Ana Caína por la tangente: Marzo 2004 Archives

Marzo 31, 2004

Señoras.

"...porque yo soy una señora".
Con esta frase lapidaria han terminado sus discursos grandes mujeres. Damas del nivel de Belén Esteban, Maite Zaldívar, incluso Nuria Bermúdez.
Yo cuando veo la tele hay expresiones que es que no las entiendo. Como esto de ser una señora. Después de investigar y planchar el carrillo muchas tardes frente a Ana Rosas Quintana la conclusión que he sacado es que, entre otras cosas, se es una señora si:

_Te ha maltratado tu pareja pero tú has sido valiente y lo has denunciado sin importarte el qué dirán, y sin perder esa elegancia tuya y ese porte que tanta exclusivas han costeado. Incluso has aceptado hacer de tertuliana en un programa de sobremesa, para, desde allí, dar ánimos a las mujeres maltratadas y luchar por la causa, entre cotilleo y cotilleo.

_Eres un pedazo de en'soperraca sin escrúpulos pero haces ver que te escandaliza cualquier cosa que tú harías sin dudarlo un segundo.

_Alguien te busca las cosquillas pero tú "en ese tema no vas a entrar", (hasta que le interese al Hola, por supuesto).

_Eres sosa y pava, perteneces a una familia de rancio abolengo, vas siempre con trajes de chaqueta aburridísimos y tu vida es como un anuncio de Ferrrero Roche.

Qué duro es tener principios y moral. Intentar hacer siempre lo conveniente, decir lo adecuado, seguir llevando diadema en pleno siglo veintiuno. Debemos considerarnos afortunados por tener a los periodistas del corazón, rectos lazarillos nuestros que nos guían y nos proporcionan estos ejemplos a seguir para no perdernos. Sin ellos, qué fácil sería caer en el nihilismo, o ser pasto de agresivos bibliotecarios. Albricias, que por fin la tele se olvida definitivamente de la cultura y se centra en enseñarnos lo que es la vida real, en llamar a las cosas por su nombre y a las mujeres por sus iniciales. Y a cobrar las señoras.

Aquí huele a muerto.

Yo hasta hace poco, al pensar en el olor de la muerte, recurría a una amalgama poco afortunada de flores putrefactas y colonias de abuela. Era lo que me sugería pensar en la muerte, que no en los muertos, ya que la muerte y éstos no tienen casi nada que ver. Pienso "muerte" y me vienen a la imaginación florituras pochas, cruces de mármol y grupos alemanes góticos; pienso "muertos" y me salen imágenes de archivo de TVE.

Ahora he descubierto que la muerte en realidad no huele, pero, como casi todas las cosas, se siente por la nariz. En la nariz te da que una cosa ha dejado de existir o que la diva está en un tris de tirarse por la almena (Oh, Scarpia, avanti a Dio). Por tanto no puedo decir que la muerte huela bien o mal, sólo si me da en la nariz que aquí hay gato asfixiado o no.
Últimamente creo que sí que hay gato asfixiado. Lo que no sé es dónde. He probado a maullar a ver si resultaba que me había tocado la china, pero no me ha salido, lo cual puede deberse a dos razones principales, a) no soy quien huele mal, b) sí, soy el gato y no maúllo porque estoy muerto. Pero claro, si estuviera muerta seguramente no notaría las cosas darme en la nariz. Consecuentemente doy por buena la opción a, y sigo buscando el gato por los rincones de la casa y bajo el fregadero, en los ventanucos de msn y en los foros de internautas depresivos. Y nada, no encuentro a mi muerto. Me llegan quejas por diversas vertientes que creo que se relacionan íntimamente con ese fallecimiento discreto, pero todo lo que puedo hacer es sacar el pañuelo y sonarme, y luego seguir revolviendo mi ropa buscando tarjetas de condolencia por los bolsillos. Tal vez encuentre una estampa de difuntos, con mi nombre en serias letras negras. Se podría publicar mi esquela en Mondobruto.
Mientras descubro si me he muerto o no, vigilaré mi higiene personal. Si resulta que he estirado la pierna, al menos que encuentren un cadáver limpio, que seguro que se agradece más que uno bonito.

Marzo 24, 2004

Marzo 23, 2004

La nostalgia de las narices

Irreverente y reverenciada dice:
Pero es que me ha sentado mal el lloriqueo.

Sr Algo dice:
Bah, no diga tontadas.

Sr Algo dice:
Habrá sido lloriqueo bueno.

Sr Algo dice:
lo necesitaría.

Irreverente y reverenciada dice:
Será.

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Sr Algo dice:
bah, tiene la noche buena y como dulce.

Sr Algo dice:
pues disfrútela, carajo.

Irreverente y reverenciada dice:
No, no, la tengo rematadamente triste.

Irreverente y reverenciada dice:
Pero me hace bien esa clase de tristeza.

Sr Algo dice:
me alegro.

Sr Algo dice:
a mí a veces me ha pasado algo curioso...

Sr Algo dice:
vivir un momento determinado y que de golpe suene una canción y encaje demasiado con ese momento.

S. Algo dice:
como una especie de señal.

Irreverente y reverenciada dice:
Pues eso es, que una empieza a mosquearse con las casualidades.

Irreverente y reverenciada dice:
Me entran nostalgias idiotas.

Sr Algo dice:
y qué nostalgias le entran?

Irreverente y reverenciada dice:
Cosas tontas sin importancia.

Irreverente y reverenciada dice:
Los vaqueros aquellos de plástico que me compraba mi abuelo en la feria.

Irreverente y reverenciada dice:
Y cuando llegaba el verano y mi madre sacaba las cajas de la ropa fresca, con vestidos de volantes que olían muy bien.

Irreverente y reverenciada dice:
Y los columpios de enfrente de casa de mi abuela, en medio de valparaíso, en otoño.

Irreverente y reverenciada dice:
Pienso que entonces podría haber disfrutado esas cosas y por alguna razón estaba ocupada en alguna otra cosa.

Sr Algo dice:
bah, si hubiera estado tan ocupada en otras cosas, ni lo recordaría.
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Sr Algo dice:
con ud he recordado muchas cosas asi.

Irreverente y reverenciada dice:
Juas, pues lo siento.

Irreverente y reverenciada dice:
Porque ud. y su infancia siguen peleados y eso.

Sr Algo dice:
sí. más o menos.

Sr Algo dice:
a veces no es así.

Sr Algo dice:
pero en general sí.

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Sr Algo dice:
no, a veces recuerdo sensaciones buenas de infancia.

Sr Algo dice:
que recuerdo como buenos atardeceres de verano en que habíamos pasado la tarde corriendo por los montes y volvíamos a la casa familiar en galicia cansados, agotados, cuando empezaba a ponerse el atardecer frío.

Irreverente y reverenciada dice:
El olor de ser pequeños.

Irreverente y reverenciada dice:
Y estar limpios y suaves sin nada vergonzoso.

Sr Algo dice:
la vuelta a una casa donde había comida y tocaba ducharse o bañarse y ponerse el pijama cansados.

Sr Algo dice:
y adormecerse ante la tv.

Irreverente y reverenciada dice:
Yo recuerdo, sobre todo, los olores.

Sr Algo dice:
Eso iba a decir.

Sr Algo dice:
que yo esas cosas las recuerdo sin duda por olores.

Irreverente y reverenciada dice:
la madera quemada en invierno, con el humo blanco de las casitas de la Cruz de los trabajos. El Nenuco antiguo.

Sr Algo dice:
olor de tarde de verano, olor de baño tibio y espuma, olor de cocina vieja.

Irreverente y reverenciada dice:
Olor de ropa tendida, pero de hace mucho.

Irreverente y reverenciada dice:
Ya no huelen así las sábanas.

Sr Algo dice:
no.

Marzo 15, 2004

Nueva etapa.

No es que yo sea una ferviente admiradora de ZP; me parece que en el momento más inesperado va a sacar un mazo de debajo, lo va a coger entre las manos con las palmas extendidas y va a empezar a hacer preguntas idiotas al público. Pero he de reconocer que ayer solté un alegre ueee, calimocho en mano, cuando se conocieron los resultados electorales. Ya no tanto por habernos quitado a los aznarinos de en medio, sino porque para una vez que muevo mis amplias posaderas con la intención de ir a votar, me agrada ver que puede servir de algo más que encontrarte frente a las urnas con la vecina que te prestó un desatascador hace dos años.
Ayer hablaba con un conocido sobre este asunto. Empezamos a fantasear con los posibles cambios que podrían darse a continuación. Por ejemplo, Gran Hermano VIP se convertirá en un espacio cultural. En vez de ir Marlenes y Coyotes las casas serán habitadas por una panda de hombres sin nada que perder y todo por ganar: el Punset, Antonio Gasset, Pedro Erquicia, Pedro Ruiz, Sánchez-Dragó, la presentadora de La Mandrágora y, haciendo de chica fácil, la que presenta los conciertos de Radio 3. Por fin podremos aprender cosas disfrutando. Pedro Ruiz se paseará por la casa en bañador; Gasset se quejará de que todo el mundo le nomina y le ningunea. Pedro Erquicia les contará las cosas que pasan en la casa rica a concursantes como los de la pobre; Punset hará experimentos genéticos con las cabras y Dragó se encargará de que todo el mundo duerma bien y profundamente por las noches.
Tele educativa ya.

Marzo 11, 2004

Marzo 09, 2004