Octubre 01, 2004

Hombres (I)

Empezar una carrera de ciencias sociales con aproximadamente tres alumnas por cada alumno me llevó constantemente a estar rodeado de chicas hablando delante mío, mientras yo era un convidado de piedra. Y descubrir su incapacidad para entender el comportamiento de los "hombres" fue bastante desmitificador para el ingenuo de mí. Yo, que me había tragado el bulo de que ellas eran tan complejas y misteriosas, y nosotros tan simples y previsibles.

Recuerdo la sorpresa, y la gracia, de tener que explicarle a una L. desconcertada la lógica perfectamente razonable y simple para mí, pero del todo inextricable para ella, del comportamiento de algún chico ante determinadas acciones de una chica. Recuerdo también mi asombro el día que ella me reveló que las palabras y acciones de I., una compañera de clase y amiga común de los dos, que me habían llevado a pensar que estaba ante una niñata estúpida y superficial, eran en realidad parte de su estrategia de seducción conmigo. Una "estrategia" que parecía, por cierto, haber sido sacada de alguna revista barata para adolescentes descerebradas. Y recuerdo con risas a Bz. lamentar, en aquella época de la que ahora reniega en que parecía que esperaba que pasara algo entre A. y ella, que el interés de A. por ella parecía haberse enfriado después de que él, nótese el trivial detalle, la hubiera visto enrollarse con su ex en Carnavales y darse el lote delante suyo.

Y debería contar, hay que reconocer que tengo mis momentos, aquella ocasión el último año de carrera cenando precisamente en casa de L., en que su prima una pija ingenua pero tope fashion contaba que el chico con el estaba a punto de consolidar una relación le había revelado, ¡oh fatalidad!, que él en realidad ya tenía novia. Pero todo, claro está, tenía una explicación. La relación con su novia hacía tiempo que no le llenaba, estaba en una vía muerta. Y ella había irrumpido en su vida de una forma que le había desconcertado. Todos aquellos nuevos sentimientos por alguien tan especial le habían dejado turbado de tal manera que no había sabido cómo actuar. Al final y al cabo, su novia era su primera relación y no sabía cómo romper. Estaba además muy apegado a la familia de ella, a la que no quería hacerle daño. Y la situación le superaba.

Después de que ella terminara de contármelo todo y explicarme que ella no sabía muy bien cómo tomarse todo aquello, se sentía halagada por sus palabras pero enfadada por las circunstancias, le expliqué mi manera, una manera, de ver las cosas:-A ver si lo he entendido.-Dije.-Ese tío le está poniendo los cuernos a su novia contigo. Que diga ahora que le da miedo hacerle daño a ella porque seguro no se espera una ruptura, significa que no es una relación en crisis. Y que a él le da pena la familia de ella, con la que se lleva tan bien, implica que es el típico novio que cada dos por tres está en casa de su novia, come algún domingo en casa de ella y esas cosas... Vamos, que mientras ha estado contigo ha seguido haciendo vida de pareja con ella como si tal cosa. Y lo mejor de todo, es que cuando por fin te lo ha contado todo, para ti sus excusas de que el amor que siente por ti que eres tan especial le ha nublado el juicio, en vez de sonarte a lo que es, un intento de justificación de su falta de honestidad contigo, ¡son un piropo!. Joder, ese tío es el puto amo. ¡¡¡Ese tío es mi ídolo!!!.-

Podría alguien decir que la mayoría de cosas que aquí he contado pasaron en primero de carrera, cuando casi toda la gente que me rodeaba tenía dieciocho años, recién salidos del instituto. Pero el tiempo ha pasado y veo a mi alrededor la misma clase de desconcierto, incluso en mujeres que han pasado la barrera de los treinta años. Y sigo oyendo las recurrentes letanías y quejas sobre los hombres que como todo el mundo sabe son... unos cabrones.

Supongo que por ser hombre me resulta más fácil ver venir a la legua a los tíos chungos. I., aquella compañera de clase de primer de carrera, después de probar conmigo los trucos de la revista Vale se lío con un fulano con el que dos conversaciones me bastaron para saber que era un fantasma de mucho cuidado. I. Dejó la carrera en el segundo cuatrimestre del primer año y se fugó de su casa para vivir con un tipo que resultó ser un psicópata y politoxicómano. Años más tarde L., que en todo momento apoyó a su amiga que estaba viviendo la magia del amor, me preguntó cómo había sido capaz de darme cuenta desde tan pronto que el tipo no era de fiar. Cosas de la poco publicitada intuición masculina...

[Continuará]

Escrito por Lobo a las Octubre 1, 2004 07:05 PM
Comentarios

Intuición masculina? Pero lo de la intuición femenina no era un truco machista para justificar que las mujeres pudieran tener aciertos de vez en cuando porque está claro que pensar no lo hacen?
Está demostrado que hombres y mujeres son distintos. Pero todo el circo que se monta a partir de esto es muy absurdo...

Escrito por sola a las Octubre 1, 2004 07:32 PM

Yo también me he pasado media vida rodeado de mujeres. Y aunque esto no me ha ayudado a entenderlas mejor, sí que me ha servido para descubrir ciertas cosas.
Primera, que la intuición femenina es un mito cono el de las caras de marte, que las ves si de verdad las quieres ver. Y segunda, que no son tan complejas como cacarean. Hombres y mujeres son complejos/superficiales por igual, hay variaciones entre individuos, pero al finl todo se reduce a instintos. Sí es cierto que a ellas les gusta darse más literatura, disfrutan haciéndo creer (y tal vez creyendoselo ellas mismas) unos sentimientos y unas cosas que disfrazan la realidad de muchos casos: las ganas de echar un polvo.
No creo que los hombres y las mujeres lleguemos a entendernos nunca, y menos a estas alturas, después de miles de años de convivencia.

Escrito por Jack a las Octubre 2, 2004 01:52 AM

En esto opino como Ramón Gómez de la Serna:

"Las mujeres con como las croquetas: atractivas por fuera y sospechosas por dentro"

Escrito por Juanjo a las Octubre 2, 2004 03:10 PM

Esa intuición masculina es para tenerla en cuenta, pocas veces falla (comprobado). Distinguimos capullos (incluso siendo a veces uno de ellos) con cierta facilidad.

Saludos

Escrito por Träne a las Octubre 2, 2004 04:44 PM

Jack: "a ellas les gusta darse más literatura"

Apuntaré esa frase.

No estoy por creer en que cada sexo sea para el otro un "misterio insondable". Simplemente que demasiada gente es lo suficiente bruta para tratar de entender a los demás usando su propia forma de ver la vida. Y así les/nos va. Cada vez que pronuncio la frase "a las mujeres no hay quien las entienda" me he dado cuenta que en realidad lo que quiero decir es "comprendo la lógica que ha empleado esta tía para hacer lo que ha hecho pero en absoluto la comparto".

Escrito por Lobo a las Octubre 4, 2004 06:05 PM

yo soy una mujer (se que mi nick no lo deja claro) y jamas he entendido a las de mi sexo... ni ha los hombres... generalmente me cuesta entenderme incluso a mi misma...

Escrito por mii a las Octubre 7, 2004 06:42 PM
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