Podría contar la historia de alguien que conozco.
A los 22 hizo un viaje y volvió dándole vueltas al coco. Y un día, con los exámenes de septiembre a la vuelta de la esquina, algo pasó en su cabeza que vio las cosas claras. Y su vida cogió otro rumbo. Como si fuera otra persona.
Un año más tardé terminó los estudios y mientras buscaba trabajo empezó a dedicarle más tiempo a la O.N.G. en que colaboraba para tratar de convalidar ese tiempo como Prestación Social Sustitoria.
Al final de aquel curso, que lo pasó trabajando sin contrato N., una de las amigas del grupo en que se movía, le propuso comenzar una relación como "amigos con derecho". No llegó muy lejos la cosa. Y un día decidió dejarlo, dejar su cutre trabajo, volver a estudiar e irse de viaje. Cuando comenzaron las clases terminó uniéndose a lo que en inglés dirían "wallflowers", los desclasados y fuera de lugar. Él se reía de su propia condición, en un grupo formado por una piadosa y conservadora católica practicante, una pija que juraba y perjuraba que no lo era, un friki rolero frustado porque no se comía un rosco y una niña que era un pedazo de pan pero trataba sin éxito de convencer a la gente que una nihilista iconoclasta a la que le iba la movida siniestra (un día dijo que su sueño sería casarse con Marilyn Manson). Esta última se convirtió en el blanco de los comentarios sarcásticos de él, que no dejaba de señarlale sus contradicciones y su poca convicción en el empeño de demostrar al mundo que era mala. Sorprendentemente, o quizás no, la chica terminó coladísima por él. Contradictoria que era.
Tras el primer curso, en las vacaciones V., una chica que trabajaba en la O.N.G., le tiró los tejos una noche de demasiado alcohol. Ella se había pasado todo el tiempo desde que se conocieron marcándole los límites a él. Diciendo cosas como "nunca me enrollaría con un chico de tu edad" (ella le sacaba cinco años), "ya tuve una mala experiencia con alguien menor que yo" y cosas por el estilo. Alguna vez él pensó en ella como en algo más que una amiga, pero quitó esas ideas de la cabeza porque sería "traicionar la confianza de una amiga" y porque siendo mayor que él definitivamente quedaba fuera de su alcance. Pero aquella noche a él le pudo el orgullo cuando ella le dijo "decide tú" sobre dar el paso, se excusó y se marchó a casa hiperventilando del cabreo. Había aguantado los frenazos de V. y a la hora de saltar la barrera de la amistad ella pretendía que la responsabilidad la asumiera él.
Meses después él le estaba contando esta historia a T., una amiga ocho años mayor que él. Divorciada, por cierto. Aquella noche ella estaba dispuesta a enrollarse con él, y cuando él empezó a contarle indignado lo que había pasado con V. ella cambió de idea pensando que él se iba a cabrear. Pero el cabreo de él había tenido más que ver con la manera en que V. le había estado todo el rato recordándole que no se hiciera ilusiones, para luego querer algo y pretender que él asumiera la iniciativa que ella no se atrevía a tener. Pero T. entendió que lo que él quería dar a entender era que no quería cruzar los límites de la amistad con ninguna amiga. Aquella noche él durmió en un lado de la cama de ella preguntándose qué no había pasado.
En el segundo curso salió con una compañera de clase. Cuando la cosa estaba todavía en el aire, una chica del grupo de amigos, por aquel entonces disuelto, le propuso empezar una relación. Pero él se aferró a la posibilidad en el aire antes que a la certeza. La relación no terminó nada bien. Ni siquiera se hablaba con su ex-, a la que se encontraba todo los días en clase. Ella un día volvió por su vida, había tenido tiempo de arrepentirse, pero los dos no daban ningún paso. Él le estaba contando todo ello a R., una compañera de clase una noche en que había había ido a configurarle la impresora y la conexión a Internet, cuando ella le hizo parar de hablar explorándole casi hasta la campanilla con la lengua. R. era otra chica varios años mayor que él y también divorciada. Llegó a su casa al día siguiente con tiempo de ducharse, almorzar e ir a clase.
Y aún quedaría contar cómo volvió con su ex, y la otra chica con la que salió un año después...
No sé si es mucho o poco para seis años de una vida. Mi vida.
Estos días he estado hablando con J. y G., haciendo balance. Nos hemos pasado la vida quejándonos, decía J., y acercándonos a los treinta miras a tu alrededor y ves que hay gente muchísimo peor que tú. Gente que parecía que nos llevaba varias vueltas de ventaja cuando nosotros aún ni siquiera habíamos arrancado en la vida, y a pesar de todo parece que no han aprendido nada. O gente que no ha ido a ninguna parte. Así que lo que vivido. ¿Es mucho o poco? ¿Bueno o malo?
Así que lo que eres es sólo cuestión de qué cuentas a los demás y cómo lo haces. Podría haber optado hoy por hablar de todas aquellas chicas que algún día me interesaron (no muchas) y jamás me hicieron caso. Y dar a entender que mi vida es un páramo. Por eso siempre insisto que nadie se toma al pie de la letra este blog. Es un relato autocensurado de mi vida.
Escrito por Lobo a las Septiembre 6, 2004 05:30 AMHay que joerse, yo también me estoy acercando a los 30... con 22 años recién cumplidos. Sea con barba o con perilla, las féminas me siguen echando casi 30 tacos, y claro así no se puede ligar: entre los 2 metros, la supuesta edad y la timidez, es que me huyen (pobre excusa, pero valdrá).
Pues no es mal currículo, como bien dices, hay muchos por ahí que aparentan estar mejor y luego nasti de plasti. Muy bien tu reacción con V., por cierto.
Sí, esto será un relato autocensurado de tu vida, pero a ver quién es el guapo que encuentra un diario que no lo sea. Cada entrada son fragmentos, trozos de cristal de un todo. Toda narración está censurada, de otra forma no tendría fin.
Hay muchas cosas que ni siquiera escribiría en un diario privado, no porque alguien lo pudiera encontrar, sino porque YO preferiría no tener que leerlas.
Escrito por Veti a las Septiembre 6, 2004 01:50 PMTambien depende de qué busques en la vida... si tu meta en la vida(utilizo la particula en segunda persona para impersonalizar) es ser un triunfador con las mujeres... pues no estaría mal ese curriculum... demasiadas vidas he escuchado que, incluso juntas, no llegarían a esa actividad "sexual" :).
Los blogs no son reflejo de nuestra vida, porque como dice Veti, hay cosas que no escribimos para no tener que leerlas... en fin, siempre he odiado tener que recordar el pasado, me pongo nostalgico y no me soporto :).
Escrito por Träne a las Septiembre 6, 2004 05:02 PMNo pretendas entenderlas, ni chicas ni mayores, son todas... muy malas!!!!!!!
Escrito por odyseo a las Septiembre 8, 2004 08:57 PMtodas muuuuuy malas, menos la madre de uno, que es la única buena.
Creo que el día que resumiste este blog en dos cosas no te estabas autocensurando, a cambio poniendo un peaso muro ( el no dejar lugar a los comentarios). Te noté más real.
Se me ocurre que cada persona , con su manera de autocensurarse, se autoimpone su propio código ( igual que hay un código penal, civil) pues un código personal y se erige en el juez más estricto. no me gusta ver que tengo un código personal que me censura.
algún día sería interesante el pensar, escribir cuál es mi código. para ver lo ABSURDO que es...y lo que me estoy perdiendo.
un código estricto denota una persona insegura. necesita orden, cosas claras, reglas que le dan seguridad. cuantos más artículos tiene su código más insegura es.
los códigos, las leyes, al fin y al cabo, son para que haya seguridad ciudadana.
Creo que en el fondo, todos nos arrastramos por la vida, de mejor o peor manera.
A veces me pregunto si de verdad existe la posibilidad de pasar por este tránsito de otra manera.
Al final, todo es vacuo, por citar a Palahniuk, piensa que todo lo que consigas, ames u odies, con el suficiente tiempo, desaparecerá sin dejar rastro.
jack un poquito de porfavor, que nos vamos a deprimir todos. tienes razón pero lo peor no es que desaparezca el amor o el odio sino que desaparecemos nosotros.
Escrito por yolanda a las Septiembre 10, 2004 08:35 PMA eso me refiero. siguiendo la cita de Palahniuk, todo lo que puedas conseguir, dentro de 10.000 años no existirá.
En mi opinión, con la suficiente perspectiva, todo pierde importancia.
entonces para qué seguir viviendo? vale la pena? la vida es sufrimiento ,entonces, si somos conscientes de que no tiene ningún sentido.
Escrito por yolanda a las Septiembre 11, 2004 04:25 PMen mi opinión hay k ganarle la batalla a la muerte , en vida.
Escrito por yolanda a las Septiembre 11, 2004 04:26 PM¿Por qué seguimos viviendo? Eso es un error de concepción. No hay necesidad de motivos, vivimos y eso es todo. Existimos porque sí y ya está, no hay un motivo, una razón por la que estemos aquí y no hay un motivo para dejar de estarlo. Vivir o morir, a la larga, no supone mucha diferencia.
Escrito por Jack a las Septiembre 12, 2004 02:10 AMpara mi si,como individuo. pero bueno cada uno se monta su propia filosofía...
Escrito por yolanda a las Septiembre 13, 2004 05:22 PM