Febrero 28, 2005
Retener nombres
Escribía Soledad Puértolas en su columna del día 27/feb/2005, titulada 'Ciencia Ficción', sobre los autores de ciencia-ficción "cuyos nombres no he retenido, aunque hubiera merecido la pena para poder, al menos, mencionarlos ahora y agradecerles públicamente los buenos ratos que me hicieron pasar".
Es una guerra perdida, ya lo veo. Me refiero al género de la ciencia-ficción, del que vivimos algunos autores (género puro y duro, o variantes, o fantasía), un género que, como la "narrativa general", ha ofrecido y ofrece obras maestras de la literatura.
Pero, claro, aunque se trate del Año del Libro, no está de más normalizar el acto de "no retener" en la memoria el nombre de autores de libros... porque son de ciencia-ficción, no son libros serios.
Me pregunto, señora Puértolas, ¿no retiene el nombre de autores de libros de ciencia-ficción, o tampoco de otros literatos generalistas?
Imagine que yo, en una de mis columnas, escribiera: 'me habría gustado retener el nombre del escritor de El Quijote, o del autor de Las Ratas, o de La Colmena, del señor ese tan cínico con sombrero y bastón que escribió A sangre fría, de la chica aquella con acento mallorquín que escribió Lola, del escritor que se hizo famoso con una novela sobre Barcelona, las sombras y el viento... o de la señora esa que escribía en el Magazine de La Vanguardia, la de Queda la noche, para poder, al menos, mencionarlos y agradecerles públicamente los buenos ratos que me hicieron pasar'.
:-)
¿No queda raro?
Yo no olvido a los autores, o no olvido a los autores de un género concreto. Me lo enseñaron en clase de literatura.
No es que alguien tenga la obligación de recordar a todos los autores que lee, pero, según como se dicen (escriben) las cosas... suenan despectivas.
Suerte que Ray Bradbury se salvó del olvido (sí aparece citado en el artículo). Veo que Fahrenheit 451 está donde debe estar, en el Cementerio de los Libros de Autores Olvidados, como diría Zafón.
Febrero 23, 2005
El Doctor Muerte
Según va creciendo, cada vez me doy cuenta de que a Natalia hay pocas cosas que le den miedo: se lanza por el tobogán, sube y baja escaleras, se encarama a todos sitios, camina a oscuras por la casa y, seguro, no dudaría en coger un pulse rifle y bajar hasta el subnivel 42 en busca de Lunita, Winnie o alguno de sus muñecos que hubieran sido capturados por mamá alien...
Si te pones una sábana sobre la cabeza y unas gafas encima de la sábana, como Michael Myers, e intentas asustarla, seguramente las gafas saldrán volando de un guantazo o, como haría un curtido Doctor Loomis, me sacudiría un buen pisotón por hacer el fantasma (en ambos sentidos de la palabra).
Pero, hablando de doctores, a Natalia le da pánico visitar la consulta del médico. Sólo entrar en la sala de espera ya se te pega a la pierna o se aprieta entre tus brazos como la princesa Leia al amigo Luke en la Estrella de la Muerte cuando se ven obligados a balancearse de un lado a otro del no-puente...
Hace unos días, en la Guardería de Natalia nos entregaron una hoja en la que anunciaban a los padres la inminente visita de un doctor que, si no había ningún inconveniente por nuestra parte, realizaría una revisión médica a todos los reclusos (antes eran invitados chillones; ahora ya son reclusos, porque a la que ven una puerta abierta, intententan fugarse, poniendo a prueba los reflejos de las profes y de los padres; y eso te pone en una situación difícil porque tú estás dejando allí a tu hija, abres una puerta de rejas que te llega a la cintura y, mientras haces pasar a Natalia, ves como, desde la otra punta de la sala, un Barry Allen de dos años arranca a correr e intenta escurrirse por la puerta semiabierta, y, claro, puede incluso llegar a las ESCALERAS; y, claro, ante esta situación, con una mano libre y la profe quizás hablando con otro padre o madre a una distancia prudencial, sólo queda una solución: placar al niño; y, claro, a veces, según la velocidad del crío y la consistencia del placaje, pues, bueno, haces rebotar al niño, y el niño se cae al suelo y empieza a llorar... a veces señalándote... Es terrible porque has intentando retenerle para que no sufra daños peores y allí está la fiera, llorando desconsoladamente, con la música de Queen en Flash Grodon sonando a toda leche en tu cabeza -la de football fight- y SE-ÑA-LÁN-DO-TE... Así que, es evidente, como haría cualquier padre que no quiere ser demandado o tachado de bruto, señalo a mi hija y digo entre dientes: "Ha sido ella". Ya, estoy dando mal ejemplo, ¿no? ¿Y qué hago? ¿Dejo que el chaval escape y que luego me acusen de cómplice y me encierren en el lavabo con una pelota de baseball y un guante?).
Bueno, a lo que vamos: en la notificación de la guardería te informan de cómo debe ir vestida la niña, qué días vendrá el pediatra, etc, y, en la parte de atrás de la hoja, suelen adjuntar un dibujo.
Un dibujo que representa a un doctor.
El Doctor Muerte.
:-)
Ver escena terrorífica completa
Creo que se trata de una fotocopia de una ilustración de Roser Capdevila, pero no estoy seguro. De lo que sí estoy seguro es que da MIEDO: herr doctor, el instrumental, la camilla ahí colocada en medio de la nada, esas manos de niño-grande, esa indumentaria mengele design, esa mirada Jeffrey Dahmer...
¡¡Es Herbert West, reanimador!!!!!!!!
Se lo enseño a Natalia e inmediatamente dice "pupa", y no me extraña. Es como si fueras a un centro especializado en curas del sueño y en la salita de espera te proyectaran en un video-wall las tres versiones de La Invasión e los Ultracuerpos...
A mí, este dibujo me causa TERROR.
Ese médico es un enviado del mal, como mínimo.
Es el secundario de una película de Cronenberg (de las primeras, de las canadienses-canadienses-canadienses).
Esa textura de papel reciclado... Ese trazo de fotocopia reutilizada. ada vez que se fotocopia el dibujo, se pervierte más.
Si mi hija acuede a ese médico, ¿debería ir armada?
:-)
En, fin, un dibujo un poco, no sé, desafortunado, a mi gusto.
Ya puestos, propongo algo más festivo para la próxima visita del médico:
Jurl, jurl.
Febrero 22, 2005
Un momento, un momento...
Sí, sí, un momento, que acabo de darme cuenta...
:-)
Nunca me había pasado algo así antes. Y, desde luego, es una simple opinión personal. Bueno, es más una ida de olla, pero esto de escribir en el Blog es otra terapia para desconectar la mente de cinco líneas temporales distintas y más personajes de los que un cerebro vulcaniano puede controlar.
Me refiero a que llega un cambio de gobierno (el catalán o el español) y, bueno, algunas cosas se alteran, es evidente que hay otra forma de enfocar la política y los temas sociales, hay más terremotos, incendios y se derrumban casas por todo el territorio...
...pero todo se veía por televisión. Todo se notaba por televisión. Salías a la calle y, bueno, ni en la panadería, ni en la estafeta de correos ni en los buzones se notaba directamente el efecto de nuevas leyes a lo bestia, en el día a día...
...hasta la semana pasada, al menos en mi caso, y es caso directo.
Dice el Gobierno catalán que, para proteger al pequeño y mediano comercio, ya no se puede abrir en domingos y festivos, salvo las fechas señaladas, pactadas y permitidas en el calendario. Se supone que esta medida favorecerá a las tiendas pequeñas que defienden el perímetro frente al ataque de grandes cadenas de supermercados, centros comerciales y, según algunos, frente al imparable avance de los bóxers (los pobres, encima, deben soportar que algunos comerciantes autóctonos les traten con desprecio y violencia).
Aunque, creo yo, es legítimo que ellos se ganen la vida como cualquier otro: son pequeño y mediano comercio.
La cuestión es que hace muchos años, en Barcelona, los días festivos, si necesitabas algo de comer, algo para regalar, algo para la casa, o tenías suerte y encontrabas una pequeña tienda de barrio que abriera los festivos por la mañana, o buscabas un "drugstore".
Luego llegaron los 7Eleven y las tiendas tutticolori en las gasolineras.
Luego, llegaron "los chinos". Opencor. Etc.
Habíamos llegado a una situación en la que, afortunadamente, también los días festivos podías comprar cosas de primera necesidad (como en Madrid, como en Londres...)
En algunos barrios de BCN, encontrabas tiendas, pequeños comercios, en los que poder comprar leche, pan, pasta, tigretones...
Tengo un par de esos comercios "de queviures" cerca, uno de casa y otro de la oficina. Conozco a los dos propietarios rodeados de supermercados y tiendas mucho más grandes, y que podían ganarse la vida, sobre todo, porque los domingos y sábados por la tarde, al abrir, o al abrir hasta tarde, la gente compraba en sus comercios (fruta de calidad, comida fresca, etc)...
Me decían que la gente va cada vez más stressada, que se olvidan de llenar la nevera o la despensa, que surgen imprevistos y hay que salir por patas en busca de crema de leche, de aceite, de pan...
Habían encontrado gente en la que delegar esos días festivos, paraque ellos pdiran descansar.
Ahora, esos dos pequeños comercios ya no abren. Ya NO PUEDEN abrir porque tienen dos o tres metros cuadrados más de los permitidos.
Tienes que ir, por huevos, al Opencor, que pertencece a El Corte Inglés, que sí tiene licencia para abrir, que es parte de GRAN comercio; de hecho SUPER GRANDE-GRANDE comercio...
Errrr, matices aparte (que siempre los hay) y desde el punto de vista de un ciudadano de a pie: ¿no es una forma un poco extraña de defender al pequeño comercio, obligándole a cerrar los días que más puede facturar, o que puede facturar un "extra" que le permita ir tirando?
Señores del gobierno y otras especies raras (topos-gráfos o perforadores de túneles incluidos): le estoy dando mi dinero a grandes conglomerados, y no se lo puedo dar cuando yo quiera a la senyora Amparo o al senyor Josep, a los que conozco de toda la vida, porque los centros comerciales están muy bien para utilizarlos como parque temático para la niña mientras sales de compras o para refugiarte de los zombies (es lo único que falta en una película cojonuda, Shaun of the dead: algún gag sobre centro-comercial-estilo-Romero; gracias por recomendarla, Héctor), pero "la tienda de al lado" siempre se agradece, siempre debería estar allí, abriendo a criterio de su propietario, ¿no?
(Y pequeño apunte práctico: se me terminaron los post-its un sábado por la noche, los NECESITABA al día siguiente, me iba muy bien terminar un trabajo el domingo, me habría permitido empezar el lunes con más tiempo; PERO, "los chinos" tampoco pueden abrir, y "los chinos" son un Plan B cojonudo para conseguir material de oficina o CD's o DVD's de emergencia en días no laborables para el resto del mundo... Y, cuando necesitas urgentemente algo, como los post-its, no sabes lo difícil que puede llegar a ser conseguir unos en Barcelona y en domingo).
Segundo caso:
esta mañana he tenido que ir a hacer unas de esas gestiones burocráticas que tanto me están ralentizando últimamente (pero, calma, he pedido refuerzos) y he decidido pasar por mi ex-Colegio (el mismo que aparece en el Fanhunter: The Final Conclict nº 2) para informarme acerca de plazas, precios y orientación de la escuela, porque a Natalia pronto se le quedará pequeña la guardería y necesita invadir otros territorios más complejos.
Buen feeling con el secretario y con los curas que pasaban por allí. El colegio me encanta. Buenas instalaciones. En el alto mando hay profesores que me gustaría que pusieran firme a Natalia, igual que hicieron conmigo en los años del disco spaghetti...
PERO, vaya, al ser un colegio concertado, me dicen "el Tripartito ha quitado lo de tener prioridad por ser ex-alumno, así que no podemos garantizarte plaza".
Alto!!!!!! A mí me hace muuuuuuuuucha ilusión que Natalia, si mi mujer está de acuerdo, vaya a ese colegio. Las instalaciones incluyen todo lo necesario, el profesorado es de calidad, tengo muy buenos recuerdos, está muy bien comunicado.
Hace un par de años, cuando nació Natalia, hablé con uno de los curas del colegio y comentamos que al ser ex-alumno, el Consejo Escolar añadiría más puntos a la candidatura de mi hija.
Ahora, no.
Pues vaya.
Claro, lo sé, es MI caso, quizás en contraposición a otras personas que quizás salgan favorecidas por los cambios, pero, bueno, insisto en que nunca me había afectado de una forma tan visible un cambio de gobierno... El día a día se ha transformado.
Creo que, a partir de ahora, me repasaré los progamas electorales de cada partido con lupa...
:-)
Y, por favor, señores del Tripartito: espero que no se les ocurra obligar a cerrar el Mercado de San Antonio los domingos. Jurl, jurl.
Febrero 21, 2005
Kilos-metraje
Me he levantado a las seis de la mañana, bastante fresco (el mono de tabaco desapareció hace tiempo); he entintado un par de viñetas del Final Conflict mientras se preparaba el café, me he puesto el traje y he salido a la calle. Aunque hacía un frío que pelaba, he decidido sacar la bat-moto: no hay nada como una bofetada de aire frío en descenso libre desde el Tibidabo para acabarte de despertar...
Llego al gimnasio cuando todavía no ha amanecido. Me espera el sensei.
He estado retomando la forma física en las últimas semanas, comparando mi peso con el Mr. Incredible, sobre todo porque mi mujer me presiona para que, ahora que he dejado de fumar y me como más Tigretones y Panteras Rosas que nunca, no me tenga que empezar a probar pantalones de la talla kingpin.
Me tocaba Prueba Física con el sensei, que es el mismo que le da caña a Hal Jordan en las clases de spinning y el que prepara la rutina de pesas de Oliver Queen.
Si pasaba la prueba, empezaría las sesiones de musculación y ejercicio de verdad, las que, teóricamente, me deben fortalecer sin aumentar volumen y permitir que me quepa el bat-cinturón.
Y aunque haya dibujado un par de tiras comentando el paso de los años y hayarepetido la frase Mortaugh de "soy demasiado viejo para esto" las veces suficientes como para llamar la atención de los ADLOáteres, nunca me había sentido real-auténticamente...
...más mayor...
...tan mayor como puedo ser...
...hasta que...
¡...el sensei, un chaval que seguramente no había ni nacido cuando yo ya leía Watchmen al revés, echa un vistazo a los resultados de mi prueba física y, con la misma cara que pones al ver una máquina de tren a vapor sin restaurar, me dice: "no está mal para tener 34 años"!
" no___ está___ mal___ para___ tener___ 34___ años "
He entrado en el gimnasio sintiéndome como el Batman de Neal Adams, y he salido con un poco de complejo de Batman de Frank Miller.
Es como si don-perfecto-republicano-Clark, después de haberte hecho levantar el equivalente del batmóvil en kilos y de hacerte correr a machas forzadas alrededor de Gotham City tres veces, mirara tu hojita de resultados y comentara: Bruce, ya no eres el que eras: métete en tu cueva, cuelga el disfraz de rata con alas.
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAARGH!!!!!!!!!!!!
Y yo que creía que llevar a mi hija en brazos me iba a mantener en forma...
Y encima me dice que mi corazón late bien, pero que cuidadito, que tampoco es para echar cohetes, que si esto tendría que ser tanto y que esto otros tenía que ser cuanto y que...
...............................................
Cielos, me he imaginado por un momento a Superman diciéndome "Bruce, sólo eres carne y hueso".
Pues sí, el tiempo está pasando. Acabo de carme cuenta.
Los cuernos de la capucha tendrán que ser más cortos.
:-)
Febrero 18, 2005
20th Century Boys
Siempre pienso que la última vez que estuve al borde del ataque de fanpilepsia a causa de los nervios fue "en el anterior tebeo", pero siempre apuro más.
Estoy al límite de mis posibilidades: tengo que entregar el número 3 de Fanhunter: The Final Conflict (ejem, Efedito, Adrik, tic, tac, tic, tac) y me faltan más páginas de las que un ser humano puede terminar en una semana (y digo una semana para que se apiade de mí el Editor, porque el plazo terminaba, errrrr, hace algunos días, errr, muchos).
Hay que echar la culpa a alguien (además de los mil líos burocráticos que me esperan cada mañanita al llegar al búnker) y esa persona es: NAOKI URASAWA.
Creí que había encontrado una fórmula atractiva para narrar el encuentro entre dimensiones en el FHFC, para enlazar las tramas, para cruzar a los personajes y, ÑACA, PdA encarga a mi equipo la realización técnica de 20th Century Boys, el manga de Naoki Urasawa.
¿Y qué me encuentro? Con dos cosas.
1- Con el estigma de nuevo: "¿cómo, que no has leído Monster?". Cielos, estoy marcado: no, no he leído Monster. Lo he intentando, pero la falta de números intermedios me lo ha impedido; y, también, la falta de tiempo... Pero no soy un bicho raro: tengo la intención de leer Monster...
Y, claro, ahora me doy cuenta de por qué todo el mundo se extrañara de que no hubiera seguido la trayectoria del "tipo que hizo Monster", y me he dado cuenta al leer 20th Century Boys. Por eso, la segunda cosa que me encuentro es:
2- Obra maestra.
Cómo se relacionan los personajes, cómo la trama circula entre ellos, cómo se dosifican los momentos álgidos, qué bien que está dibujado, qué mala leche tiene Urasawa con ciertos giros argumentales...
Entre página y página de dibujo me relajo un rato maquetando obras ajenas, y os aseguro que estoy pegando en la maqueta una página de 20th Century Boys y estoy mirando la siguiente hoja porque NECESITO saber qué ocurre a continuación.
Y los detalles freaks, otaku freaks, están incluídos con una naturalidad que ya querría lucir Kevin Smith. El diálogo sobrre La Gran Evasión te trae mogollón de buenos recuerdos, es un super guiño del autor que, demonios, parece que te lo esté haciendo precisamente a ti...
:-)
SPOILER.
Y la gente metida en la cárcel, en celdas de castigo, en un emplazamiento turístico reconvertido en prisión de máxima seguridad... sólo por dibujar manga... Impresionante.
FIN SPOLIER.
Es muuuuuuuuy difícil encontrar hoy en día un cómic que ENGANCHE como 20th Century Boys.
Y, claro, como autor, al ver estas maravillas, te entran ganas de superarte, de intentar hacerlo mejor (en cuestión de narrativa, no de dibujo, ejem, que uno reconoce sus limitaciones).
¿Cómo le digo al Editor que necesito un quinto número?
¿Le digo que es culpa de Urasawa?
¿Tengo que leer Monster antes de cumplir los 35?
Perdonad el desahogo frikfrik.
Vuelvo a encerrarme, a currar.
Tengo que hacer un milagro.
Arf, arf.
Otra cosas, por si no vuelvo en algunos días: en este enlace, mogollón, MUCHAS, fotos de esa película del espacio que llega a su sexta entrega y en la que sale gente con capuchas: http://www.swforever.hu/
Febrero 11, 2005
Dibus en tiempos de guerra
A veces estás buscando cosas por internet (en concreto, referencias a El Espíritu de la Colmena, para algo que estoy pensando en Fantom Town) y te encuentras con algo que a) desconocías o b) te toca la fibra sensible.
O ambas cosas.
Estamos acostumbrados a ver la guerra por televisión (no como los pobres norteamericanos, que ven la versión infantil) y a conocer barbaridades de primera mano.
Pero hay cosas que afectan más que otras, y todavía más cuando tienes un hijo (o varios).
Como digo, paseando por la web, aterricé en algo llamado They Still Draw Pictures. Allí se recopilaban los contenidos de un libro que se publicó en 1938, y cuya edición, además de recaudar fondos, pretendía concienciar a los Norteamericanos en favor de la causa republicana en España.
El libro consta de dibujos hechos por los niños durante la Guerra Civil, y se recogieron por toda España (la roja) y en campos de refugiados del Sur de Francia.
Incluso incluía un prólogo de Aldous Huxley, el escritor de Un Mundo Feliz.Como dicen los responsables de la página web, hay dibujos de todo tipo, pero los más sobrecogedores son los que muestran escenas de guerra. No porque sean truculentos ni sanguinarios, sino porque te invitan a meterte en a piel de un niño o una niña que vivió (o quizás murió) durante una guerra civil, que seguramente pasó hambre y frío, que quizás perdió familiares y amigos, que pasó MIEDO...
Es un testimonio que vale la pena ojear...
Si, además, te metes en la piel de ese niño/a, o te imaginas a ti mismo, o a tu hija, en una situación similar, la experiencia es todavía más intensa.
Como diría Nando Dixkontrol: "Puta guerra".
Febrero 10, 2005
Parecidos razonables
Gracias a todos los que habéis enviado mensajes de alerta en los Comments acerca del tipo que ganó el concurso con un estilo muy... narizonil.
:-)
Indignante. Imperdonable. Vergonzoso. Sin precdentes... Es que ya le vale: ¡mira que ganar un concurso copiando a Adrik!!!!!!!!!
Jurl, jurl.
:-)
Pero este Post, aprovechando 'el arte referencial que gana concursos' quiere hacer referencia a un mensaje que llegó por E-mail a la oficina, y que pasó desapercibido hasta ayer. En el mensaje, un inocente y creo que bastante joven lector de Fanhunter ponía el grito en el cielo porque habían "estrenado una película titulada CONSTANTINE, donde el protagonista es una especie de exorcista, va con americana y corbata y sólo le falta fumar por los descosidos para ser igualito a John Konstantin".
Buenísimo.
Javi, si te pasas por aquí, y creo que lo haces pero no sé con qué nick, quiero que sepas que muchas gracias, pero Konstantin nació como una parodia de John Constantine, personaje creado por Alan Moore para la serie La Cosa del Pantano y que protagoniza su propia serie, Hellblazer, el único cómic que llevo comprándome regularmente desde hace eones.
Lo que sí es cierto es que en algunos carteles han utilizado la cruz en la segunda T de ConstanTine, igual que hizo Merlín con los primeros carteles de la serie de animación de FH...
¿Casualidad? ¿Maleficio?
A ver qué tal la peli; el trailer, desde luego, acojona.
Por cierto: Adrik se está currando un dibujo histórico para el Fanhunter Final Conflict nº 3. Hay que darle ánimos, porque tiene curro pa'rato.
Febrero 09, 2005
Crónicas de un pueblo.
Supongo que no había estado muy atento a los anuncios de televisión. Diversos asuntos familiares y de nuevo un exceso de trabajo me han mantenido a caballo entre la mesa de dibujo y el volante del coche (y de la moto, stresss).
Por eso, me pilló por sorpresa.
Ayer llegué por la tarde y comenzó el ritual de intentar que Natalia no saque todos los juguetes de golpe y los patee por todo el comedor, que no pintarrajee con el Plastidecor sobre los tebeos de Planetary sino sobre el Dolmen (que es cada vez más prescindible y amarillo), que se siente un rato, sólo diez minutos, en el sofá mientras tiendo una lavadora...
...y algo me hizo recordar, otraaaaaaaaaaaa vez, viejos tiempos: cuando era pequeño, llegaba una hora por la tarde en la que se emitían programas dedicados a los niños por televisión. También los hacían los sábados por la mañana, mucho antes de que esos presentadores con problemas de pérdida de neuronas y un falso coleguismo ridículo se apoderaran de las matinales del sábado (aaaaah, como se echan de menos los seres humanos con delirios ochenteros que aparecían en La Bola de Cristal, Pista Libre, etc) y del domingo.
Por la tarde, un chaval podía sentarse a comer un bocata de Nocilla delante de la televisión sin tener que soportar a las verduleras del mercado pero llevadas a un plató y sin tener que aguantar a un montón de alienados que gritan todos a la vez, atentando continuamente contra el lenguaje que intentan hacerte aprender de forma correcta en el colegio.
El caso es que Natalia cogió su puzzle de cubos de Los Increíbles y un ya mutilado cuento de una vaca que va a la ciudad y se compra un helado y va en barco y se sube a un coche y me lo sé de memoria porque he tenido que explicarlo DOS MIL VECES, y pensé que si, además, le enchufaba un ratito de Shreck, se quedaría quieta el tiempo que necesitaba para colgar la ropa sin que alguien esté tirando las pinzas al patio de al lado, arrastrando las toallas por el suelo o inentando encaramarse a la Zona Prohibida: planicie de altura y lugar seguro fuera del alcance de niños (y de niños subidos en sillas) donde se guardan productos de limpieza, medicamentos y erramientas cortantes, entre otros objetos peligrosos...
Pues bien, me puse las orejeras para resistir el ataque sónico de las verduleras durante los segundos que necesito para conectar el DVD y, ostras, pero si esto no es la España Profunda, sino la América Profunda, o sea, SMALLVILLE.
Por un momento, creí que Natalia y yo habíamos entrado sin darnos cuenta en un bucle temporal y habíamos saltado de repente a las diez de la noche, y que aquella era la prueba que demostraba que mi hija poseía poderes místicos, o que habíamos saltado a una dimensión paralela donde las televiones emitían programas juveniles e infantiles a horarios juveniles e infantiles.
Pero no. No nos habíamos movido de este sector del espacio tiempo. Realmente, estaban emitiendo SMALLVILLE a media tarde.
Y SMALLVILLE es Superman.
(Y no es que comulgue del todo con la serie, pero, oye, si dejamos de lado la cursilería llevada a la máxima expresión, no está mal; y es muuuuuuuuucho mejor que los programas de cotilleos y shout'em ups: estaba pensando en crear el primer video-juego shout'em up, donde tienes que sobrevivir a una tertulia comiquera disparando insultos y defendiéndote de los periodistas; sería como un GTA pero sobreviviendo a programas vespertinos, de noche y de madrugada, y donde te dieran puntos de vida, popuaridad y pasta según los shows que montaras en cada programa; y, si lo haces mal, pierdes puntos de credibilidad, y gana el que es invitado a más programas y, vale, ya me callo).
¿Cuánto hace que Superman, o algo parecido, no se veía por la tarde, en horario infantil, en televisión no de pago?
Natalia y yo fuimos a comprar Nocilla y pan para celebrarlo...
P.D._ Cuando Clark aparece a toda pantalla y sonríe de esa manera tan jodidamente-per-fec-ta, Natalia grita y aplaude otra vez.
Poderes místicos no sé, pero la niña, desde luego, tiene buen gusto con los chicos.
Grrrrrl, celos.
Febrero 03, 2005
Casi lo conseguís, muchachos.
Venga, ayudadme a animar a los chicos del frente; me refiero a los programadores de televisión, o, mejor, al tipo de las tijeras.
Ánimo, casi lo habéis conseguido esta vez: podemos ver la serie Urgencias a una hora no intempestiva, ¡bravo! Incluso la podemos ver sin que la machaquéis con anuncios, ¡bien, bien, bien!
Y los anuncios duran lo justo para prepararse un yogurt y fregar los platos de la cena, ¡aupa, TVE, a por ellos, chicos!
Incluso respetáis los fundidos en negro de la serie original para poner dichos anuncios. ¡Todo un detalle! ¡Go, go, go...!
Pero necesitáis todavía un poco de apoyo de los espectadores, porque, NO ES CORRECTO RECORTAR UN CAPÍTULO DE URGENCIAS, NO, NO, NO. Antes de la carátula, los capítulos contienen un pequeño resumen y, lo más importante, un prólogo al capítulo.
NO DEBE CORTARSE esa parte en el segundo capítulo que se emite, al enlazarlo con el primero, porque es como si a un cómic o a un libro le arrancaras las diez primeras páginas...
Por eso, queridos aspirantes a profesionales del medio, no nos hemos enterado de que pasó con la mano de Romano y con el accidente de coche.
¿Verdad que no quedaría bien quitar unos minutitos del principio de Cuéntame? Pues lo mismo con Urgencias, guapetones.
¡Venga, con un poco más de esfuerzo y sentido común, lo conseguiréis hacer bien algún día!
ÁNIMO!!!!!!!!!!!!!!!!!
Febrero 02, 2005
Preview
Work in progress de Fanhunter: The Final Conflict nº 3...
David Baldeón on fire...
:-)
...y una pijadita de Fantom Town.
Desde luego, miss Rut se supera...
Febrero 01, 2005
Malos
Ayer estuve viendo Lilo y Stitch por dos razones.
La primera se debe a que ya toca actualizar un poco el repertorio porque, aunque no haga mucho caso de la tele, Natalia exige sesiones intermitentes de Shreck, Buscando a Nemo (en la guarde tienen un pez muy parecido, y le llaman Nemo, y cada fin de semana buscan a familias de acogida para el pez) y Los Feembles, y ya he visto cada cosa más de veinte veces.
Ahora, Natalia dispone de DVDs más variados (además de los DVDs contramedidas: DVDs promocionales, viejos o cascados que dejo a su alcance dentro del armario porque Natalia busca las cajas, saca los discos e intenta meterlos en el reproductor y en la PS2, la mayoría de las veces con las manos chorreando líquidos viscosos; mientras está distraida con estos, yo manipulo los que no deben sufrir daño): cuenta con El Viaje de Chihiro, Totoro, Porco Rosso, La Princesa Mononoke, Shreck 2, Tarzán, Toy Story 1 y 2, Lunnis, Winnie the Pooh (por petición popular), Teletubbies, Ultravixens (es broma)... y Lilo and Stitch (por petición mía).
Y, segundo, porque estoy peleándome para que de mi lápiz surjan bebés y niños, y no narizones adultos pero un poco más rechonchos y bajitos. No hay nada mejor que la tremebunda Lilo para apender a dibujar niños pequeños.
El caso es que estoy viendo la película y, como hace a menudo, Natalia viene a curiosear, sobre todo cuando oye voces de niños en la tele. Se pone a mi lado (bastante calmada, porque llevaba un día de reclusión a causa de fiebre y faringitis) y, cuando llega la escena en la que Lilo sale de su clase de baile, alcanza a sus compañeras, les enseña su particular muñeco y sus amigas la dejan de lado, Natalia se encoge de hombros, pone cara de tristeza y dice algo parecido a "noporisbapabapanono" (traducción: "no llores, guapa, no, no") porque Lilo le hizo pena, le cayó bien.
Bueno, Natalia hizo lo mismo cuando, el otro día, revisando la saga de Alien, Ripley lanzaba al bicho por la escotilla del Narcissus: Natalia se golpeó los costados con los brazos y puso expresión de "oh, vaya, ¿por que le han hecho pupa al lindo alienígena?"
Eso indica que mi hija es tolerante, y puede sentir la misma simpatía por una nena introvertida y graciosa que por un extraterrestre tragón.
Algún día debería mantener una charla con ella y explicarle que aunque el señor Alien sea cabezón como ET, no es, ni mucho menos, igual de pacífico.
Pero bueno, estoy desvariando otra vez: el hecho es que, supongo, muchos de nosotros nos encariñamos con Lilo, con Harry Potter, con la huérfana Annie, o sea, con los héroes de la novela, el cómic y la película que, por lo general, son incomprendidos por los demás pero tienen buen corazón y esas cosas.
Suelen haber dos bandos: los chicos tranquilos, inquietos (o no) y buenos, y los chicos malos, los que atormentan a los otros, los abusones, los pegones, los pijos repelentes.
Desde muy pequeño me he identificado siempre con los chicos buenos o con los gamberros y loose cannons de buen corazón. La mayoría de las veces, esos chicos/as, niños/as, reciben toda clase de burlas de mayor o menor impacto emocional, pero, al final, suelen vengarse con estilo y los malos y abusones se llevan su merecido.
Es el síndrome MacFly: a ver, en Regreso al futuro, ¿tú te sientes más como Martin MacFly o como Beef, el forzudo que no deja de atormentarle? (Tambié puedes identificarte con Doc Brown, pero no viene al caso; aunque, bien pensado, Doc Brown mola más que, por ejemlo, el papá de Beef...)
Fue entonces cuando pensé: ¿cómo deben sentirse los niños que son malos, que maltratan a los demás, que son intolerantes y abusones, muchas veces por culpa de sus padres... cuando ven una película así, donde ellos son lógicamente los villanos, donde su papel es el de incordiar al héroe?
Yo recuerdo la hora del patio, donde me llevé más de una buena paliza por defender a Félix Montón de las patadas y pelotazos de Víctor Comoseapellide y los chicos mayores (por cierto, espero cruzarme algún día con vosotros por la calle y deciros cuatro cosas, ahora que he perdido algunos kilitos, mamones).
Recuerdo que éramos los que se defendían, no los que atacaban; y el enemigo era bastante superior en edad y constitución.
Pero, qué pensará un abusón cuando alquila Karate Kid en el videoclub, por ejemplo. ¿Se emocionará cuando el alumno de Mr. Miyagi gana el torneo, o le gustarán más las escenas en las que se burlan de él y le pegan, porque él hace esas cosas en el colegio?
Si eres o has sido una niña como las que dejan de lado a Lilo, ¿te sientes bien al ver estas películas?, o, claro, ¿buscas películas donde ganen los malos?
Si eres Víctor Comoseapellide, que fuiste durante muchos años un cabronazo especialmente cruel con nosotros, sin intención de mejorar, ni de mayor, ¿cómo te sentirás cuando tu hija vea Regreso al futuro y se enamore de Michael J. Fox y no del descerebrado camorrista que era como tú de pequeño/joven?
¿No te remuerde un poco la conciencia?
No sé, quizás "los malos" no vean este tipo de películas, o perciban algo totalmente opuesto a nosotros (no sé por qué, Antonio Martín me ha venido a la cabeza), pero no me diréis que es una situación extraña.
Yo me sentiría muy incómodo.
Supongo que será embarazoso cuando rememoras viejos tiempos o momentos de la infancia con alguien y, a menos que se tengan aficiones parecidas, digas: "yo sacaba buenas notas, fui a un colegio de curas, me encantaba jugar al Subbuteo, me disfrazaba en carnaval y me burlaba y pegaba a otros chicos/as en el colegio porque los consideraba inferiores y no, no me siento incómodo con lo que dices porque no leo tebeos, no voy a cine y la última vez que abrí un libro fue para examinarme en la autoescuela".
De momento, Natalia se ha hecho amiga de Lilo, y se acerca a la tele para darle sus juguetes. Vamos bien.
Segundo paso: llevarla a podar bonsais.
:-)