Escrito por: Newton
Una critica a: El Defensor del Lector. Superbarrio, supervecino. Domingo 08/10/2006. Ultimas Noticias. Pág.2)
En la ciudad formal o marginada las vicisitudes de la cotidianidad asumen la forma de quejas o reclamos por parte de los habitantes (en Caracas mayoritariamente lo hacen las mujeres), teniendo como canal integrador el uso de los medios de comunicación para darle viabilidad a la percepción que se tiene de esta ciudad, en donde los problemas abundan (como en todo el mundo) sin dejar de lado una especie de conciencia colectiva capaz de articular el espacio citadino desde sus dinámicas y escurridizas polémicas. Son variadas y volubles, no ha si en las leyes, que inflexiblemente tienen como objetivo garantizar a través del Estado una pronta resolución utilizando los departamentos especializados para tal fin.
“El articulo 82 consagra el derecho de todo ciudadano a gozar de una vivienda digna, derecho en el cual se encuentra comprometido el Estado Venezolano”. Por supuesto mas allá de informar o estar informado de este derecho, la problemática se va ramificando en situaciones mas “triviales” pero no menos trascendentales: remodelaciones, recolección de basura, mantenimiento o reparación de servicios básicos como agua y luz se convierten en una panoplia de arreglos y concesiones que no siempre benefician al “colectivo local” o que en el mejor de los casos termina bajo la lupa escrutadora de los medios comunicacionales para hacerle ver a “los otros” la incompetencia del Estado o su ensalzamiento ante la “opinión publica”.
Esta situación genera controversias entre los mismos habitantes que tienen como medida el compartir la cercanía de un mismo ducto de basura, una fachada deteriorada o una plaza sin servicios, considerándose que todo lo que es compartido requiere una toma de conciencia por encima de las diferencias. A veces sucede que de manera afortunada los “vecinos” comparten una misma clase o condición social y los problemas son arreglados, tomando como base la división del trabajo para un fin coordinado y exitoso. En otras ocasiones lo mas difícil no es arreglar una tubería (a menos que el proveedor del servicio sea un inútil) sino el tratar de que un grupo de habitantes, en ocasiones de diferentes niveles socioeconómicos, se logren poner de acuerdo en la solución de un determinado problema.
La ciudad en este punto se comienza a visualizar como un territorio de confrontaciones al margen de la ley, una especie de guerra secreta entre los ciudadanos, y éstos contra el Estado, configurando así un escenario urbano con características que lo harán ciudad si logra establecer responsabilidades y respuestas. Castigo panóptico de lo inverosímil pero real, como si cada paso en el crecimiento de la ciudad se hiciese a ciegas pero tanteando. Son los ciudadanos con su accionar los que construyen el Estado regulador. Sin eso, simplemente los escenarios son una pantalla donde termina proyectándose una mala película de nuestras vidas…