Adicciones


Soy adicta al tabaco, a la cocacola, a sentarme frente al ordenador a no hacer nada en concreto y adoptar posturas raras en la silla (¡ay!, mi espalda), a los smint, a dormir y a pasarme la noche entera despierta dando vueltas en la cama, a la ensalada de pasta (lo único que apetece comer estos días).

Desde que vuelve a haber báscula en casa, a pesarme varias veces al día (lo único bueno de este calor, es que no tengo ni fuerzas para comer, espero que se note pronto).

A la lectura, aunque a veces (bastante a menudo) me cuesta coger un libro (que el de las crónicas de la Dragonlance pesa lo suyo).

Últimamente, a comprar cuadernos en los que no escribo, y desde que tengo la cámara digital (regalo de cumpleaños que aún no ha sido), a hacer fotos monotemáticas, esto es, a mi sobrino, al que también soy adicta.
También a soñar despierta, a no hacer nada, o como mucho, vaguear. Al ordenador de mi cuñado, que en el mío los juegos ya no van.

A quejarme por todo, a castigarme por nada y a ofenderme por cualquier cosa.

A escribir los post primero en un papel y luego pasarlos al ordenador sin revisarlos, con los consiguientes “qeu” y demás líos de dedos.

A olvidarme de leer los correos de las listas y los blogs aunque no tenga nada que hacer y luego leerlos de una tacada a los pocos días, con lo cual siempre llego tarde para decir algo en el hipotético caso de que no me convenciera de no escribirlo. Eso que me ahorro (de convencerme, digo). Lo que me recuerda (al hilo de lo de leer blogs) que también soy adicta a leer a zom y a la Prisci.

Y por lo que veo, soy adicta a olvidar lo que me conviene, porque sé (y yo nunca me equivoco) que la lista es mucho más larga.

Ah, sí, también soy adicta a llevar la contraria, tener razón y equivocarme siempre y discutir conmigo misma.

Espero que esto siga sin leerlo nadie, ni siquiera yo, así pudiera ser que también me volviera adicta a escribir más a menudo lo que acaba dando de sí mis pobres y escasas neuronas recalentadas y faltas de sueño a las cinco de la mañana.

Buenas noches

Escrito por lorayk a las 07:00 AM | Comentarios (2)

Limpieza y gracias


Hace unos días tiré casi todos los recuerdos materiales que acumulé tuyos en los diez meses que pasamos juntos. Tu casco, la foto de la comunión de tu prima como recordatorio, el tanga rojo que me regalaste para noche vieja, envuelto en un trozo de tela mal cosida y con prisas porque te olvidaste de envolverlo. Los once duros para la hucha, la radio, los mecheros y llaveros que te daban en el bar, las llaves de tu moto, tu gorra, tus carteras viejas...

Aún me acuerdo de aquella caída tan tonta de la que nos levantamos riendo y descalza, o aquella vez en que la moto no me arrancaba frente a la casa de Macarena y tuviste que subir andando porque la había ahogado. O aquella otra vez que me pararon con la moto trucada y sin permiso, y al darle los papeles le di una multa...
Esa tarde tenía examen de inglés, y del disgusto pasé de ir.

Recuerdo las noches en el murito, a los del golf, cuando me pediste salir y te dije que no y me dio la risa, cómo tuvo que llamarte Eli al día siguiente al mediodía para que quedáramos y te dijera que sí.

Tantos recuerdos que me vienen a la mente... y tan rápidos que no me da tiempo a escribir. Los malos no quiero recordadrlos, porque hubo muchos buenos.

Nunca he entendido a la gente que tiraba estas cosas, y mucho menos las fotos. Yo desterré los objetos a ese rincón donde no tropezaba mi vista con ellos muy a menudo, con la esperanza de verlos y recordar las anécdotas que iban unidas a ellos con una sonrisa.
Pero sentía que necesitaba sitio en mi vida, y tú aún ocupabas/ocupas banstante en la historia de mi vida, y necesitaba sitio para cosas nuevas, así que tiré gran parte de esos recuerdos.

Aún conservo muchas cosas que se libraron del destierro, y he decidido que las fotos las seguiré guardando, aunque no las necesite para recordar tu cicatriz, tus ojos, tu sonrisa, el cariño que un día perdí.

Esto iba a ser otro adiós definitivo, pero ha acabado siendo un recordatorio de los últimos diez meses en los que me sentí viva, en cómo se hundió todo mi mundo cuando te fuiste, pero sobre todo, de lo feliz e ilusionada que estaba a mis diecisiete años por mi primer gran amor real.

Siento que a ti también te afectara todo esto, supongo que eramos demasiado jóvenes y todo te venía grande, sobre todo por no saber de qué se trataba.
Espero que también recuerdes alguna vez todo lo bueno, todo por lo que te estoy muy agradecida.

Contigo aprendí a llorar y a reír por amor, y sobre todo, aprendía a amar.


Gracias, Javi

Escrito por lorayk a las 05:29 AM | Comentarios (0)

En la playa


Hoy, dos por el precio de uno.

Aún no he dormido. De hecho, después de escribir el post anterior, me llamó mi madre para decirme que se iba y me que tomara la pastilla.
Y entonces lo decicí. Me bajaría con ella y me quedaría en la playa. Esperando a mi padre, que tenía que ir al médico, al final decidí irme sola. Mi madre no paraba de decirme que esperara, que ellos me bajaban, que mirara el día, que dónde iba a estar, que le dijera a mi padre que se viniera conmigo...
Después de prometerle que me quedaría en el puerto, en las rocas, o bien en la playa de al lado, que a esta hora ya hay gente, me dejó ir, aunque no sin reticencia.
Iba por la calle a las siete y media e intentaba no ir rápido, disfrutar del paseo.
Llegué al puerto pero me decidí por la playa: en la entrada había un hombre con pinta de guardia.

Así que aquí estoy. Puse la toalla, me quité la ropa, saqué el libor, y me acerqué al agua. Di un pequeño paseo por la orilla y volví aquí.
Qué cambiada está la playadesde que no vengo. A cualquier otra hora no habría venido. La primera torreta ya no está, de hecho, juraría que está más cerca que antes.
Hasta hace poco había un señor mayor con su perro, un husky precioso que se me ha acercado. Me encantan estos perros. Él ha contribuido a animarme un poco más la mañana. Desde aquí se divisan unos barcos faenando. Cerca de aquí estan poniendo unas porterías para jugar a futbol (es la única playa de toda la ciudad que tiene superficie de arena respetable, las demás, 10-20 metros y para de contar). Hay alguien pescando junto al espigón. Gente corriendo, y yo, que debo ser la única que toma el sol a las 8 y media de la mañana. Me muero por darme un baño, pasear.
Ojalá tuviera ya la cámara digital. No iba a sacar nada del otro mundo, y yu soy malísima haciendo fotos, pero el mar está precioso, tan azul, con algunas olas, la fría arena aún tan lisa salvo algunas pisadas, entre ellas las de Thorn, como he decidido que se llamará el perro. Decía que el mar está precioso, como dejando entrever su fuerza aunque esté tranquila, una fuerza, por cierto, contagiosa.
Hace un tiempo me acordé de cuando era pequeña y aún se podía acampar en la playa, no nos quedábamos en ésta sino en una a las afueras, a la que aún seguimos yendo. Me acuerdo cuando intentaba quedarme despierta oyendo las olas y el suave murmullo me dormía. Cómo despertaba para tomarme la leche con Nesquick y cereales y me gustaba pisar y dejarme caer por los desniveles que hacía la marea cuando subía en la arena.
Recuerdo vagamente que íbamos a un campo de golf de ahí al lado a ducharnos y lavar los cacharros. Cómo justo al lado acampaban unos vecinos con toda la familia y amigos, y recuerdo que ya en ese tiempo era un poco cortada, pero eso lo dejaré para otro día.
La brisa me trae un ligero olor como al combustible de los barcos que suele haber por las mañanas. Ya llevo un rato aquí y aún no he llenado la arena de mi alrededor de colillas, aunque ya no aguantaré mucho.
Miro a mi alrededor y sonrío. Creo que iré a dar otro paseo.

Escrito por lorayk a las 04:28 PM | Comentarios (0)

Sigo con altibajos


En toda la semana no he ido ni un sólo día a las clases de aquagym. Mi madre me ha echado la bronca por eso (paga ella). Me paso todo el día durmiendo, llenando ceniceros y vaciando paquetes de tabaco (que también paga ella), cajas de caramelos y vasos de cocacola.

Voy a cumplir 23 años y he mandado a la mierda los últimos tres. No hago nada en todo el día y se me acumulan emails (de listas de correos, no hablo con nadie), ni siquiera echo un vistazo a los blogs, me da pereza escribir en el mío, y hasta me cuesta ir a la otra habitación a coger un libro.

Ya no me quedan amigas. La única que había está muy ocupada para verme, hace días que ni salgo ni veo a mi sobrino, me suenan las tripas y me invade el desánimo.

El domingo fue mi santo. Fui a la playa con mis padres, unos amigos suyos y mi sobrino, y el poco rato que estuve al sol cogí un ligero bronceado tirando a rojo, pero más por un lado que por otro, por lo que tengo un brazo un poco paliducho aún y el otro más moreno pero algo colorado.

En la semana que hace que me quitaron las pastillas he perdido unos dos kilos y medio (no tengo casi apetito y estoy hastiada de todas las comidas) pero aún no me entra la ropa.

Sólo espero que este "ratillo" pase pronto y que me vuelva a ver tan feliz como el viernes pasado.

Fui al aquagym, el primer día, y cuando salí, iba muy tranquila, nada de prisas, nada de "venga, ya he salido, ya me puedo ir a casa, y rapidito". No. Doblé la esquina pensando en qué podía hacer ahora, con esa despreocupación de a veces, cuando uno tiene vida, de saber que no tienes nada inmediato que hacer, y me decidí a llamar a mi hermana para ir a ver a mi sobrino.

La calle parecía más llena de luz, los árboles, los coches, más reales, y sin embargo, como si fuera menos consciente de ellos, no sé explicarlo.
Sólo se me ocurre una palabra para describir ese momento: NORMALIDAD.

Espero que haya más como ese, y más a menudo.
Es curioso, mientras escribía, no dejaba de menear la cabeza negativamente y de hundirla, ahora sonrío un poco.

Puede que a alguien éste le parezca un blog prescindible entre otras cosas, pero a mí me está viniendo bien soltar de vez en cuando mis cosas en alguna parte.

Escrito por lorayk a las 07:43 AM | Comentarios (0)

Un buen día


Sí, no todo va a ser tan malo.

Ayer estuvo mi hermana aquí con mi sobrino. Por la mañana íbamos a ir a la delegación de deportes para ver si había clases de yoga en verano, y a hacerme el carnet joven de paso porque estaba todo en el mismo edificio. Ví un folleto de campos de trabajo de voluntarios y me informé, pero casi todos estaban completos. De todas formas he de seguir buscando información y luego llamar a la delegación de Málaga a preguntar en cuál queda alguna plaza.

Luego visita al psiquiatra, que me quitó una de las pastillas que tomo, me encontró mucho mejor y me animó a que hiciera el voluntariado.
Después a casa, y yo ya llevaba los pies reventados por los zapatos.

Comida en familia, bajar a ver el coche nuevo de mi cuñado, y me invitan a ir con ellos al cine. No puedo menos que reirme: La pareja de novios (en este caso, matrimonio) que llevan a la hermana pequeña (ya no tan pequeña) al cine a ver: ¡¡¡¡Harry Potter!!!! La verdad, hubiese preferido ver Shrek. Por cierto, salí desencantada de la peli, me quedo con los libros y las anteriores.

Anoche me acosté a las 3 y media porque me quedé levantada viendo memento, mientras me comía dos helados de chocolate blanco. Lo que siento es que me acabo de comer otro y ya no quedan.

Hoy tenía que levantarme temprano para ir a apuntarme al AquaGym ese, pero me he levantado hace un rato. He desayunado (el helado), me he puesto a escribir, y le he mandado un SMS a mi amiga a ver si quiere que quedemos y me acompaña, o si tiene que trabajar, pasarme un rato por ahí, pero aún no contesta, espero que no esté enfadada.

No puedo menos que agradecer que, después de todo, tenga la enorme suerte de contar con mi familia y con una buena amiga.
Al principio mis padres no entendían nada y me agobiaban un montón, pero a raíz de la visita al psicólogo y ya contarles qué me pasaba exactamente, las cosas han cambiado. Mientras mi madre ha estado de baja, ha venido conmigo a todas partes, me ha instado a acompañarla a ella, nunca se ha quejado, etc. Pero hoy a vuelto al trabajo, y debería espabilar y hacer hoy algo, para demostrarme que sí que puedo hacer cosas solas, a parte de ir al médico (pero sólo al psicólogo/psiquiatra, al médico de cabezera, bien acompañada).

Por otro lado, cuento con mi mejor amiga, aunque siempre muy matizado. Yo no me quejo, y no quiero echar nada en cara, por lo que nunca le he dicho esto. No creo en los reproches entre amigos, si alguien tiene algo que echarle en cara a otra persona, muy posiblemente ésta última también lo tenga. Pero no puedo dejar de pensar en dónde estaban mis amigas cuando me fui encerrando en mí misma, cómo la que dice ser (y es) mi mejor amiga no era capaz de pasarse un rato por mi casa de camino al trabajo, que pasa por aquí, y subir a verme. Cómo sólo me llamaba para salir los sábados de discotecas, cuando sabe que eso no me va, cómo no venía a sacarme de la cama y meterme de cabeza en la ducha para bajar un rato al parque a que me diera el aire. Cómo sólo quedamos para ir de compras (ella mirando trapos y yo arrastrándome detrás intentando mantener una conversación con ella, explicándole cómo me siento y demás, mientras ella asiente distraídamente mientras sigue buscando cosas, cómo se aleja y me deja con la palabra en la boca porque no me ha oído, tan concentrada estaba en con qué podría ponerse esa camiseta blanca que ha visto...
Aun con todo y con eso, sé que cuento con ella, aunque me diera largas y nunca una negativa clara y directa por lo de la boda de mi hermana, aunque lo que yo diga o sienta cuente muy poco (quizá porque apenas hablo de ello), pero tampoco hay ocasión: una cafetería de un centro comercial, con el ruido y su hermana, no es el mejor sitio para hablar de ello, aunque ésta se haya preocupado más por saber que mi amiga, quizá por no ofenderme, quizá por no hacerme sentir incómoda, no sé. Lo que sí sé es que tengo a Alicia ahí, no siempre que quiera y para todo lo que quiera, pero eso la hace aún más valiosa, y me viene mejor que sea así, quizá le proponga que en su día libre hagamos lo que ella quiera -ir a La Cañada y mirar ropa-, y otro día que tenga la tarde libre, nos sentemos en un sitio tranquilo a hablar de lo que sea. Ya veremos.

Ahora voy a vaguear y remolonear un rato hasta que me decida vestirme e ir a la piscina, quizá baje a correos a recoger un paquete (he de mirar si abren por la tarde), y luego con mi amiga, que se va a la playa con la hermana, que no me ha mandado un mensaje para decirme si quedamos o no, otra de las cosas que me dolían, que siempre fuera un mensaje, nunca una llamada y menos una visita. Estaban almorzando y me ha llamado para ver a la hora que quedábamos, se ha interesado por lo del aquagym ese, y me ha preguntado si todo va bien, y por la boda y el viaje de mi hermana...

Veo que, a trompicones y con altibajos, pero me estoy recuperando, y no sólo eso, recupero a mi familia así como ellos me recuperan a mí, mi amiga y yo recuperamos a nuestra mejor amiga, y en síntesis, yo estoy recuperando la vida que un día me negué a seguir viviendo.

Hoy es un día estupendo

Escrito por lorayk a las 05:08 PM | Comentarios (0)