Estación: claridad

Mayo 15, 2004

Si encienden las estrellas...

Oigan: si encienden las estrellas
es porque alguien las necesita, ¿verdad?,
es que alguien desea que estén,
es que alguien llama perlas a esas escupitinas.
Resollando tormentas de polvo
del mediodía penetra hasta Dios,
teme haber llegado tarde, llora.
Le besa la mano carniseca,
implora que pongan sin falta una estrella,
jura que no soportará este tormento inestelar,
y luego anda preocupado,
aunque aparenta calma.
Dice a alguien:
Ahora no estás mal, ¿eh?
¿A que ya no tienes miedo?
Oigan si encienden las estrellas
es porque alguien las necesita, ¿verdad?
Es indispensable que todas las noches sobre los tejados
arda aunque sea una sola estrella.

Un poema de Vladimir Mayakovski (Rusia, 1893-1930)

Escrito por Ricardo B. en 08:31 PM | Comentarios (12)

Mayo 13, 2004

Uno es lo que quiere ser

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Un día el Maestro anunció que un joven monje había alcanzado un estado de iluminación avanzado. La noticia causó revuelo. Algunos de los monjes fueron a ver al joven monje. "Escuchamos que te has iluminado. ¿Es verdad?" preguntaron.
"Lo es," contestó.
"¿Y como te sientes?" "Tan mal como siempre," dijo el monje.

Lo siento, dudo mucho que haya fórmulas matemáticas para la vida, uno es lo que quiere ser. Podrás dudar, podrás sentirte bien o mal, podrás encaminar tu vida de una manera u otra, pero no hay nada ni nadie que te diga en ningún momento que si lo que haces es lo correcto. Si tú no crees en tu camino, nadie te va a seguir en él.

Escrito por Ricardo B. en 08:28 PM | Comentarios (5)

Mayo 11, 2004

Un recuerdo

Me pidió un recuerdo, y no supe que traerle. Pensé en traer la sombra de la encina que nos cobijaba cada verano en la plaza, pensé que sería bonito llevarle un pedazo del tejado de la iglesia, o el charco de la fuente de la alameda. Hasta quería haber cogido el sonido de las manzanas cuando caían maduras en el prado. O la mirada perdida del gato de doña Julieta, que siempre le ronroneaba cuando pasaba. ¡Pensé en tantas cosas!, que al final no supe que hacer.

Escrito por Ricardo B. en 08:27 PM | Comentarios (8)

Mayo 07, 2004

Los pendientes

Un pequeño fragmento, que me pasó una amiga, de una novela titulada "Las historias de Marta y Fernando", de Gustavo Martín Garzo...

'Marta se puso estremecida los pendientes, pensando que muchos años atrás su abuela, y tal vez su madre, se los habían puesto ante aquel mismo espejo, con la cabeza llena de sueños. ¿Recordaban esos sueños a los suyos? Le pareció que todos los sueños de las mujeres eran semejantes, porque todos tenían que ver con las ansias de ser amadas. También que, cuando se miraban al espejo, todas experimentaban la misma sensación de agotamiento y de irrealidad que ahora sentía ella. Porque intuían que, en el fondo, eso no era posible.'

Escrito por Ricardo B. en 08:25 PM | Comentarios (6)

Mayo 06, 2004

La niña más valiente del mundo

La niña más valiente del mundo no dibujaba soles amarillos porque el terror le incendiaba de vértigo las venas.
Le salían sin querer bocas selladas -no digas nada, es nuestro secreto- y firmaba con trazo tembloroso para que no sospecharan las maestras.
La niña más valiente del mundo se abrazó rota a su peluche roto y rogó cada día "Por favor, aún no llegues, Noche".
Seis domingos enterró notas de socorro en la arena para ser fuerte, para hacerse invisible.
La niña que nunca rompió el pacto, la que se mordió los labios, la que se echó la culpa de todo, la que quiso comprender y no pudo la que durante siete mil quinientos días pidió permiso para el grito y la risa era la niña más valiente del mundo.
Nadie lo sabía, pero yo ahora lo sé.

Escrito por Ricardo B. en 10:48 PM | Comentarios (5)

Mayo 04, 2004

Una mujer y un hombre se quieren

Un hombre y una mujer se quieren. Y aquí podría acabar la historia si no fuera porque un día el hombre sorprende a la mujer con otro hombre. Ella dice que le quiere pero él no la cree. Él dice que ella no puede querer a los dos. Un hombre, una mujer y un hombre se quieren.

Él se va pero sigue queriéndola. Ella lo recuerda y sigue queriéndolo. Un día él encuentra a otra mujer. Ella dice que le quiere pero él no se deja.
Él dice que la quiere, aunque no puede olvidar a una mujer. Un hombre y una mujer y un hombre y una mujer se quieren.

Etcétera.

Escrito por Ricardo B. en 09:59 PM | Comentarios (21)

Mayo 02, 2004

Canción infantil para despertar a una paloma de tres primaveras

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Y bueno pues, un día más, que se va colando, de contrabando, y bueno pues, adiós ayer, y cada uno a lo que hay que hacer.
Tú enciende el sol, tú tiñe el mar y tú descorre el velo que obscurece el cielo y tú ve a blanquear, la espuma y la nube, la nieve y la lana y tú conmigo a cantar la mañana.
Tú a dibujar el trigo y la flor, tú haces de viento, dales movimiento y tú les das color, tú amasas los montes, tú al pozo a baldear, y tú conmigo y el gallo a cantar, que hay que empezar un día más, tira palante que empujan atrás y póngase el calcetín paloma mía y vengase a cocinar el nuevo día todo esta listo el agua el sol y el barro pero si falta Ud., no habrá milagro. Si le falta Ud. a un mundo enfermo y con canas quien va a hacerle la cama, y quien le peinará la frente, y quien le lavará la cara, si falta su risa para echarlo a andar, venga conmigo y el gallo a cantar, que hay que empezar un día más, tira palante que empujan atrás, y póngase el calcetín paloma mía, y vengase a cocinar el nuevo día, todo esta listo el agua el sol y el barro pero si falta Ud. no habrá milagro.

De Joan Manuel Serrat a su hijo.

Escrito por Ricardo B. en 08:55 PM | Comentarios (3)
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