Eso es lo que me pregunto, y no acierto a encontrar la respuesta. Desde que hace ya casi una semana me rompiera el peroné mi forma de comportarme ha variado en casi todos los sentidos de una forma que jamás esperaba.
En mis relaciones personales, como vengo comprobando me estoy volviendo más arisco, permitiendo mucho menos que antes y por lo tanto, exigiendo mucho más que antes. No estoy tratando bien a los que están a mí alrededor y están aquí siempre.
En mis aficiones, hobbies y demás me está pudiendo una desidia, unas pocas ganas de hacer nada increíbles y un sentimiento de ya lo haré después que me está empezando a asustar.
En resumen me está empezando a importar todo un poco menos, sin tener las ganas que tenía antes por hacer cosas y disfrutar. Se me pasan las horas muertas pudiéndolas aprovechar en cosas más o menos útiles, pero no me apetece o prefiero dejarlo todo para después.
No encuentro esa motivación, por ejemplo, que tenía antes por escribir este blog o por leer algún que otro blog conocido o no. no tengo esa pasión por el Photoshop que se despertó en mi y que creo que estoy perdiendo.
Esta mañana me he puesto y lo he dejado todo a los pocos minutos... leer, navegar por zonalibre, escribir un post, un proyecto en Photoshop que tengo empezado, navegar por internet en busca de cosas curiosas, ver una película en DVD, arreglar un altavoz del ordenador que tengo roto y nunca me apetecía hacerlo, en fin, múltiples cosas que he decidido ir haciendo y al final todo se ha quedado en nada. También es verdad que con mi movilidad reducida tampoco puedo plantearme algunas pero la mayoría sí.
Aunque lo que más me duele es mis relaciones personales y enfadarme de mala manera por tonterías con gente que quiero y que lo están pasando mal con esta situación.
Cada día miro más veces esta nota sobre el monitor y cada día se me está haciendo más duro el no poder moverme de mi casa por mi propia cuenta.