Hacía varios días que internet me funcionaba mal, así que ayer me decidí a llamar al servicio técnico de Telefonica. Me decidí ayer, pudiendo haberlo hecho el lunes porque, en cuestiones informáticas, siempre tengo la esperanza de que las cosas se arreglen por sí solas. Joder, si se estropean sin que tú hagas nada, ¿por qué no pueden arreglarse solas? El mundo es ilógico y cruel.
Así que bueno, llamo y las cosas suceden más o menos así:
Teleoperadora: Buenas tardes, le atiende Maripili. ¿En qué puedo ayudarle?
W.H.: Hola Maripili, no me funciona la cosa esa para ver porno.
Maripili: ¿Internet?
W.H. : Exacto.
Maripili: Bueno, primeramente dígame su número de teléfono.
W.H.: Claro preciosa, pero no me llames por la mañana.
Maripili: Mendrugo, lo quiero para comprobar su línea, no le llamaría por nada del mundo.
W.H.: Ya claro, que truco tan viejo......comprobar la línea…
Maripili: A ver, necesito que desenchufe el cable USB de su módem y reinicie el ordenador.
W.H: Pídamelo por favor.
Maripili: Por favor.
W.H: ¿Lo ve? No cuesta nada. Ya está reiniciándose.
(largos segundos de silencio)
W.H: ¿Qué ropa llevas puesta?
Maripili: ¿Qué?
W.H: ...nada. Ya se ha reiniciado.
Maripili: Muy bien, conecte el cable y acceda a Internet……..POR FAVOR.
W.H: Ahora mismo, no tengo nada mejor que hacer.
Maripili: No acceda a ninguna página porno aún, no haga nada.
W.H: Jo, no sé si resistiré….
Maripili: Bien, parece ser que tiene usted un troyano, por eso se le cuelga la conexión.
W.H: ¿Un qué?
Maripili: Un troyano.
W.H: ¡Agárremela con la mano!
Maripili: ¿Me ha hecho repetirlo sólo para hacer esa rima tan graciosa?
W.H: Mayormente sí.
Maripili: ¿Padece usted algún tipo de enfermedad mental?
W.H: Varias. ¿Quiere verme el pene por la webcam?
Maripili: No sé, el caso es que ya he visto muchos penes….pero nunca uno de un enfermo mental…
W.H: Bah....olvídelo.
Maripili : ¡Jo!
W.H: ¿Y cómo elimino el troyano?
Maripili: ¿Tiene usted antivirus?
W.H: No, los tíos duros no usamos antivirus. Adoramos el peligro.
Maripili: Le aconsejo que se haga con uno.
W.H: Mañana sin falta iré a la farmacia. Gracias por su desinteresada ayuda.
Maripili: Gracias a usted por su llamada. Se acordará de mí cuando vea la factura de teléfono el mes que viene.
W.H: De usted y de sus muertos....
Lo del troyano es cierto, aunque lo recuerdo todo un poco borroso porque últimamente tomo muchas drogas para parecer guay. Pero vosotros no las toméis, ¿eh niños?
Al fin este sábado conseguí el nuevo disco de Stereophonics. Había salido el día 16 en todo el mundo. Bueno, en todo el mundo….yo fui el martes al Fnac a ver si lo tenían, y me dijeron que nanai. Me fui ese mismo día al corte ingles, y nanai también. El jueves fui a una tienda de Discos Castelló, y nanai por supuesto. Supongo que es una de las desventajas que tiene estar en una discográfica pequeña (V2, en este caso), que por falta de medios tú disco no llega a su hora a todas partes.
Si empiezo esto (que pretende ser una crítica) diciendo que Stereophonics es mi grupo favorito del momento, seguramente perderé el poco crédito que pueda tener. No obstante, en mi favor quiero alegar que soy un fan atípico de Stereophonics, y mis opiniones no suelen coincidir con las de los demás acérrimos suyos (al menos por lo que he leído en internet).
En este nuevo álbum Stereophonics suenan más electrónicos, no en plan discotequeros, sino por el uso de samplers; sorprende que no haya ni un tema tocado con guitarra acústica. El sonido me parece buenísimo, aunque yo no entiendo de lo que es la producción de un disco. Tan solo es que todo me suena compacto, nada parece azaroso, hasta el más mínimo detalle parece que ha sido estudiado al milímetro. El sonido es la estrella de este disco. Si en el anterior (el genial You gotta go there to come back) lo que parecía brillar más era la voz de Kelly Jones, aquí la voz pasa a un segundo plano en casi todas las canciones. En algunas le ponen unos efectos que hacen que ni siquiera parezca él cantando. Eso es, a mi juicio, lo peor del disco. Ver en directo como Kelly Jones se deja la voz cantando no tiene precio. Debe de haberse cansado de hacerlo.
Este disco es además bastante cañero. A mí no me sorprende, pero no se por qué la gente tiene la idea de que Stereophonics es algo blando (el concierto del pasado abril en Barcelona me dejó un zumbido en los oídos durante una semana). Cierto es que sus temas que más han sonado aquí en España no pasan por ser especialmente rockeros (Have a nice day, Maybe Tomorrow…). ¿Sabéis qué? Tienen más y mejores solos de guitarras que The Strokes, White Stripes, y estos grupos así que parecen haber reinventado el rock. Stereophonics rocks! El solo de guitarra final de Doorman resucita a los muertos, y el riff de Pedalpusher se te mete en la cabeza y ya no te vuelve a dejar. Tan solo hay una balada en todo el disco, aunque sí es cierto que hay un par de medios tiempos un tanto soporíferos. Quizá se echa de menos una de esas baladas crudas y directas al estilo Since I told you it’s over, Billy Davies’ Daughter, o I stopped to fill my car in, que cerraban discos anteriores. La balada con la que se cierra este disco es Feel, muy buena pero que no llega al nivel de las otras.
El primer single que han editado es Dakota. No es la mejor canción del disco, pero sí es seguramente el mejor referente para tener una idea de cómo es el disco. Para mí los momentos álgidos del disco los aportan Superman, Doorman, Pedalpusher y la citada Dakota. No puedo citar los temas que no me gustan, porque todos me gustan, pero tal vez si Lolita no estuviera en el disco no pasaría nada.
Y por si con todo lo dicho no ha quedado claro, voy a hacer un último intento más directo:
¿Puntuación de del disco? Como disco de Stereophonics, 7.8, como disco en general 6.9.
¿Qué posición ocupa este disco entre la discografía del disco? Es el tercero mejor, tras el You gotta there to come back y el Word gets around. No obstante, si leéis otras críticas (más especializadas que ésta) seguramente dirán que es el tercero mejor tras el Word gets around y el Performance and Cocktails. ¡Y una polla! ¡El You gotta go there to come back es una obra maestra!
¿Lo recomendarías a un amigo que nunca ha escuchado a este grupo? No, porque mis amigos tienen el gusto musical en el culo. Lo recomiendo a los que continuamente necesitan descubrir cosas nuevas.
El capitán ha salido a comer y los marineros han tomado el barco.
¿Por qué hay tan poca gente interesante? De entre todos los millones, ¿por qué no hay unos cuantos? ¿Tenemos que continuar viviendo con esta monótona y pesada especie? Parece como si su único acto posible fuera la Violencia. Eso se les da muy bien. Les hace florecer de verdad. Flores de mierda, apestando nuestras posibilidades. El problema es que tengo que seguir interactuando con ellos. Es decir, si quiero que las luces se enciendan, si quiero que me reparen este ordenador, si quiero tirar de la cadena, comprar un neumático nuevo, sacarme un diente o que me abran las tripas, tengo que seguir interactuando. Tengo que contar con esos jodidos para las pequeñas necesidades, por mucho que ellos mismos me horroricen. Y decir que me horrorizan es ser amable.
Pero me machacan la conciencia con su fracaso en las áreas más elementales. Por ejemplo, todos los días, cuando voy al hipódromo en el coche, no hago más que sintonizar diferentes emisoras en la radio, buscando música, música decente. Pero todo lo que suena es malo, plano; no tiene vida, ni melodía, ni fuerza. Y sin embargo, algunas de esas composiciones se venden a millones, y sus creadores se consideran verdaderos Artistas. Es horrible, una horrible aguachirle que entra en las mentes de cabezas jóvenes. Les gusta. Dios mío, les das mierda y se la comen. ¿No tienen discernimiento? ¿No tienen oídos? ¿No perciben la adulteración, la ranciedad?
No me puedo creer que no haya nada. No hago más que apretar el botón, en busca de nuevas emisoras. Hace menos de un año que tengo el coche, y el botón de la radio tiene la pintura negra completamente desgastada. Se ha quedado blanco, marfileño, mirándome.
Bueno, sí, está la música clásica. Al final, siempre tengo que volver a ella. Pero sé que siempre la tendré. La escucho durante 3 o 4 horas todas las noches. Aun así, sigo buscando otro tipo de música. Pero no la hay. Debería haberla. Me preocupa. Se nos ha escamoteado toda un área de nuestra existencia. Pensad en toda la gente que nunca ha escuchado música decente. No me sorprende que se les caiga la cara a pedazos, que se maten unos a otros sin pensarlo siquiera, que no tengan corazón. Bueno, ¿y qué puedo hacer? Nada.
Las películas son igual de malas. Escucho o leo a los críticos. Una gran película, te dicen. Y voy a ver la mencionada película. Y me quedo allí sentado sintiéndome un maldito imbécil, sintiendo que me han robado, engañado. Ya sé lo que va a pasar en cada escena antes de que ocurra. Y las previsibles motivaciones de los personajes, lo que les impulsa a actuar, lo que buscan, lo que consideran importante, es tan juvenil y patético, tan burdo y aburrido. Las escenas de amor son mortificantes, anticuadas, papilla preciosista.
Creo que la mayoría de la gente ve demasiadas películas. Y los críticos, desde luego. Cuando dicen que una película es muy buena, quieren decir que lo es en relación con las demás películas que han visto. Han perdido la perspectiva. Cada vez los golpean más y más películas. Ya no disciernen, se han perdido en la maraña. Han olvidado lo que realmente apesta, que es casi todo lo que ven. Y en cuanto a la televisión, mejor ni hablar de ella.
Y como escritor... ¿lo soy? Ah, bueno. Como escritor, tengo problemas para leer las cosas que escriben los demás. No me dicen nada. Para empezar, no saben cómo poner una línea, un párrafo, en la página. No tienes más que mirar el texto impreso, de lejos, y ya te parece aburrido. Y cuando te acercas y lo lees, es peor que aburrido. No tiene ritmo. No tiene sorpresa, ni frescura. No tiene riesgo, ni fuego, ni jugo. ¿Qué es lo que están haciendo? Parece un trabajo duro. No me sorprende que la mayoría de los escritores afirmen que les resulta doloroso escribir. Eso lo puedo comprender. A veces, cuando mi propia escritura no ha rugido, he intentado otras cosas. He rociado de vino las páginas, les he arrimado una cerilla para agujerearlas con la llama. “¿Qué estás haciendo ahí dentro? ¡Huele a humo!” “No, tranquila, nena, no pasa nada...” Una vez se prendió fuego la papelera y la saqué corriendo al balcón y le eché cerveza por encima.
Para mi propia escritura, me gusta ver los combates de boxeo, ver cómo se usa la izquierda, el derechazo, el gancho izquierdo, el uppercut, el revés. Me gusta ver cómo se enzarzan, cómo se separan de la lona. Hay algo ahí que aprender, algo que aplicar al arte de la escritura, a la manera de escribir. Tienes una sola oportunidad y se acabó. Sólo quedan páginas, así que más te vale que echen humo.
La música clásica, los puros, el ordenador, hacen que la escritura baile, grite, ría. Esta pesadilla de vida ayuda también.
Todos los días, cuando entro en el hipódromo, sé que estoy reduciendo a mierda mis horas. Pero me queda la noche. ¿Qué hacen los demás escritores? ¿Mirarse al espejo y examinarse los lóbulos de las orejas? Y luego escribir sobre ellos. O sobre sus madres. O sobre cómo Salvar al Mundo. Bueno, lo pueden salvar por mí, pero no escribiendo esas cosas aburridas. Esa aguachirle floja y desbravada. ¡Basta! ¡Basta! ¡Basta! Necesito algo que leer. ¿No hay nada que leer? Creo que no. Si lo encontráis, avisadme. No, mejor que no. Ya lo sé: vosotros lo habéis escrito. Olvidémoslo. Que os den morcilla.
Recuerdo una larga e iracunda carta que recibí un día de un hombre que me decía que no tenía derecho a decir que no me gustaba Shakespeare. Demasiados jóvenes me creerían y no se molestarían en leer a Shakespeare. No tenía derecho a adoptar esa postura. Seguía y seguía con ese rollo. No le contesté. Pero lo haré aquí. Que te den por el culo, compañero. ¡Y tampoco me gusta Tolstói!
(Charles Bukowski)
Una vez un profesor que me vio en clase con un libro de Charles Bukowski me dijo: “Ten cuidado; si lees a este tío acabarás pensando como él”. Tenía razón en eso último, aunque creo que para entonces ya era demasiado tarde para cambiar.
M, mi mejor amigo, tiene una especia de novia, R, pero que él se resiste a llamar novia porque lo único que quiere de ella es sexo. Ella en cambio está enamoradísima pese a que él le ha dejado claro que no quiere una relación formal. Bueno, hasta aquí la presentación de los personajes, pasemos a la acción. (seguro que ya os habéis hecho la idea de que él es un cabrón y ella una pobre chica utilizada, pero la cosa no va por ahí)
La noche del pasado viernes, M acompañaba a casa a R. Cuando entraron en el piso notaron un fuerte olor a gas: los fogones y el horno estaban abiertos. Rápidamente los apagaron y abrieron todas las ventanas. Cogieron al hermano de R, de ocho años, y que dormía en su cuarto, y se fueron corriendo al hospital. Dejaron ahí a la madre de R, quién se había intentado matar a sí misma y a su hijo pequeño mediante la inhalación de gas. R y M pasaron la noche en el hospital con el crío, e intentaron contactar por teléfono con los tíos de ella, que no mostraron mucho interés en el asunto.
No obstante, a la mañana siguiente los tíos de R se personificaron en el domicilio de su madre y se encontraron con que ésta había intentado suicidarse nuevamente, esta vez con una combinación de pastillas y alcohol. Se la llevaron al hospital, le hicieron un lavado de estómago y recobró la conciencia el domingo. Pidió el alta voluntaria y volvió a su casa.
Ahora R está viviendo con sus tíos. Su hermano sigue ingresado en el hospital, aunque está físicamente bien, y pronto le darán el alta. El caso está en manos de asuntos sociales, y esta mañana M acompañaba a R a ver a la asistenta social para ver qué solución se encuentra, ya que R no quiere seguir con sus tíos, con quién no tiene ningún lazo afectivo.
Repasemos…R no tiene padre (desapareció hace años), su madre, que está en el paro, es depresiva, alcohólica, adicta a los psicofármacos, y ha intentado suicidarse y seguramente lo acabará haciendo. Y si no, es muy probable que vaya a la cárcel, porque ha tenido varios accidentes de coche sin ni siquiera tener carné de conducir.
Así están las cosas. Cuando ayer M me lo explicó me dejó hecho polvo. Casi no me acabo de creer que las cosas se le hayan torcido tanto a la pobre R en tan poco tiempo. Por suerte, tiene a M que casi no la ha dejado sola desde el viernes, y a la familia de éste, que se ha movido todo lo que ha podido.
Estas situaciones le hacen a uno pensar que no tiene motivos para quejarse de la familia que tiene, no, pero ni siquiera eso proporciona eso la más mínima alegría en este momento.
Contar esto en el blog es una forma de desahogarme, ya que al ser un tema tan peliagudo no lo puedo contar en ciertos sectores de mi entorno de amistades, no pretendo deprimiros.
Have a nice day.
¿Por qué las noches en las que sales de fiesta sin ganas acaban convirtiéndose en las más divertidas? En mi caso es una regla que no suele fallar. Anoche a las nueve no tenía plan alguno y preveía pasarme otro sábado en casa, pero en el Messenger me topé con C y le insistí para que nos fuéramos a Magic. Sólo me hizo falta decirle “la última vez que estuve pusieron Velvet Revolver” (que era mentira) para que aceptara. Pero el caso es que poco antes de salir de mi casa, me entro la pereza y pensé que prefería ver una peli y acostarme. Me costó no cancelarlo, pero ya he fallado mucho a C como para hacerlo de nuevo.
Al final fue una noche divertida, de esas que no se pueden describir; en parte por lo emocionante pero también porque la mitad de la noche llevaba una borrachera enorme. Lo que más me gustó fue que la noche de ayer resultó de lo más educativa. Entre otras cosas que ahora no recuerdo aprendí que:
- Pinchar Judy is a punk de los Ramones y justo después Janie Jones de The Clash basta para resucitar a un público adormilado tras una sesión infumable de rythm & blues.
- A las 5 de la madrugada, el Magic huele a sobaco.
- En un ambiente rockero, poner Check it out de los Beastie Boys sólo sirve para echar a la gente de la pista.
- Hay una tía, al menos una, capaz de bailar Friday I’m in love de The Cure de forma que parezca una canción fácil de bailar, mientras que los demás lo hacemos como zombies.
- C sabe ligar, yo no. C se hace amigo de cualquiera que le dice lo mucho que mola su camiseta de los Ramones (es igual que todas) y le invitan a cerveza y a cigarros. Yo soy un asocial de mierda.
- Si una desconocida te quiere usar para bailar Stayin’ alive (increíble que sonara en Magic) con ella, por mucho que tú odies esa canción, y luego dejarte ahí como un primo, lo hace.
- Soy el único (al menos de los que había anoche en Magic) que se sabe entera la letra de Born to be wild.
Y me lo pasé bien, de verdad, pero últimamente todo me deja un sabor agridulce.
Hay algo que mi padre dice de mí y no puedo negar que es cierto: el dinero en el bolsillo me quema. Es cierto hasta tal punto, que sólo hace dos días que empecé a trabajar y al dinero que cobraré a fin de mes ya le estoy buscando utilidad. Ayer por la tarde, por ejemplo, me fui al Fnac y me quité el gusanillo que tenía. Me he agenciado…
...en mi paso por la sección de discos:
The DandyWarhols – Thirteen tales from urban bohemia
Johnny Cash – American IV: The man comes around
Stereophonics – Just enough education to perform (el único suyo que me falta hasta que el lunes salga el nuevo disco)
…en mi paso por la sección de libros:
El ruido y la furia, de William Faulkner
Short Cuts (Vidas Cruzadas), de Raymond Carver
(Por suerte, estás son las dos únicas secciones que piso. Ni dvd’s, ni informática ni polleces…)
Y no es que haga mucho que no me compro algo. Hace una semana me compré el último disco de The (International) Noise Conspiracy, pero no me ha gustado demasiado. Tenía esa espinita clavada, la de hacer una mala inversión. Siempre que me compro un disco y no me gusta, tengo la necesidad de resarcirme comprando otro que creo que me gustará. Manías…
De todas formas, mi satisfacción no es plena, pues el disco que yo buscaba en la Fnac era el nuevo de The Beautiful South, que incluye la versión de The Zombies que llevo tres días escuchando una vez tras otra: This will be our year. Yo creo que éste tampoco será nuestro año. Tal vez por eso me gusta tanto esa canción, porque da esperanzas dónde no las hay.
Hoy es domingo y por la tarde he de ir a ver a mis abuelos y contarles que he dejado de ser un parásito social porque tengo un trabajo del que me cansaré dentro de nada y en el que me siento frustrado y me aniquilan como ser humano en favor de hacer de mí un trabajador productivo. Y mis abuelos estarán orgullosos de mí porque lo único que importa es tener un sueldo a fin de mes.
Por eso prefiero quemar el dinero en música y libros, porque ya que me esclavizo para conseguirlo, por lo menos que me evada.
¿Alguna vez habéis tenido la sensación de que explicáis muchas cosas pero en realidad no estáis diciendo nada? Así me siento ahora.
(No me apetece escribir, pero me jode mucho ver la página en negro. )
Desde ayer me siento poseído por el espíritu de un decorador de interiores. ¿Motivo? Mi padre me dijo que cuando les entreguen el nuevo piso este verano, que está a unos 80 kms de éste en el que vivo, me alquila este piso (que ahora es mi casa) por 300 euros, que es la mitad de lo que pretendía pedir al futurible inquilino. El motivo de que yo no me vaya con ellos al nuevo piso es que está jodidamente lejos, y sigo sin carnet de conducir, y además hoy empiezo en un trabajo muy muy cerca de mi casa, en la calle paralela a la mía.
Así que mis padres ven como lo más sensato que yo me quede a vivir solo en éste piso, y yo también. Llevo 24 horas (salvo las pocas que he dormido) pensando en todos los cambios que voy a hacer, todos los trastos, jarrones, libros de cocina que voy a tirar, el color del que voy a pintar las paredes, cómo arreglare el cuarto de mis padres para que sea el mío. Quiero hacer muchos cambios, porque mi casa ahora mismo no me gusta pero puede ser un pisito de soltero bastante potable. Lo que daría ahora por un catálogo del Ikea….
En un principio, pensaba en compartir el piso con alguien, y lo cierto es que en cuanto saco el tema me salen pretendientes (y alguna pretendienta, cosa que me agrada más), pero ahora me gusta la idea de vivir completamente solo. Si me resulta desesperanzadora esa soledad, ya le pondré remedio.
Y ahora mantengo los dedos cruzados para que me vaya bien en el trabajo y me dure mucho y para que el verano llegue en seguida y mis padres se larguen de casa. Resulta irónico que son mis padres los que se marchan de casa y no yo, que es lo más normal. Siempre he dicho que soy un tío raro que proviene de una familia rara, pero nadie me hacía caso.
PD: Ya me sale What's going on? de 4 Non Blondes a la guitarra. Algo es algo...