Este año volveré a pelearme con las doce uvas. A pesar de que no me creo estas cosas de los horóscopos, las tradiciones, la buena/mala suerte... pero la cosa es que volvemos a caer en la misma trampa.
Y, además, ya empezamos mal el asunto. Vas al supermercado, y las uvas están a precio de angula, pero angula de lomo negro, y encima, no es el mejor momento para esa fruta. Total, ¡que están malísimas! Claro que hay alternativas: venden unas uvas enlatadas... peladitas y a punto para comer. La verdad es que no las he probado, pero me da a mi que tienen que estar... ¡asquerosas! También he visto unas copas de cava, de las altas y estrechas (plástico, claro), con sus doce uvas dentro y envueltas en papel de celofán, con su lacito dorado y todo... éstas son asquerosas por la cursilada. O sea, que lo que es para elegir, tenemos.
Al final, te vas a tu casa con tu cosecha de uvas que ni Falcon Crest.
Y que conste que no dejo de tomar las uvas porque si empiezas a mirar por ahí (el Google te enseña de todo), la alternativa que hay es que tengo que ponerme ropa interior amarilla o roja (parece que en el color hay discrepancias);
salir de casa después de las doce con las maletas (con lo incómodo que está sacarlas del altillo... y luego hay que volver a guardarlas); poner esas tres pequeñas piedras (si yo no voy al campo, hombre!) que simbolizan salud, amor y dinero; tener que brindar con un anillo de oro metido en la copa (seguro que me lo trago!).
O sea, que ahí me pondré, concienzudamente, una tras otra -generalmente no paso de las 6 ó 7- y a esperar al 31 de diciembre de 2004. Que, lamentablemente, llegará enseguida.
Como lo manda el refrán, claro, porque luego la vida sigue igual, como decía Julito (iglesias). Pero ya que no podemos cambiar la rutina, yo por mi parte cambiaré la página. Claro que eso ni es novedad, porque la cambio cada cuatro días, porque en realidad lo que pasa es que me aburre ver siempre lo mismo.
Por eso despúes de arduo trabajo, tengo aquí el resultado, a falta de algunos retoques, pero básicamente decidido el diseño. Ahora impera el minimalismo; nada de fotos bonitas, ni colorines p'aquí y p'allá. Sobriedad, hombre, mucha sobriedad que la vida está muy achuchada y desde que tenemos los euros mucho más (¿a que sí?). Pues eso, que mi primera página era de esas muy horterillas, llenas de colorín, gifs animados, fotos de todos los tamaños, enlaces absolutamente desordenados, textos que circulaban de un lado a otro de la pantalla... qué tiempos aquellos, allá por el siglo pasado (valeeeee..., no hace más que cuatro años, pero es en el siglo pasado). Ahora no, ahora vas recorriendo páginas por ahí y ves que todo se ha reducido, se ha tranquilizado. Son más prácticas, porque lo ves todo clarito y de un vistazo. Lo único que tengo que alegar (y estoy cayendo un poco en la misma trampa) es que como todos queremos poner mucho contenido, y la pantalla es lo que es, pues se arregla el problema microminimizando el tamaño de la letra. Y al menos a mí, me tendrán que poner una lupa ante el monitor, pues hay muchas páginas que no puedo casi leer.
Recojo del Librillo de Ramón Buenaventura, la recomendación que nos hace para vistar la página de Aurelio Mena Hornero, que es un profesor de instituto como debieran ser todos los profesores de instituto. Si además de ellos, el gobierno dedicara un poco más de atención, inteligencia y presupuesto a la enseñanza pública, tal vez ésta podría volver a ser lo que debiera ser. Realmente interesante la visita a esta página.
Que me paso el día diciendo: haré esto.... o esto otro... para luego hacer lo contrario. Y varias veces he dicho que no iba a ampliar nunca, nunca, nunca la lista de ahí al lado. Pero, claro, cada día encuentro alguna nueva bitácora que me engancha. Por ejemplo la de Germán, que aún no tenía incorporada, o la de El Contradictor, que aunque lleva apenas 9 días en marcha, ha tenido tiempo incluso de poner alguna tontería (me ha elogiado), pero eso no se lo deben tener en cuenta: lean su bitácora, léanla. Y ya que estamos en esto de la escritura, hoy se ha celebrado la Feria de Santo Tomás en Donostia. Se trata de una fiesta muy popular; y lo típico es comer txistorra y visitar la feria de los animales del caserío. Lástima que hoy ha estado toda la mañana lloviendo, y la verdad, eso desluce mucho! Y si lo que os pasa es que os habéis quedado con las ganas de probar la txistorra... entrad aquí.
Ahora está de actualidad por eso de «El Señor de los Anillos», pero la noticia es que puede ser el protagonista de la película que van a hacer sobre el Capitán Alatriste, basada en las novelas de Pérez Reverte. Tengo por ahí una amiga internauta, Morelia, a la que hará feliz la elección de este actor...
Aunque por lo que más se conoce a esta ciudad (sí, ciudad, que no pueblo) guipuzcoana es por haber sido la frontera con Francia, lo cierto es que tiene mucha historia a sus espaldas. En este enlace se cuenta la historia que ha originado sus fiestas patronales, con la celebración del Alarde. Tuvo muchos años de gran prosperidad económica, al tener allí un gran número de agencias de transportes, aduanas, etc., y aunque ahora la cosa ha cambiado, sigue siendo una ciudad importante. Es otro de los puntos que vale la pena visitar de Euskadi, aunque no esté en lugar preferente de las guías turísticas.
Ah! y el nuevo diseño es "fashionfindeaño". En enero lo cambio otra vez
:-)
Vaya por dios, yo que me tengo por discreta aficionada al cine, y no había visto esto: los PREMIOS GODOY 2003, al peor cine español. Reparten leña para todos los gustos. Peor película, peor director, peores actores... etc. etc. Al menos me queda el gustito de no haber visto NINGUNA de las películas que aparecen en cualquiera de las categorías. Parece que me he librado. Incluso en el apartado de las peores películas extranjeras; tampoco he visto ninguna. Bueno, algo he ganado.... unos cuantos euros, ¡seguro!
(ya he cambiado el enlace, ahora espero que funcione bien)
Que le ha tocado en suerte a la Real Sociedad jugar el próximo partido europeo (ya me enteré del porqué es tan importante esto de Europa, ya; luego lo pongo) contra el Olympique de Lyon, que ya nos están «espiando...».
Total, que estoy pensando que puede ser una buena excusa para hacer unas minivacaciones por allí. Que Lyon es la segunda ciudad de Francia, que tiene mucho que ver: museos, arqueología, paisaje, y que está a menos de 800 km. de aquí. O sea que se puede hacer una escapada. ¿El partido...? ¡Ah!, pero ¿hay un partido? :-)
Y lo de Europa, sí, que se me olvidaba. Que lo importante de Europa no es ni la Unión Europea, ni el Euro, ni que ya no hay fronteras, no. Lo mejor de todo es ir a la Copa de Europa esa, porque no veas la de millones y millones de peset... bueno, lo que salga al cambio en euros que se mueven con esto de los campeonatos. Y que si los equipos se matan por ganar no es ni por el amor a sus colores, ni por la «gloria deportiva», no. Que en el fútbol más que en ninguna otra cosa, poderoso caballero es don dinero. El otro día en la radio oí algo que me dejó boquiabierta: entre el Madrid y el Barcelona, suman un presupuesto MAYOR que el de muchos ministerios españoles. Si te descuidas, serán los de Educación, Ciencia, Sanidad... total, qué son esas cosas al lado del deporte: con lo bueno que es para la salud. En fin.
No, no he adquirido superpoderes, y no voy a hacerme invisible (aunque ¡mira que tiene que ser una gozada!), pero es que nuevamente se ha convocado el juego del CiberAmigo Invisible, y de nuevo es Blogpocket el organizador del evento. Se trata de un juego sencillo: a cada jugador se le asigna un «amigo» al que hay que hacer un regalo, y a su vez recibe otro regalo de algún jugador desconocido. Bueno, todo está muy bien explicado en esos dos enlaces. Yo ya me he apuntado, claro. Gracias a la edición del pasado año conocí a dos «bloggers» estupendos: Obokaman y El pez. Seguro que este año sucederá lo mismo. Además... ¿he dicho alguna vez que yo me apunto a todo? Pues eso. Ahora a pensar algo que regalar.
Buena para algunos trabajadores alemanes, a los que se va a compensar con un cuarto dehora de descanso para recuperarse de las dosis de villancicos que consumen en estas fechas. Porque la sobredosis de cualquier droga ya se sabe que es malísima, pero de las sobredosis de villancicos que todos nos propinamos en estas fechas (tanto si quieres como si no, evidentemente) son auténticamente insoportables. Como lo más probable es que aquí no esté la patronal por la labor, ¿no sería mucho mejor que definitivamente se prohibieran los villancicos?
Buf, buf, buf... y ni siquiera han empezado las navidades...
Resulta que ayer tuve que ir a Biarritz, más que a visitarla, a su aeropuerto por aquello de acompañar a unos viajeros al avión. Y al regresar, en lugar de tomar la autopista, rápida pero aburrida, lo recomendable es volver por la carretera que bordea la costa, pasando por los pueblos. Tardar, se tarda el doble, pero el paseo vale la pena. Si alguna vez os encontráis allí, si me hacéis caso podréis ver:
San Juan de Luz:
que mira de frente al pequeño y bonito pueblo de Sokoa:
Un ratito después, la playa de Hendaya, con las dos rocas al final que nosotros llamamos «las gemelas» aunque los franceses les cambian el género y para ellos son: «les jumeaux»:
Y desde Hendaya, la vista que ofrece Hondarribia que en ese momento y con el día tan estupendo que hacía, era insuperable:
Anímense a visitarnos, ¡vale la pena! Estos días festivos hemos estado al completo (supongo), al menos por la cantidad de gente que se veía por la calle.
Andaba yo navegando distraidamente por estos mares, en busca de vaya Vd. a saber qué, cuando me he encontrado con el Doriforo esculpido por Policleto, una figura que nos indica cómo tenemos que ser los humanos (para ser bellos y armoniosos, se entiende).
Según esto, la cabeza debe de ser la séptima parte de la altura total de la figura; dividida en tres partes iguales que corresponden a la frente, la nariz y la distancia de ésta al mentón; el pie tres veces la anchura de la palma de la mano, mientras la pierna, desde el pie a la rodilla, debe medir seis palmas y la misma medida habrá también entre la rodilla y el centro del abdomen. Ahora ya me estáis todos cogiendo una cinta métrica y... ¡A MEDIR! A ver, ¿cuantos cumplen las correctas proporciones?
Vale, vale, pues cuando se os pase el disgustillo, podéis pasar por ARTEHISTORIA un portal sobre arte en el que se encuentran cosas de esas, aunque yo lo que os recomiendo vivamente es la página de ALMENDRON, que no tiene desperdicio en estas cuestiones de Arte, Historia, Fotografía, Arquitectura, etc. etc., y además es un amigo y ¡hay que ver cómo se lo trabaja!
A él y a todos esos a los que se refiere el post de Germán: Merluza al ajillo (de "¡Cocina, hombre soltero!"). Que me he reído mucho con la lección magistral de nouvelle cuisine... Así que para todos ellos, una receta fantástica.
Yo había oído hablar de ella; me habían contado sus excelencias, pero nunca la había cocinado. Es fácil, rápida, la puede hacer cualquiera con mínimos conocimientos... TORTILLA DE PATATAS, pero no una cualquiera, no: es el modelo especial para inútiles, inexpertos y poco voluntariosos cocineros (yo misma, vaya).
Para dos personas: Tres huevos. Patatas fritas (de bolsa, claro... qué os habíais pensado). Un plato para batir los huevos, un tenedor, una sartén, un fuego -gas o electricidad es lo mismo; carbón o leña es más complicado- y buena compañía para degustarla.
Se baten los huevos. Se les añaden las patatas fritas al gusto (más o menos). Seguramente no hay que añadir sal, pero eso es «allá cada cual». Se despachurran bien las patatas y se dejan un ratito para que se ablanden.
Se pone la sartén con un poco de aceite al fuego, y se cuaja la tortilla al modo tradicional.
Oye, pues aunque parezca mentira, ¡está muy buena! Pero... atención: el truco está en no utilizar NUNCA esas patatas que parecen de plástico. Y mucho menos unas cosas pseudotuberculosas que van en un cartucho de cartón y que ¡a saber de qué están hechas!
Ya me contaréis, y si os sale buena, me mandáis un pintxo.
Ayer tuvimos lluvia... lluvia.... más lluvia. Hoy, nos regala diciembre este día, fresquito pero luminoso y precioso de estética invernal:
Me ha llamadola atención el juego de líneas quebradas y el contraluz. Estoy pensando en hacerme una página de esas de «álbum de fotos» si tan siquiera conociera la forma de hacerla. ¿Por ahí andan algunos listos que lo saben? Agradeceré cualquier sugerencia (y ayuda, claro).
Este es un dulce que se consume mucho -según me han dicho- en Argentina, y ahora tengo el privilegio de tener ese bote de ahí arriba, que me lo ha traido directamente desde el otro lado del charco mi amiga Pini. Es de agradecer, porque pesa lo suyo, y ya se sabe que en los aviones el peso cuenta mucho. Me entregó otro bote igual, pero este, lamentablemente, no es para mí: tengo que guardarlo bien hasta que el señor Otis que es su destinatario, se digne venir a buscarlo. Así que ya lo sabe. Y que como tarde mucho, ante la posibilidad de que se estropee :-) tal vez tenga que consumirlo porque está bueníiiiiisimo -el dulce, digo :-D.
Al menos ya tengo de nuevo las que subí a la página de mis cuadros. A ver si ahora sigo poniendo más. Hay otras, de posts anteriores, que son irrecuperables, porque las borré. Así que ya no le doy más vueltas. Se va a quedar así la cosa.
Conviene ver las bitácoras que han conseguido los premios anuales de Bitácoras.net, porque todas ellas (las finalistas, también) son muy buenas. Algunas están ahí al lado, en mi lista de favoritos, y casi todas se encuentran entre mis visitas más o menos frecuentes, aunque no estén «fichadas».
Es curioso este mundo de las bitácoras. Centenares de personas escribiendo al aire, sin saber a ciencia cierta si alguien, en alguna parte del mundo va a llegar a leer tus palabras. Casi como si nos asomáramos a la ventana y empezáramos a hablar a gritos... lo más probable es que termináramos en el manicomio. Eso, como poco.
Luego está la satisfacción de encontrar un comentario a tus escritos. «Hablar» con esa persona; en algunos casos, incluso conocerla personalmente... Nunca te defraudan. Conozco en persona a unos... no se, veinte tal vez, de mis amigos por internet. Todos son como me los había imaginado. Si no, mejores, nunca peor. Pues eso, que es una cosa buena esta magia de la modernidad.