Abril 28, 2004

Where is my mind?

Geoume, are you okey?

Geoume rie. La broma privada viene de la fiesta anterior. Con los ojos entrecerrados, la lengua pastosa, apuntando con el dedo índice y describiendo con él un círculo invisible en el aire que acompañaba con un giro de cabeza, Geoume repetía a todo aquel con el que se cruzaba: "I have drunk a lot, but I am okey".

En realidad en esta ocasión nos lo han puesto difícil, el abridor no aparece por ningún lado, lo cual no deja de resultar irónico si tenemos en cuenta que la fiesta se celebra en una cocina. Pero estamos rodeados de estudiantes, ingenio es algo que sobra,así que empleamos la hoja de un cuchillo, el quicio de una puerta, los más previsores incluso se han traido su abridor particular en el llavero.

Geoume, are you okey? No, I´m not.

Resulta curioso. No soy una persona especialmente orgullosa del sitio donde me ha tocado nacer, no suelo participar de las celebraciones y fiestas propias de mi región, pero aquí estoy, relatando a un grupo de curiosos las costumbres typical spanish. Al menos, ninguno de ellos es el neoyorkino coñazo enamorado de Sevilla del cumpleaños de Nora. A mi lado, tengo a un francés con cara aniñada y coleta de grosor milimétrico, llamémosle Anakin, enfrente, a un indio de brazos cruzados, piernas estiradas y sonrisa boba, una postura según él adoptada comúnmente por las habitantes de su país, llamésmosle Apu.

Cuando la conversación deriva hacia temas musicales, metido ya en mi nuevo papel de embajador español de los Ph. D., me siento en la obligación de pedir disculpas públicas por "Macarena" y "Aserejé", explicar que el dichoso estribillo no significa un carajo y que nunca he bailado ese mal epiléptico, excepto una vez en una boda y porque el padre de la novia me lio.

Geoume, are you okey? No, I´m not.

Un alemán suspira porque en su país no hay canciones mundialmente conocidas, excepto "99 red ballons", un viejo tema de Nina. Alguien menciona a Ramstein pero el reniega, luego desaparece en busca del estudiante sueco, según se cuenta es un maestro en el arte de liar porros. Yo intento sin éxito que Apu nos cante un trozo de alguna canción de esas películas indias tan graciosas.

Entonces de la freidora empieza a escapar los primeros compases de una melodía, la reconozco al instante y comento que es la canción del final de "El club de la lucha". Anakin asiente y añade que es de Pixies. Miro hacia la ventana y espero unos segundos a que las casas del vecindario empiecen a estallar.

Are you okey? Yes Geoume, I am okey.

Posted by Bernardo at 09:44 PM | Comments (0)

Abril 24, 2004

Cosas que hacer en Eindhoven cuando estás muerto (de aburrimiento)

Sábado por la mañana. Abro los ojos y me doy cuenta de que no es por la mañana. A tientas, trato de alcanzar las gafas. Como no llego, me levanto y pego los ojos al display del despertador. Más de la una, y la verdad es que no volví demasiado tarde de la fiesta de anoche. Creo que me estoy haciendo viejo.

El día no está para quedarse en casa y no me apetece demasiado irme de excursión. Así que me visto, me cuelgo la mochila y a la calle. La casa está medio vacía este fin de semana, aún así, me encuentro a Lix en el jardín, despedaza su bici. Le doy los buenos días y se descojona, rectifico y le doy las buenas tardes.

El paseo en bici hasta el centro me sienta bien, pero ahora ¿Cómo pasar el día? Primero a comer algo. Puedo escoger entre el Kentacky Fried Chicken o zamparme un kebab, paso de McDonald´s por supuesto. Claro que está el índio,el tailandés, el chino, el italiano, el argentino,el mejicano, el griego y toda nacionalidad que se le pase a uno por la cabeza, pero a precio de restaurante.

Y luego,podría tomarme un café aunque, sea en la cafetería de la plaza del mercado o el kioskillo de la estación, te pidas un cappuccino o un expresso, siempre sabrá a agua con polvitos.

Puedo mirar tiendas, desde luego, pero es un peligro, porque siempre apetece comprar algo. O echar un vistazo en el mercadillo de ropa de segunda mano, discos de vinilo y libros en holandés, que resulta bastante exótico pero que nunca apetece comprar nada.

Después está el multicine, si te gusta y no tienes demasiados problemas para seguir una película en inglés, el casino, si directamente te sobra el dinero y el cine porno, si te sientes sórdido y no te molesta la estética seventies,aunque mejor no, porque sentirás un escalofrío al darte cuenta que el dependiente de un sexshop y el de una tienda especializada en cómics son intercambiables.

Puedo echar monedas a los cantantes ambulantes, o escucharles y no echarles monedas,pasear por el parque, quemar la noche en la calle de los pubs...

Es curioso el efecto que produce esta ciudad en los estudiantes, oyes dos tipos de respuestas si preguntas la opinión sobre ella. Que es agradable o aburrida. La diferencia está en el tiempo que lleva aquí la persona que responde.

Posted by Bernardo at 09:20 PM | Comments (5)

Abril 20, 2004

Un banco de keukenhof

banco.jpg

Posted by Bernardo at 07:34 PM | Comments (0)

Abril 17, 2004

Vida sana

Ivan y yo acabamos de llegar del almuerzo y Fanfan nos sugiere que le acompañemos a dar un paseo. Es como si una bombilla se materializara a escasos centímetros sobre mi cabeza y se iluminara. De pronto, me doy cuenta de a qué se dedican los empleados fijos cuando regresan de la cantina para arrebatar los abrigos de los percheros. Fanfan está explicando los beneficios de un paseo a media jornada, algo relacionado con oxigenar las neuronas del cerebro y con la luz, mientras David y Paolo hacen muecas y reniegan de la inusual costumbre holandesa.

Efectivamente, al salir del edificio el panorama es sorprendente. Cual cabras montesas, personas en grupos de cinco o seis caminan en todas direcciones entre las zanjas y vallas aparecidas a causa de unas obras que habían empezado antes de que yo llegara y no muestran visos de terminar. Seguimos a Fanfan, que como buen practicante, ya ha creado un recorrido de acuerdo a sus preferencias. Entre conversaciones sobre fiestas de estudiantes, política búlgara, partidos de fútbol y toros, atravesamos el Strip, un edificio supermoderno, superfashion y supercaro que albergará las cantinas de todo el Campus a partir de junio. Luego, bordeamos el lago hacia la autopista de Amsterdam. Volvemos pasando junto al pub, no somos capaces de averiguar si sólo se abre para celebraciones especiales o tiene un horario habitual. Rodeamos el WAY por la parte de atrás y, en media hora aproximadamente, estamos en el punto de partida.

Las pelotas se me quedaron del tamaño de canicas, pero ,eso sí, qué sano que me siento.

Posted by Bernardo at 05:44 PM | Comments (1)

Abril 12, 2004

El hombre de Curacao

El hombre de Curacao responde a la estática del walkie-talkie con un "Dank u wel", persigue a los niños que patinan por los pasillos y devuelve los "Pringels" adquiridos furtivamente fuera del edificio a los dos chavales que abandonan la sala.

El hombre de Curacao me ve empalmar un café con una Heineken, se alegra de que no fume y confunde "Big fish" con "Seabiscuit" (¿Es esa película del caballo?). Cree que vivo en hoteles y que soy rico porque trabajo en Philips.

El hombre de Curacao,que chapurrea un poco mi idioma, echa de menos nadar. Odia Eidhoven porque cierra a las cinco, y porque sólo se puede ocupar el tiempo en casinos y cines pornos. Por eso,desea mudarse a Rotterdam o Amsterdam.

Hoy me recogió el ticket a la entrada y, cuando me reconoció, me saludó efusivamente en castellano.

Posted by Bernardo at 06:16 PM | Comments (2)

Abril 09, 2004

Salvar mi honor

Sentado en la cantina con Paolo, recuerdo la expresión de horror de Fernando cuando le comenté el poco turismo que había hecho. Resultaba inconcebible según él, tantos sitios interesantes por ver, tan cerca. Paolo me pregunta si he viajado en fin de semana, me dice que no recuerda haber hablado conmigo de eso. La cara de espanto de repite, no me extraña que él y Fernando hicieran buenas migas en el pasado y conspiraran para visitarlo todo, signifique lo que signifique eso.

Pero Paolo, que pasa las vacaciones de Pascua en Portugal, se compromete a salvar mi honor ante Fernando, pone los ojos en blanco y suelta cuatro lugares, uno por cada fin de semana que me queda, por los que no puedo dejar de pasar, excluyendo Amsterdam, dado que he estado allí un par de veces.

Al finalizar la semana, lo primero que hago es saltarme su lista y visitar la ciudad en miniatura de Madurodam en La Haya.

Aún así, queda un último gesto que debería salvarme del ostracismo,que evitaría que mis amigos en España, al verme, se cambiaran de acera y me lanzaran cacahuetes: entrar en un coffe shop.

Posted by Bernardo at 10:11 PM | Comments (1)