Estación: claridad

Abril 27, 2004

Monotonía del mar

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¡Y otra vez! Monotonía de las travesías, de las gentes, siempre las mismas: hombres de negocios, viajantes de sus aburrimientos, apacibles mamás, inglesas tiesas, coquetas, cocotas; y en los amontonamientos de la tercera clase, los rebaños de la inmigración, las almas opacas o revueltas de la carne de fatiga, los que van soñando una ilusión de bienestar: Un Brasil, un Uruguay, una Argentina de oro. Monotonía de la inmensidad de agua, que cambia a cada instante, permaneciendo la misma: los colores de los cristales del Océano son ya más oscuros, más brillantes, más transparentes; más siempre es el terno espectáculo de esta divinidad visible y móvil, que llega a fatigar con su aspecto vasto e invariable. Apenas las fiestas del sol cambian, con sus decoraciones inauditas y sus rompimientos de oro y de piedras preciosas, la visión fatigante, y el corazón de la máquina ritma, también monótonamente, el paso del barco sobre las olas; y en ninguna parte como en medio de esta inmensa monotonía se despiertan en el espíritu dos misteriosos dones del alma: El recuerdo y la esperanza.
Un texto de Rubén Darío.

Escrito por Ricardo B. en Abril 27, 2004 07:10 PM
Comentarios

Hermoso texto. Saludos.

Escrito por: odyseo en Abril 28, 2004 10:20 AM

linda la imagen ¿no?...

Escrito por: maria angeles en Junio 18, 2004 12:24 AM

Aquiene conocemos el mar y sus riquezas,sabemos que describirlo es lo dificil, ya que nos quedariamos cortos, mas este escrito es hermoso,porque lo describe bien.

Escrito por: ismael en Junio 23, 2004 10:15 PM
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