Febrero 26, 2004

So tired

Hoy estoy agotado... extrañamente cansado.

Casi terminada el Aula de Informática, me sobreviene una sensación de triunfo, y me relajo irremediablemente. A eso le sumamos que llevo más de una semana durmiendo poco y mal, y en la que he consumido más alcohol que en los últimos seis meses. Tampoco es que beba mucho, la verdad, pero precisamente por eso tal vez mi organismo aún lo esté asimilando.

Apenas he alcanzado la mitad del proyecto de renovación del parque informático y me queda toneladas de trabajo pendiente. Pero es que uno no puede más, y punto.

Se hace lo que se puede

Escrito por Uesugi Kenshin a las 03:49 PM | Comentarios (0)

Febrero 25, 2004

La ardilla

Kenshin se quedó estupefacto, como analizando lo que había oído. Simplemente, estaba procesando la información.

- ¿Cómo dices?
- ¿Qué es lo que no entiendes? - repuso la ardilla, hablando con toda naturalidad, como quien le explica sumar a un crío

Kenshin se quedó esperando, una vez más...
- A ver, me dices que el problema que tengo es que quiero agradar a los demás
- No, yo no he dicho eso
- ¿Entonces?
- Casi todas las personas quieren agradar a los demás, eso es normal. Aquellos que no quieren hacerlo, suelen ser unos auténticos cretinos.
- Ajá
- El problema que tienes tú es que, además de querer, intentas agradar a los demás - concluyó la ardilla

- ¿Y eso es malo?
- No lo sé, dímelo tú
- Joder, ardilla - Kenshin comenzaba a desesperarse - No entiendo a dónde quieres llegar. ¿Por qué no me dices la moraleja y ya está?
- Precisamente por eso. Porque decir una moraleja no implica entenderla. Tienes que vivirla por ti mismo, y crear tú tus propias moralejas.
- Vale, como quieras... - ya empezaba el caballero a resignarse un tanto con la dinámica de la conversación, así que trató de recoger frutos - El problema está en que intento agradar a los demás.
- Sí, eso dije
- Y ese es el problema que me causa que no sea feliz, porque lo que tengo que hacer es no intentar agradar a los demás. Aunque quiera hacerlo.
- Exacto
- Porque querer agradar es bueno
- ¡Bien!
- Pero intentarlo no es tan bueno porque... porque... - Kenshin se estrujaba la cabeza - hago cosas para agradar y que no son auténticas... no soy yo mismo
- ¡Eso es!

Y la ardilla, de la emoción de ver como el caballero comprendía, dio un gran salto, con una pirueta que no todas las ardillas sabían hacer. Pero es que esta ardilla era especial. Especial de verdad.

- Pero si no intento agradar, si soy tal cual... está claro que no agradaré a todo el mundo
- Claro - la ardilla sonrió, porque parecía que el caballero comenzaba a entender - Pero es que eso es imposible
- Imposible - repitió el caballero, asimilándolo
- Es imposible que llueva a gusto de todos
- Comprendo - asintió Kenshin - Imposible
- Es bueno que quieras caer bien a todos los demás, pero es algo que no se puede, y tal vez no se deba hacer.
- ¿Y qué hago si no le caigo bien a alguien?
- ¿Cómo? - ahora era la ardilla quien no comprendía
- Sí, ¿qué hago si no le caigo bien a alguien? ¿Cómo arreglarlo?
- El tiempo pone todo en su lugar, así que si se debe a un malentendido, se resolverá. Si es simplemente porque eres como eres, no se puede hacer nada
- ¿Y entonces?
- Entonces asumes que hay gente a la que no le caes bien. Pero a fin de cuentas no es tan importante.

Kenshin se quedó petrificado
- Claro - prosiguió el animal - no es tan importante. Simplemente sé como eres... y lo demás, ya vendrá

Tras unos segundos, el caballero no pudo evitar retomar el tema
- Y... entonces, ¿cuándo se me caerá este maldito yelmo oxidado?
La ardilla soltó una ruidosa carcajada
- Sigues con el mismo tema... Cuando te des cuenta de que no tienes ese yelmo, ya no necesitarás quitártelo
- O sea, ¿que realmente no tengo yelmo? - preguntó Kenshin incrédulo
- Claro que sí, ¿no te das cuenta de que te molesta tanto?

Escrito por Uesugi Kenshin a las 05:32 PM | Comentarios (1)

Febrero 23, 2004

No mind... No pensar...

Hoy es un buen día.

El viernes salí por la noche con los colegas. Pensé que lo mejor sería desconectar de todo pensamiento que fuera mínimante profundo, y resultó. Era lo que necesitaba: reirme y disfrutar. Dejar de pensar.

El sábado volví a repetir la experiencia, con resultados aún más sorprendentes. Conocí a un grupo de chicos y chicas que se vinieron de la isla vecina a disfrutar de estos carnavales.

Yo estaba, la verdad, de risas y fiestas. Y total, que estuve de cachondeo con todo dios. Incluso con los desconocidos que pasaban (aunque eso no es novedad porque aquí en mi tierra, el buen ambiente que se respira en la calle por la mayoría de la gente, lo hace tan especial...).

Cuando me di cuenta, estaba de cachondeo particularmente con una de las chicas, que era bastante simpática. Y además, también era bonita, aunque de eso no presté nada de atención. No estaba esa noche para intentar nada con nadie.

Cuando me di cuenta, ya llevábamos un buen rato juntos, que si risas, que si bailes, que si decía burradas y ella se partía...

En un abrir y cerrar de ojos, ya estábamos bailando pegaditos, agarrados el uno al otro, aunque la música era cañera y no pegaba el estilo de baile ni con cola. Pero no importa, que estamos en Carnaval, y aquí nada pega...

Y cuando me di cuenta, ya estábamos besándonos, y nuestras manos recorrían nuestros cuerpos sin pudor propio, ni ajeno.

Es curioso lo que hace el ambiente de fiesta, el alcohol suficiente como para desinhibirte y el encontrar a una chica que te gusta.

Aunque la noche que conocí a Patricia, la situación era muy parecida, y no pasó nada. ¿El motivo? Que no pensé.

No pensé si le gustaría un chico como yo. Por eso, incluso con barba de tres días, una peluca horrible, una camisa militar de asillas que me haría parecer gay si no fuera por el sujetador con relleno, y los pantalones de chica que tenía... seguí de risas y fiestas.

No pensé si ligaría o no con ella. Tampoco me importaba, porque a fin de cuentas, lo que quería era reirme con ella, disfrutar del momento,...

Tampoco pensé si un beso le molestaría, o qué se supone que debía hacer cuando se me acercaba, o si caería como un buitre o un pesado...

Más que decir que el alcohol me transformó, prefiero decir que me liberó. Que me permitió ser yo mismo, disfrutar del momento, y dejarme de pensar en las mil consecuencias que puede tener cada uno de mis actos.

Viví. Aunque fuera por una noche.

Al día siguiente, un par de mensajes y nuestras direcciones del Messenger. Así, sin remordimientos. Manteniendo el cachondeo. La gracia es que seguramente pensará que soy el típico "aquí te pillo, aquí te mato", que liga en cada esquina. Si hasta quedé provocador, qué cosas...

La lástima es que no vive aquí. Está de paso.

Conocer a alguien que me gusta y le gusto, aunque fuera por una noche o por una semana, pero que la distancia física nos separa de manera casi irremediable.

Joder, por qué será que no me sorprende...

Escrito por Uesugi Kenshin a las 05:19 PM | Comentarios (0)

Febrero 20, 2004

Goodbye


Se fue. Para no volver.

Lágrimas de algo que no dio tiempo ni a nacer. Tal vez es que sea demasiado sensible. Tal vez es que fue más intenso de lo que esperaba.

Se fue. Para no volver.

Debo reponerme. Continuar con mi vida. Fue un paréntesis que jamás olvidaré. No fue tan intenso como me hubiera gustado, pero tal vez si lo hubiera sido, hoy estaría destrozado.

Se fue. Para no volver.

Dentro de unos meses, será una anécdota más del año. Dentro de un par de años, será un recuerdo difuso de una experiencia más vivida. Pero hoy, hoy, es la angustia de la incertidumbre, el saber que parte de mí se ha ido a Lyon.

Se fue. Para no volver.

Escrito por Uesugi Kenshin a las 06:35 PM | Comentarios (0)

Febrero 19, 2004

Disparaaaa y... ¡al palo!

Anoche de juerga. En el apartamento, los tres colegas y las dos francesas. Jugando a las cartas y bebiendo, después de la cena.

A pesar de las risas, el ambiente distendido, el alcohol y la complicidad de mis amigos, no pasó nada anoche.

Lo curioso es que la complicidad no la provoqué yo y, en cierta manera, tampoco la deseaba. No me sentía bien sabiendo que se estaba preparando el terreno para que durmiera en la misma habitación que ella, en camas tal vez demasiado próximas.

Estuve a punto de no entrar en ese juego, pero hubo un momento en el que me dejé de escrúpulos, me dí cuenta de que si no lo intentaba me iba a arrepentir el resto de mi vida, y decidí probar.

Un par de besos, luego ellos decidieron continuar la marcha y yo, como se supone que debía trabajar hoy, me quedé en el apartamento. De esa forma, cuando volviera todo estaría en sus manos.

Al llegar me dio un beso en la mejilla (ternura inesperada, fíjate tú) y se acostó a dormir. Como la otra amiga decidió dormir en la misma habitación, se convirtió en un obstáculo insalvable. A ver quién se levanta en mitad de la noche para ir a la otra cama sin ideas muy claras, mucho alcohol y un molesto testigo que lo echaría a perder.

No pasó nada, y supongo que porque ella no terminó de querer que pasara.

Estoy derrotado, aún con ron en las venas, habiendo dormido cuatro horas y tras dedicar más de 60 minutos adicionales en recorrer los casi 100 kilómetros.

No lamento especialmente que no pasara nada. En cierta manera, siento que no hubo suerte, simplemente. Al menos estuve ahí, por si salía. No estaré el resto de mi vida dudando de qué hubiera pasado si lo hubiera intentado, porque lo intenté y las circunstancias no lo permitieron.

Tal vez sea por el cansancio acumulado o por apenas haber dormido, pero me siento vacío. Como cuando pierdes el rumbo y te da la sensación de que todo el mundo tiene una vida más o menos organizada y plena, menos tú, que vas por ahí dando tumbos como si fueras una película sin guión.

Y encima, llueve.

Escrito por Uesugi Kenshin a las 08:49 AM | Comentarios (2)

Febrero 18, 2004

Loose heart


Una vez oí un proverbio, o una reflexión, que decía más o menos así: "cuando vayas por la calle y alguien te diga que tienes una joroba, no le hagas mucho caso que la gente es un tanto rara; cuando dos personas te lo hayan dicho, consíderalo una opinión externa, válida pero que no tiene por qué ser verdad; cuando te lo hayan dicho tres personas, vete buscando un espejo".


No puede ser que siempre me vea en la misma situación, con el mismo problema. Con la misma sensación de que tengo muy claro el apostar por una chica, y ésta no me corresponde. Que le gusto, porque es un hecho y se ve, pero no sabe cuidarme. No comprende que hay cosas que duelen y que no puede ser tan variable como hoy darme un montón de caricias y mañana costarle darme un beso.

Eso me mata.

Me mata porque yo no soy así. Yo digo blanco hoy, y mañana también. Porque aunque a veces sea un tanto tímido, se me nota a todas todas que apuesto. Porque doy cariño un día sí, y el siguiente también.

Pero joder, tantas chicas no puede ser normal. No pueden estar equivocadas. El problema debe estar en mí.

No puede ser normal que cada vez que me guste alguien, no tarde mucho en desilusionarme en cierta manera, en ver que no es tanto oro como el que me pareció en un principio, que no me da tanto afecto como necesitaba,... Que no puedo esperar tanto en tan poco tiempo.

No sé exactamente dónde radica dicho problema, ni como solucionarlo, pero dicen que el primer paso es reconocerlo.

Tal vez sea demasiado inocente, o demasiado efusivo. Tal vez debería ser más calmado, como en muchos otros aspectos de mi vida. Tal vez no debería importarme tanto la otra persona, si respira bien o no, si se encuentra a gusto, o cómo arrancarle una sonrisa.

Pero es que la otra opción que se me ocurre es tener menos pasión. Endurecerme.

Y cuando pienso en esto, siempre me acuerdo de la misma escena de BraveHeart. Cuando Bruce, candidato a Rey de Escocia, habla con su padre tras traicionar a William Wallace, expresándole lo mal que se sentía consigo mismo por haberlo hecho. Y éste, cuando le dice "todos los hombres se endurecen", responde Bruce con rabia: "¡¡No me quiero endurecer!! Yo quiero... creer, como cree él".

Curiosamente, si se ve dicha escena en versión original, la expresión literal es "loose heart": "perder corazón".

Y en ocasiones me veo en la tesitura de decidir si perder corazón o continuar siendo yo mismo, pero sufriendo cada dos por tres por ello. Sufriendo cuando los amigos, quienes me rodean o simplemente las chicas que me gustan se comportan de una manera que me parece tan variable, tan poco estable.

¿Perder corazón no es lo mismo que no vivir? Dejar de ser como eres, o como quieres ser... ¿no es abandonar unos principios, unos ideales?

Este tema me confunde.

Escrito por Uesugi Kenshin a las 08:48 AM | Comentarios (1)

Cuando el viento sopla, las veletas se mueven

Ayer estaba rara. Muy rara. (Por favor, absténganse de la parodia "ruaro, ruaro, ruaro", que ya lo oigo hasta en sueños).

Algo no cuadraba...

Y en un momento en el que estaba "en la luna", me reveló su preocupación acerca de la semana que viene. Estaré en la Universidad en Lyon, me dijo, estudiando algo que no me gusta, rodeado de compañeros que no me gustan y con profesores que detesto.

Qué débiles somos a veces, pensé. Parecía tan segura de sí misma, y lo único que parece hacer es huir hacia delante. Pero, ¿y yo? Parezco tan seguro de mí mismo también, y lo que realmente hago es buscar cariño a la primera oportunidad que veo. Porque, siendo cruelmente sinceros, es lo que hago. No busco sexo por sexo, porque tal vez me falta frivolidad (o menos chorradas, según como se mire), pero tampoco soy lo suficientemente estable como para no sentirme a veces como un perro abandonado en busca de hogar.

Ayer no me sentó muy bien su actitud, pero creo que se debía más porque estaba pensando que en un par de días volvería a la realidad, y no porque estuviera molesta conmigo.

Pero esta mañana me levanté con más ánimos. También es que me hacían falta, para recorrer los casi 100 kilómetros hasta el trabajo.

Me he planteado si ir de nuevo esta tarde. Tal vez sea orgullo, pero a lo mejor lo que debería hacer es quedarme en casa, y ya mañana, último día, volver a quedar con mi amigo y estas chicas.

Pero no creo que lo haga. Esta tarde iré. Porque si no, aunque ellos no piensen nada, yo mismo estaría convencido de que es porque estoy resentido. Resentido de no obtener lo que esperaba. Resentido por repetirse una situación que se está convirtiendo en demasiado frecuente para mí.

No me lo perdonaría. El orgullo no es suficiente razón de peso, me temo.

Las situaciones hay que aceptarlas aunque no te gusten. Cuando coges un regalo, tienes que aceptarlo con todas sus consecuencias. Apechuga con lo que hay.

Escrito por Uesugi Kenshin a las 08:33 AM | Comentarios (0)

Febrero 17, 2004

No te vayas

Miradas de complicidad, sonrisas llenas de ternura, manos que acarician hombros y éstos no se apartan, la tendencia de mantener los dos cuerpos pegados, como astros celestes obligados por poderosas fuerzas de atracción gravitatoria,...

Y ya ayer nos besamos.

Después siempre me invade una sensación de incomodidad. De no saber muy bien cómo actuar. Qué se supone que debo hacer. Qué espera ella acerca de cómo me debo comportar. Porque pasamos la barrera de amigos a ser algo más, sin nombre aún como un recién nacido inesperado, y hay que redefinir conductas... Pero no ayer, ayer no me costó seguir con ella. Seguía siendo igual de agradable.

Y qué pobres quedan ahora los tres últimos meses vividos. Cuán estúpido me siento, en cierta medida, cuando me recuerdo suplicando migajas de cariño de alguien que sólo tenía palabras dulces en contadas ocasiones. Me vendí barato.

Han venido dos amigas francesas de un colega, por una semana de vacaciones. Me propuse ayudarle a hacer de anfitriones. Y aunque ya teníamos cierto cachondeo al respecto de que venían "las francesas", no esperé que los acontecimientos se desarrollarían de esta manera. Que una de ellas me gustaría tanto, que yo le gustaría tanto, que estaríamos tan a gusto tan cerca uno del otro, y que no le importaría lo que pensaran quienes nos rodean.

Es tan surrealista.

Es surrealista porque parece el comienzo ideal de una buena relación.

Es surrealista porque la conocí el pasado sábado, el día de San Valentín.

Es surrealista porque se va el viernes. De vuelta a Lyon, Francia. Para siempre. Para no volver. Para jamás poder acariciarla de nuevo.

Lloraré el viernes. Estoy seguro de ello. Lloraré porque soy incapaz de ver a una chica como un objeto, de estar con ella por unos días y pensar que es simplemente una alegoría al Carpe Diem. Soy incapaz de ser frívolo.

No creo que muchos de mis amigos entiendan esta situación. Pensarían que es que le pido demasiado a la vida, o que como uno recoge lo que siembra, no debería sembrar en alguien que se marcha.

Pero son cosas que uno no puede evitar. No puedo evitar sentir. No puedo evitar que me guste alguien, y que se note. No puedo evitar besar si quiero, me gusta y veo el momento para ello.

Esta tarde recorreré 100 kilómetros al salir del trabajo para verla. A ella, a su amiga y a mi colega, por supuesto. Pero si no fuera ella, no iría hasta tan lejos.

Siento un poquitito de angustia, la verdad. Y sé que pasará. Que tengo que acostumbrarme, que así es la vida, y que tal vez esto sea un buen momento para aprenderlo. Para aprender que Dios decide por uno, que Él tiene sus propios dados para tomar las decisiones de lo que nos acontece.

Pero es que juraría que los que usa conmigo están trucados, coño...

Escrito por Uesugi Kenshin a las 09:15 AM | Comentarios (1)

Febrero 16, 2004

Crónica de un Infarto Anunciado

Comienza la semana...

Hay novedades en mi vida, la verdad. Pero ni el tiempo ni las ganas, dada la hora, permiten que detalle con precisión.

Lo más importante es que he conocido alguien que me gusta y que yo le gusto, que nos gusta tenernos al lado, así, pegaditos, que no nos importa que se note y que aún no la he besado, pero tal vez ella tenga tantas ganas como yo de que eso ocurra.

En dos días me ha dado más muestras de interés que Patricia en tres meses. Cuán engañado me siento ahora cuando pensaba que era algo para aquella. Hoy veo que nada impide el demostrar afecto, nada. Todo eran excusas.

Lo triste es que esta nueva chica, se me va el viernes. Y se va para siempre, sin vuelta atrás.

Me va a doler. Joder que si me va a doler. Pero no puedo evitarlo. Me gusta. Y esta tarde, al salir del curro, la volveré a ver.

Escrito por Uesugi Kenshin a las 08:24 AM | Comentarios (1)

Febrero 13, 2004

Prioriza

Otra vez un viernes.

Penoso es que uno no tenga tiempo ni para poner un post aquí. Pero bueno, casi no tengo tiempo para almorzar, así que de qué me quejo...

Ha sido una semana dura, pero creo que ya tengo bien preparados el 60% de los equipos, los más "urgentes".

Lo curioso es que el ritmo de curro no ha parado. Por alguna razón que roza el misticismo esotérico, mis jefes creen que me paso tantas horas entre medio centenar de torres, cajas, CDs, teclados,... por puro divertimento. Vamos, que me lo estoy pasando pipa, y que en realidad, puedo parar "un segundo" para encargarme de las cuatrocientas nimiedades que surjan, que son sólo eso, nimiedades, y que para ellos, qué curioso, es muy urgente e importante.

Y es algo que noto con mucha frecuencia en el ámbito de la informática. Para el usuario medio, cuando tiene un problema o una necesidad, se convierte en un molesto obstáculo, una dificultad insuperable que le bloquea el mundo. Se convierte en algo urgente e importante (es decir, hay que darle prioridad aquí y ahora, y resolverse ipso facto). Para estas personas, el problema es muy serio, pero, de forma cínica, resulta que seguro que el informático lo resuelve en un plis plas. Que para eso se le paga, que para eso es el "chico de los cacharros". Y cuando no se resuelve, o es que no está rindiendo o es que no te da la importancia que te mereces. Y eso que soy de los roots que se preocupan por sus usuarios (aún soy joven)... ¿qué pasaría si fuera tan pasota como ellos creen que soy?

Al principio me molestaba, me indignaba. Con determinados usuarios tuve algunos roces porque les explicaba, con mejores o peores formas, que no podía resolverse ahora (la mayoría se molestaba simplemente por oír el no). Alguna llamada de atención por parte de algún jefe no directo por no resolverles el problema a tiempo, mientras intentaba, de la forma más diplomática posible, hacerles entender que el día tiene 24 horas, y que a alguien que está dedicando dos o tres horas extra no pagadas y de forma sistemática (a diario), no se le puede pedir más. Es inhumano.

Eso fue una etapa introductoria, llena de estres. Ahora mismo sigo igual de liado que en aquel momento, o incluso más, y sigo bastante apurado con la cantidad de curro que hay. Pero hay una diferencia: a todo el mundo le digo que sí.

"Sí, de acuerdo... En cuanto pueda me pongo a ello".

Más de uno no se lo cree y me lo repite hasta dos o tres veces en la conversación. Aquellos que tienen responsabilidades, esos jefes no directos, incluso procuran, como lo diría, "motivarme". "No hay problema, sé que es importante... Me pongo a ello".

"Me pongo a ello" va a ser mi mote en este curro, lo sé. A nadie le digo que no.

Pero al final, las prioridades las marco yo. Simple y llanamente. Aunque no sea del todo cierto, hago un esfuerzo para que toda esa presión me resbale. Me cuesta un poco, porque no soporto ver a la gente tan egoísta, pensando únicamente en sus problemas, y cuando ni siquiera comienzan las conversaciones con un saludo, sino directamente exigiendo.

Pero como a la gente no se le puede cambiar, me adapto. Más no se puede hacer.

Por cierto, soy consciente de que esta bitácora estaba bastante abandonada. Me pongo a ello.

Escrito por Uesugi Kenshin a las 12:46 PM | Comentarios (0)

Febrero 06, 2004

Weekend, Sweet Weekend


Bueno, ¡por fin es viernes!

No tengo ningún plan para este fin de semana... No tengo ninguna belleza (ya sea de físico o de personalidad) con la que compartir algunas risas, expresar sentimientos o enredar nuestros sueños, de forma que se retuerzan en provocativa sinergia.

No tengo ninguna idea en especial de lo que voy a hacer, salvo un par de premisas fundamentales: tranquilidad y nada más que tranquilidad. Reponer energías y suavizar el sistema nervioso central.

¿Se me nota que estoy hasta las narices de estar entrando a las 8 (AM) y saliendo a las 9 (PM), para configurar e instalar más de medio centenar de equipos informáticos?

Mmm... ¿harán los carpinteros horas extras? No creo, a fin de cuentas, no tienen que configurar los empalmes de maderos para que los permisos NTFS no les manden al carajo el armario.

Escrito por Uesugi Kenshin a las 10:52 PM | Comentarios (1)

Febrero 04, 2004

Red Code

¡TIIUT TIIIUT TIIIUT! El ruido estridente de la alarma no hacía más que aumentar la tensión del ambiente.

Una multitud corriendo por los pasillos, disgregada en pequeños grupos que iban en varias direcciones, se abría paso entre los diferentes sectores. Los sensores de las puertas no paraban de trabajar, y cuando parecía que una comenzaba a cerrarse, debía volver a abrirse para permitir nuevamente el acceso. Mientras algunos terminaban de colocarse el casco, otros se ajustaban el peto, y otros simplemente corrían, corrían como diablos.

Casi todos iban en silencio, como si supieran perfectamente lo que tienen que hacer. Parecía que todos sabían qué lugar le correspondía a cada uno.

Una voz femenina en off, con tono áspero y metódico cual grabación predefinida, sonaba en todos los altavoces de las cámaras: "Código Rojo. Código Rojo. Todo el personal debe situarse en zafarrancho de combate. Repito. Todo el personal a sus puestos. Esto no es un simulacro."

No es la escena de ninguna película de submarinos, ni es el relato de un ataque a una estación interestelar. Son la hormonas de mi cerebro.

Hoy han llegado los 55 equipos. Y tienen que estar listos para ayer.

Joder, caña de la buena. Esto es un infiernooo

Escrito por Uesugi Kenshin a las 05:01 PM | Comentarios (4)

Febrero 03, 2004

Flotando

Otro día sin ser muy consciente de lo que ocurre a mi alrededor.

La culpa es mía. Decidí quedar con un buen amigo y hablar de nimiedades y proyectos futuros. Me hacía falta. Me apetecía.

Total, que me acosté a las 2 de la mañana.

Habiendo dormido 4 horas, estoy que no estoy. Al menos, el estado de somnolencia perenne que me acompaña me provoca cierta insensibilidad. Justo lo que necesito para que no me duela el corazón.

Lo peor que llevo es que hoy he estado tan cansado que ni siquiera he ido a nadar. Eso sí que me jode.

Escrito por Uesugi Kenshin a las 05:50 PM | Comentarios (0)

Febrero 02, 2004

And I will leave no one behind

Este fin de semana vi una película que me impactó. "Cuando éramos soldados", protagonizada por Mel Gibson y dirigida por Randall Wallace.

Como muchas otras películas, tras terminar de verla, en un primer momento no me dejó fascinado. Simplemente, no me desagradó. Pero a medida que fueron pasando las horas, cuando iba reflexionando sobre determinadas escenas, mi inquietud fue en aumento.

Tengo la manía de buscar lo mejor de las películas, especialmente en lo referente a la descripción de los personajes. Por eso, aunque la película tenía una gran dosis de machismo y burdo patriotismo americano (como casi todo el cine bélico estadounidense, por cierto), me gustó el personaje de Gibson, y eso compensa. Porque fallos en las películas hay miles. Solo tienes que buscarlos. Pero coger algo que te interese, reconocer algo de valía, y tratar de hacerlo tuyo, para mejorar y crecer como persona, es lo que realmente tiene mérito. Y a fin de cuentas, con los que me rodean hago lo mismo. Busco savia nueva.

El personaje de Gibson es el Teniente Coronel Hal Moore, que dirigió sus tropas helitransportadas en la primera batalla de la Historia, según reza la película, entre tropas estadounidenses y tropas vietnamitas.

Se me puso la piel de gallina cuando vi la escena en la que alienta a sus tropas antes de partir a Vietnam. Paré el DVD, retrocedí y lo puse en inglés, para saborear todos los matices del discurso (tampoco es que un servidor sea un experto en el idioma de Shakespeare, pero quería captar la justa entonación de las palabras, lo que no defraudó):

“We are moving into the Valley of the Shadow of Death where you will watch the back of the man next to you, as he will watch yours, and you won’t care what color he is, or by what name he calls God. We are going into battle against a tough and determined enemy. I can’t promise you that I will bring you all home alive. But this I swear... when we go into battle, I will be the first to step on the field and I will be the last to step off. And I will leave no one behind... dead or alive.”

Un líder nato. No por su elocuencia, en realidad algo escasa en el film. Fue porque ante todo, sentía el liderazgo. Decidido, firme, justo,... pero al mismo tiempo, buscaba lo mejor para sus hombres. Luchaba por ellos. Era el primero en meterse en el infierno. Ante todo, era un ejemplo de arrimar el hombro.

No fue el cómodo que se refugiaba en la retaguardia, ni un jefe que te grita por el estrés del conflicto. Buscaba dar ánimos, entendía a sus subordinados, les conocía, hacía un esfuerzo por saber de ellos,... Era como un padre.

En definitiva, sus hombres no le seguían por temor a su castigo, sino porque creían en él. No seguían a unos galones, sino a un ser humano.

Me gustaría algún día ser como él. Llegar a ser líder, no por la vanagloria de ser importante, sino por lo que significa: porque destacas entre los demás hasta el punto de que eres conveniente para quienes te rodean, porque asumes la figura de patriarca, de protector.

Aunque hoy por hoy, todavía me queda mucho trabajo por delante. Especialmente en lo que respecta a timidez e inseguridad. Pero tal vez algún día...

Escrito por Uesugi Kenshin a las 06:35 PM | Comentarios (0)