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Crónica de un nefasto día anunciado

El jueves me acosté temprano, dormí un montón de horas seguidas y luego otras tantas a ratos. Eso no pintaba nada bueno: demasiado sueño para que al día siguiente estuviera bien espabilada.

Ya por la mañana, temprano. A las 9:30 visita al psicólogo: no augura nada bueno que unas horas antes del evento social familiar del año deba ir al psicólogo precisamente por problemas para relacionarme socialmente.

A los cinco minutos de casa, tropiezo y cruzo de una acera a otra a trompicones intentando no caer.
Resultado: resollón en la espinilla y escalofríos durante todo el camino durante un rato pensando en quién me habría podido ver, todo esto, por una calle por la que nunca me ha gustado pasar por vivir en ella media clase (todo niños) ya desde la época del colegio.

Ya en la consulta, toca esperar 35 minutos. Entro, me siento, un rato hablando con él, y cuando me muevo un poco se me rompe el pantalón (he engordado por las pastillas y no me cabe nada, ése antes me quedaba grande). No importa, hoy se casa mi hermana, todo va a ir bien.

Llego a casa, me ducho a la buya, llega la cuñada de mi hermana, que la iba a maquillar, una amiga suya, que acaba maquillándonos a mi madre y a mí, así como peinarme, porque no sabía si me daría tiempo y no cogí hora en la peluquería. A todo esto, el secador estropeado; el único que hay en casa: un taurus verde y lo que otrora fue blanco con la misma edad que yo, aproximadamente, y sin protección en la parte de atrás.
Resultado: dos veces se me enganchó el pelo y hubo que cortármelo.

No pasa nada, peinada y maquillada parezca otra. Salimos de casa, subimos la cuesa hasta el juzgado y a mi me da la sensación de ir enseñando el culo con el pantalón tan bajo de cintura. Sin problema, voy todo el camino subiéndomelo.

En la puerta: el juzgado al lado de la carretera de la circunvalación, 13:30 de la tarde, mientras se bajan la novia y el padrino (mi hermana y mi padre, que está malo con las piernas y le cuesta andar) un montón de coches pitando para pasar que contribuye a mi cada vez mayor nerviosismo por estar allí. Hay tres novias más, cualquiera sabe el tiempo que tardaremos.

Mi hermana me dice que vaya sacando el DNI porque como testigo tengo que firmar. (Me viene a la mente el recuerdo de la boda de una amiga, ésta por la iglesia, en la que también fui testigo -sospecho que para asegurarse de que voy-, y a la hora de firmar, me quedo en le banco sentada. La prima de la novia, también amiga, me dice que suba, y me toca hacerlo cuando todo el mundo que quería firmar ya había subido y voy al altar sola ¡Tierra, trágame!)

Nervios durante la breve ceremonia, pensando que me tocaba inclinarme en la mesa para firmar, y yo con aquel pantalón. Al final, resultó que los testigos (el otro era el chófer), sólo éramos por si fallaban los principales, esto es, los padrinos.

A las fotos. Mi madre, mi sobrino y yo, en el coche de los padres del novio, mi padre en el de los tíos. A unos jardines por Puente Romano, así que allí vamos. Un rato dando vueltas, no vemos a nadie. Ronda de llamadas. Mi cuñado con el teléfono apagado, mi hermana no lo lleva; los tres hermanos de mi cuñado: el mayor, apagado, el mediano comunica, el pequeño no lo coje y buzón de voz. Vuelta a llamar al mediano, ahora resulta que no es por ahí.
Llegamos por fin a los jardines, al salir del coche, noto que el puñetero tanga (¡la tarde que di para encontrar uno que sirviera para el maldito pantalón!) sobresale escandalosamente. Ya vamos mal.

Fotos de rigor. Con mis padres, el fotógrafo me dice que como soy alta, que me ponga al otro lado que si no, le queda descompensada la foto. De camino a la otra esquina y todas las miradas fijas en mí.
Le dicen al chófer que se ponga para alguna, y al final dice que sí, pero que con una chica al lado. Como todas están emparejadas, me toca ponerme a mí.

Vuelta a casa, y el resto, como suele decirse, es historia.
Con todo lo que lloré el viernes, ahora sólo tengo ganas de reir amargamente pensando en todo lo que pasé esa mañana.

Por cierto, la novia, guapísima: tan pequeñita y delgadita, parecía una muñeca.

Escrito por lorayk el 20 de Junio a las 12:54 PM
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