Ana Caína por la tangente: Julio 2003 Archives

Julio 17, 2003

Un Rodolfo en mi vida.

Tenemos tantas cosas en común. A los dos nos gustan la pera y la lechuga. Los dos somos serranos, caprichosos, vagos,cobardes, pequeños, pardillos. Ambos podemos pasarnos horas y horas pillados, mirando a la pared y moviendo el hocico. Los dos nos deposicionamos en todo.
Se llama Rodolfo. Es una especie de bola peluda con enormes orejas transparentes y resulta un poco gay, aunque eso no implica que no pueda ponerse violento y fruncir el ceño amenazante si le soplo en la cara.
Es casi increíble. Yo, Ana Caína, la tipa dura y sin sentimientos que siempre odió a Tambor y encuentra insufrible hasta el último chiste a Bugs Bunny, tengo una mascota. Aunque aún está bastante asalvajado parece que ya se ha acostumbrado a mí y no le entra el párkinson que le daba antes cuando lo cogía. Es elegante a pesar de su trasero gordo y esa manera tan idiota de caminar y creo que empieza a parecerse a mí también físicamente porque le encuentro terriblemente seductor.
Voy a aprovechar que aún es una cría para empezar a inculcarle los valores principales que sirvan de base para una vida fructífera y moralmente enriquecedora: he de enseñarle a morder en serio y a dejar de masticar haciendo ruidos extraños. Mi intención era convertirle en una criatura agresiva y malvada que me ayudase a dominar el mundo pero después de verle en los instantes que dedica a su arreglo personal me conformo con que sus modales sean un poco más masculinos. Cuando crezca tengo la intención de soltarlo en el campo, pero hasta entonces he de prepararlo física y espiritualmente para cuando llegue ese momento. Si alguno ha tenido conejos, liebres, hamsters o piojos le ruego me dé algunos consejos de opresor a opresor, pues soy novata y se me presentan las dudas típicas de los dueños primerizos; no sé si bañarle con fairy (como yo, qué lujo) o con sosa cáustica para librarle de las posibles pulgas y pequeñas alimañas que pueda almacenar en el cogote.
Iré notificando los cambios físicos e intelectuales que en Rodolfo se vayan produciendo .En Navidad les mandaré a todos unas bonitas tarjetas de felicitación que puedan llevar en la cartera y mostrar a todo el mundo diciendo que sale a mí.

Julio 16, 2003

Julio 13, 2003

Poppie Pepón.

popero.jpg

Es él: el popero de hez contra el cual llevamos Vozenoff et moi luchando desde que Cristo se afeitó por primera vez, y todo por una razón única: ambas partes nos proponíamos llegar a ser tótems de un mismo lugar, conquistar el mismo territorio, el Village Green o bar asquerosamente chupi frecuentado a menudo por ésta que relata.
Todo empezó hace mucho tiempo. Primero, sólo miradas extrañas de reojo y como casuales. Luego el antagonismo existente entre nosotros se volvió más profundo y personal, y si en el Village Green dejaran comer frutos secos Poppie Pepón se hubiera trasmutado en Poppie Pipón después de nuestros ataques escupecáscaras. Pero la situación se hizo ya crítica cuando Vozenoff y yo observamos cómo el tipejo empezaba a pavonearse de su poder en el antro de nuestro deseo (metiéndose en la barra cuando le daba la gana, haciendo de grouppie del ponecoplas y finalmente adueñándose de la misma cabina, ayer).
Ante la extrema situación, nos decidimos a actuar. Saqué papel y boli y redacté una larga, diplomática y correcta declaración de guerra en un folio arrugado de los que llevo siempre en el bolso. La firmamos Vozenoff, Rosa, Alfred y yo, y acto seguido la entregamos, junto con un bolígrafo, al camarero, a quien juzgábamos erróneamente parte neutral en el enfrentamiento(ahora tenemos nuestras dudas). Al final del documento habíamos establecido dos recuadretes donde más o menos ponía:
"Sí, acepto participar en esta guerra comprometiéndome a poner todo mi empeño en responder de forma adecuada al odio que Uds. me profesan.
No, no acepto porque soy un popero urbano que dice No a la guerra y he apadrinado a dos familias de Mozambique y a una de Kentucky".

No sabemos si la declaración llegó a sus manos. Vozenoff cree que sí, pero yo pienso que la declaración fue interceptada por el grupo de poperos de la cabina porque no pararon de mirarnos con descaro y ritmo yeyé en toda la noche. Se ve que, como buen Rey Buenrollero Pop, el tipo tiene su guardia personal que analiza cuidadosamente toda la correspondencia a él dirigida, que no aceptará misiva alguna que no sea de muchos colorines gays.Posiblemente también catan sus copas antes de que éstas lleguen a sus labios enrojecidos y resecos de tanto cantar shoop shoop.
Hubo diversas confusiones extrañas y muchos diálogos a gritos con uno de los camareros. Al final conseguí entrar en comunicación con él, y su contestación de mensajero traidor a las cuestiones por mí planteadas fue incomprensible. Vozenoff se entregó al más desolador pesimismo por no poder darse a la bebida ("que es que luego tengo que conducir"). Rosa se escarbó su muela enferma. Yo me dediqué a pensar en cómo podría llegar a ser la antitótem, ya que está claro que el popero ha triunfado y tiene a toda esa panda de despreciables villagegreeneros a su favor. Alfred, bajo los efectos de los licores espirituosos, me dio ideas que deseché por pereza y porque siempre que le escucho me pasa algo malo; no obstante una cosa ha quedado clara, y es que no soy una persona tan patética como creía. Los poperos me rechazan, y eso implica que no todo está perdido, que todavía puedo resultar deprimente y aguafiestas de los sesenta.
Que se preparen porque la lucha acaba de empezar. Póppie Pepón, dentro de poco la diferencia entre Ud. y el fiambre será que los productos Campofrío no se preocupan por entender los estribillos de Los Planetas.

Julio 04, 2003

Trash converters.

trashconv.gif
Oh, cuitada de mí. El final de junio se me presenta, desde hace unas semanas, negrete como Jorge. Llevé a cabo todas mis estratagemas y trucos de fin de mes (rebuscar suelto en todos los bolsillos y bolsos, entre los cojines del sofá, detrás de los muebles) sin conseguir nada superior a veinte céntimos. Y mucho era, si tenemos en cuenta que cada 30 de cada mes hago lo mismo y busco en los mismos sitios. ¿Tendré un hada madrina con pinta de sesentona pepera que me ha escogido como objeto de sus maniobras caritativas, y que me va dejando suelto por los escondrijos de última opción cuando llegan los días de vacas anoréxicas?
Pues este mes lo he hecho todo. He buscado en sitios donde nadie ha llegado jamás, como en el baño, siguiendo el razonamiento "SI X se sienta en el retrete puede que al bajarse los pantalones se le haya podido caer algún céntimo y no se haya dado cuenta de ello". La situación era, pues, desesperada. Y entonces, como un rayo en medio del cuarto oscuro de un puticlub decadente en sus últimas horas, apareció ese logo en mi mente, sustituyendo al de McPonald's _que era la marca que patrocinaba anteriormente todos mis pensamientos_ :Cash converters. Era la solución a mis problemas en principio, así que hacia allí fui. Troté contenta pensando que sí, iba a perder algunos de mis viejos cedeses, pero merecería la pena. No conozco una forma mejor de darles un fin glorioso a tantas horas musicales que fumármelas. Mec. Error. Porque si contamos seis cedés a 60 céntimos unidad nos sale mucho menos tabaco del que podría fumarme en la duración total de dichos cedeses, y no hablemos de comer; no me daría ni para una bolsa de crackers y una latilla de foie-gras con lo que alimentarme una semana. Conclusión:Cash converters es hez. Les llevas tus recuerdos, aderezados con lágrimas y berridos y desmoronamiento en público que incluye abrazos repetidos a tu cinta de Toro salvaje, y ellos ¿qué hacen? Pues te dan un puñado de céntimos y te dejan con la humillación de percibir la horrible metáfora que se esconde tras esa cinta de Amarcord(Mis recuerdos) al otro lado de la mesa blanca que establece la línea separatoria entre lo que es de una (orejas, mochila, bazo, un lloroso Alfred) y lo que ya no le pertenece, y que ni siquiera podrá comer o fumarse.
Cuando sea rica, famosa y tetona pienso hacer todo lo que esté en mi mano con uñas de porcelana para hundir a esa empresa abusadora que me ha dejado sin juventud.