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Explosions in the Sky + Linn Youki Project

20/2/04 Razzmatazz 3 - Barcelona. 18 euros.

Recordemos además que Explosions in the sky estarán tocando en el festival IFI de Pontevedra el día 8 de mayo.

He de confesar que soy un fan acérrimo de los Explosions in the sky. Y que aunque ya hace un par de meses de este concierto, me acuerdo como si fuera ayer.

Fue una gran noche, pero sólo en el terreno musical. Fuera, hacía un día de perros. Como es costumbre en las salas de Barcelona, pedían el carné a los chavalines, por lo que la gente que esperaba a la cola tenía que soportar estoicamente lluvia viento y frío. La mayoría de estos chavales, sin embargo, se dirigían a la sala Razzmatazz 2, a la que se entra por la misma puerta, pero que ofrecía una propuesta bastante diferente: Fito y Fitipaldis.

Una vez salvados los obstáculos, por fin me vi dentro de la sala. Entré tan pronto que ni siquiera habían conectado las luces de los baños y tuve que ... a oscuras. Pero en fin, visita al WC mediante, me dirigí al puesto de merchandising como una flecha, para hacerme con una copia del tesoro entre los tesoros de un fan de EITS: el vinilo de su primer disco "How Strange Innocence" (2000), del cual se editaron únicamente 300 copias y de venta exclusiva en conciertos de esta gira. Afortunadamente, todavía quedaban algunos disponibles. Existen de varios colores: rojo, beige, gris y azul. A mí me tocó el azul.

Pidiendo al hombre del merchandising que me guardara el vinilo hasta el final de concierto para que no se me estropeara, me dirigí hacia las primeras filas. Conseguí ponerme en segunda fila, y cuando se abrió un poco de hueco, avancé hasta la primera. Una gran ventaja porque los EITS se pasan casi todo el concierto por el suelo. Poco después comenzaron los teloneros. Todos ellos llevaban una camiseta que ponía "ojo de pez" por lo que yo pensaba que se trataba de esta banda. Sin embargo, en la caja de sus instrumentos podía leerse "linn youki project", por lo que yo pensé: pobres, además de intentar autopromocionarse a toda costa, han tenido que prestarles los instrumentos unos tal "linn youki project". Días más tarde descrubriría que éstos eran sin embargo los autenticos LYP, y que por tanto tienen instrumentos propios.

Como mi anterior crónica de califone no valoraba la música y se centraba en cuestiones más banales, esta vez intentaré no caer en el mismo error. Los linn youki project comenzaron bien. Muy bien. Me gustaban por su originalidad. Sonido rítmico, electrónico, con voces distorsionadas, acompañados de proyecciones de dibujos animados estilo U2 popmart.
Pero al cabo de 3 o cuatro canciones, empezaron a cansarme. Algo así como los asian dub foundation versión española, que como dice un amigo, si su concierto durase 5 minutos sería el mejor concierto del mundo. Tal vez necesite escucharlos más para comprender mejor su estilo. Unos críos a mi alrededor se cansaron antes que yo y no paraban de hablar (lo que suele suceder habitualmente con los teloneros). Afortunadamente se callaron para el concierto de los explosions.

Cuando LYP retiraron sus instrumentos e hicieron aparición en escena los EITS para comenzar a montar los suyos, fueron recibidos con una gran ovación. Pude comprobar que una sonrisa aparecía en sus caras. Sin duda no esperaban que todo el mundo conociese su aspecto físico, o que la recepción fuese tan cálida. Pero la verdad es que el concierto que habían ofrecido en Fuengirola en el Avant Music Festival había gustado, y mucho, y era el principal responsable de ese sold out tan poco habitual para un grupo de post rock, no digamos tan poco conocido como los explosions, y con el precio de las entradas a 18 euros, doble o triple que el precio de sus conciertos en el resto de Europa. Pero la realidad es que la popularidad de estos chicos no para de crecer, y la sala se quedó pequeña. La próxima vez, sin duda, los organizadores no dudarán en escoger una sala más grande.

Una vez Michael, Munaf y Mark desplegaron su humilde colección de pedales por el escenario y Chris colocó los platillos de su batería, realizaron un pequeño soundcheck, tras el cual Munaf nos dirigió unas pocas palabras en español, incluyendo un simpático "muchas gracias para recibirnos...for us". Después de los intentos de Munaf por hablar en nuestra lengua comenzaron a desplegar la primera canción de su último disco "The Earth Is Not A Cold Dead Place (2003)", titulada "First Breath After Coma".

Así comenzó un concierto que a lo largo de unos 55 minutos nos condujo por una sendero de melodías entrelazadas. Y es que el directo de estos chicos, al igual que sus discos, nos cuenta una historia de principio a fin sin que haya lugar a pausa. La citada "...coma" sirvió para despertar al público español que no los escuchaba desde el Avant Music Festival, y dio paso a la fenomenal "Have You Passed Through This Night" de su segundo disco "Those Who Tell The Truth... (2001)", que causó gran impacto entre el público gracias a su contundente cambio de ritmo. La distorsionada descarga final de la canción desembocó en un torrente de aplausos y júbilo por parte de los asistentes. Con sólo dos canciones el público ya estaba en el bolsillo, pero lo mejor estaba por llegar.

Los de texas cambiaron de nuevo el disco para asombrarnos con "Memorial", una canción que es una constante en todos sus directos desde hace ya algunos años. Esta pieza es sin duda la más temida por sus guitarras, que se llevan unos golpes y unos meneos increíbles, literalmente volando de arriba a abajo en la parte más álgida de la canción, y porporcionando un espectáculo visual que sólo es comparable al de grupos como "Mono".

Tras agotar gran parte de sus reservas de adrenalina y sudor, intentaron reponer fuerzas con "With Tired Eyes, Tired Souls, Tired Minds, We Slept", una canción tan larga en su duración como en su título, que se distingue por la variedad de sus melodías sin que haya una parte más destacada o vigorosa que las demás. Pero la fuerza de "Memorial" le pasó factura a la guitarra de Munaf y mientras sus compañeros comenzaban la introducción de la nueva canción, se percató que su conector había estallado por los aires. Los explosions no acostumbran a parar el concierto y tampoco lo hicieron esta vez. Mientras los tres restantes miembros del grupo proseguían repitiendo una y otra vez la introducción a la espera de una solución, Munaf no pudo descansar de la misma manera, sino que su estrés llegó a un grado máximo.

Saltando como un colibrí de uno a otro lado del escenario, abría maleta tras maleta en busca de un cable que no terminaba por aparecer, y miraba con cara de desconcierto a sus compañeros. Por fin, Alá le tendió una mano a Munaf e introdujo el buscado cable en la última de las maletas. El tiempo se hacía eterno para el estresado guitarrista, que todavía tenía ante sí la titánica tarea de conectarlo, afinar la guitarra para la nueva canción, etc. Con manos temblorosas realizó el interminable proceso, y por fin, tras tres minutos de espera que a él se le hicieron cien, pudo proseguir la canción.

Este pequeño escollo técnico no restó lustre a un concierto por lo demás impecable, que finalmente decidieron terminar con "The Only Moment We Were Alone", una preciosa composición punto cumbre de su carrera y del concierto de esa noche, donde acabaron de consumir todas sus energías. Al término de la canción, Munaf, todavía en trance y con los ojos abiertos como platos, se dirigió la micrófono para decirnos un "muchas gracias, bye", y todos los miembros desaparacieron tras el escenario, al tiempo que comenzó a sonar la música de fondo del local.

Los explosions no hacen bises, nunca los han hecho. Pero todavía quedaba por comprobar si este axioma acabaría por ceder ante la insistencia del siempre entusiasta público de Barcelona, que pedía "otra" gritando y aplaudiendo sin cesar.

Al cabo de varios minutos, Munaf, relaciones públicas del grupo, terminó por aparecer de nuevo en escena, y pidiendo a los técnicos de sonido que por favor conectasen el micrófono y bajasen la música, pudo despedirse de nuevo con una cara algo más recompuesta, argumentando que lo sentían pero que no tenían más canciones, que habíamos sido uno de los mejores públicos que habían tenido, y que prometian firmemente volver en el futuro.

Al cabo de un rato, el resto de miembros del grupo salieron a recoger sus instrumentos, pero se vieron abordados por una avalancha de fans y nuevos fans que querían charlar con ellos y recoger sus firmas.

Una velada memorable que demuestra que al post rock todavía le queda mucha vida.

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