Consulta de traumatología, en una ciudad de la provincia de Alicante. Martes 3 de Agosto a las 11:30 a.m.
Todo está ordenado, papeles sobre la mesa y las radiografías de mi peroné roto sobre la pantalla. Mientras el doctor no viene yo repaso los posters de las lesiones típicas de cada articulación y miro las estanterías llenas de vendas de diferentes tipos. Tras varios minutos sólo, el traumatólogo entra en la consulta...
_ Hola, buenas... _ dice él sin apenas mirarme y dirigiéndose hacia las radiografías comenta jocoso: _ ¡Vaya! Aquí alguien se ha roto el tobillo ¡y yo no he sido!
_ Ehhh, sí... jeje, he sido yo _ contesto sorprendido por su actitud.
_ ¿Y cuándo te lo has hecho? _ le contesto y acto seguido comienza a explicarme que él hasta la tercera semana no podía verme nada, ni callo ni nada con lo cual no podía saber si estaba soldando bien y dice que me van a dar cita para cuando se cumpla ese plazo y entonces que vuelva con otras radiografías y estas para comparar. Entones decidiría si me quitaba esta y me ponía otra para apoyar el peso o qué.
_ Esto si me regateas son seis semanas _ y continúa _ y si no me regateas pues también son seis semanas, así que ahora mantente en reposo, no apoyes el pie, la pierna ya sabes, en alto, y a disfrutar del verano. Hasta luego.
Mientras salía de la consulta con mis muletas y mi pierna escayolada iba pensando que el tío este era un showman, y que supongo que la medicina le había apartado de su carrera de cómico que en mi situación, y supongo que en la de muchos otros, no hemos sabido apreciar.
En su momento no me hizo gracia... después la verdad es que no era tan malo.