria. Y sólo queda aquello que puedes tocar, para asegurarte que todo eso que albergas en tu cabeza fue real. Que hubo un tiempo y un lugar en el que fuiste libre, con una mochila, el diario y una cámara de fotos, mirando un mapa preguntándote a dónde te llevarían tus pasos. Una noche, en una residencia de estudiantes en Sarajevo que funcionaba como albergue estudiantil, me miré en el espejo del baño. Y me gustó lo que vi. Hacía mucho tiempo que antes de aquello no me sentía así. Pero, ¿cómo explicar lo que significa una gorra?

Escrito por Lobo a las Junio 3, 2004 11:02 PM
Comentarios

yo tengo dos estupidas flores hechas con medias rotas que no querria perder por nada del mundo, y ni siquiera son bonitas, ni las hizo la persona que me ayudan a recordar...

Escrito por mii a las Junio 4, 2004 11:34 PM

Con respecto a lo que comentas de los recuerdos hay un poema de Baudelaire increíble. Cito de memoria así que no se si es exacto:

El retrato

La enfermedad y la muerte hacen cenizas
De todo cuanto fuego ardió en nosotros.
De esos éxtasis vivos más que rayos,
De esa boca que ahogó mi corazón,

De esos besos dulces como un bálsamo,
¿Que queda, Oh alma mía?
Sólo un dibujo pálido a tres tintas,
Que como yo muere en soledad
Y que el viejo injurioso que es el tiempo

Frota con su ruda ala diariamente.
¡Asesino del arte y de la vida,
No matarás jamás en mis recuerdos
A la que fué mi gloria y mi placer!

Escrito por nadie a las Junio 15, 2004 02:12 PM