Enero 01, 2004

Surtido de momentos irritantes de final y principio de año

He aquí un par de acontecimientos que tuvieron lugar durante estas últimas horas:

1.- Mi madre bebió ayer un poco más de la cuenta durante todo el día, y llegó a la cena como llegó... En cierto momento de la cena de Nochevieja le dió por contar una curiosa anécdota de cuando tenía 14 años. Todo comienza en su pueblo natal en Córdoba, un pueblo que no estaba adaptado a la tecnología de aquel tiempo (vamos, que no había un sólo semáforo en todo el pueblo). Resulta que un día, no sé por qué razón (es irrelevante) mi madre se vino en moto desde Córdoba hasta Murcia con el hermano de su tío, y al entrar en Murcia apareció uno de esos desconocidos semáforos que casualmente se encontraba en rojo. Por supuesto, la moto se paró, y como mi madre estaba acostumbrada a bajarse de la moto en cuanto ésta se paraba, allí se apeó. Cuando el hermano de su tío le pidió explicaciones, mi madre, rauda cual rayo, vio un estanco y le dijo al motorista que pensaba que había parado a comprar tabaco. Imaginen que alguien les cuenta esta historia una y otra vez de distintas formas y desde distintos puntos de vista y obtendrán mi cena de Nochevieja.

2.- Toda la noche fuera, de fiesta (como dije en el anterior post) con mis amigos (por cierto, Heechee, tenías razón... Ya te diré en qué). He llegado a las 10 de la mañana a mi casa exhausto y me he acostado. Cabe destacar que algunos familiares han pasado la noche en mi humilde hogar, por lo que no descartaba la posibilidad de tener que compartir la cama con mi hermano o con mi hermana, pero cuando llegué estaban mis aposentos vacíos, así que pude disfrutar de una para mí sólo. Pasadas unas 3 horas entra mi hermano y me despierta para meterse en la cama conmigo. Me fastidia, pero no le doy importancia puesto que era de esperar. Me apretujo para dejarle sitio y después de meterse empieza a hacerme preguntas, algunas discretas y otras no tanto, sobre mi noche. Al cabo de unas cuantas de esas cuestiones le digo desesperado "¡Déjame dormir!" e intento coger la posturita en mi porción de cama, pero es tarde, la conversación con mi hermano me ha desvelado. A eso sumémosle el poco espacio del que disponía y el calor que empezaba a hacer en una habitación tan pequeña y sin ventilar... Mucho calor humano. Después de unos 5 minutos en incómodo silencio en los que me planteo seriamente levantarme e irme a ver si consigo otro sitio para dormir mi hermano se levanta y se dispone a irse. Antes de que se marche le pregunto que a qué había venido y me dice que a preguntarme qué tal me había ido y no a dormir... Dos minutos después yo también estaba levantado.

Por lo demás todo bien. Mi abuela se acabó las uvas antes de tiempo (como viene siendo tradición durante estos últimos años) y Touchie tiene que hacerme un favor. Que el diablo nos coja confesados.

Escrito por Styler a las Enero 1, 2004 03:15 PM
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