un segurata en apuros

He dejado pasar unos días para analizar, pensar y ver desde la distancia, los actos y homenajes que se hicieron el 11-M en conmemoración de los atentados, y lo mire como lo mire solo encuentro artificio, e hipocresía en la mayoría de las cosas que se hicieron.
Se veía todo tan artificial, con tan poco sentimiento real, todo pensado de cara a los medios, para salir bien en la foto, con caras cariacontecidas y queriendo ser, pero sin llegar al corazón de la gente, todos tan hipócritas, parecía una competición para ver quien hacia el mejor acto y quien salía mejor en la foto.

Lo que me empezó a chocar fue la retransmisión por la primera cadena, a las 7,37 de la mañana de esa ofrenda de la comunidad de Madrid, (o mejor dicho de la presidenta de la comunidad ), con esos guardias que parecían robot, cargando con una coronita de laurel o algo parecido, seguidos por la presidenta escoltada por otros dos políticos, y mirando no se a quien para que le fuera indicando la mejor forma de ponerse para salir bien por las cámaras. Fue un intento de dar un aspecto solemne al acto mas bien patético, incluso se escucharon unas risas de fondo, y es que la escena era tan surrealista como una escena de los hermanos Marx, realmente daban ganas de cachondearse de la buena señora.

Para que a servido toda esta parafernalia, es que a los familiares y sobrevivientes les hacia falta tanta tontería, les a gustado ver durante varias semanas las imágenes repetidas una y otra vez en todas las televisiones, y el chorreo de políticos y gente a la que solo le interesaba salir y aparentar.

Lo siento por ellos y siento vergüenza de que en mi país no se sepa o no se intente siquiera hacer lo que la gente de verdad quería, una conmemoración sencilla y sobretodo sincera sin tanto teatro pero con la potencia suficiente para decir basta unánimemente, naturalmente por parte de los que están a la vista porque la gente normal, la gente de la calle si sabe como actuar siendo sinceros sin pedir nada a cambio.