Estación: claridad

Febrero 29, 2004

Un griego nunca es viejo

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Siempre he tenido la duda de saber si he nacido en la época correcta... Me explico, uno puede pensar que vive en al época más moderna o en época con las ideas más avanzadas. Quien piense eso es un crédulo. No hubo época más moderna que París 1926... Y no hubo época más mágica que la comprendida entre 490 AC y 400 AC en Atenas... Creo que es esa precisamente la época y el lugar donde me hubiera gustado nacer. Como dijo Javier Reverte: Fue aquella una edad en que el hombre pareció atrapar el sentido de la vida, hacer suya la propia existencia, en comunión con la Naturaleza y con el Tiempo, y en paz con los dioses hasta donde ello era posible. Fue un momento fugaz en la historia humana y tal vez irrepetible. Y ese instante luminoso se produjo merced a una civilización que jamás, salvo en los días de Alejandro, se constituyó como un único Estado, pero que alentó su conciencia de nación en su espíritu de unidad cultural. El milagro griego se produjo porque aquellos hombres nunca se sintieron hermanados por los lazos de la sangre, sino por la religión, los juegos deportivos, la poesía, el arte y el pensamiento. Vinculados por el corazón y la razón, su verdadera patria no fue otra que el alma y la razón. Y nos dejaron huérfanos al irse. Para ellos, en los momentos más elevados de su civilización, ser y parecer fueron la misma cosa.
Imaginativos, soñadores, audaces, curiosos y llenos de coraje, los griegos se enfrentaban a la vida con esperanza y vigor. Sabiéndose mortales, sin creer en una vida más allá de la vida, con el horizonte del no-ser delante de sus pies allí en las honduras del Hades, supieron también ser alegres. Por eso, mientras pueblos han conquistado grandes territorios del mundo a lo largo de la Historia, ellos conquistaron algo mejor: nuestras mentes y nuestros corazones. Nos enseñaron a reír, a reflexionar y a llorar.
La gran hazaña de los griegos fue cincelar el alma del hombre libre, por eso todos somos griegos. Y su principal tarea fue exigirse y exigirnos que todo se lograse en el curso de la vida: el amor, la dignidad, el honor, el saber, la alegría y la cordura. Así, también nos enseñaron a vivir la vida.
Fue en el Mediterráneo, en el mar de la pasión, donde sucedió el gran milagro. Y tal vez la razón última por la que aquellos hechos extraordinarios acontecieron. Lo explica Platón, en su diálogo Timeo, en boca de un sacerdote egipcio: 'Vosotros los griegos', dice dirigiéndose al legislador Solón, 'siempre sois niños'. ¡Un griego nunca es viejo!'.

Escrito por Ricardo B. en Febrero 29, 2004 05:40 PM
Comentarios

hoy estoy muy apostador...

de nacer en esa época en grecia, tenías 5 chances contra 1 de ser esclavo, ¿arriesgarías?

Escrito por: JuanPablo en Marzo 1, 2004 03:47 AM

A mi tb me hubiera gustado nacer en otra época, siento a veces q esta no es la mía. RIcardo, déjame decirte q escribes estupendo y me gustó muxo leer este artículo ;)

Escrito por: Lourdes en Noviembre 22, 2004 01:36 AM
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