Llegué anoche a casa. Aquí sólo está mi padre, que vino por unos asuntos unos días mientras el resto de mi familia sigue de vacaciones. Después de cenar estuvimos hablando de política, rajando contra el PP. Por fin alguien con sensatez con quien hablar sin tener que oir tonterías.
Antes de caer rendido sobre mi cama, cogí todos mis diarios y busqué las páginas que escribí un verano, a los pocos meses de romper con Bz. por segunda y definitiva vez, mientras guardaba el reposo ordenado por el médico por una enfermedad. Sabía que lo que pasó por aquel entonces podría serme muy útil en estos momentos.
Y recuperé el asombro de cada vez que he releído páginas en la distancia. Como si el tiempo fuera circular y avanzáramos en la vida describiendo círculos. Aquellas no son precisamente lás páginas más literarias de mis diarios. Están escritas con la urgencia de quien quiere vaciarse en el papel, escribiendo como un torrente y volcando las certezas de la vida recién descubiertas a golpes. Asombra la lucidez de quien se mira a sí mismo no dispuesto a engañarse aunque duela lo que tenga que encontrar. Asombra ver que una vez mi vida me resultó tan diáfana. Y ante el asombro, sólo queda leer y volver a aprender.
Escrito por Lobo a las Agosto 29, 2004 06:12 AM