Agosto 12, 2004

Trayectoria de salida ascendente

El otro día mi hermana me decía que volviera a casa. Que para lo que estoy haciendo en Madrid (tocarme las nari... digo... terminar un trabajo académico) podía estar en casita tan ricamente. Tuve bastantes motivos para venirme a Madrid, aparte de hacer un máster. Salir de las faldas de mi madre, dejar mi ciudad, vivir solo... En definitiva eso que llaman madurar. Estando cerca de los treinta ya era hora.

Así que pudiendo elegir, elijo el camino difícil porque es cuestión de que aprenda a desenvolverme solo. Algún día, no contaré con la posibilidad de volver a casa y encontrar refugio. Tengo que aprender a jugar sin contar con tiempos muertos. Y al fin y al cabo, estas semanas de mierda pasarán.

A estas alturas de la película me doy perfecta cuenta que lo que me pasa es que llevo demasiado tiempo encerrado entre estas cuatro paredes, sin dinero para poder pensar en viajar y atascado en un trabajo académico por el que no siento ninguna motivación.

Cuando te sientes mal eres incapaz de pensar en el largo plazo, al que ves como una extensión del presente. Y sólo cuando nos desahacemos del chapapote emocional en el que estamos atrapados miramos atrás y comprendemos que hemos superado un ciclo temporal. Yo pasé un período de mi vida bastante malo al que llamé el "Éxodo". Su fase principal duró 5 años. Una eternidad en aquel momento.

Algún día miraré atrás y Madrid sólo será un vago recuerdo en mi vida. Un tiempo de transición. Cambiar las cosas, cambiar mi vida presente está en mi mano. Es un raro privilegio que pocos se puede permitir el sentir. Sería mucho más fácil no haber tenido las oportunidades que he disfrutado en la vida de avanzar y hacer lo que quiero, y entonces quejarme de los hados del destino. De la mala suerte. Ahora en cambio, el fracaso o el éxito dependen de mí. De que mueva el culo, de que ponga toda la carne en el asador en la tesina, en que saque mi atrofiada vena diplomática con mis ex-profesores...

Cuando termine ese maldito trabajo, y me licencie, habré soltado un lastre enorme. Dejaré de mirar atrás. Dejaré de sentir un carga en mis hombros. Y al sol, las calles de Madrid y la naturaleza, todo a mi alrededor, los veré con ojos nuevos y limpios.

Escrito por Lobo a las Agosto 12, 2004 11:37 PM
Comentarios

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Escrito por Lobo Estepario a las Agosto 20, 2004 09:20 PM