Diciembre 22, 2004

The trooper (Cap. #2)

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Escrito por: Newton

Año 1997. 23 julio. 1:05am

El Dr. V disfrutaba de un café y un cigarrillo mientras armaba su rompecabezas de turno. Al fondo del laboratorio, un microcomputador conectado a un servidor, que a su vez procesaba la información de otros microcomputadores conectados a una serie de radio antenas, empezó a generar una secuencia matemática de algoritmos con la forma de unos circuitos. Los ojos del Dr. V se clavaron en la pantalla dando paso a que una sonrisa maléfica se dibujara en su rostro. Por un momento sintió que la vida terrestre dependía de sus pensamientos. Solo bastaron fracciones de segundos para que esa luz de poder se convirtiera en un razonamiento.Un secreto genera una búsqueda, esa búsqueda secreta engendra otro secreto…


3 días después…

El Dr. V se sentía nervioso ante lo que seria el anuncio oficial de una investigación que llevaba años, quizás décadas, tomando forma. Desde que recibió aquella señal no había dejado de tener la sensación de ser vigilado. Sus pensamientos empezaron a tomar formas nebulosas; era como haber entrado en una espiral de sueños donde la sensación de volar era una situación angustiante, sin control y eso le estaba haciendo perder la sincronización con la realidad. Sabia que todo esto era producto de un juego secreto, macabro tal vez, de un ente superior…
Esa noche se dispuso a revisar todos los informes que había preparado para dar el anuncio oficial de la comunicación venida del espacio exterior: una señal de 1 min. 42 seg. De aparente codificación inteligente. La señal provino de una zona en el espacio denominada M-113 en la constelación de Hércules y su frecuencia era de untito desconocida. El Dr. V pensaba que el anuncio de este descubrimiento atraería a otros científicos independientes a unirse en una cruzada por descifrar esos extraños símbolos que habían aparecido en su computadora y, ¿Por qué no? Quizás le reportaría un gran beneficio económico.


New York. Año 1997. 12:05…

Un resplandor de una intensidad inusual y desconocida, inundo la habitación 602 de un lujoso hotel del centro de Maniatan. Casi instantáneamente el hotel quedo a oscuras, provocando un caos general en ascensores y estacionamientos. Ni siquiera las luces de emergencia funcionaron y los teléfonos quedaron mudos ante un apagón de proporciones desconcertantes y de causas desconocidas.
En ese momento, unos según antes del apagón, un adolescente manipulaba una cámara portátil de video digital, filmando el paisaje nocturno de una gran ciudad como New Cork. No estaba asombrado, solo le parecía curioso de cómo los edificios, que eran centro de adoración por parte de los turistas, solo se veían como inmensas de concreto, acero y luz. Simples contornos que daban a la ciudad un aspecto ordinario y terrestre. Este era su 3er viaje fuera de Europa y podía decirse que lo único bueno del viaje fue que su padre le regalara una cámara de video.
Logro filmar un extraño resplandor y su posterior efecto sobre el edificio. El joven Khol sospecho que algo raro pasaba en aquel hotel. No dijo nada a sus padres, simplemente apago la cámara…

5 min. Después…

La policía, los bomberos, la compañía de electricidad y otros cuerpos del Estado ya se encontraban en sus respectivas tareas de acordonamiento y evacuación del edificio. Fuera del hotel hacia su llegada el detective Thomas Velásquez dispuesto a poner la situación bajo control y vigilar los alrededores para que no se perpetraran actos criminales de vandalismo. Mientras era informado por uno de los primeros patrulleros en llegar al sitio, se oyó el chasquido de su receptor en la frecuencia 33. Era la operadora:
- Det. Velásquez tiene un llamado de un teniente del cuerpo de bomberos
- Adelante, soy el Det. Velásquez y estoy a cargo de la situación. Dígame ¿Qué sucede?
- Det. Tiene que venir a verlo usted mismo…
La buena forma fisica le permitió a Velásquez subir los 6 pisos de manera casi felina. Las linternas alumbraban fragmentadamente las escaleras de emergencia. Velásquez y 4 patrulleros mas observaban las caras de terror y angustia en las personas, que acostumbradas al orden inalterable de sus vidas, de pronto se veían en una situación angustiosa, de una oscuridad amenazante.
La puerta de emergencia se abrió con un ruido estrepitoso ante la mano de Velásquez. Miro a ambos lados del pasillo y sus pupilas ase estrecharon al observar una luz tenue que procedía de una habitación hacia el final del corredor a mano derecha. En su carrera, el grito de unas personas atrapadas entre el 7 y 8 piso le hicieron girar la cabeza hacia arriba en un acto instintivo. Sin detenerse, siguió su marcha hasta el umbral de la puerta y en es instante sus ojos se abrieron ante un espectáculo increíble: el teniente del cuerpo de bomberos y su compañero, hacha en mano, miraban atónitos lo que antes pudo haber sido un cuerpo humano. Ahora solo era una masa chamuscada y amorfa.
El bombero describió brevemente el por que habían decidido subir y entrar a aquel cuarto: él y su compañero fueron notificados por una de los huéspedes del mismo piso que habia un fuerte olor a quemado en ese piso. Al llegar a la entrada del hotel, un resplandor indescriptible los dejo ciegos momentáneamente…
- Lo demás lo conoce usted. Pedí apoyo policial porque pensé que estaba ante una citación bastante anormal…
Velásquez ya se encontraba dando vueltas alrededor de la silla. Miro a uno de los patrulleros y dio la orden de que se les tomara declaración a los 2 bomberos.
- Clausuren todo el piso. – casi gritando. – Esto es increíble… - se dijo asimismo


2013

La mente de khol empezó a divagar hacia mundos extraños llenos de lujuriosa divinidad, pero no tardo en darse cuenta de que estos pensamientos estaban siendo monitoreados. Era como si alguien estuviera tratando de hacerle pensar en esas cosas para evitar que recordara lo que habia visto antes de entrar. Sintió un frío en la medula de solo pensar que alguien estuviese controlando su mente y en esa situación eso le podía traer problemas. Probablemente estaba sobre una especie de laboratorio o bunker secreto, metido de cabeza en un experimento inusual. Con mucha suavidad tomo el vaso que descansaba sobre la barra, le dio un sorbo y se levanto dando un giro de 90 grados para tener una mejor vista sobre el panorama.
Sintió como unos destellos se esparcían sobre sus retinas y calculo que ya el cubo habia hecho su efecto alucinógeno. Sonrió y su cerebro comenzó a determinar en que clase de situación estaba:
1) habia sido testigo de la desaparición de unos personajes a través de una escotilla secreta. También los vio tomar esos cubos luminiscentes.
2) el vehículo usado por estos personajes no pertenecía a ningún tipo de tecnología conocida por él.
3) en este momento, estaba observando al secretario de defensa sentado en un sillón, hablando con un hombre de apariencia no-determinada.
¿Qué procedencia tendrían esos seres y cual era su propósito?, ¿Qué hacia una personalidad del Alto Gobierno en una fiesta de esta clase?
La sensación de estar vigilado aumento en la medida de sus pensamientos. Giro su cabeza en varias direcciones y se dio cuenta que en algunos lugares de la estancia su mente quedaba en blanco. Era lógico pensar que habia un monitoreo psíquico sobre él. De manera volátil, dejo que sus piernas se movieran y pronto se vio caminando placidamente por la estancia. Instintivamente, salio a una terraza con un amplio jardín donde unas escaleras espaciosas iban a dar a un pequeño bosque. Pensó que quizás esa escotilla secreta conducía algún lugar que era inaccesible desde dentro de la casa, eliminando la posibilidad de entrar a través de ella. De todas formas investigaría esa posibilidad aprovechando que ya estaba allí. Y la oportunidad no tardo en venir…
AC y MA se acercaron con una rítmica cadencia, casi al compás de la música que Nostrom-Us dejaba sonar. Venían riendo con una malicia alucinógena, rodeando el cuello y la cintura de Khol. Ante tanta efusividad, no le quedo mas remedio que besar a ambas de manera torpe y confusa en un movimiento increíblemente salvaje. En ese instante fijo sus dilatadas pupilas hacia el PD que ponía toda su furia psicodélica en cada beat de la música y lentamente se fue separando de sus compañeras. Sincronizo su foto-reloj a los implantes oculares y los coloco en modo de video. Pudo observar como el PD puso su mirada en él, como si se hubiese dado cuenta de que lo estaba filmando. Khol aplico el zoom, enfocando la cara de aquel ser con un rictus de aguda tensión
El PD toco algunos botones sin quitarle la vista a Khol y se bajo del entarimado. Esté decidió seguirlo pensando que allí tendría una oportunidad de encontrarle respuestas a muchas de sus preguntas.
El pasillo era largo y Khol lo vio caminar entre destellos. Giro a su izquierda y desapareció en una puerta de acero automática, pero antes de que pudiera cerrarse Khol se colo apretadamente a través de ella. Todo esta muy oscuro, registro en sus bolsillos y antes de pudiera hacer algo fue tironeado del cabello e inmovilizado por un brazo alrededor de su cuello.
- ¿Trae armas de algún tipo? – gruño la voz.
Casi sin poder respirar, moví mi cabeza de manera negativa
- Soy Wilbury. Toma y largate de aquí lo antes posible…
Al decir esto, le extendió un micro disco en un pequeño estuche negro. Wilbury encendió un M-10 iluminando su rostro de manera fantasmal.
- …Ahora. – sentencio.
Sentí una ráfaga de viento en el rostro que me hizo reaccionar. Wilbury se habia esfumado… y yo debía hacer lo mismo.

Cruzo el pasillo, recorrió la estancia diagonalmente y traspuso el umbral de la entrada, la fiesta habia terminado para él…
Recorrió a grandes pasos toda la distancia que lo separaba de su Helio-Jet con la sensación de estaba metido en algo grande, ¿acaso inconscientemente no había estado buscando esa clase de situaciones?, ¿Qué contenía el disco?, ¿Quién era Wilbury?
Una tras otra las preguntas iban ordenándose en su mente mientras su nave establecía los parámetros de regreso a casa

Continuara…

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Escrito por Parafrenia a las 11:26 PM | Comentarios (0)

Diciembre 21, 2004

The Trooper. (Cap.#1)

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Artist: Kenny Leong

Escrito por: Newton


Bergen, Noruega. 6 de agosto 1945. 2:45 am…

- “Dr. K.Z. abandone la gruta y no deje evidencia. S3”- fin del teletipo.

El científico recogió una serie de papeles que contenían extraños grabados, los metió en un maletín de estructura metálica y salió del Cubix, no sin antes recoger un arma automática que se encontraba bajo llave en una caja de seguridad.
Atravesando largos pasillos de luz fluorescente, se dirigió hacia el área de habitaciones y sin expresar ningún rictus en su rostro, dio muerte a sus 3 ayudantes de manera silenciosa y sistemática.
Una vez en la sala de operaciones especiales, oprimió varios botones, introduciendo una clave que originó un conteo regresivo. Ya no había vuelta atrás, el día había llegado…
Se enfundo en un traje de material sintético resistente a las altas presiones submarinas y se introdujo en un mini-sub, dispuesto a viajar 6300 millas náuticas hacia un punto del atlántico sur. No tenia opción, debía pasar entre un “caos de submarinos” y bajo el mar todos eran potencialmente enemigos hostiles…


Argentina. 1990

Un grupo de 5 personas estaban congregados alrededor de una modesta tumba, en un pequeño cementerio 880 km. Al norte de Buenos Aires. Todos se encontraban debidamente abrigados, debido a la altitud y al crudo invierno sureño que azotaba ese año. Ninguno de los presentes dijo palabra alguna, simplemente se limitaron a mirar por espacio de 5 min. Lo que acababan de enterrar…
Posteriormente y de forma radial, se retiraron en dirección a sus coches negros, partiendo sin rumbo definido. Desaparecieron como habían venido…
Una hora después, hubo un violento movimiento sísmico que afectó la tranquilidad del pueblo mas cercano a 150 km. de aquella improvisada sepultura…


Golfo Pérsico. 1992

Una división elite de la 190ª infantería norteamericana, avanzaba a través del desierto en busca de un laboratorio iraqui, especializado en el desarrollo de armas nucleares. Eran las 00:45 horas, cuando de repente, sin explicación alguna, un destello acompañado de una bocanada de aire caliente convirtió en polvo a toda la división.
Extrañamente, desaparecieron del satélite un 5 min. después de la supuesta explosión. El caso “Jaguares del Desierto” se archivo como inexplicable…

Alemania. Año 2013 DC

Habermas Khol se levanto tarde. Era un sábado que prometía ser un día sin sobresaltos y lleno de una exquisita soledad. Se preparo un sencillo desayuno que engullo rápidamente y se dispuso a ordenar su Cubix atestado de papeles, micro-tarjetas y fotografías. Entre tanto desorden se podía apreciar 2 monitores planos y una pequeña caja transparente de 20 x 20 cm. que contenía el “cerebro electrónico” que controlaba su hábitat y probablemente toda su vida…
Tenía ½ hora poniendo cierto orden cuando de manera inesperada entro una llamada videofonica a través de la red. Un sonido peculiar inundo el espacio y Khol supo que era de su trabajo…

- Tiene llamada de la revista VOID. Extensión 8220. ¿Desea recibirla?

La dulce voz de la operadora personalizada lo saco del trance autómata en que se encontraba, y antes de que pudiera pensarlo, ya había dado la orden de abrir la comunicación.

- Tenemos trabajo “Mr. Call”…

Ese era Lounedss. Siempre bromeando. Prosiguió…

- Hoy a las 8:00 pm tenemos que asistir a un evento diplomático en la embajada. Colócate tu mejor traje como de costumbre y trae contigo la cámara más pequeña. Esta vez debemos ser más discretos porque parece que la fiesta es de alto rango. ¿Qué te pasa?, ¿no dices nada?

- Hoy no, “loud”. Además ya tendremos el resto de la noche para hablar. Hasta pronto.

Cerro la comunicación pensando en la cara de loudness llena de incertidumbre. No era su costumbre estar tan callado, solo que hoy se sentía demasiado extraño y expresarlo le hubiese costado un esfuerzo extra que no quería emplear, menos ahora que tendría un desvelo seguro.
Para él no era nada raro trabajar uno que otro fin de semana, pero cuando lo hacia le gustaba concentrarse y relajarse mas de lo normal. La llamada había logrado activar esa parte de su pensamiento; se sirvió un vockatronic y encendió un cilindro del tipo M-21, cayendo en un estado de ensoñación que le permitió recordar parte del sueño de la noche anterior. Solo vio destellos de diversas intensidades…antes de quedarse dormido.

6:05 pm
Nostrom-Us sonaba con potencia ruidosa creando una propuesta sonica de indudable calidad: cánticos psicofonicos y melodías sacadas de extraños aparatos de fabricación propia, sacaron a Khol de un sueño corto y a la vez profundo…
Era el despertador-agenda-automático. Una vez que el sistema Clauzel registraba una llamada cuyo contenido era una cita de trabajo o negocios, automáticamente se activaba un programa recordatorio 2 horas antes del compromiso.
Khol se levanto y se dio cuenta que su trago había quedado a la mitad, tomo el vaso triangular de esquinas redondeadas y lo empino de un solo golpe. A velocidad normal, se desnudo y fue directo al contenedor de limpieza, recibiendo un gratificante baño de micro-partículas vaporizadoras. El proceso tomo 5 min. (tiempo de lujo) y se dispuso a tomar vestiduras para la ocasión: un traje color negro de fibras con filamentos bioeléctricos. Este traje le permitía almacenar y producir energía eléctrica a través del calor producido por el cuerpo, de esta forma podía alimentar sus implantes exógenos sin necesidad de utilizar baterías o cables auxiliares.
Engancho su ordenador portátil (15 x 10 cm.), tomo su cámara digital de alta resolución, ajusto su foto-reloj, encendió un M-21 y se dispuso a hacer los ajustes necesarios para salir en su Helio-Jet.
Este aparato era una maquina voladora ideal para el transporte personal. Desde su aparición en el 2007, se había convertido en un aparato popular, mas no por su costo.
El Helio-Jet consistía en un exoesqueleto que se ajustaba correctamente al persona que lo utilizaba, 2 turbo hélices y un motor central de emergencia eran impulsados por un sistema compuesto sobre celdas de combustible alimentados por agua. Poseía también tanques de reserva, sistema de navegación por satélite y localizador tridimensional. Lograba alcanzar velocidades de 350 km/h y su autonomía de vuelo alcanzaba la asombrosa cifra de 630 km antes de volver a recargar. Sin duda, era una maquina que solo los que apreciaban trasladarse rápido y seguro sabían lo que tenia que pagar.
Al pensar en todas estas peculiaridades, Khol sonrió de placer… y abordo su Helio-Jet.
Un zumbido suave le indico el momento de partir. La puerta de embarque-desembarque se abrió dejando ver un atardecer con un extraño color naranja…
La nave salio horizontalmente con una ligera inclinación vertical y se enrumbo hacia su destino. Un destino más, un destino sin posible retorno…

Aterrizo después de pasar los controles aéreos de la embajada, en una explanada de profusas luces estroboscopicas. Se desengancho del Helio-Jet e inmediatamente ya estaba siendo escoltado por 2 guardias que lo acompañaron al centro de control. Una vez a allí, fue introducido en un cilindro para la verificación de su identidad, control de armamento o equipos de espionaje, y por supuesto su propósito en la embajada. Era simple rutina pues Khol era conocido junto con Loudness porque trabajaban reseñando todos los eventos importantes de la alta sociedad: Loudness como cronista y él como fotógrafo.
Era curioso como estos eventos seguía atrayendo a las personas; un trabajo que muchos deseaban: estar entre bellas mujeres, bebidas gratis y sustancias placenteras. Alguna que otra buena conversación, música de vanguardia…
La revista le pagaba por trabajos realizados y por el mantenimiento de la misma en la red. Aunque “loud” escribía mucho, era en él donde recaía el mayor peso de actualizar el portal en la red. Quizás era un trabajo que no daba mucho descanso pero era muy bien pagado.
Khol empezó su transito por un pasillo totalmente aluminizado de unos 100 mts. Que lo conduciría a una puerta del mismo material. Faltando 7 mts. se abrió predeciblemente dejando escuchar una música hipno-trance, acompañado de un murmullo de uniformes disonancias mezclado con el sonido tenue de copas chocando en un ambiente que ya le era conocido. En unos segundos se encontraba franqueando la puerta dejando ver una estancia poblada de seres bastante peculiares. Miro su reloj: 8:00 pm. No terminaba de levantar la vista cuando “loud” ya lo había abordado:

- Hola “Mr. O clock”. ¿Estas listo?

Khol sonrió y asintió con tanta seguridad que “loud” hizo una mueca de asombro echándose hacia atrás. Loud tomo al vuelo 2 copas que aparecían con cierta regularidad sobre unos cilindros colocados estratégicamente en toda la estancia, y ofreció una a su compañero.

- Martinox, como te gusta…

Khol tomo la copa, sorbió un poco y Loud hizo lo mismo. Era inevitable que preguntara:

- ¿Qué te pasa hoy?, estas mas callado que nunca.

- No se, quizás el día a estado demasiado denso pero no me hagas caso, vamos a trabajar y luego veremos que nos trae la noche

En ese instante sonrió maliciosamente y guiño uno de sus ojos implantados. Solo lo hizo para simular, él sabia que el día estaba más que denso. Un presentimiento extraño se apodero de su cerebro. Algo estaba por ocurrir y desatar oscuras fuerzas…
En milésimas de segundos se dio cuenta que en un par de criaturas hermosas habían capturado su gesto malicioso y le sonreían, con esa sonrisa franca y coqueta que solo ellas muestran cuando están disfrutando de la vista… y de la bebida.
Él siguió sonriendo e inicio su trabajo: se acerco hacia ellas y se presento. Pidió su consentimiento para tomarles una foto y ellas accedieron aumentando su simpatía. Se coloco a una distancia prudente e hizo los encuadres necesarios. Un destello ilumino la estancia dando inicio a unas largas 3 horas luces fotográficas…
Caras diplomáticas ya conocidas de otras reuniones, mujeres enigmáticas como sus collares, agentes de seguridad encubiertos. Loud disfrutaba de su trabajo hablando con todos de actualidad y moda, eso lo hacia un profesional porque nada mas duro que relacionarse a través de cosas tan mundanas. Quizás él era un poco más trivial que yo…

11:30 pm
Las 2 bellas criaturas habían entablado una sólida conversación conmigo y me habían hecho una invitación para una fiesta con más “acción” en las afueras de la ciudad. Aparentemente comenzaba alrededor de las 12:00 y una de ellas estaba esperando una llamada para confirmar la dirección. Me pareció que era mas que una simple fiesta y solicite 3 bebidas a través del menú digital de la barra. Inmediatamente estaba brindando con aquel dúo lujurioso, justo cuando una de ellas se aparto delicadamente para recibir una llamada empecé a sentir una cercanía de dimensiones excitantes por parte de la otra. Solo duro un minuto pues la otra volvió sonriente:

- Aquí tienes la dirección. Esperamos que no faltes, no queremos aburrirnos solas.

Al decir esto su voz se torno sarcástica y me extendió un pequeño papel de 9 x5 cm. que había impreso en su computadora portátil (micropalm). Se alejaron, mostrando dos sólidos cuerpos llenos de una actitud salvaje como pocas…
Desperté de un corto pero hipnótico trance y consulte mi reloj: 11:55. Ya era hora de partir. Me acerque hacia Loud:

- Loud debo irme a casa para preparar la actualización de mañana. Te llamo cuando termine

- Espero que no sea a las 5:00 am.

- No te preocupes. Quizás mañana llegue un poco tarde.

Dio media vuelta y camino hacia la salida. A medida que avanzaba sentía un inusitado entusiasmo, que se iba renovando ante la proximidad de su Helio-Jet. Sintió como si estaba por descubrir un secreto que lo haría cómplice de un gran acontecimiento. Se dio cuenta que no era por lo clandestino de la fiesta (ya había participado en varias) sino por lo raro del lugar: una casa en la montaña que databa de 1933. Se ajusto a la nave e inicio la secuencia de despegue, en unos minutos se encontró volando con rumbo al sur-este de la ciudad.


12:35 pm.
A 300 mts. de altura, Khol observo como a un kilómetro lo que parecía una estación orbital: luces de alta frecuencia, destellos aéreos y una música que le pareció conocida, le hicieron sentir un escalofrío punzante. Decidió aterrizar en un claro que se abría hacia el lado sur de la casa. La dirección marcaba un hoyo 15 para el aterrizaje y de ahí tenia que caminar 550 mts hasta la misteriosa casa. Pero una especie de intuición suicida le hizo descender en el hoyo 17; tendría que caminar más pero su nave estaría oculta y más segura de los curiosos.
Inicio el descenso silencioso aprovechando un agujero que se abría entre un pequeño bosque de pinos y logro aterrizar sin contratiempos. Se desengancho, aseguro todo el sistema y emprendió la marcha. A 10 mts del aparato se detuvo a pensar si debía llevar la cámara pero se imagino que no seria conveniente, fue un pensamiento estupido porque sabía que su foto-reloj le resultaría más apropiada en cualquier caso. Prosiguió su lenta ascensión sin casi pensar el lo útil de su reloj sino en lo agradable que era estar detrás de algo inesperado. Pero… ¿Qué seria esta vez?
Los pasos eran lentos y la brisa fresca azotaba con furia la copa de aquellos pinos inmensos, produciendo un sonido aterrador. Ajusto sus lentes protectores de visión nocturna sin disminuir la marcha y con sobresalto, como a unos 200 mts, observo 3 seres totalmente oscuros que salían delante de él.
En una reacción instintiva se oculto detrás de uno de los pinos y pudo analizar a través de sus implantes, que la oscuridad era un tipo de camuflaje desconocido hasta ahora para él. Aquellos seres iban en dirección a la fiesta pero no parecían querer entrar por la puerta principal. Cruzaron diagonalmente la explanada ascendente hacia donde Khol se encontraba. Lo hicieron con paso rápido y seguro…
Aparentemente habían aterrizado en otro claro de bosque, opuesto al de donde Khol lo había hecho. Sin pensarlo, (nuestro héroe) se dispuso a seguir a este peculiar trío guardando una distancia prudente y logro observar (a través del zoom) como se llevaban a la boca lo que parecía un cubo de emitía luz de color amarillo-luminiscente. Sincronizo sus implantes oculares con su foto-reloj y fotografió aquellas manchas extrañas manipulando cubos que flotaban en las palmas de sus manos…
Todo iba pasando sin que Khol detuviera su paso (que ya no era tan lento), cuando de pronto aquellos seres se detuvieron ante lo que parecía un respiradero y uno de ellos haciendo uno pase manos, abrió una especie de escotilla; aquel respiradero estaba a 250 mts. de la casa y no pude dejar de imaginar que era una entrada secreta hacia el interior de la misma. ¿Hacia que parte también secreta de la casa conduciría?
En ese momento abandone toda mi calma para someterme a una especie de maquinación mental saturadas de absurdas preguntas. Llegue a la conclusión de que las respuestas aparecerían si lograba idear un plan de investigación sistemática. Comencé a descender en busca de un posible aparato que me diera alguna pista de aquellos seres, ¿Quiénes eran?, ¿de donde procedían?

1:00 pm
Predeciblemente, como había imaginado, una maquina como esta debía poseer una tecnología no-conocida por los terrícolas y sin embargo los tripulantes parecían humanos o eso aparentaba. Tome fotografías de la nave y decidí entrar de una vez por todas a la fiesta. Algo me decía que allí encontraría mas pistas…

Y pensar que solo quería relajarse, pero ante las circunstancias, sabia que no debía hacerlo…
Esta vez dio un rodeo. Llego a una pequeña puerta donde 2 gigantes cubiertos de armaduras magnéticas le exigieron identificación. Saco el pequeño papel y lo entrego. Con un verificador portátil, uno de ellos escaneo la tarjeta. Sin decir nada se apartaron dejando abrir una puerta lumínica y entre sin titubeos.

A Khol no le pareció que el lugar donde había ido a parar era el producto de una improvisación. La decoración interior y exterior era sobria y densa, haces de luces cruzaban en todas direcciones y la música se hacia sentir en todos los rincones con una especialidad insólita. El lugar estaba lleno y sin embargo no se sentía ningún tipo de aglomeración: alrededor de 300 personas conversaban, bailaban o simplemente follaban a la vista de todos. En este punto, las bebidas y las sustancias alucinógenas hacían del espacio algo más que una simple casa; era como estar atravesando la galaxia en una nave generacional con dirección desconocida…
Deambule un rato, sin sentido, tratando de ver a mis dos extrañas compañeras pero no obtuve resultados positivos. Me senté en una de la barras y a través del menú digital ordene un GiraSol acompañado de un vockatronic. Al instante tenia mi trago y… ¡un cubo amarillo-luminiscente!
Parpadee ligeramente y lo tomo entre mis dedos: el cubo media 2,7 x 2,7 cm. y alumbraba en un radio de 7 cm., era increíblemente hipnótico…
Khol dudo un instante. Los girasoles que había probado eran planos y sin ninguna dimensión psíquica más allá de lo plano, lo cual garantizaba una espiral exacta y de sutil suavidad…
Lo introdujo en su boca, disfrutando de un sabor que se iba plegando a medida que aumentaba su disolución en la lengua…
Poco a poco fue entrando en un tubo flexible que lo llevaría fuera de este mundo, a una verdadera e inconcebible “realidad”…

CONTINUARA...

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Escrito por Parafrenia a las 10:36 PM | Comentarios (0)

Lobas vs ratas

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Escrito por: Newton

Eres la bartender perfecta con tu cara de loba y... ¡los colmillos afuera! Todos esos idiotas te observan porque para ellos no es comun verme escribir sobre tu barra.
Son solo humanoides que cada vez se ponen peor, babeandose sobre tu barra que mantienes limpia de sus tragos derramados por la borrachera de sus etiquetas rojas, en vasos llenos de estupidez...
Sus caras de niños todo-lo tengo-bajo-control son una verdadera miseria y sus ojos se delatan furiosos ante mi actitud de sostener la mirada a-ver-quien-resiste-mas...
Billetes falsos son sus nombres, rubia ardiente...
Todos estan bajo mi lupa de luz negra...
Tu tambien lo estas, mi querida Susy...

Escrito por Parafrenia a las 12:28 AM | Comentarios (0)

Diciembre 20, 2004

Wired

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Escrito por: Vampirata

Piezas de tu pie
hermosa mezcla.
Tus pendientes azules,
tus sostenes negros...
Pieza cinematica...
el tiempo sin control se mueve junto a los coches,
justo al lado de tu caderas...

Escrito por Parafrenia a las 11:41 PM | Comentarios (0)

La superficialidad en la formulacion de una teoria arquitectonica

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Escrito por: Vampirata

Todos conocen,
quieren hablar de arquitectura y ser famosos.

Sus egos se elevan como sus penes en la sucia metropoli. Sus perfumes, en las mujeres que dicen poseer.

Ambos se buscan para delatarse en el asqueroso caos urbano...

Retratos de una soberbia en la que deben ser humillados

Su poder es creer que son cerebrales

Mi poder es absolutamente psiquico...

Escrito por Parafrenia a las 11:13 PM | Comentarios (1)

¿Bar-Electronica?

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Esrito por: Newton

El cinturon de leds-verdes que cuelga sobre tu cinrura quizas tiene 3 connotaciones:

- Lo unico bueno del infierno es su musica

- Lo mas destacado del purgatorio es su atencion

- Lo mas anhelado del paraiso es su belleza

Quizas, no volvere a salir contigo sin fumarme un Mephisto-Cigars...

Escrito por Parafrenia a las 10:51 PM | Comentarios (0)

En el principio fue la línea de comandos

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Escrito por: Neal Stephenson

Traducción de: Asunción Alvarez.
Edición XHTML de: David de Ugarte y Natalia Fernández

Introducción

Hace cerca de veinte años a Jobs y Wozniak, los fundadores de Apple, se les ocurrió la muy extraña idea de vender máquinas de procesamiento de información para uso doméstico. El negocio despegó, y sus fundadores hicieron un montón de dinero y recibieron el crédito que merecían como osados visionarios. Pero sobre la misma época, a Bill Gates y Paul Allen se les ocurrió una idea todavía más extraña y fantasiosa: vender sistemas operativos de ordenador. Esto era mucho más extraño que la idea de Jobs y Wozniak. Un ordenador por lo menos tenía cierta realidad física. Venía en una caja, podía abrirse y enchufarse y se podía ver cómo parpadeaban las luces. Un sistema operativo no tenía ninguna encarnación tangible. Venía en un disco, claro, pero el disco no era, a todos los efectos, más que la caja que contenía el sistema operativo. El producto mismo era una serie muy larga de unos y ceros que, cuando se instalaba y se cuidaba bien, te daba la capacidad de manipular otras series muy largas de unos y ceros. Incluso los pocos que de hecho comprendían qué era un sistema operativo de ordenador posiblemente pensaban en ello como un prodigio increíblemente complicado de la ingeniería, como un reactor o un avión espía U-2, y no algo que pudiera llegar a ser (en la jerga de la alta tecnología) productizado.
Pero ahora la compañía que fundaron Gates y Allen vende sistemas operativos como Gillette vende hojas de afeitar. Se lanzan nuevas versiones de sistemas operativos como si fueran películas de Hollywood, con el respaldo de celebridades, apariciones en talk shows, y giras mundiales. Su mercado es lo bastante vasto como para que la gente se preocupe de si ha sido monopolizado por una compañía. Incluso los menos inclinados a la técnica de nuestra sociedad tienen ahora al menos una idea nebulosa de lo que hacen los sistemas operativos; lo que es más, tienen fuertes opiniones sobre sus méritos relativos. Es ya un conocimiento compartido el que, si tienes un software que funciona en tu Macintosh, y lo pasas a una máquina Wondows, no funciona. Esto sería, de hecho, un error risible e idiota, como clavar herraduras en las ruedas de un coche.
Una persona que entrara en coma antes de la fundación de Microsoft y despertara hoy, tomaría el New York Times de esta mañana y no entendería nada -- casi:
Ítem: el hombre más rico del mundo hizo su fortuna a partir de ¿qué? ¿Ferrocarriles? ¿Buques? ¿Petróleo? No, sistemas operativos. Ítem: el Departamento de Justicia está investigando el supuesto monopolio en sistemas operativos de Microsoft con herramientas legales que se inventaron para restringir el poder de los jefes de bandas de ladrones del siglo diecinueve.
Ítem: una amiga mía me contó recientemente que había interrumpido un (hasta entonces) estimulante intercambio de e-mails con un joven. Al principio parecía un tipo tan inteligente e interesante, dijo, pero luego empezó a ponerse en plan PC-contra-Mac. ¿Qué diablos está pasando aquí? Y ¿tiene futuro el negocio de los sistemas operativos, o sólo pasado? Ésta es mi opinión, que es completamente subjetiva; pero dado que me he pasado bastante tiempo no sólo usando, sino programando en Macintosh, Windows, Linux y los BeOS, tal vez no sea tan desinformada como para carecer completamente de valor. Éste es un ensayo subjetivo, más crítica que artículo de investigación, y puede parecer injusto o sesgado comparado con lo que se puede encontrar en las revistas de PC. Pero desde que salió el Mac, nuestros sistemas operativos están basados en metáforas, y, por lo que a mí respecta, es legítimo cuestionar cualquier cosa con metáforas dentro.

Descapotables, tanques, y batmóviles

En la época en que Jobs, Wozniak, Gates, y Allen estaban soñando estos planes inverosímiles, yo era un adolescente que vivía en Ames, Iowa. El padre de uno de mis amigos tenía un viejo descapotable oxidándose en el garaje. A veces de hecho conseguía que arrancara y cuando lo hacía nos llevaba a dar una vuelta por el barrio, con una expresión memorable de salvaje entusiasmo juvenil en la cara; para sus preocupados pasajeros, era un loco, tosiendo y renqueando por Ames, Iowa y tragándose el polvo de oxidados Gremlins y Pintos, pero en su propia imaginación él era Dustin Hoffman cruzando el Puente de la Bahía con el cabello al viento.
Mirando atrás, esto me reveló dos cosas acerca de la relación de las personas con la tecnología. Una fue que el romanticismo y la imagen influyen mucho sobre su opinión. Si lo dudan (y tienen un montón de tiempo libre), pregúntenle a cualquiera que tenga un Macintosh y que por ello imagina ser miembro de una minoría oprimida.
El otro punto, algo más sutil, fue que la interfaz es muy importante. Claro que aquel deportivo era un coche malísimo en casi cualquier aspecto importante: pesado, poco fiable, poco potente. Pero era divertido conducirlo. Respondía. Cada guijarro de la carretera se sentía en los huesos, cada matiz en el asfalto se transmitía instantáneamente a las manos del conductor. Podía escuchar al motor y saber qué fallaba. El volante respondía inmediatamente a las órdenes de las manos. Para nosotros los pasajeros, era un ejercicio fútil de no ir a ningún lado -- más o menos tan interesante como mirar por encima del hombre de alguien que mete números en una hoja de cálculo. Pero para el conductor era una experiencia. Durante un breve tiempo, estaba expandiendo su cuerpo y sus sentidos en un ámbito más amplio, y haciendo cosas que no podía hacer sin ayuda.
La analogía entre coches y sistemas operativos es bastante buena, así que permítanmente seguir con ella durante un rato, como modo de dar un resumen sumario de nuestra situación hoy en día.
Imagínense un cruce de carreteras donde hay cuatro puntos de venta de coches. Uno de ellos (Microsoft) es mucho, mucho mayor que los demás. Comenzó hace años vendiendo bicletas de tres velocidades (MS-DOS); no eran perfectas, pero funcionaban, y cuando se rompían se arreglaban fácilmente.
Enfrente estaba la tienda de bicicletas rival (Apple), que un día empezó a vender vehículos motorizados -- coches caros, pero de estilo atractivo, con los mecanismos herméticamente sellados, de tal modo que su funcionamiento era algo misterioso.
La tienda grande respondió apresurándose a sacar un kit de actualización (el Windows original) al mercado. Éste era un dispositivo que, cuando se atornillaba a una bicicleta de tres velocidades, le permitía seguir, a duras penas, el ritmo de los coches Apple. Los usuarios tenían que usar gafas de protección y siempre estaban sacándose bichos de los dientes mientras los usuarios de Apple corrían en su confort herméticamente sellado, burlándose por las ventanillas. Pero los Micro-motopedales eran baratos, y fáciles de reparar comparados con los coches Apple, y su cuota de mercado creció.
Al final la tienda grande acabó por sacar un coche en toda regla: un monovolumen colosal (Windows 95). Tenía el encanto estético de un bloque soviético de viviendas para obreros, perdía aceite y le estallaban las bujías, y fue un éxito tremendo. Poco tiempo después, sacaron también un enorme vehículo pesado destinado a los usuarios industriales (Windows NT), que no era más bonito que el monovolumen, y sólo algo más fiable.
Desde entonces ha habido un montón de ruido y gritos, pero poco ha cambiado. La tienda pequeña sigue vendiendo elegantes sedanes de estilo europeo y gastándose mucho dinero en campañas publicitarias. Tienen carteles de ¡LIQUIDACIÓN! puestos en el escaparate desde hace tanto tiempo que ya están amarillos dy arrugados. La tienda grande sigue fabricando monovolúmenes y vehículos pesados, cada vez más y más grandes.
Al otro lado de la carretera hay dos competidores que llegaron más recientemente. Uno de ellos, (Be, Inc.) vende Batmóviles plenamente operativos (los BeOS). Son más bonitos y elegantes incluso que los eurosedanes, mejor diseñados, más avanzados tecnológicamente, y al menos tan fiables como cualquier otra cosa en el mercado - y sin embargo son más baratos que los demás.
Con una excepción, claro: Linux, que está enfrente mismo, y que no es un negocio en absoluto. Es un conjunto de tiendas de campaña, yurtas, tipis, y cúpulas geodésicas levantadas en un prado y organizadas por consenso. La gente que vive allí fabrica tanques. No son como los anticuados tanques soviéticos de hierro forjado; son más parecidos a los tanques M1 del ejército americano, hechos de materiales de la era espacial y llenos de sofisticada tecnología de arriba abajo. Pero son mejores que los tanques del ejército. Han sido modificados de tal modo que nunca, nunca se averían, son lo bastante ligeros y maniobrables como para usarlos en la calle, y no consumen más combustible que un coche compacto. Estos tanques se producen ahí mismo a un ritmo aterrador, y hay un número enorme de ellos alineados junto a la carretera con las llaves puestas. Cualquiera que quiera puede simplemente montarase en uno y marcharse con él gratis.
Los clientes llegan a este cruce en multitudes, día y noche. El noventa por ciento se van derechos a la tienda grande y compran monovolúmenes o vehículos pesados. Ni siquiera miran las otras tiendas.
Del diez por ciento restante, la mayoría va y compra un elegante eurosedán, deteniéndose sólo para mirar por encima del hombro a los filisteos que compran monovolúmenes y vehículos para circulación fuera de carretera. Si acaso llegan a fijarse siquiera en la gente al otro lado de la carretera, vendiendo los vehículos más baratos y técnicamente superiores, estos clientes los desprecian, considerándolos lunáticos y descerebrados.
La tienda de Batmóviles vende unos pocos vehículos al maniático de los coches ocasional que quiere un segundo vehículo además de su monovolumen, pero parece aceptar, al menos de momento, que es un jugador marginal.
El grupo que regala los tanques sólo permanece vivo porque lo llevan voluntarios, que se alinean al borde de la calle con megáfonos, tratando de llamar la atención de los clientes sobre esta increíble situación. Una conversación típica es algo así:
Hacker con megáfono: ¡Ahorra dinero! ¡Acepta uno de nuestros tanques gratis! ¡Es invulnerable, y puede atravesar roquedales y ciénagas a noventa millas por hora consumiendo un galón cada cien millas!
Futuro comprador de monovolumen: Ya sé que lo que dices es cierto... pero... eh... ¡yo no sé mantener un tanque!
Megáfono: ¡Tampoco sabes mantener un monovolumen!
Comprador: Pero esta tienda tiene mecánicos contratados. Si le pasa algo a mi monovolumen, puedo tomarme un día libre del trabajo, traerlo aquí, y pagarles para que trabajen en él mientras yo me siento en la sala de espera durante horas, escuchando música de ascensor.
Megáfono: ¡Pero si aceptas uno de nuestros tanques gratuitos te mandaremos voluntarios a tu casa para que lo arreglen gratis mientras duermes!
Comprador: ¡Manténte alejado de mi casa, bicho raro!
Megáfono: Pero...
Comprador: ¿Es que no ves que todo el mundo está comprando monovolúmenes?

Lanzador de bits

La conexión entre coches y modos de interactuar con los ordenadores no se me habría ocurrido en la época en que me llevaban de paseo en aquel descapotable. Me había apuntado a una clase de programación en el Instituto de Ames. Tras unas cuantas clases introductorias, nos dieron permiso a los estudiantes para entrar en una sala diminuta que contenía un teletipo, un teléfono, y un módem anticuado consistente en una caja de metal con un par de cuencas de plástico encima (Nota: muchos lectores, abriéndose camino a través de esta última oración, probablemente sintieron un retortijón inicial de temor de que este ensayo estuviera a punto de convertirse en una tediosa batallita sobre lo difícil que lo teníamos en los viejos tiempos; tranquilícense: lo que estoy haciendo, de hecho, es colocar mis piezas sobre el tablero de ajedrez, por así decirlo, preparándome para realizar una observación sobre temas realmente interesantes y actualizados como el Software de Código Abierto). El teletipo era exactamente el mismo tipo de máquina que se había usado, durante décadas, para envíar y recibir telegramas. Era básicamente una máquina de escribir ruidosa que sólo podía producir MAYÚSCULAS. Montada a un lado había una máquina más pequeña con un largo rollo de cinta de papel, y una cesta de plástico transparente debajo.
Para conectar este aparato (que no era un ordenador en absoluto) con la Universidad Estatal de Iowa al otro lado de la ciudad, había que coger el teléfono, marcar el número del ordenador, esperar a que llegaran ruidos raros, y entonces colocar el auricular en las cuencas de plástico. Si acertabas, una cuenca envolvía sus labios de neopreno en torno a la parte de la oreja y el otro en torno a la parte de la boca, consumando una especie de sesenta y nueva informacional. El teletipo se estremecía mientras era poseído por el espíritu del lejano ordenador, y empezaba a martillear mensajes crípticos.
Puesto que el tiempo de ordenador era un recurso escaso, usábamos una especie de técnica de procesamiento en racimo. Antes de marcar en el teléfono, conectábamos la perforadora de cinta (una máquina subsidiaria atornillada al costado del teletipo) y tecleábamos nuestros programas. Cada vez que pulsábamos una teclar, el teletipo imprimía una letra en el papel delante nuestro, de tal modo que pudiéramos leer lo que habíamos escrito; pero al mismo tiempo convertía la letra en un conjunto de ocho dígitos binarios, o bits, y perforaba un patrón correspondiente de agujeros a lo ancho de una cinta de papel. Los diminutos discos de papel salidos de la cinta caían en la cesta de plástico transparente, que lentamente se llanaba de lo que sólo puede describirse como bits reales. El último día del curso, el chico más listo de la clase (no yo) saltó desde detrás de su pupitre y lanzó varios kilos de estos bits por encima de la cabeza de nuestro profesor, como confetti, como una especie de broma semiafectuosa. La imagen de aquel hombre sentado allí, atenazado por las fases iniciales de una atávica reacción de lucha-o-huye, con millones de bits (megabytes) cayéndole por el pelo y metiéndosele por la nariz y la boca, el rostro poniéndosele morado a medida que se aproximaba a la explosión, es la escena más memorable de mi educación formal.
De cualquier modo, resultará obvio que mi interacción con el ordenador fue de una naturaleza extremadamente formal, estando dividia en diferentes fases, a saber:
1. Lentado en casa con lápiz y papel, a millas y millas de cualquier ordenador, pensaba mucho acerca de lo que quería que hiciera el ordenador, y traducía mis intenciones a un lenguaje informático - una serie de símbolos alfanuméricos sobre la página.
2. Llevaba esto a través de una especie de cordón sanitario informacional (tres millas a través de tormentas de nieve) hasta el colegio e introducía aquellas letras en una máquina - no un ordenador - que convertía los símbolos en números binarios y los registramente visiblemente en cinta.
3. Entonces, mediante el módem de las cuencas de goma, enviaba aquellos números al ordenador de la universidad, que
4. hacía aritmética con ellos y devolvía números diferentes al teletipo
5. El teletipo convertía estos números de nuevo en letras y los martilleaba en una página y
6. yo, mirando, interpretaba las letras como símbolos significativos.
El reparto de responsabilidades que todo esto conlleva es admirablemente limpio: los ordenadores hacen aritmética con bits de información. Los humanos interpretan los bits como símbolos significativos. Pero está distinción está desdibujándose, o al menos complicándose, con la llegada de los sistemas operativos modernos que usan, y frecuentemente abusan, del poder de la metáfora para hacer los ordenadores disponibles para un público más amplio. Por el camino - posiblemente debido a estas metáfora, que hacen de un sistema operativo una especie de obra de arte - la gente empieza a ponerse emotiva, y le toma cariño a fragmentos de software del mismo modo que el padre de mi amigo le tenía cariño a su descapotable.
Puede que la gente que sólo ha interactuado con ordenador a través de interfaces gráficas de usuario como el MacOS o Windows - es decir, casi cualquiera que haya usado un ordenador - se haya sorprendido, o al menos llamado la atención, lo de la máquina de telégrafos que yo usaba para comunicarme con un ordenador en 1973. Pero había, y hay, una buena razón para usar este tipo particular de tecnología. Los seres humanos la danza, y las expresiones faciales, pero algunas de ellas son más susceptibles que las demás de expresarse como series de símbolos. El lenguaje escrito es la más fácil, porque, por supuesto, ya consiste en series de símbolos para empezar. Si resulta que los símbolos pertenecen a un alfabeto fonético (y no son, por ejemplo, ideogramas), convertirlos en bits es un procedimiento trivial que se fijó tecnológicamente en el siglo XIX, con la introducción del código morse de otras formas de telegrafía.
Teníamos una interfaz humano/ordenador cien años antes de tener ordenadores. Cuando se crearon los ordenadores en la época de la Segunda Guerra Mundial, los humanos, de modo natural, se conmunicaron con ellos injertándolos en tecnologías ya existentes para traducir letras a bits y viceversa: teletipos y máquinas de tarjetas perforadas.
Éstas encarnaban dos enfoques fundamentalmente diferentes de la computación. Cuando se usaban tarjetas, se perforaba todo un taco y se pasaban por el lector a la vez, lo cual se llamaba procesamiento por hornadas. También se podía hacer procesamiento por hornadas con un teletipo, como ya he descrito, usando el lector de cinta de papel, y ciertamente se nos animaba a adoptar este enfoque cuando yo estaba en el instituto. Pero - aunque se hacían esfuerzos por mantenernos ignorantes de esto - el teletipo podía hacer algo que el lector de tarjetas no podía. En el teletipo, una vez se establecía el vínculo con el módem, se podía introducir sólo una línea y pulsar la tecla de retorno. El teletipo enviaría entonces esa línea al ordenador, que podía responder o no con líneas propias, que el teletipo martillearía - produciendo, con el tiempo, una transcripción del intercambio mantenido con la máquina. Este modo de hacerlo ni siquiera tenía nombre entonces, pero cuando, mucho más tarde, apareció una alternativa, se denominó retroactivamente la Interfaz de Línea de comandos.
Cuando fui a la universidad, usaba los ordenadores en grandes salas abarrotadas donde manadas de estudiantes se sentaban frente a versiones ligeramente actualizadas de las mismas máquinas y escribían programas informáticos; éstas usaban mecanismos de impresión por matrices de puntos, pero eran (desde el punto de vista de la máquina) idénticas a los antiguos teletipos. En aquel momento, los ordenadores compartían mejor el tiempo - es decir, los mainframes seguían siendo los mainframes, pero se comunicaban mejor con un gran número de terminales a la vez. En consecuencia, ya no era necesaria usar procesamiento por hornadas. Los lectores de tarjetas fueron desterrados a pasillos y sótanos, y el procesamiento por hornadas se convirtió en una cosa exclusiva de empollones, y en consecuencia adquirió un cierto tinte arcano incluso entre aquellos de nosotros que sabíamos siquiera que existía. Todos evitábamos ya la interfaz de Hornada, habiéndonos pasado a la Línea de comandos - mi primer cambio de paradigma operativo, y yo sin enterarme.
Había una enorme pila de papel plegado en el suelo bajo cada uno de estos teletipos glorificados, y millas de papel se estremecían mientras pasaban por sus rodillos. Casi todo este papel se tiraba o se reciclaba sin haber sido tocado jamás por la tinta - una atrocidad ecológica tan flagrante que aquellas máquinas pronto fueron reemplazadas por terminales de vídeo - los llamados teletipos de vidrio -, que eran más slenciosos y no desperdiciaban papel. Sin embargo, desde el punto de vista del ordenador, éstos también eran indistinguibles de las máquinas de teletipo de la Segunda Guerra Mundial. A todos los efectos, seguimos usando tecnología victoriana para comunicarnos con los ordenadores haste cerca de 1984, cuando se introdujo el Macintosh con su Interfaz Gráfica de Usuario (GUI). Incluso después de eso, la Línea de comandos siguió existiendo como estrato subyacente - una especie de reflejo medular - a muchos sistemas informáticos modernos durante la edad de oro de los GUIs.
Lo primero que tiene que hacer cualquier progamador al escribir un nuevo fragmento de software es decidir cómo tomar la información con que está trabajando (en un programa gráfico, una imagen; en una hoja de cálculo, una tabla de números) y convertirla en una serie lineal de bytes. Estas sartas de bytes se denominan habitualmente archivos o (de modo algo más a la última) flujos. Son a los telegramas lo que los humanos actuales son al hombre de Cromagnon, lo que quiere decir la misma cosa con distinto nombre. Todo lo que se ve en la pantalla del ordenador - TOMB RAIDER, los correos electrónicos de voz digitalizada, los faxes, y los documentos de procesador de textos escritos en treinta siete tipos diferentes - sigue siendo, desde el punto de vista del ordenador, igual que telegramas, sólo que son mucho más largos, y requieren más aritmética.
El modo más rápido de apreciarlo es encendiendo el navegador, visitando un sitio web, y seleccionando el ítem Ver Código Fuente en el menús. Saldrá código informático parecido a éste:


Esto se llama HTML, Lenguaje de Marcado de HiperTexto, y básicamente es un lenguaje de programación muy sencillo que le dice al navegador cómo dibujar una página en la pantalla. Cualquiera puede aprender HTML y mucha gente lo hacer. Lo importante es que, por muchas espléndidas páginas multimedia que representen, los archivos de HTML son sólo telegramas.
Cuando Ronald Reagan era locutor de radio, solía informar de los partidos de béisbol leyendo las concisas descripciones que llegaban por el telégrafo y se imprimían en cinta de papel. Se sentaba solo en una habitación insonorizada con un micrófono, y la cinta de papel salía de la máquina y le caía en la palma de la mano, cubierta de crípticas abeviaturas. Si el tanteo pasaba de tres a dos, Reagan describía la escena como se la imaginaba: El fornido zurdo sale del puesto de bateo para secarse el sudor. El árbitro se adelanta para limpiar el polvo de la base etc. Cuando el criptograma en la cinta de papel anunciaba un golpe en una base, Reagan golpeaba el borde de la mesa con un lápiz, creando un pequeño efecto sonoro, y describía el arco de la pelota como si pudiera verlo de verdad. Sus oyentes, muchos de los cuales presumiblemente creían que Reagan estaba de hecho en el campo de juego viendo el partido, reconstruían la escena en su mente según sus descripciones.
Así es exactamente como funciona la WWW: los archivos HTML son la concisa descripción en la cinta de papel, y el navegador es Ronald Reagan. Lo mismo vale para los GUIs en general.
Así que un sistema operativo es un montón de metáforas y abstracciones que media entre los telegramas y tú, encarnando diversos trucos que el programadosr usó para convertir la información con la que estás trabajando - ya sean imágenes, mensajes de correo electrónico, películas, o documentos de procesador de textos - en las sartas de bytes que son lo único con lo que funcionan los ordenadores. Cuando usamos equipo telegráfico genuino (teletipos) o sus sustitutos de alta tecnología (teletipos de vidrio, o la línea de comandos de MS-DOS) para trabajar con nuestros ordenadores, estamos muy cerca de la base de este montón. Cuando usamos la mayor parte de sistemas operativos modernos, sin embargo, nuestra interacción con la máquina se ve fuertemente mediada. Todo lo que hacemos es interpretados oy traducido una y otra vez mientras se abre camino a través de todas las metáfora y abstracciones.
El sistema operativo de Macintosh fue una revolución en el buen y en el mal sentido. Obviamente era cierto que las interfaces de línea de comandos no eran para todo el mundo, y que estaría bien hacer los ordenadores accesibles a un público menos técnico - si no porrazones altruistas, entonces porque este tipo de persona constituía un mercado incomparablemente mayor. Está claro que los ingenieros del Mac vieron todo un país nuevo que se les abría; casi podías oírles mascullas, ¡Caray! ¡Ya no tenemos que limitarnos a los archivos como flujos lineales de bytes, vive la revolution, veamos lo lejos que llegamos con esto!. No había ninguna interfaz de línea de comandos disponible en el Macintosh; hablabas con la máquina a través del ratón, o no hablabas. Ésta era una especie de declaración de principios, una credencial de pureza revolucionaria. Parecía que los diseñadores del Mac pretendían barrer las Interfaces de Línea de comandos a la papelera de la historia.
Mi propia historia de amor con el Macintosh comenzó en la primavera de 1984 en una tienda de ordenadores en Cedar Rapids, Iowa, cuando un amigo mío - por coincidencia, el hijo del dueño del descapotable - me mostró un Macintosh ejecutando MacPaint, el revolucionario programa de diseño. Terminó en julio de 1995 cuando traté de guardar un archivo grande e importante en mi Macintosh Powerbook y en vez de eso destruyó los datos de modo tan concienzudo que dos programas distintos de recuperación de datos fueron incapaces de hallar rastro alguno de que hubiera existido jamás. En aquellos diez años, sentía una pasión por el MacOS que en aquel momento parecía virtuosa y razonable, pero que mirando atrás me parece el mismo tipo de enamoramiento engañoso que el padre de mi amigo tenía con su coche.
La introducción del Mac inició una especie de guerra santa en el mundo de la informática. ¿Eran los GUIs una brillante innovación tecnológica que convertía a los ordenadores en más accesibles para los humanos y por tanto para las masas, llevándonos a una revolución sin precedentes en la sociedad humana, o una insultante chorrada audiovisual diseñada por hackers zumbados de San Francisco, que despojaba a los ordenadores de su potencia y flexibilidad y convertía el serio y noble arte de la computación en un pueril videojuego?
Este debate, de hecho, me parece más interesante hoy en día que a mediados de los 80. Pero la gente más o menos dejó de debatir cuando Microsoft respaldó la idea de los GUIs al sacar el primer Windows. En aquel momento, los partidarios de la línea de comandos se vieron relegados al status de viejos carcamales, mientras se disparaba un nuevo conflicto entre usuarios de MacOS y usuarios de Windows.
Había mucho sobre lo que discutir. Los primeros Macintosh parecían distintos de otros PCs incluso estando apagados: consistían en una caja que contenía tanto la CPU (la parte del ordenador que hace aritmética con los bits) como la pantalla del monitor. Esto suponía, en aquel momento, una especie de afirmación filosófica: Apple quería convertir el ordenador personal en un electrodoméstico, como la tostadora. Pero también reflejaba las exigencias puramente técnicas de ejecutar una inferfaz gráfica de usuario. En una máquina de GUI, los chips que dibujan las cosas en la pantalla tienen que ir integrados con la unidad de procesamiento central, o CPU, del ordenador, en un grado mucho mayor que en las interfaces de línea de comandos, que hasta hace poco ni siquiera sabían que no estaban hablando sólo con teletipos.
Esta distinción era de naturaleza técnica y abstracta, pero se hacía más clara cuando la máquina fallaba (como sucede frecuentemente con tecnologías cuyo funcionamiento se comprende mejor viéndolas fallar). Cuando todo se iba a la porra y la CPU empezaba a escupir bits aleatoriamente, el resultado, en una máquina de interfaz de línea de comandos, era líneas y líneas de caracteres perfectamente formados pero aleatorios en la pantalla - lo que los conocedores conocían como ponerse cirílico. Pero para el MacOS la pantalla no era teletipo sino un lugar en el que poner gráficos; la imagen en pantalla era un mapa de bits, una representación literal de los contenidos de una parte dada de la memoria del ordenador. Cuando el ordenador fallaba y escribía tonterías en el mapa de bits, el resultado era algo que recordaba vagamente a la nieve en una televisión estropeada - un snow crash.
E incluso tras la introducción de Windows, las diferencias subyacentes persistieron; cuando una máquina Windows tenía problemas, la vieja interfaz de línea de comandos caía sobre el GUI como un telón de amianto sellando el escenario de una ópera incendiada. Cuando un Macintosh tenía problemas te presentaba el dibujito de una bomba, que resultaba gracioso la primera vez que los veías.
Y éstas no eran en absoluto diferencias superficiales. El retorno de Windows a una interfaz de línea de comandos cuando tenía problemas les demostraba a los partidarios del Mac que Windows no era más que una fachada barata, como una chillona manta afgana tendida sobre un sofa putrefacto. Les perturbaba y molestaba la sensación de que bajo la ostensiblemente amistosa interfaz de usuario de Windows había - literalmente - un subtexto.
Por su parte, los fans de Windows podrían haber observado agriamente que todos los ordenadores, incluso los Macintosh, estaban construidos sobre ese mismo subtexto, y que la negativa de los dueños de Macs a admitir ese hecho parecía apuntar a una voluntad, incluso un deseo, de engañarse.
En cualquier caso, un Macintosh tenía que mover bits individuales en los chips de memoria en la tarjeta de vídeo, y tenía que hacerlo muy rápido, y en patrones arbitrariamente complicados. Hoy en día esto resulta barato y fácil, pero en el régimen tecnológico vigente a principios de los 80, el único modo realista de hacerlo era integrar la placa base (que contenía la CPU) y el sistema de vídeo (que contenía la memoria proyectada sobre la pantalla) como un todo - de ahí el único contenedor, herméticamente sellado, que hacía al Macintosh tan distintivo.
Cuando salió Windows, llamaba la atención por su fealdad, y sus actuales sucesores, Windows 95 y Windows NT, no son cosas que la gente pagaría por ver. La absoluta falta de atención de Microsoft por la estética nos daba a todos los amantes del Mac muchas oportunidades para mirarles por encima del hombro. El que Windos se pareciera un montón a un calco directo de MacOS nos daba además una fuerte sensación de ultraje moral. Entre las personas que realmente conocían y apreciaban los ordenadores (los hackers, en el sentido no peyorativo que Steven Levy le da a la palabra) y unos pocos otros ámbitos como los músicos profesionales, los artistas gráficos y los maestros, el Macintosh, durante un tiempo, era simplemente el ordenador. No sólo se consideraba una obra soberbia de ingeniería, sino la encarnación de ciertos ideales acerca del uso de la tecnología para beneficiar a la humanidad, mientras que Windows se consideraba una imitación patéticamente torpe y una siniestra combinación para dominar el mundo, todo en uno. Ya entonces se había establecido un patrón que persiste hasta nuestros días: a la gente no le gusta Microsoft, lo cual es aceptable; pero no les gusta por razones mal consideradas y en último término contradictorias.

Lucha de clases en el escritorio

Ahora que ya hemos dejado claro el trasfondo, merece la pena revisar algunos hechos básicos: como cualquier compañía de accionariado público y con fines de lucro, Microsoft ha tomado prestado un montón de dinero de algunas personas (sus accionistas) para estar en el negocio del bit. Como ejecutivo de esa compañía, Bill Gates sólo tiene una responsabilidad, que es maximizar el rendimiento de las inversiones. Lo ha hecho increíblemente bien. Cualquier acción emprendida en el mundo por Microsoft - cualquier software que lancen, por ejemplo - es básicamente un epifenómeno que no puede comprenderse ni entederse salvo en la medida en que reflejan el desempeño por Bill Gates de su única responsibilidad.
De ello se sigue que si Microsoft vende mercancías que son estéticamente desagradables, o que no funcionan demasiado bien, no significa que sean (respectivamente) filisteos o medio tontos. Se debe a que la excelente dirección de Microsoft ha llegado a la conclusión de que pueden ganar más dinero para sus accionistas lanzando productos con imperfecciones obvias y conocidas del que ganarían haciéndolos hermosos o libres de errores. Esto es irritante, pero (al final) no tan irritante como contemplar cómo Apple se autodestruye inexplicable e implacablemente.
No resulta difícil encontrar en la Red una hostilidad hacia Microsoft que mezcla dos elementos: resentidos que sienten que Microsoft es demasiado poderosa, y desdeñosos que creen que es chapucera. Esto recuerda fuertemente al periodo álgido del comunismo y el socialismo, cuando se odiaba a la burguesía desde ambos lados: los proletarios, porque la burguesía tenía todo el dinero, y los intelectuales, por su tendencia a gastárselo en enanitos de jardín. Microsoft es la encarnación misma de la moderna prosperidad de alta tecnología - en una palabra, es burguesa - y atrae todos los mismos odios.
La pantalla inicial de Microsoft Word 6.0 lo resumía todo bastante bien: cuando iniciabas el programa te soltaba la imagen de un bolígrafo caro encima de un par de folios de papel de escritura hecho a mano. Obviamente, era un intento por hacer que el software pareciera pijo, y puede que valiera para algunos, pero no para mí, porque era un bolígrafo, y yo soy hombre de pluma estilográfica. Si lo hubiera hecho Apple, habrían usado una pluma Mont Blanc, o quizás un pincel caligráfico chino. Dudo que esto fuera accidental. Hace poco estuve reinstalando Windows NT en uno de los ordenadores de mi casa, y tuve que hacer doble clic en el icono del Panel de Control muchas veces. Por razones que resulta difícil comprender, este icono consiste en el dibujito de un martillo y una broca o un destornillador encima de una carpeta de archivos.
Estas meteduras de pata estéticas le dan a uno unas ganas casi incontrolables de reírse de Microsoft, pero, de nuevo, ésa no es la cuestión - si Microsoft hubiese hecho pruebas con grupos diana sobe posibles gráficos alternativos, probablemente habrían hallado que el oficinista medio asociaba las estilográficas con los amanerados ejecutivos de rango más alto, y estaba más cómodo con los bolígrafos. De igual forma, los tipos normales, los papás con entradas del mundo que posiblemente cargan con la responsabilidad de montar y configurar el ordenador en casa, probablemente prefieren el dibujito de un martillo - quizás al tiempo que albergan fantasías de usar un martillo de verdad con sus ordenadores.
Es el único modo en que consigo explicar cierto hechos curiosos acerca del actual mercado de sistemas operativos, tales como el que el noventa por ciento de todos los clientes sigan comprando monovolúmenes de la tienda de Microsfot mientras que un se puede llevar los tanques gratuitos sin más, al otro lado de la calle.
A Bill Gates no le resultó difícil distribuir una sarta de unos y ceros, una vez se le ocurrió la idea. Lo duro era venderla - asegurarles a los clientes que de hecho estaban obteniendo algo a cambio de su dinero.
Cualquier que haya comprado software en una tienda alguna vez habrá tenido la curiosamente desalentadora experiencia de llevarse la caja envuelta en plástico a casa, abrirla, encontrarse con el 95% es aire, tirar todas las tarjetitas, propaganda, y basura, y meter el disco en el ordenador. El resultado final (después de haber perdido el disco) no es nada más que algunas imágenes en la pantalla del ordenador, y algunas posibilidades de que antes se carecía. A veces, ni siquiera eso - en vez de ello, uno se encuentra con una serie de mensajes de error. Pero el dinero se ha ido definitivamente. Ahora casi estamos acostumbrados e esto pero hace veinte años era una proposición muy sospechosa. De todas formas, Bill Gates consiguió que funcionara. No hizo que funcionara vendiendo el mejor software ni ofreciendo el precio más barato. Pero de algún modo consiguió que la gente creyera que estaban recibiendo algo a cambio de su dinero.
Las calles de todas las ciudades del mundo están llenas de esos pesados, ruidosos monovolúmenes. Cualquiera que no tenga uno se siente un poco raro, y se pregunta, pese a sí mismo, si no será hora de dejar de resistirse y comprar uno; cualquiera que tenga uno, se siente seguro que ha adquirido una posesión significativa, incluso los días en que el vehículo está en el taller de reparación.
Todo esto es perfectamente congruente con la pertenencia a la burguesía, que es un estado tanto mental como material. Y explica por qué Microsoft se ve constantemente atacado en la Red desde ambos lados. Los que se siente pobres y oprimidos interpretan todo lo que hace Microsoft como parte de algún siniestro complot orwelliano. A los que les gusta considerarse usuarios inteligentes e informados les desquicia lo chapucero de Windows.
No hay nada que moleste más a las personas sofisticadas que ver cómo alguien que es lo bastante rico como para evitarlo es hortera - a menos que se den cuenta, un momento después, de que probablemente sabe que es hortera y sencillamente no le importa y va a seguir siendo hortera, y rico, y feliz, para siempre. Microsoft tiene la misma relación con la élite de Silicon Valley que la que mantenían los Beverly Hillbillies con su banquero, el Sr. Drysdale-- a quien no le irrita tanto el hecho de que los Clampetts se mudaran a su barrio como el saber que, cuando Jethro tenga setenta años, seguirá hablando como un paleto y llevando petos, y seguirá siendo mucho más rico que el Sr. Drysdale.
Incluso el hardware que empleaba Windows, comparado con las máquinas que sacaba Apple, parecía cosa de palurdos, y en su mayor parte sigue pareciéndolo. La razón es que Apple era y es una compañía de hardware, mientras que Microsoft era y es una compañía de software. Apple tenía así el monopolio del hardware que ejecutaba MacOS, mientras que el hardware compatible con Windows venía del mercado libre. El mercado libre parece haber decidido que la gente no va a pagar por ordenadores elegantes; los fabricantes de hardware para PC que contratan a diseñadores para hacer que sus productos tengan un aire distintivo acaban vapuleados por fabricantes taiwaneses de clones metidos en cajas que parecen ladrillos que uno se encontraría delante de una caravana. Pero Apple podía hacer su software todo lo bonito que quisiera y simplemente pasarle la factura a sus encantados consumidores, como yo. La semana pasada (escribo esta frase a principios de enero de 1999), las secciones de tecnología de todos los periódicos estaban llenas de reportajes aduladores sobre el lanzamiento por Apple del iMac en varios colores nuevos, como Arándano y Mandarina.
Apple siempre ha insistido en tener el monopolio de su hardware, salvo durante un breve periodo a mediados de los 90, cuando permitieron que los fabricantes de clones compitieran con ellas, antes de acabar con su negocio. El hardware de Macintosh, en consecuencia, era caro. No lo abrías y enredabas con él porque hacerlo anulaba la garantía. De hecho, el primer Mac estaba específicamente diseñado para resultar difícil de abrir - necesitabas un juego de herramientas exóticas, que podías comprar mediante pequeños anuncios que empezaron a aparecer en las páginas finales de las revistas unos pocos meses después de que saliera al mercado el Mac. Estos anuncios siempre tenían un cierto aire sórdido, como si anunciaran ganzúas en la contraportada de sensacionalistas revistas de detectives.
Esta política de monopolio puede explicarse al menos de tres maneras distintas.
LA EXPLICACIÓN CARITATIVA es que la política de monopolio sobre el hardware reflejaba el deseo por parte de Apple de proporcionar una unión sin fallas de hardware, sistema operativo, y software. Algo hay de esto. Ya resulta bastante difícl diseñar un sistema operativo que funcione bien en un hardware específico, diseñado y probado por ingenieros que trabajan al lado, en la misma compañía. Diseñar un sistema operativo que funcione en un hardware cualquiera, fabricado por hacedores de clones rabiosamente competitivos al otro lado de la Línea de Fecha Internacional, es muy difícil, y explica gran parte de los problemas que tiene la gente cuando usa Windows.
LA EXPLICACIÓN FINANCIERA es que Apple, a diferencia de Microsoft, es y siempre ha sido una compañía de hardware. Sencillamente depende de los ingresos de la venta de hardware, y no puede subsistir sin ellos.
LA EXPLICACIÓN NO TAN CARITATIVA tiene que ver con la cultura corporativa de Apple, que tiene sus raíces en el Baby Boom del Área de la Bahía de San Francisco.
Dado que voy a hablar sobre cultura durante un rato, probablemente está bien que ponga las cartas sobre la mesa, para protegerme de las acusaciones de conflicto de intereses y falta de ética:
1. Geográficamente, soy de Seattle, de temperamento saturnino, e inclinado a mirar con malos ojos la dionisíaca Área de la Bahía de San Francisco, igual que a ellos nosotros les molestamos y escandalizamos.
2. Cronológicamente pertenezco a una generación posterior al Baby Boom. Al menos, así me siento, ya que nunca experimenté las partes divertidas y emocionantes del Baby Boom - sólo me pasé un montón de tiempo riendo apropiadamente ante las irritantemente vacuas anécdotas de los pertenecientes al Baby Boom sobre lo puestos que iban en diversas ocasiones, y escuchando cortés sus aseveraciones de lo estupenda que era su música. Pero incluso desde aquella distancia resultaba posible extraer ciertos patrones, y uno que reaparecía tan regularmente como una leyenda urbana era el de alguien que había mudado a una comuna de hippies con sandalias y signos de la paz para acabar descubriendo que, bajo aquella fachada, los tipos al mando eran de hecho obsesos del control; y que, dado que vivir en una comuna, donde los ideales de la paz, el amor y la armonía se mantenían de boquilla, les había privado de válvulas de escape normales y socialmente admitidas para su obsesión, tendía a salir de de otros modos, invariablemente más siniestros
Dejaré el aplicar esto al caso de Apple como ejercicio para el lector - un ejercicio no demasiado difícil.
Resulta un poco desconcertante, al principio, pensar en Apple como un obseso del control, porque contradice completamente su imagen corporativa. ¿No fueron estos los tipos que lanzaron los famosos anuncios durante la Super Bowl en los que ejecutivos trajeados, con los ojos vendados, saltaban como lemmings de un acantilado? ¿No es ésta la compañía que ahora mismo saca anuncios con el Dalai Lama (salvo en Hong Kong) y Einstein y otros rebeldes alternativos?
Ciertamente es la misma compañía, y el hecho de que hayan implantado esta imagen de sí mismos como librepensadores creativos y rebeldes en la mente de tantos escépticos inteligentes y encallecidos por los medios realmente hace que uno se pare a pensar. Da fe del insidioso poder de las campañas publicitarias costosas y tal vez, en cierta medida, de la facilidad de la gente para creer lo que quiere creer. También suscita la pregunta de por qué a Microsoft se le da tan mal las relaciones públicas, cuando la historia de Apple demuestra que, pasándoles gordos cheques a buenas agencias publicitarias, se puede implantar una imagen corporativa en la mente de personas inteligentes que difiere completamente de la realidad. (La respuesta, para aquéllos a los que no les gustan las espadas de Damocles, es que, ya que Microsoft se ha hecho con las mentes y los corazones de la silenciosa mayoría - la burguesía -, les importa un pito tener una imagen elegante, igual que Richard Nixon. Quiero creer,- el mantra que Fox Mulder tiene puesto en la pared de su despacho en los Expedientes X - resulta aplicable de diferentes modos a estas dos compañías; los partidarios del Mac quieren creen en la imagen de Apple que transmiten estos anuncios, y en la noción de que los Macs son de algún modo fundamentalmente diferentes de otros ordenadores, mientras que los seguidores de Windows quieren creer que obtienen algo a cambio de su dinero, mediante una respetable transacción comercial).
En cualquier caso, en 1987 tanto MacOs como Windows ya estaban en el mercado, ejecutándose en plataformas de hardware que eran radicalmente diferentes entre sí - no sólo en el sentido de que MacOS usaba chips de CPU de Motorola, mientras que WIndows usaba Intel, sino también en el sentido - entonces pasado por alto, pero a largo plazo mucho más significativo - de que el negocio de hardware de Apple era un monopolio rígido y Windows era un abierto-a-todos.
Pero todas las ramificaciones de esto no estuvieron claras hasta muy recientemente - de hecho, aún están desplegándose, de modos notablemente extraños, como explicaré cuando lleguemos a Linux. El resultado es que millones de personas se acostumbraron a usar GUIs de una forma u otra. Con ello, hicieron que Apple/Microsoft ganaran un montón de dinero. La fortuna de muchas personas ha acabado por ir ligada a la capacidad de estas compañías de seguir vendiendo productos cuya vendibilidad resulta muy cuestionable.
Cuando Gates y Allen inventaron la idea de vender software, se encontraron con la crítica tanto de los hackers como de los sobrios hombres de negocios. Los hackers entendían que el software sólo era información, y le ponían objeciones a la idea de venderla. Estas objeciones eran en parte morales. Los hackers salían del mundo científico y académico, donde resulta imperativo hacer los resultados del propio trabajo disponibles para el público. También eran en parte prácticas: ¿cómo puedes vender algo que puede copiarse fácilmente? Los hombres de negocioes, que son el polo opuesto de los hackers en tantos aspectos, tenían sus propias objeciones. Acostumbrados a vender tostadoras y seguros, era natural que les resultara difícil comprender cómo una larga sarta de unos y ceros podía constituir un producto vendible.
Obviamente, Microsoft remontó estas objeciones, así como Apple. Pero las objeciones siguen ahí. El hacker más hacker de todos, el Ur-hacker por así decirlo, era y es Richard Stallman, que se irritó tanto con la malvada práctica de vender software que, en 1984 (el mismo año en que salió a la venta el Macintosh) fue y fundó algo llamado la FUNDACIÓN DEL SOFTWARE LIBRE (Free Software Foundation), que comenzó a trabajar en algo llamando GNU. GNU son las siglas de Gnu's Not Unix, Gnu No es Unix, pero se trata de una broma en más de un sentido, porque GNU ciertamente ES Unix. Debido a cuestiones de copyright (UNIX es una marca de AT&T), sencillamente no podían afirmar que fuera Unix, y así, sólo para asegurarse, afirmaban que no lo era. Pese al incomparable talento y empuje del Sr. Stallman y otros seguidores de GNU, su proyecto no pudo construir una Unix gratuita para competir contra los sistemas operativos de Windows y Apple era un poco como tratar de excavar un sistema de metro con una cucharilla. Esto es, hasta la llegada de Linux, de la que hablaré luego.
Pero la idea básica de recrear un sistema operativo a partir de la nada era perfectamente consistente y completamente factible. Se ha hecho muchas veces. Es inherente a la naturaleza misma de los sistemas operativos.
Los sistemas operativos no son estrictamente necesarios. No hay razón por la que un escritor de código lo bastante dedicado no pueda partir de la nada en cada proyecto y escribir nuevo código para manejar operaciones tan básicas y de bajo nivel como controlar las cabezas lectoras/escritoras en los controladores de disco y activar píxeles en pantalla. Los primeros ordenadores tenían que programarse de est modo. Pero dado que casi todos los programas tienen que desempeñar las mismas operaciones básicas, este enfoque llevaría a una tremenda duplicación del esfuerzo
No hay nada más desagradable para el hacker que la duplicación del esfuerzo. El primer y más importante hábito mental que desarrolla la gente cuando aprende a escribir programas de ordenador es generalizar, generalizar, generalizar. Hacer su código lo más modular y flexible posible, descomponer los problemas grandes en pequeñas subrutinas que puedan usarse una y otra vez en diferentes contextos. En consecuencia, el desarrollo de los sistemas operativos, pese a ser técnicamente innecesario, era inevitable. Porque en el fondo un sistema operativo no es más que una biblioteca que contiene el código más usado, escrito una vez (y con suerte, bien escrito), y puesto a disposición de cualquier escritor de código que lo necesite.
Así que un sistema operativo privado y secreto es una contradicción en términos. Va contra la razón de ser de los sistemas operativos. Y de cualquier modo es imposible mantenerlos en secreto. El código fuente - las líneas originales de texto escritas por los programadores - pueden mantenerse en secreto. Pero el conjunto de un sistema operativo es una colección de pequeñas subrutinas que realizan tareas muy específicas y mur claramente definidas. Qué hacen exactamente esas subrutinas ha de ser público, de forma muy explícita y exacta, o de lo contrario el sistema operativo es completamente inservible para los programadores; no pueden usar esas subrutinas si no tienen perfecta y total comprensión de lo que hacen las subrutinas.
Lo único que no se hace público es exáctamente cómo hacen las subrutinas lo que hacen. Pero una vez sabes lo que hace una subrutina, generalmente resulta bastante fácil (si eres un hacker) escribir tu propia rutina que haga exactamente lo mismo. Puedes tardar algo, y resulta tedioso y poco gratificante, pero en la mayoría de los casos no es demasiado difícil.
Lo que es difícil, para un hacker como para un escritor de ficción, no es escribir; es decidir qué escribir. Y los vendedores de sistemas operativos comerciales ya han decidido, y han hecho públicas sus decisiones.
Esto se sabe desde hace mucho. MS-DOS fue duplicado funcionalmente por un producto rival, escrito a partir de la nada, llamado PRODOS; que hacía las mismas cosas de modo muy parecido. En otras palabras, otra compañía pudo escribir código que hacía las mismas cosas que MS-DOS y lo vendió para obtener beneficios. Si usas el sistema operativo de Linux, puedes obtener un programa gratuiro llamando WINE que es un emulador de Windows; esto es, puedes abrir una ventan en tu escritorio que ejecuta programas de Windows. Quiere decir que se ha recreado un sistema operativo de Windows completamente funcional dentro de Unix, como un barquito en una botella. Y el propio Unix, que es un sistema operativo mucho más sofisticado que MS-DOS, ha sido reconstruido a partir de la nada una y otra vez. Sun, Hewlett-Packard, AT&T, Silicon Graphics, IBM, y otros vendieron versiones de él.
En otras palabras, la gente lleva reescribiendo código básico de sistemas operativos tanto tiemo que toda la tecnología que consitutía un SISTEMA OPERATIVO en el sentido tradicional (pre-GUI) de esa expresión es ahora tan barata y común que es literalmente gratuita. No sólo no podrían Gates y Allen vender MS-DOS hoy, ni siquiera podrían regalarlo, por ya se regalan sistemas operativos mucho más potentes. Incluso el Windows original (que era el único sistema de ventanas hasta 1995) ya no vale nada, dado que no tiene sentido poseer algo que puede emularse dentro de Linux - que es gratuito.
De este modo, el negocio de los sistemas operativos es muy diferente de, pongamos, el negocio de la venta de coches. Incluso un viejo coche de segunda mano tiene algún valor. Puedes usarlo para ir al basurero, o vender sus partes. El destino de los bienes manufacturados es depreciarse lentamente a medida que envejecen y tienen que competir contra productos más modernos.
Pero el destino de los sistemas operativos es volverse gratuitos.
Microsoft es una gran compañía de aplicaciones de software. El de las aplicaciones - tales como Microsoft Word - es un área en el que la innovación lleva beneficios reales, directos y tangibles a los usuarios. Las innovaciones pueden consistir en nueva tecnología recién salida del departamento de investigación, o pueden estár en la categoría de los lacitos decorativos, pero en cualquier caso a menudo resultan útiles y parecen contentar a los usuarios. Y Microsoft está convirtiéndose en una gran compañía de investigación. Esto no se debe necesariamente a que sus sistemas operativos sean todos tan maloes desde el punto de vista puramente tecnológico. Los sistemas operativos de Microsoft tienen sus problemas, claro, pero son mucho mejores de lo que solían ser, y son adecuados para la mayor parte de la gente.
¿Por qué digo entonces que Microsoft no es es una compañía de sistemas operativos tan grandes? Por la naturaleza misma de los sistemas operativos es tal que no tiene sentido que una compañía específica los desarrolle y posea. Para empezar, es un trabajo muy desagradecido. Las aplicaciones crean posibilidades para millones de usuarios crédulos, mientras que los sistemas operativos imponen limitaciones a millones de cascarrabias escritores de código, y así los hacedores de sistemas operativos siempre estarán en la lista negra de cualquiera que cuente en el mundo de la alta tecnología. Las aplicaciones las usan personas cuyo gran problema es comprender todas sus características, mientras que los sistemas operativos se ven hackeados por escritores de código irritados con sus limitaciones. El negocio de los sistemas operativos ha sido bueno para Microsoft sólo en la medida en que les ha proporcionado el dinero necesario para lanzar un negocio de software de aplicaciones realmente bueno y contratar a un montón de investigadores inteligentes. Ahora debiera estar en posición de desembarazarse de su sistema operativo, como los cohetes se libran en algún momento de los tanques vacíos de combustible. La gran pregunta es si Microsoft es capaz de hacerlo. ¿O es adicta a la venta de sistemas operativos del mismo modo que Apple lo es de la venta de hardware?
Hay que tener en cuenta que los observadores expertos citaban en un tiempo la capacidad de Apple de monopolizar su propia provisión de hardware como su gran ventaja frente a Microsoft. En aquella época, parecía situarles en una posición mucho más fuerte. Al final, casi les mató, y todavía puede matarlos. El problema para Apple era que la mayor parte de los usuarios de ordenador del mundo acaba comprando hardware más barato. Pero un hardware barato no podía ejecutar MacOS, y esa gente se pasó a Windows.
Sustituyan hardware por sistemas operativos, y Apple por Microsoft y verán cómo lo mismo está a punto de suceder de nuevo. Microsoft domina el mercado de sistemas operativos, lo cual les reporta ingresos y parece una gran idea de momento. Pero hay sistemas operativos mejores y más baratos, y están haciéndose cada vez más populares en partes del mundo que no están tan saturadas de ordenadores como los EEUU. Dentro de diez años, puede que la mayoría de los usuarios de ordenador del mundo acabe por tener estos sistemas operativos más baratos. Pero estos sistemas operativos, de momento, no ejecutan ninguna aplicación de Windows, y así esta gente acabará usando otra cosa.
Por expresarlo de forma más directa: cada vez que alguien decide usar un sistema operativo que no es de Microsoft, la división de sistemas operativos de Microsfot obviamente pierde un cliente. Pero, tal como están las cosas, la división de aplicaciones de Microsoft también pierde un cliente. No es para tanto, dado que casi todo el mundo usa sistemas operativos de Microsoft. Pero en cuanto la cuota de mercado de Windows empiece a disminuir, las matemáticas van a ponerse bastante torvas para los de Redmond.
Podría replicarse a este argumento diciendo que Microsoft sencillamente podría recompilar sus aplicaciones para que pudieran ejecutarse en otros sistemas operativos. Pero esta estrategia va contra los instintos corporativos normales. El caso de Apple resulta de nuevo instructivo. Cuando las cosas empezaron a ponerse feas para Apple, debieron haber llevado su sistema operativo a un hardware barato. Pero no lo hicieron. Por el contrario, trataron de hacer que su brillante hardware diera lo más posible de sí, añadiendo nuevas posibilidades y expandiendo la línea de productos. Pero esto sólo tuvo el efecto de hacer su sistema operativo más dependiente de esas características especiales del hardware, lo cual al final resulta peor para ellos.
Igualmente, cuando la posición de Microsoft en el mundo de los sistemas operativos se vea amenazada, sus instintos corporativos les dirán que apilen más posibilidades en sus sistemas operativos, y luego reconfiguren sus aplicaciones de software para explotar esas posibilidades especiales. Pero esto sólo tendrá el efecto de hacer que sus aplicaciones dependan de un sistema oeprativo con una cuota de mercado decreciente, y al final será peor para ellos.
El mercado de los sistemas operativos es una trampa letal, un pozo de brea, una ciénaga. Sólo hay dos motivos para invertir en Apple y en Microsoft.
1. Cada una de estas compañías está en lo que llamaríamos una relación de codependencia con sus clientes. Los clientes Quieren Creer, y Apple y Microsoft saben cómo darles lo que quieren.
2. Cada ompañía trabaja muy duro para añadir nuevas posibilidades a sus sistemas operativos, lo cual tiene el efecto de asegurar la lealtad de sus clientes, al menos durante un tiempo.
En consecuencia, la mayor parte del resto de este ensayo tratará sobre estos dos temas.

La Tecnosfera

Unix es el único sistema operativo que queda cuyo GUI (un montón de código llamado el X Windows System) está separado del sistema operativo en el antiguo sentido del término. Es decir, que puedes ejecutar Unix en puro modo de línea de comandos si quieres, sin ventanas, iconos, ratones, etc., y seguirá siendo Unix y capaz de hacer todo lo que se supone que hace Unix. Pero los demás sistemas operativos: MacOS, la familia Windows y BeOS, tienen sus GUIs enmarañados con las anticuadas funciones del sistema operativo en tal grado que tienen que ejecutarse en modo GUI o no se ejecutan verdaderamente. Así que ya no es posible pensar en los GUIs como en algo distinto del sistema operativo; ahora forman una parte inalienable de los sistemas operativos a los que pertenecen - y son, con mucho, la parte mayor mayor, más cara y difícil de crear.
Sólo hay dos modos de vender un producto: precio y propiedades. Cuando los sistemas operativos son gratuitos, las compañías de sistemas operativos no pueden competir mediante el precio, así que compiten mediante las propiedades. Esto significa que siempre tratan de superarse unos a otros escribiendo código que, hasta hace poco, no se consideraba parte de un sistema operativo en absoluto: cosas como los GUIs. Esto explica en gran medida el comportamiento de estas compañías.
Explica por qué Microsoft añadió un explorador a su sistema operativo, por ejemplo. Resulta fácil obtener navegadores gratuitos, igual que sistemas operativos gratuitos. Si los navegadores son gratuitos y los sistemas operativos son gratuitos, pareciera que no hay modo de hacer dinero con los navegadores ni con los sistemas operativos. Pero si puedes integrar un navegador en un sistema operativo y así llenar ambos de nuevas propiedades, ya tienes un producto vendible.
Dejando a un lado, de momento, el hecho de que esto cabrea de verdad a los abogados anti-trust del gobierno, esta estrategia tiene sentido. Al menos, tiene sentido si se asume (como parece hacer la dirección de Microsoft) que el sistema operativo ha de ser protegido a cualquier precio. La verdadera cuestión es si cada moda tecnológica nueva que aparezca ha de usarse como muleta para sostener la posición dominante del sistema operativo. Al enfrentarse al fenómeno de la Red, Microsoft tuvo que desarrollar un navegador de red realmente bueno, y lo hicieron. Pero entonces tuvieron que elegir: podían hacer que ese navegador funcionara en múltiples sistemas operativos, lo cual daría a Microsoft una posición fuerte en el mundo de Internet con independencia de lo que le pasara a la cuota de mercado de su sistema operativo. O podían integrar el navegador con el sistema operativo, apostando a que esto haría que su sistema operativo pareciera tan moderno y atractivo que ayudaría a conservar su dominio en ese mercado. El problema es que cuando la posición del sistema operativo de Windows empiece a venirse abajo (y dado que actualmente es de cerca del noventa por ciento, no puede sino descender) arrastrará todo tras de sí.
En la la clase de geología del instituto probablemente les enseñaran que toda la vida sobre la tierra existe en una delgada capa llamada biosfera, que existe entre miles de kilómetros de roca muerta por debajo, y frío espacio vacío, muerto y radiactivo, por encima. Las compañías que venden sistemas operativos existen en una especie de tecnosfera. Por debajo está la tecnología que ya es gratuita. Por encima está la tecnología que todavía ha de ser desarrollada, o que es demasiado desquiciada y especulativa para ser productizada de momento. Como la biosfera de la Tierra, la tecnosfera es muy fina comparada con lo que tiene por encima y por debajo.
Pero se mueve mucho más rápido. En diversas partes del mundo, es posible visitar ricas capas fósiles en las que hay esqueletos apilados, los más recientes encima y los más antiguos debajo. En teoría, todos se remontan a los primeros organismos monocelulares. Y si usan su imaginación un poco, se darán cuenta de que, si se queda ahí el tiempo suficiente, también quedará fosilizado, y con el tiempo algún organismo más avanzado quedará fosilizado encima suyo.
El registro fósil - el Pozo de La Brea - de la tecnología software es Internet. Cualquier cosa que aparezca allí se puede tomar de forma gratuita (posiblemente ilegal, pero gratuita). Los ejecutivos de compañías como Microsoft tienen que acostumbrarse a la experiencia - impensable en otras industrias - de invertir millones de dólares en el desarrollo de nuevas tecnologías, tales como navegadores de red, y luego ver cómo aparece el mismo software, o un software equivalente, dos años, un año, o incluso unos pocos meses después.
Al seguir desarrollando nuevas tecnologías y añadiendo posibilidades a sus productos, pueden mantenerse un paso por delante del proceso de fosilización, pero algunos días deben de sentirse como mamuts atrapados en La Brea, usando todas sus energías para salir adelante, una y otra vez, escapando de la pegajosa brea caliente que quiere cubrirles y engullirles.
La supervivencia en esta biosfera requiere colmillos fuertes y pies que puedan pisotear en un extremo de la organización, y Microsoft es famosa por tenerlos. Pero pisotear a los otros mamuts en la brea sólo puede mantenerte vivo cierto tiempo. El peligro es que, con su obsesión por mantenerse fuera de las capas fósiles, estas compañías olviden lo que hay por encima de la biosfera: el ámbito de la nueva tecnología. En otras palabras, deben seguir con sus armas primitivas y bastos instintos competitivos, pero también han de desarrollar cerebros potentes. Esto parece ser lo que está haciendo Microsoft con su departamento de investigación, que contrata a personas inteligentes por doquier. (Y aquí debo mencionar que aunque conozco y me relaciono con varias personas del departamento de investigación de esa compañía, nunca hablamos de negocios, y no tengo ni idea de qué demonios están haciendo. He aprendido mucho más sobre Microsoft usando el sistema operativo Linux de lo que habría aprendido usando Windows).
Da igual cómo hiciera antes dinero Microsoft; hoy en día, hace dinero gracias a una especie de arbitraje temporal. Arbitraje en el sentido habitual, significa hacer dinero aprovechándose de las diferencias en los precios de algo en diferentes mercados. En otras palabras, es espacial y se basa sobre el hecho de que el árbitro sabe por qué tecnologías pagará dinero la gente el año que viene, y cuánto tardarán esas tecnologías en volverse gratuitas. Lo que el arbitraje espacial y temporal tienen en común es que ambos pivotan sobre la información extremadamente bueno del árbitro; información sobre las gradientes de precios en un momento dado en un caso, sobre las gradientes de precios a lo largo del tiempo en un lugar dado en el otro.
Así que Apple/Microsoft ofrecen nuevas posibilidades a sus usuarios casi a diario, con la esperanza de que un flujo constante de genuinas innovaciones técnicas, combinadas con el fenómeno del "quiero creer" impedirá que sus clientes miren al otro lado de la carretera, hacia los sistemas operativos, mejores y más baratos, que tienen disponibles. La cuestión es si esto tiene sentido a largo plazo. Si Microsoft es adicta a los sistemas operativos como Apple lo es al hardware, entonces se apostarán la camisa por sus sistemas operativos, y vincularán todas sus nuevas aplicaciones y sistemas operativos a ellos. Su supervivencia dependerá entonces de estas dos cosas: añadir más posibilidades a sus sistemas operativos de tal modo que sus clientes no se pasen a las alternativas más baratas, y mantener la imagen que, de algún modo misteriosos, les da a estos clientes la sensación de que obtienen algo a cambio de su dinero.
Éste último es un fenómeno cultural verdaderamente extraño e interesante.

La cultura del interfaz

Hace unos años entré en una tienda en algún lugar y me encontré con la siguiente escena: cerca de la entrada había una pareja joven frente a un gran mostrador de cosméticos. El hombre sostenía estólidamente una cesta de la compra en las manos mientras su compañera arramblaba con productos de maquillaje del mostrador y los apilaba en la cesta. Desde entonces siempre he pensado en ese hombre como la personificación de una interesante tendencia humana: no sólo no nos ofenden las imágenes manufacturadas sino que nos gustan. Prácticamente insistimos en ello. Estamos ansiosos por ser cómplices de nuestro propio engaño: por pagar dinero por el pase a un parque temático, votar a un tipo que obviamente no está mintiendo, o permanecer de pie sosteniendo la cesta que se llena de maquillaje.
Hace poco estuve en Disney World, específicamente en la parte llamada el Reino Mágico, caminando por Main Street USA. Ésta es la perfecta pequeña ciudad victoriana y cuca que lleva al castillo Disney. Había mucha gente; nos abríamos camino más que caminábamos. Justo delante mío había un hombre con una videocámara. Era una de esas nuevas videocámaras en las que en vez de mirar por un visor contemplar una pantalla plana en color del tamaño de un naipe, que televisa en directo loquequiera que la cámara esté grabando. Sostenía el aparato cerca de la cara, de tal modo que le tapaba la vista. En vez de ir a ver una pequeña ciudad de verdad gratis, había pagado dinero por ver una falsa, y en vez de verla a simple vista estaba contemplándola por televisión.
Y en vez de quedarme en casa y leer un libro, yo le estaba mirando a él.
La preferencia de los estadounidenses por las experiencias mediadas resulta bastante obvia, y no voy a dar la murga con ello. Ni siquiera voy a hacer comentarios desdeñosos acerca de ello - después de todo, yo estaba en Disney World como cliente de pago. Pero claramente está relacionado con el colosal éxito de los GUIs, así que tengo que hablar algo acerca de ello. A los de la Disney se le dan las experiencias mediadas mejor que a nadie. Si entendieran qué son los sistemas operativos, y por qué los usa la gente, aplastarían a Microsoft en uno o dos años.
En la sección de Disney World llamada el Reino Animal hay una nueva atracción, que se supone abrirá en marzo de 1999, llamada el Viaje por la Jungla del Maharajá. Lo habían abierto como anticipo cuando yo estuve allí. Es una reproducción completa, piedra por piedra, de una hipotética ruina en las junglas de la India. Según decían, fue construida por un rajá local en el siglo XVI como reserva de caza. Él iba allí con sus principescos huéspedes a cazar tigres de Bengala. Con el paso del tiempo, quedó abandonada y la ocuparon los tigres y los monos; finalmente, en torno a la época de la independencia de la India, se convirtió en una reserva natural del gobierno, ahora abierto a los visitantes.
El lugar se parece más a lo que he descrito que ningún edificio real

Escrito por Parafrenia a las 09:20 PM | Comentarios (0)

La Arquitectura del Silencio - Una reflexión ontológica del hábitat

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Escrito por: Arq. Carlos Alberto Artusa
Contacto: artusacarlos@hotmail.com

La construcción moderna esta ahora tan condicionada universalmente por el perfeccionamiento de la tecnología, que la posibilidad de crear formas significativas se ha hecho en extremo limitada.

Resulta evidente que los hilos que mueven y movieron a la arquitectura en los últimos tiempos esta planteado por la dicotomía entre generada tan solo por la producción en si misma, y lo que Frampton denomina , un maquillaje para comercialización y el mantenimiento del control social.

Planteo el termino dicotomía, por la idea de una desproporcionalidad del control general sobre las formas y la significación de la obra arquitectónica.

Esto viene a plantear lo que Umberto Eco había a empezado a tratar en su libro "La estructura ausente".

Umberto Eco dice "que el objeto arquitectónico puede denotar la función o connotar otras cosas. . . desde esta perspectiva la calificación de "función" se extiende a todas las finalidades comunicativas de un objeto, dado que en la vida asociativa las connotaciones "simbólicas" del objeto útil no son menos útiles que sus detonaciones funcionales. Resulta evidente que las connotaciones simbólicas se consideran funcionales no solamente en sentido metafórico, sino también porque comunican una utilidad social del objeto que no se identifica inmediatamente con la función en sentido estricto."

Un ejemplo de esto puede ser el edificio construido por Renzo Piano y R. Rogers el Pompidou de París (1977), un alarde de alta tecnología que recuerdan mas a las refinerías alejado quizás de la función para la cual se llevo a cabo, debiéndose construir superficies suficientes para la exposición de las obras.

Es el planteo que hace Eco en cuanto a los conceptos de lo "connotado" y "denotado":

"Existen en el transcurso del tiempo oscilaciones de los objetos en cuanto a sus funciones primarias (la que se denota) y funciones secundarias (las que connotan). . . este juego de oscilaciones entre estructuras y acontecimientos, entre configuraciones físicamente estables y el juego variable de los acontecimientos que les confieren significados nuevos.

El fenómeno que denominamos consumo de las formas, olvido de sus valores estéticos, se basa en este mecanismo" .

"En cambio hoy, la dinámica constante del descubrimiento y de la revitalizacion se produce en superficies y no llega a alterar el sistema cultural de base; por ello, la carrera de descubrimientos se configura como una simple retórica convencionalizada que de hecho nos remite siempre a la ideología estable del mercado libre de valores pasados y presentes.

Nuestra época no es solamente la época del olvido, es la época de la recuperación; pero la recuperación, en un movimiento de sístole y diástole de recuperación y de repudio, no revoluciona las bases de nuestra cultura " .

De ninguna manera pretendo criticar la obra, el uso de la alta tecnología, sino, por el contrario debe existir una definición contundente con respecto al fin de la arquitectura, que debe ser el hombre; "no fue hecho el hombre para el sábado, sino el sábado para el hombre" dice el evangelio, a lo que nosotros decimos que la arquitectura debe estar siempre al servicio del hombre, y el correcto funcionamiento para ser utilizado por el hombre.

Pero no abogamos solamente por una reduccionismo funcionalista, ya esta critica era expresada por los hermanos Smithson y Aldo van Eyck, en la IX CIAM, en 1953, donde se produce el cisma que llevaría a la creación de Team X. En esa ocasión se cuestionaban las cuatro categorías funcionalistas de Le Corbusier: vivienda, trabajo, diversión y circulación. Se planteaban la idea de identidad ("la pertenencia es una necesidad emocional básica") la idea de lugar (encabezada por van Eyck y la idea de "una forma de lugar"). Atacando la abstracción alienante de la arquitectura moderna en sus mismas raíces, incorporando conceptos antropológicos. En 1959 decían:

"El ser humano es esencialmente el mismo siempre y en todo lugar. Tiene las mismas capacidad mental aunque la use de manera diferente según su origen social y cultural, y según el particular modo de vida del que resulte formar parte. Los arquitectos modernos han insistido continuamente en lo distinta que es nuestra época hasta el punto de que incluso ellos han perdido el contacto con lo que no es distinto, con lo que es siempre esencialmente igual."

Se trata en ese momento y ahora de lidiar con esa transición simbólica entre interior –exterior, casa-ciudad, sistema universal-regionalismo. Van Eyck describía esta coyuntura como un vacío cultural dejado por la perdida de lo vernáculo.

Es aquí donde entra la idea del regionalismo critico, de culturas regionales o nacionales que deben constituirse, como manifestaciones localmente conjugadas de la cultura mundial.

Lo define claramente Paul Ricoeur cuando dice: "que el mantenimiento de cualquier clase de cultura autentica en el futuro dependerá en ultima instancia de nuestra capacidad para generar formas de cultura regional llenas de vitalidad al tiempo que se incorporan influencias ajenas, tanto en el terreno de la cultura como en el de la civilización."

La arquitectura es siempre un promotor de estímulos, se reconoce en el estimulo la posibilidad de realizar la función.

Es entonces donde el uso de la arquitectura no solamente son las funciones posibles, sino sobre todo los significados vinculados a ellas, que me predispone para el uso función.

De esta manera la función denotada, puede a la vez connotar un referente simbólico.

"El objeto arquitectónico -nos dice Eco- no es en modo alguno un estimulo preparatorio que sustituye a un objeto estimulante, a falta de éste, sino que es pura y simplemente el objeto estimulante. Sin por eso dejar de lado la diferencia entre "seniosi" y "astanza", según la cual existen realidades estéticas que no se puede reducir a la significación y se han de considerar según su presencia." .

"No se pueden establecer momentos de información intensa si no se apoyan en bandas de redundancias. . en caso contrario, el objeto arquitectónico ya no es objeto funcional y se convierte en obra de arte, es decir, en forma ambigua que puede ser interpretada a la luz de códigos distintos" .

La vanguardia de principios de siglo fue el ultimo intento de acoplarse de manera armónica, tanto sociológica como antropológicamente, aunque también y de manera preponderante artísticamente. Es pues la emergencia de la vanguardia inseparable de la modernización tanto de la arquitectura como de la sociedad.

Así de esta manera podemos decir que la intención del movimiento moderno fue un momento de necesidad de la sociedad pero nunca quiso ser un recetario absoluto de la arquitectura, seria equivocado pensar en un concepto de totalidad acabada, como dice Marc Augé"Las culturas "trabajan" como la madera verde y no constituyen nunca totalidades acabadas (por razones intrínsecas y extrínsecas); y los individuos, por simples que se los imagine, no lo son nunca lo bastante como para no situarse con respecto al orden que les asigna un lugar: no expresan la totalidad sino bajo un cierto ángulo." .

De ser estandarte de una intelligentzia defensiva, de una intelectualidad comprometida, las artes y la arquitectura han seguido un proceso de caída helicoidal, hacia el pasatiempo o como dice Frampton "hacia la mercancía".

Distintos movimientos y arquitectos fueron adhiriendo a la idea de asimilación y reinterpretacion, como Jørn Utzon, sobre todo en la iglesia de Bagsvaerd, combinando el modular prefabricado del exterior y las bóvedas de hormigón in situ, la aplicación de una normativa internacional y la creación en un emplazamiento singular.

Adosado a eso nos encontramos con la intencionalidad de la revitalizacion de formas olvidadas reinterpretadas y la secularización de la significación de las formas utilizadas.

Otro ejemplo puede ser el Grupo R, fundado por Sostre y Bohigas, que en sus definiciones confirmaron que la verdadera cultura moderna es un híbrido, de universalidad y regionalismo.

Un ejemplo son las viviendas en el paseo de Bonanova en Barcelona de 1973.

Otro ejemplo salido de Barcelona puede ser el de Coderch, y sus construcciones en ladrillo, material típico de la zona y la influencia Neoplasticista de Mies. El bloque de viviendas para pescadores en la Barceloneta en Barcelona (1951), es un típico icono de la maniobravilidad del ladrillo y la infusión del movimiento moderno.

El portugués Alvaro Siza, es otro de los que supieron administrar la dosis suficiente de "lo de acá y lo de allá". Influido por Aalto, ha basado su arquitectura en la topografía lugareña, en el paisaje urbano, en el respeto por los materiales del lugar, la incidencia de la luz. Ejemplo de esto es la casa Beires en Póvoa do Varzim (1977).

De la misma manera Barragan, implemento en México una obra atrapada en la tierra, acomodada en el lugar de su emplazamiento, pero incomoda para ser trasladada, pues fue pensada para ese sitio y no para otra. El infinito, el horizonte que se percibe es mexicano. Y no podía ser de otra manera.

El regionalismo se planteo también y de distintas maneras en otros sitios de América, como en Argentina de la mano de Amancio Williams y la casa puente, Clorindo Testa y el Banco de Londres, Horacio Baliero y el Centro Parque Industrial OKS en Pilar, Acosta y sus estudios sobre el clima y la incidencia solar.

Oscar Niemeyer en Brasil y sus armoniosas siluetas miméticas en su casa en Río de Janeiro, sus edificios públicos.

Quizás quien mejor definió la labor del regionalismo critico fue Harwell Hamilton Harris, que en 1945 decía citado por Frampton:

"Al regionalismo de la restricción se opone otro tipo de regionalismo de la liberación. Éste es la manifestación de una región que sintoniza especialmente con el pensamiento surgido de la época. Calificamos a esta manifestación de sólo porque aún no ha surgido en otro sitio. El mérito de esta región consiste en ser más consciente y más libre de lo habitual. Su virtud es que su manifestación tiene significación para el mundo exterior a ella."

Son muchos los arquitectos que se sumaron a una visión regionalista, como Scarpa en Venecia, con la galería Querini (1963), Aris Kosntantinidis en Atenas y su edificio de viviendas en la calle Benki (1975), Alberto Sartoris en Ticino, Italia y la Iglesia Lourtier(1932).

Mario Botta en la casa en San Vitale (1973), y su preocupación por lo que el llamaba . También un ejemplo de compromiso regionalista esta en la obra de Tadao Ando y su concepto de , que hablaba de "enclaves vallados en virtud de los cuales el ser humano es capaz de recobrar y conservar algunos vestigios de su anterior intimidad con la naturaleza y la cultura misma."

El regionalismo critico:


Toma distancia de la modernización como un fin en si mismo, sin dejar de valorar aspectos progresistas del movimiento moderno.

Pone mayor énfasis en el emplazamiento que en la obra arquitectónica como un hecho aislado.

Valora factores de condicionamiento impuesto por el lugar, no como limites de fin, sino como de comienzo de un espacio a crear, delimitados por estos. (luz-topografia-materiales-clima)

Tomara elementos vernáculos y los reinterpretara como elementos disyuntivos dentro de la totalidad.

La creación de una cultura universal basada en lo regional.

Este conflicto planteado por las culturas regionales y la civilización mundial, es unos de los temas centrales que encara el sociólogo Alain Tourine en su libro "¿Podremos vivir juntos?. El destino del hombre en la aldea global."

Dice Tourine con respecto al avasallamiento del sistema mundial "En lugar de que nuestras pequeñas sociedades se fundan poco a poco en una vasta sociedad mundial, vemos deshacerse ante nuestros ojos los conjuntos a la vez político y territoriales, sociales y culturales, que llamábamos sociedades, civilizaciones o simplemente países. Vemos cómo se separan, por un lado, el universo objetivado de los signos de la globalizacion y, por el otro, conjuntos de valores, de expresiones culturales, de lugares de la memoria que ya no cosntituyen sociedades en la medida en que quedan privados de su actividad instrumental, en lo sucesivo globalizada, y que, por lo tanto, se cierran sobre sí mismos dando cada vez más prioridad a los valores sobre las técnicas, a las tradiciones sobre las innovaciones." .

La idea de pertenencia antes planteada, se ve debilitada "Somos a la vez de aquí y de todas partes, es decir, de ninguna. Se debilitaron los vínculos.", y continua "Esta idea afirma que el único lugar donde puede efectuarse la combinación de la instrumentalidad y la identidad, de lo técnico y lo simbólico, es el proyecto de vida personal, para que la existencia no se reduzca a una experiencia caleidoscópica, a un conjunto discontinuo de respuestas a los estímulos del entorno social." .

Y se pone en coincidencia con P. Ricoeur, cuando afirma "El sujeto es una afirmación de libertad contra el poder de los estrategas y sus aparatos, contra el de los dictadores comunitarios."

La arquitectura contemporánea y su relación con la cultura del mundo, pasa por una resistencia pasiva, en cuanto a la preocupación por crear lugares y no espacios o escenografías.

"Hoy la arquitectura sólo puede mantenerse como una practica sí adopta una posición de retaguardia, es decir, si se distancia igualmente del mito de progreso de la Ilustración y de un impulso irreal y reaccionario a regresar a las formas arquitectónicas del pasado preinductrial. Una retaguardia critica tiene que separarse tanto del perfeccionamiento de la tecnología avanzada como de la omnipresente tendencia a regresar a un historicismo nostálgico o lo volublemente decorativo" .

Frampton usa el termino de retaguardia como un repelente a los populismos o a los regionalismos sentimentales.

Resulta claro que el regionalismo critico depende en gran medida de una alto nivel de autoconciencia critica.

En un libro llamado "Rivadavia y el imperialismo financiero", el historiador José María Rosa, define el sentido nacional y la actitud que debe tener una verdadera valorazion de lo nacional, que en este caso viene a ejemplificar la idea de un regionalismo autentico:

"Se odia lo que no se comprende y los extranjerizados odian la patria de los nacionalistas como éstos la de aquellos. Hay sus graduaciones: odian los más débiles, porque odiar es propio de impotentes; los fuertes no puede decirse que odian sino que ignoran. " .

Criticar solo por la critica misma, reaccionar de manera extrema, negando lo de afuera, es sentirse débil, y la debilidad no ayuda a crear, sino mas bien paraliza.

Por que si reaccionamos a modo de "ortodoxia", caemos en el fundamentalismo, y como lo aclaro muy bien Marc Augé, en su conferencia dada en la Feria del Libro de 1998, "los fundamentalismos que reaccionan contra la globalizacion capitalista y la Occidentalizacion, terminan haciendo lo mismo, imponer de cualquier medio sus conceptos como verdades absolutas, de aplicación universal".

El regionalismo critico tiene que ser la manifestación de una región que esta específicamente en armonía con el pensamiento emergente de la época.

Pero a pesar de la respuesta que en muchos lugares tuvo la idea de regionalismo, se empezó a percibir una sensibilidad del espacio y nuevas teorizaciones, en cuanto, no ya a la reinterpretacion, sino, que se pone en juego la idea de espacio mismo, en cuanto a la relación con el lugar.

Peter Eisenman, desarrolló la teoría de "atopía", como negación de relación con el lugar, Rem Koolhaas y el caos de los flujos urbanos, o las de I. Solá-Morales.

Eisenman, da el puntapié inicial con sus ejercicios antihmanistas de escalas variables, una manera de subvertir cualquier idea antropomórfica o la dimensión cívica. La idea de capas superpuestas, de diferentes retículas, ejes, escalas y contornos, sin ninguna relación con el contexto, un ejemplo claro de esto puede ser el centro Wexner de artes visuales, en Ohio (1989), o las viviendas de la Friedrichstrasse de Berlín (1986).

Estas estratagemas desconstructivistas, tuvieron arquitectos utilitarios, como Frank Gehry, o Daniel Libeskind y el mismo Koolhaas, y su proyecto para la terminal del transbordador, en Zeerbrugge (1990).

No existe inocencia arquitectónica ("El razonamiento arquitectónico se disfruta con desatención.), cada forma inserta condiciona las relaciones, dirige acontecimientos, ("El discurso arquitectónico es psicológico: con dulce violencia (aunque no lo advierta) soy llevado a seguir las instrucciones del arquitecto, el cual no sólo significa funciones, sino que las promueve y las induce (en el mismo sentido en que hablamos de persuasión encubierta, de inducción psicológica, de estimulación erótica" ), maneja proximidades, significados ("El mensaje arquitectónico oscila entre un máximo coercitivo (tienes que vivir así) y un máximo de irresponsabilidad (puedes utilizar esta forma como quieras ).

En un ensayo J.M. Montaner dice "Los lugares ya no se interpretan como recipientes existenciales permanentes, sino que son entendidos como intensos focos de acontecimientos, como concentraciones de dinamicidad, como caudales de flujos de circulación, como escenarios de hechos efímeros, como cruces de caminos, como momentos energéticos." .

Esta concepción de fugacidad de los momentos y de los lugares, habla a las claras de todo un momento sociológico y antropológico, de la sociedad actual, una sociedad de consumo, pasatista, ociosa, lo que el epistemólogo rumano Rudie Stronghford denomino "la era de una sociedad epidérmica", como dice el psiquiatra Enrique Rojas en su libro "El hombre ligth" " una cultura ligth".

Como dice Montaner "Son siempre espacios relacionados con el transporte rápido, el consumo y el ocio que se contraponen al concepto de lugar de las culturas basadas en una tradición etnológicas localizada en el tiempo y en el espacio, radicadas en la identidad cultural y lugar, en la noción de permanencia y unidad." .

Obviamente es el planteo hecho por Martin Heidegger en su ensayo .

"Los espacios y con ellos "el" espacio ya está siempre creado en la estadía de los mortales. Los espacios se abren cuando se les da cabida en el habitar del hombre."

"Construir es propiamente habitar

El habitar es la manera como los mortales están en la tierra.

El construir como habitar se transforma en el construir que cultiva, o sea el crecimiento, y en el construir que erige edificios..

Pero sólo aquello que es en sí mismo un lugar puede crear espacio para una estancia. Antes del puente (un hecho constructivo) no existe todavía el lugar. Por ende, no es que primero llegue el puente a elevarse en un lugar, sino que recién a partir del puente mismo surge un lugar.

Un espacio es espacio creado, algo liberado, o sea, dentro de un límite. El límite no es aquello donde algo termina, sino, como ya lo reconocieran los griegos, el límite es aquello desde lo cual algo comienza su ser. Espacio es en esencia espacio creado, lo que tiene cabida en su límite"

Los espacios reciben su ser de los lugares y no "del" espacio.

"El ser del construir es el habitar" .

La idea de la aparición del lugar a partir de espacio-ser-lugar, es la oposición que encuentra 45 años después Marc Auge y su concepto de "no-lugar", sin olvidar los estudios de Michael de Certau y sus nociones de lugar y espacio.

En es el ensayo "Los . Espacios del anonimato", Marc Augé dice "Si un lugar puede definirse como lugar de identidad, relacional e histórico, un espacio que no puede definirse ni como espacio de identidad ni como relacional ni como histórico, definirá un < no lugar>.", y mas adelante agrega "la sobremodernidad es productora de no lugares, es decir, de espacios que no son lugares antropológicos y que, contrariamente a la modernidad baudeliriana, no integran los lugares antiguos: ." .

En uno de sus poemas Spinetta nos dice "Ningún lugar de hecho es bueno, cuando nadie esta".

Es aquí donde me animo a hablar de una toma de conciencia a la arquitectura del presente, un llamado al estudio profundo de lo que se construye y diseña. Me atrevería a decir una confluencia de disciplinas, como la semiótica (de manera de analizar lo que la arquitectura denota y connota, positivamente o negativamente) la antropología, en cuanto a la arquitectura como la que concreta la relación del hombre con el espacio. Un tema de centralidad que hoy se ve reflejado en los megaedificios contemporáneos (los shopping, los museos institucionales como el museo de Bilbao, los mega-centros culturales) remite un análisis que ha llevado a cabo Augé ". . . la superabundancia espacial del presente. Esta concepción del espacio se expresa, como hemos visto, en los cambios en escala, en la multiplicación de las referencias imaginadas e imaginarias y en la espectacular aceleración de los medios de transporte y conduce concretamente a modificaciones físicas considerables: concentraciones urbanas, traslados de poblaciones y multiplicación de lo que llamaríamos los , por oposición al concepto sociológico de lugar, asociado con la cultura localizada en el tiempo y en el espacio. Los no lugares son tanto las instalaciones necesarias para la circulación acelerada de personas y bienes (vías rápidas, empalmes de rutas, aeropuertos) como los medios de transporte mismos o los grandes centros comerciales, o también los campos de tránsito prolongado donde se estacionan los refugiados del planeta. .

"La organización del espacio y la constitución de lugares son, en el interior de un mismo grupo social, una de las prácticas colectivas e individuales..

Entonces, define como a la aparición del hombre, el momento en donde el lugar es espacio creado, "El espacio, es un , < un cruce de elementos en movimientos>: los caminantes son los que transforman en espacio la calle geométricamente definida como lugar por el urbanismo." .

Pero en los lugares, el humano no genera acontecimientos, sino, que se hace presente a partir de ellos, "El pasajero de los no lugares sólo encuentra su identidad en el control aduanero, en el peaje o en la caja registradora. El espacio del no lugar no crea ni identidad singular ni relación, sino soledad y similitud."

Y fundamentalmente tomando las palabras de Rafael Gambra en este caso el "Sentida de la Arquitectura", esa totalidad, eso que esta mas allá de la arquitectura, de los ladrillos, de la estructura, de la relación antropológica.

En el "El silencio de Dios", Rafael Gambra habla justamente de lo que de alguna manera ata al hombre con las cosas del mundo, con su lugar, de "el sentido de las cosas", "El hombre que no siente ya con la ciudad, mide su éxito por el dinero que recibe, y festeja siempre la desaparición de vínculos, temores y deberes, esto es: lo que el llama su libertad." . Ese incipiente desaparición de vínculos en el sistema mundial como dice Alan Tourine "No solo hay que aceptar esta ruptura, nos dicen, sino acelerarla y vivirla como una liberación." .

Volvemos a Gambra "Pierde, sin embargo, el bien más profundo, aquello que constituye propiamente su existencia de hombre: el lazo misterioso y cordial con las cosas del mundo, por lo que éstas se hacen valiosas para él y otorgan arraigo y sentido a su vida. El empobrecimiento de la personalidad, la trivializaron de los deseos y la masificación humana son sus consecuencias visibles."

No es nada mas ni nada menos que el sentido del espacio y del tiempo, el "sentido de la arquitectura".

Fundar la morada, construir un refugio para los primitivos padres de la humanidad, significo, la demarcación del tiempo y del espacio. Y disfrutar del lugar a partir de códigos definidos sintetizado en una frase de Leopoldo Marechal extraída de un ensayo sobre estética "Descenso y Ascenso del Alma por la belleza" que creo resume en gran parte el trabajo desarrollado:

"No se sabe si goza porque conoce o conoce porque goza"

A manera de reflexión final:

"Morada de los hombres ¿ quien te fundara sobre la razón? ¿ Quién será capaz, según la lógica de construirte? Existes y no existes. Eres y no eres. Estas hecha de materiales dispares; pero es preciso inventarte para descubrirte. Igual que aquel que destruyo su casa con la pretensión de conocerla posee solo un montón de piedras, de ladrillos y tejas, y no sabe que servicio esperar de ese montón de ladrillos, de piedras y tejas, pues le falta la invención que los domina el Alma y el corazón del Arquitecto. Porque faltan a la piedra el Alma y el corazón del hombre.

Pero como las únicas razones son las del ladrillo, la piedra y la teja y no las del Alma o del corazón que las dominan, por su poder las transforma en silencio, y como el Alma y el corazón escapan a las reglas de la lógica y a las leyes de los números, entonces, Yo apareceré con mi arbitrariedad. Yo el arquitecto. Yo, que poseo un alma y un corazón. Yo único que posee el poder de cambiar la piedra en silencio. Llego y amaso esta pasta que es solo materia, según la imagen que solo me llega de Dios y fuera de las vías de la lógica. Yo construyo mi civilización, prendado del gusto que tendrá, como otros construyen sus poemas y la inflexión de la frase y cambian la palabra, sin estar obligados a justificar la inflexión y le cambio, prendados del gusto que tendrán, y que conocen en el corazón."

Bibliografía:

Umberto Eco

"La Estructura Ausente. Introducción a la Semiótica" (Editorial Lumen, Barcelona, 1999)

Marc Augé

"Los «no lugares». Espacios del anonimato. (Una antropología de la sobremodernidad)" (Editorial Gedisa, Barcelona, 1996

Rafael Gambra

"El silencio de Dios" (Librería Huemul, Buenos Aires, 1981)

Kenneth Frampton

"Historia critica de la arquitectura moderna" (Editorial Gustavo Gili, Barcelona, 1998)

Rodriguez, Rossi, Salgarelli, Zimbone

"Arquitectura como semiótica" (Ediciones Nueva Visión, Bs. As, 1977)

Martin Heidegger

"Construir, habitar, pensar" (Alción Editora, Argentina, 1997)

José Maria Rosa

"Rivadavia y el Imperialismo Financiero" (Peña Lillo Editor, Argentina, 1974)

Leopoldo Marechal

"Descenso y Ascenso del Alma por la belleza" (Ediciones Vórtice, Argentina, 1994)

Joseep María Montaner

"Espacio y antiespacio, lugar y no-lugar en la arquitectura moderna"

Articulo:

Kenneth Frampton

"Hacia un regionalismo critico: Seis puntos para una arquitectura de resistencia"

Escrito por Parafrenia a las 08:34 PM | Comentarios (0)

Otro iluminado...

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Foto tomada por: Adolfo Chouhy

"Es una ciudad fantasma poblada de trucos"

Definicion de film por Marshall Mcluhan

Escrito por Parafrenia a las 06:23 PM | Comentarios (0)

Sobremodernidad. Del mundo de hoy al mundo de mañana.

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Escrito por: Marc Augé

Partiremos, si les parece bien, de la constatación de dos paradojas.
La primera nos concierne a todos. Continuamente escuchamos hablar de globalización, de uniformización, hasta de homogeneización; y de hecho la interdependencia de los mercados, la rapidez, cada día más acelerada, de los medios de transporte, la inmediatez de las comunicaciones por teléfono, fax, correo electrónico, la velocidad de la información y también en el ámbito cultural, la omnipresencia de las mismas imágenes, o, en el ámbito ecológico, la llamada de atención sobre el alza de la temperatura de la tierra o la capa de ozono, nos pueden dar la impre-sión de que el planeta se ha vuelto nuestro punto de referencia en común.
Esta planetarización puede, según los ámbitos que afecte y la opinión de los observadores, parecer como algo bueno, un mal menor o un horror, pero es, de to-dos modos, un hecho. Por un lado, sin embargo, vemos multiplicarse las reivindicaciones de identidad local con formas y a escalas muy diferentes entre unas y otras: el más pequeño de nuestros pueblos ilumina su iglesia del siglo XVI y exalta sus especialidades (Thiers, capital de la cuchillería, Janzé, cuna del pollo de gran-ja); o bien los idiomas regionales recobran su importancia. En Europa y en otras partes del mundo los nacionalismos renacen o se vuelven a inventar. Los resurgimientos religiosos se fundan en un pasado recuperado o reconstruido (la religión maya, el movimiento de la mexicanidad en América Central, el neochamanismo en Corea del Sur). Los integrismos se generan, con más o menor vigor, en el seno de religiones basadas en textos sagrados. Estas reivindicaciones de singularidad a me-nudo están en relación (en relación antagonista) con la mundialización del mercado y tal vez asistimos hoy en día, en Rusia, en América Latina o en Asia, a fenómenos que no son signos exclusivos de lógicas monetarias, bursátiles o incluso económicas. Aquí, otra vez, las opiniones pueden diferir, pero para el conjunto, cada uno puede constatar felizmente que el mundo no está definitivamente bajo el signo de la uniformidad y a la vez inquietarse ante los desórdenes y las violencias que genera la locura identitaria.
La segunda paradoja me resulta más personal. O más bien tiene que ver con la disciplina a la cual pertenezco. Los etnólogos son por tradición especialistas en sociedades lejanas y exóticas para la mirada occidental, o especialistas en los sectores más arcaicos de las sociedades modernas. Entonces pues, legítimamente nos podemos preguntar si están mejor situados para estudiar las complejidades del mundo actual, si su terreno de investigación no se está reduciendo, desapareciendo. No lo creo; creo incluso lo contrario. Y es quizá al justificar esta afirmación paradójica que podré contribuir a explicitar la gran paradoja, la que nos concierne a todos, la paradoja del mundo contemporáneo, a la vez unificado y dividido, uni-formizado y diverso, ala vez (ya volveré a estos términos) desencantado y reencantado.
Mi argumento principal será que los cambios acelerados del mundo actual (pero también sus lentitudes y sus cargas) constituyen un desafío para el enfoque etnológico, pero un desafío que no lo toma del todo de improviso, por razones que quisiera señalar brevemente antes de llegar al tema principal del debate. El método etnológico no tiene como objetivo final el individuo (como el de los psicólogos), ni de la colectividad (como el de los sociólogos), pero sí la relación que permite pasar del uno al otro. Las relaciones (relaciones de parentesco, relaciones económicas, relaciones de poder) deben ser, en un conjunto cultural dado, concebibles y gestionables. Concebibles ya que tienen una cierta evidencia a los ojos de los que se reconocen en una misma colectividad; en este sentido son simbólicas (se dice por ejemplo que la bandera simboliza la patria, pero la simboliza sólo si un cierto nú-mero de individuos se reconocen en ella o a través de ella, si reconocen en ella el nexo que los une: es ese nexo lo que es simbólico). Gestionables porque toman cuerpo en instituciones que las ejecutan (la familia, el Estado, la Iglesia y muchas otras a distintas escalas).
La observación antropológica siempre está contextualizada. La observación y el estudio de un grupo sólo tienen sentido en un contexto dado y además se puede comentar la pertinencia de tal o tal contexto: jefatura, reino, etnia, área cultural, red de intercambios económicos, etcétera. Ahora bien, hoy en día, incluso en los grupos más aislados, el contexto, a fin de cuentas, siempre es planetario. Ese contexto está presente en la conciencia de todos, interfiere desigual pero en todas partes de manera sensible con las configuraciones locales, lo cual modifica las condiciones de observación.
Es al análisis de este cambio al cual les invito ahora. Lo podemos localizar, me parece, a partir de tres movimientos complementarios:

· El paso de la modernidad a lo que llamaré la sobremodernidad.
· El paso de los lugares a lo que llamaré los no-lugares.
· El paso de lo real a lo virtual.

Estos tres movimientos no son, propiamente dicho, distintos unos de los otros. Pero privilegian puntos de vistas diferentes; el primero pone énfasis en el tiempo, el segundo en el espacio y el tercero en la imagen. Baudelaire, al principio de sus Tableaux parisiens [Retratos parisinos] evoca París como un ejemplo de ciudad moderna. El poeta, acodado a su ventana mira

"...el taller que canta y que charla;
Los tubos, los campanarios, estos mástiles de la ciudad,
Y los grandes cielos que hacen soñar con la eternidad."

Los tubos son las chimeneas de las fábricas.

Jean Starobinski hizo notar que es esta acumulación, la adición de las distintas temporalidades lo que configura a la modernidad del lugar. Este ideal de acu-mulación corresponde a un cierto deseo de escribir o de leer el tiempo en el espacio: el tiempo pasado que no borra del todo el tiempo presente, y el tiempo futuro que ya se perfila. Benjamín, lo sabemos, veía en la arquitectura de los pasajes parisinos, una prefiguración de la ciudad del siglo XX. En resumen, por acumulación, esa imagen del espacio corresponde a una progresión, a una imagen del tiempo como progreso.
Max Weber, para evocar la modernidad, hablará del desencanto del mundo. La modernidad en términos de desencanto puede definirse por tres características: la desaparición de los mitos de origen, de los mitos de fundación, de todos los sistemas de creencia que buscan el sentido del presente de la sociedad en su pasado; la desaparición de todas las representaciones y creencias que, vinculadas a esta pre-sencia [prégnance] del pasado, hacían depender la existencia e incluso la definición del individuo de su entorno; el hombre del Siglo de las Luces es el individuo dueño de sí mismo, a quien la Razón corta sus lazos supersticiosos con los dioses, con el terruño, con su familia, es el individuo que afronta el porvenir y se niega a interpretar el presente en términos de magia y de brujería. Pero la modernidad es también la aparición de nuevos mitos que no son más, esta vez, mitos del pasado pero si mitos del futuro, escatológicos, utopías sociales que traen del porvenir (la sociedad sin clase, un futuro prometedor) el sentido del presente. Este movimiento de substitución de los mitos del pasado por los del futuro está analizado minuciosa-mente por Vincent Descombes en su libro Philosophie par gros temps (1984).
He aquí el progreso tal y como se concebía, digamos, hasta los años cincuenta, concepción evidentemente sostenida por las conquistas de la ciencia y de la técnica y, en el mundo accidental, por la certeza que con el final de la segunda guerra mundial las fuerzas del bien habían vencido definitivamente a las fuerzas del mal.
Pero esta idea de progreso, directamente surgida de los siglos XVIII y XIX, se va descomponiendo en la segunda mitad del siglo XX. Las evidencias de la historia y las desilusiones de la actualidad llegarán a lo que podríamos llamar un se-gundo desencanto del mundo, que se manifiesta en tres versiones a la vez contrastadas y complementarias.
En la primera versión, constatamos que los mitos del futuro, ellos también, eran ilusiones. El fracaso político, económico y moral de los países comunistas autoriza una lectura retrospectiva y pesimista de la historia del siglo y desacredita a las teorías que pretenden extrapolar el futuro. El filósofo Jean-Francois Lyotard se refirió al tema como el "fin de los grandes relatos".
La segunda versión es más triunfalista. Corresponde al primer término de la paradoja que evocaba al principio. Es el tema de la "aldea global", según el término de Macluhan, una aldea global atravesada por una misma red económica en donde se habla el mismo idioma, el inglés, y dentro de la cual la gente se comunica fácilmente gracias al desarrollo de la tecnología. Más recientemente, este tema consi-guió una traducción política con la noción de "fin de la historia" desarrollada por el americano Fukuyama. Este no sostiene, evidentemente, que la historia de eventos esté acabada, ni que todos los países hayan llegado al mismo estado de desarrollo, sino que afirma que el acuerdo es general en cuanto a la fórmula que asocia la economía de mercado y la democracia representativa para un mayor bienestar de la humanidad. Esta combinación es presentada en cierto modo como indiscutible, y si marca el fin de la historia, para Fukuyama, es porque él identifica la historia con lo que tradicionalmente se denomina la historia de las ideas.
Sin discutir la filosofía que sostiene esta teoría, podemos no obstante cons-tatar que desde su primera formulación, condenaba a pensar la historia actual de una gran parte del planeta como signos de excepción o de retraso. En el plano cul-tural, los antropólogos americanos de la corriente postmodernista hicieron observar a contrario que hoy en día asistimos a una multiplicidad de reivindicaciones culturales singulares, al despliegue de un verdadero patchwork mundial en el que cada pedazo está ocupado por una etnia o un grupo específico. Y de hecho, en el continente americano, para hacer solamente referencia a éste, las reivindicaciones de las poblaciones amerindias, a menudo en un gran estado de pobreza, pasan por la afir-mación de su propia cultura y de su propia historia, incluso en el caso de Chiapas y de muchas otras regiones de América Central y del Sur, cuando recurren, episódi-camente o de manera continuada, a la violencia armada.
La antropología llamada postmodernista propone una ideología de la frag-mentación (el mundo es diverso y no hay más que decir). Sin duda infravalora los estereotipos que relativizan la originalidad de las reivindicaciones culturales parti-culares y su integración en el sistema de la comunidad mundial (Chiapas es conoci-da hoy en día por la opinión pública mundial ya que su animador, el subcoman-dante Marcos, domina la utilización de los medios de comunicación y del cyberes-pacio). La antropología postmoderna tiene por lo menos el mérito de mostrar, en el ámbito cultural, los límites de las teorías de la uniformización. Pero al quedarse sólo en el plano cultural, tal vez indebidamente separada del resto, descuida todas las manipulaciones políticas, todas las violencias integristas u otras que constituyen a su manera un rechazo a la aldea global liberal, y, además, también proclama un cierto final de la historia: el fin, por la fragmentación dentro de la polifonía cultural, del movimiento que daba un sentido, una dirección, a esta historia.
Los teóricos de la uniformización, como los de la polifonía postmoderna, toman nota de hechos reales pero hacen mal, me parece, en inscribir sus análisis bajo el signo del fin o de la muerte ¾fin de la historia, para unos, fin de la modernidad, para otros, fin de las ideologías para todos.
Tal vez sea al revés, y hoy en día suframos de un exceso de modernidad; más exactamente, y al hacer abstracción de todo juicio de valor, quizá podamos ser inducidos a pensar que la paradoja del mundo contemporáneo es signo no de un fin o de una difuminación, pero sí de una multiplicación y de una aceleración de los factores constitutivos de la modernidad, de una sobredeterminación en el sentido de Freud, y después de él de Althusser, término que utilizaron para designar los efectos imprevisibles y difíciles de analizar de una superabundancia de causas.

La noción de sobremodernidad

Neologismo por neologismo, les propondré por mi parte el término de sobremodernidad para intentar pensar conjuntamente los dos términos de nuestra paradoja inicial, la coexistencia de las corrientes de uniformización y de los particularismos. La situación sobremoderna amplía y diversifica el movimiento de la modernidad; es signo de una lógica del exceso y, por mi parte, estaría tentado a mesurarla a partir de tres excesos: el exceso de información, el exceso de imágenes y el exceso de individualismo, por lo demás, cada uno de estos excesos está vinculado a los otros dos.
El exceso de información nos da la sensación de que la historia se acelera. Cada día somos informados de lo que pasa en los cuatro rincones del mundo. Naturalmente esta información siempre es parcial y quizá tendenciosa: pero, junto a la evidencia de que un acontecimiento lejano puede tener consecuencias para nosotros, nos refuerza cada día el sentimiento de estar dentro de la historia, o más exactamente, de tenerla pisándonos los talones, para volver a ser alcanzados por ella durante el noticiero de las ocho o durante las noticias de la mañana.
El corolario a esta superabundancia de información es evidentemente nuestra capacidad de olvidar, necesaria sin duda para nuestra salud y para evitar los efectos de saturación que hasta los ordenadores conocen, pero que da como resultado un ritmo sincopado a la historia. Tal acontecimiento que había llamado nuestra atención durante algunos días, desaparece de repente de nuestras pantallas, luego de nuestras memorias, hasta el día que resurge de golpe por razones que se nos esca-pan un poco y que se nos exponen rápidamente. Un cierto número de acontecimientos tiene así una existencia eclíptica ,olvidados, familiares y sorprendentes a la vez, tal como la guerra del Golfo, la crisis irlandesa, los atentados en el país vasco o las matanzas en Argelia. No sabemos muy bien por donde vamos, pero vamos y cada vez más rápido.
La velocidad de los medios de transporte y el desarrollo de las tecnologías de comunicación nos dan la sensación que el planeta se encoge. La aparición del cyberespacio marca la prioridad del tiempo sobre el espacio. Estamos en la edad de la inmediatez y de lo instantáneo. La comunicación se produce a la velocidad de la luz. Así, pues, nuestro dominio del tiempo reduce nuestro espacio. Nuestro "pequeño mundo" basta apenas para la expansión de las grandes empresas económicas, y el planeta se convierte de forma relativamente natural en un desafío de todos los intentos "imperiales".
El urbanista y filósofo Paul Virilio, en muchos de sus libros, se preocupó por las amenazas que podían pesar sobre la democracia, en razón de la ubicuidad y la instantaneidad con las que se caracteriza el cyberespacio. Él sugiere que algunas grandes ciudades internacionales, algunas grandes empresas interconectadas, dentro de poco, podrán decidir el porvenir del mundo. Sin necesariamente llevar tan lejos el pesimismo, podemos ser sensibles al hecho de que en el ámbito político también los episodios locales son presentados cada vez más como asuntos "internos", que eventualmente competen al "derecho de injerencia". Queda claro que el estrecha-miento del planeta (consecuencia del desarrollo de los medios de transporte, de las comunicaciones y de la industria espacial) hace cada día más creíble (y a los ojos de los más poderosos más seductora) la idea de un gobierno mundial. El Mundo Diplomático del mes pasado comentaba, bajo la pluma, por cierto muy crítica de un profesor americano de la universidad de San Diego, las perspectivas para el siglo que viene trazadas por David Rothkopf, director del gabinete de consultorías de Henri Kissinger. Las palabras de David Rothkopf en el diario Foreign Policy hablan por sí mismas:
"Compete al interés económico y político de los Estado Unidos el vigilar que si el mundo opta por un idioma único, éste sea el inglés; que si se orienta hacía normas comunes tratándose de comunicación, de seguridad o de calidad, sean bajo las normas americanas; que si las distintas partes se unen a través de la televisión, la radio y la música, sean con programas americanos; y que, si se elaboran valores comunes, estos sean valores en los cuales los americanos se reconozcan".
En realidad, no hay aquí nada de extraordinario ya que las tentaciones imperiales no fechan de hoy ni incluso de ayer, pero el hecho notable es que el dominio imaginado ahora es planetario y que los medios de comunicación constituyen su arma principal.
Ahora bien, el tercer término por el cual podríamos definir la sobremoderni-dad consiste en la individualización pasiva, muy distinta del individualismo con-quistador del ideal moderno: una individualización de consumidores cuya aparición tiene que ver sin ninguna duda con el desarrollo de los medios de comunicación. Durkheim, a principios de este siglo, lamentaba ya la debilitación de lo que llamaba los "cuerpos intermediarios": englobaba bajo este término las instituciones mediadoras y creadoras de lo que llamaríamos hoy en día el "nexo social", tales como la escuela, los sindicatos, la familia, etcétera. Una observación del mismo tipo podría ser formulada con más insistencia hoy, pero sin duda podríamos precisar que son los medios de comunicación los que sustituyen a las mediaciones institucionales.
La relación con los medios de comunicación puede generar una forma de pasividad en la medida en que expone cotidianamente a los individuos al espectáculo de una actualidad que se les escapa; una forma de soledad en la medida en que los invita a la navegación solitaria y en la cual toda telecomunicación abstrae la relación con el otro, sustituyendo con el sonido o la imagen, el cuerpo a cuerpo y el cara a cara; en fin, una forma de ilusión en la medida que deja al criterio de cada uno el elaborar puntos de vista, opiniones en general bastante inducidas, pero percibidas como personales.
Por supuesto, no estoy describiendo aquí una fatalidad, una regla ineluctable, pero sí un conjunto de riesgos, de tentaciones e incluso de tendencias. Tiempo atrás, la prensa escribió sobre una parte de la juventud japonesa, la cual, a través de los medios de comunicación, llegaba hasta el aislamiento absoluto. Despolitizados, poco informados sobre la historia del Japón, naturalmente opuestos a la bomba atómica y tentados a huir en el mundo virtual, los otaku (es así como los llaman) se quedan en su casa entre su televisor, sus vídeos y sus ordenadores, dedicándose a una pasión monomaníaca con un fondo de música incesante. Un informe americano muy fundamentado dio a conocer recientemente el sentimiento de soledad que invade a la mayoría de los internautas.
En cuanto a la individualización de los destinos o de los itinerarios, y a la ilusión de libre elección individual que a veces la acompaña, éstas se desarrollan a partir del momento en el que se debilitan las cosmologías, las ideologías y las obli-gaciones intelectuales con las que están vinculadas: el mercado ideológico se equi-para entonces a un selfservice, en el cual cada individuo puede aprovisionarse con piezas sueltas para ensamblar su propia cosmología y tener la sensación de pensar por sí mismo.
Pasividad, soledad e individualización se vuelven a encontrar también en la expansión que conocen ciertos movimientos religiosos que supuestamente desarrollan la meditación individual; o incluso en ciertos movimientos sectarios. Significativamente, me parece, las sectas pueden definirse por su doble fracaso de socialización: en ruptura con la sociedad dentro de la cual se encuentran (lo que basta para distinguirlas de otros movimientos religiosos), fracasan también a la hora de crear una socialización interna, ya que la adhesión fascinada por un gurú la reemplaza y se revela a menudo incapaz de asegurar de forma duradera en la reunión de algunos individuos ¾o más bien la agregación que toma la apariencia de reunión, un mínimum de cohesión. El suicidio colectivo, desde esta perspectiva, es una salida pre-visible: el individuo que rechaza el nexo social, la relación con el otro, ya está simbólicamente muerto.

Los no-lugares

Paso ahora al segundo movimiento anunciado, paralelo al primero, el paso de los lugares a los no-lugares.
Para la antropología, el lugar es un espacio fuertemente simbolizado, es decir, que es un espacio en el cual podemos leer en parte o en su totalidad la identidad de los que lo ocupan, las relaciones que mantienen y la historia que comparten. Tenemos todos una idea, una intuición o un recuerdo del lugar entendido de esta manera. Es, por ejemplo, el recuerdo del pueblo familiar donde pasábamos las vaca-ciones o también un recuerdo literario. Pienso en Combray (Combray-Iliers) de Proust y en el conocimiento que Francoise, la sirvienta de la familia del narrador, tiene de todos sus habitantes: después de una minuciosa observación de los espa-cios prácticamente asignados a cada uno en el espacio aldeano, y hasta en la iglesia, ella le da un sentido al más ínfimo desplazamiento de cualquiera. El lugar, en este sentido, para usar una expresión del filósofo Vincente Descombes en su libro sobre Proust, es también un "territorio retórico", es decir, un espacio en donde cada uno se reconoce en el idioma del otro, y hasta en los silencios: en donde nos entendemos con medias palabras. Es, en resumen, un universo de reconocimiento, donde cada uno conoce su sitio y el de los otros, un conjunto de puntos de referencias espaciales, sociales e históricos: todos los que se reconocen en ellos tienen algo en común, comparten algo, independientemente de la desigualdad de sus respectivas situaciones. La vida, la vida individual, no es necesariamente fácil en un lugar tal; tiene sentido pero carece de libertad, y por eso se concibe que en distintos países y en distintas épocas el paso de la aldea a la ciudad haya podido ser vivido como una liberación.
Los antropólogos estudiaron tales lugares. "Desde la aparición del lenguaje, escribió L.S., hizo falta que el universo significara". Hizo falta, en otros términos, reconocerse en el universo antes de conocer algo, ordenar y simbolizar el espacio y el tiempo para dominar las relaciones humanas. Entre paréntesis, y a pesar de los progresos fantásticos de la ciencia, este diálogo entre sentido y conocimiento, entre simbolismo y saber no está a punto de desaparecer, ya que las relaciones entre hu-manos no pueden depender enteramente de la ciencia o del saber. Así, pues, los antropólogos estudiaron, en las sociedades que llamamos tradicionales, cómo la iden-tidad, las relaciones sociales y la historia se inscribían en el espacio.
En África, como en Asia, en Oceanía o en América, ni la distribución de las aldeas ni las pautas de residencia, ni tampoco las fronteras entre lo profano y lo sagrado están dejadas al azar. No nacemos dondequiera, no vivimos en cualquier lugar (y hemos inventado palabras sabias para referirnos a la residencia en casa del padre, de la madre, del tío, del marido o de la mujer: patrilocalidad, matrilocalidad, avuncolocalidad, virilocalidad o uxorilocalidad). Incluso las poblaciones nómadas tienen una relación muy codificada con el espacio. Así, los Tuaregs no sólo tienen, naturalmente, itinerarios fijos y señalizados sino que también, en cada una de sus paradas, las tiendas de campaña son distribuidas en un orden determinado. Esta preocupación por dar sentido al espacio en términos sociales puede también aplicarse a la casa. Jean-Pierre Vernant nos ha recordado que los griegos de la época clásica distinguían el hogar, centro de la morada y asiento femenino de Hestía, del umbral espacio de Hermes, zona masculina y abierta al exterior. El cuerpo mismo en algunas culturas está considerado como un receptáculo de ciertas presencias an-cestrales y se divide (es el caso en ciertas culturas del Sur de Togo y de Benin) en zonas, objeto de curas especiales o de ofrendas específicas.
Así, al definir el lugar como un espacio en donde se pueden leer la identidad, la relación y la historia, propuse llamar no-lugares a los espacios donde esta lectura no era posible. Estos espacios, cada día más numerosos, son:
· Los espacios de circulación: autopistas, áreas de servicios en las gasolineras, aeropuertos, vías aéreas...
· Los espacios de consumo: super e hypermercados, cadenas hoteleras
· Los espacios de la comunicación: pantallas, cables, ondas con apariencia a veces inmateriales.
Podemos pensar, por lo menos en un primer nivel de análisis, que estos nuevos espacios no son lugares donde se inscriben relaciones sociales duraderas. Sería, por ejemplo, muy difícil hacer un análisis en términos durkheimianos de una sala de espera de Roissy: salvo excepción, por suerte siempre posible, los individuos se mueven sin relacionarse, ni negociar nada, pero obedecen a un cierto número de pautas y de códigos que les permiten guiarse, cada uno por su lado. En la autopista, sólo veo del que me adelanta un perfil impasible, una mirada paralela, y luego cuando lo tengo delante el pequeño intermitente rojo que encendió casi sin pensarlo.
Estos no-lugares se yuxtaponen, se encajan y por eso tienden a parecerse: los aeropuertos se parecen a los supermercados, miramos la televisión en los aviones, escuchamos las noticias llenando el depósito de nuestro coche en las gasolineras que se parecen, cada vez más, también a los supermercados. Mi tarjeta de crédito me proporciona puntos que puedo convertir en billetes de avión, etcétera. En la so-ledad de los no-lugares puedo sentirme un instante liberado del peso de las relaciones, en el caso de haber olvidado el teléfono móvil. Este paréntesis tiene un per-fume de inocencia (en francés se puede jugar con la palabra "no-lugares"), pero no nos imaginamos que pueda prolongarse más allá de unas horas. La versión negra de los no-lugares serían los espacios de tránsito donde nos eternizamos, los campos de refugiados, todos estos campos de fortuna que reciben una asistencia humanitaria, y donde los lugares intentan recomponerse.
Los no-lugares, entonces, tienen una existencia empírica y algunos geógra-fos, demógrafos, urbanistas o arquitectos describen la extensión urbana actual co-mo suscitando espacios que, si se retiene la definición que propuse, son verdaderos no-lugares. Hervé Le Bras, en su libro La planète au village [El planeta en la aldea], destaca que vivimos una era de extensión urbana tan desarrollada que hace estallar los límites de la antigua ciudad: un tejido más o menos desorganizado se despliega a lo largo de las vías de comunicación, de los ríos y de las costas. Habla en este contexto de "filamentos urbanos" y toma como ejemplo a la red urbana que se extiende sin interrupción de Manchester a la llanura del Pô, y a la cual los geó-grafos dieron el nombre de "banana azul" para describir la dispersión tan peculiar que se ve en las fotografías tomadas de noche por los satélites. Augustin Berque, en su libro Du geste à la cité [Del gesto a la ciudad], demostró como la ciudad de To-kio perdió su inscripción en el paisaje mientras desaparecían también sus lugares de sociabilidad interna. Hasta hace poco, uno de los elementos del gran paisaje (el Monte Fuji o el mar) se percibía siempre desde cualquier calle. Pero la construc-ción de grandes edificios suprimió estos puntos de vista. Por otro lado, las últimas callejuelas o callejones sin salida que creaban lugares de encuentro, de intercambio y de charlas, alrededor de los talleres y de los colmados, desaparecían bajo el efecto de la misma transformación.
El arquitecto Rem Koolhass propuso la expresión de "ciudad genérica" para designar el modelo uniforme de las ciudades que se encuentran hoy en día por do-quier en el planeta. La ciudad genérica, escribe él, "es lo que queda una vez que unos vastos lienzos de vida urbana hayan pasado por el cyberespacio. Un lugar donde las sensaciones fuertes están embotadas y difusas, las emociones enrareci-das, un lugar discreto y misterioso como un vasto espacio iluminado por una lám-para de cabecera". Y añade: "...el aeropuerto es hoy día uno de los elementos que caracteriza más distintivamente a la Ciudad Genérica [...] Es, por otra parte, un im-perativo, ya que el aeropuerto es más o menos todo lo que un individuo medio tienen la oportunidad de conocer de la mayoría de las ciudades [...] el aeropuerto es un condensado a la vez de lo hiperlocal y de lo hipermundial: hipermundial porque propone mercancías que ni se encuentran en la ciudad, hiperlocal porque en él se proporcionan productos que no existen en ninguna otra parte".
Es necesario aclarar que la oposición entre lugares y no-lugares es relativa. Varía según los momentos, las funciones y los usos. Según los momentos: un esta-dio, un monumento histórico, un parque, ciertos barrios de París no tienen ni el mismo cariz, ni el mismo significado de día o de noche, en las horas de apertura y cuando están casi desiertos. Es obvio. Pero observamos también que los espacios construidos con una finalidad concreta pueden ver sus funciones cambiadas o adaptadas. Algunos grandes centros comerciales de las periferias urbanas, por ejemplo, se han convertido en puntos de encuentro para los jóvenes que han sido atraídos, sin duda, por los tipos de productos que se pueden ver (televisión, ordena-dores, etcétera, que son el medio de acceso actual al vasto mundo); pero, más aún, empujados por la fuerza de la costumbre y la necesidad de volver a encontrase en un lugar en donde se reconocen. Finalmente, está claro que es también el uso lo que hace el lugar o el no-lugar: el viajero de paso no tiene la misma relación con el es-pacio del aeropuerto que el empleado que trabaja allí cada día, que encuentra a sus colegas y pasa en él una parte importante de su vida.
La definición del espacio está, en consecuencia, en función de los que viven en él. En una tesis que dio lugar a un libro, Coeur de Banlieue [Corazón de subur-bio], uno de mis antiguos estudiantes describió cómo en Courneuve, en la ciudad de los 4000, los más jóvenes (entre 10 y 16 años) constituían bandas que se apropia-ban del territorio de su ciudad, lo defendían eventualmente contra otras bandas y hacían cumplir a los nuevos miembros unos ritos iniciáticos que siempre estaban relacionados con el dominio lúdico y simbólico del lugar. En este caso deberíamos hablar, más bien, de superlocalización. En la televisión, en directo, hasta vimos a adultos llorar delante del espectáculo del derrumbamiento de las "barras" (grandes edificios de los suburbios), en las cuales habían vivido. Si bien estos grandes gru-pos de vivienda podían parecer deplorables a los observadores foráneos, para otros habían sido, mal que bien, un lugar de vida.
La superlocalización puede ser vinculada a fenómenos de exclusión o de marginación. Sabemos que los jóvenes de los suburbios "se precipitan" sobre París el sábado por la noche, y más precisamente a ciertos barrios ¾la Bastille, le Fo-rum des Halles, Les Champs Elysées, que, sin duda, les parecen condensar la quintaesencia del "espectáculo" urbano y donde tienen la oportunidad de ver, y eventualmente, de experimentar los aparatos que dan acceso al mundo de la infor-mación y de la imagen. Tal vez vamos hoy en día a ver de los escaparates de las tiendas de televisores y de ordenadores como íbamos antes, en mi pueblo bretón, a la orilla del mar para soñar con partidas y viajes. El "fuera del lugar" de una ciudad, la capital, de la cual sólo son captados por definición sus reflejos, sería la contra-partida del "super-lugar" de la metrópoli.
Al hablar del espacio estamos naturalmente inducidos a hablar de la mirada, no sin identificar, a este respecto, un peligro, un riesgo. Toda superlocalización conlleva el peligro de ignorar a los otros, los del exterior inmediato, de desimbolizar, en este sentido, la relación social, y, más aún, de obviarla por tener sólo acceso, a través de las imágenes, aun mundo soñado o fantaseado. Lejos de reservar este riesgo sólo a nuestros suburbios, pienso que es el riesgo de todos en distintos gra-dos. Pero la aparición en algunos continentes de barrios privados, hasta ciudades privadas, y en todas las grandes ciudades del mundo de edificios superprotegidos con sus puentes levadizos electrónicos, demuestra que para muchos, lo que llama-mos la planetarización, corresponde a un intento contradictorio, y en ciertos aspec-tos un poco irrisorio, de conciliar el repliegue del cuerpo al abrigo de fronteras estrechas y el vagabundeo de la mirada a través de las imágenes del mundo o el mun-do de las imágenes: ¿no es, después de todo, la actitud del que se duerme en el hue-co de su cama para soñar con lo vivido el día anterior?

De lo real a lo virtual

Alcanzamos aquí, me parece, el punto central de nuestro tema. Más allá de nuestros interrogantes en cuanto a las mutaciones del tiempo y del espacio, se trata de la re-lación que mantenemos con lo real, concebido él mismo como problemático, ya que nos atrevemos a hablar del paso de lo real a lo virtual.
En primer lugar dos precisiones:
El término "virtual" se utiliza hoy en día de manera poco clara. Las imágenes llamadas virtuales no lo son en calidad de imágenes. Por esta razón, son eminentemente actuales, y algunas realidades que representan son, además, también actuales. Al contrario, todas las ficciones a las cuales dan forma, todos los "mundos" que representan (como en los video-juegos) no son forzosamente "virtuales" si no tienen ninguna oportunidad, ninguna posibilidad de hacerse "actuales" o de realizarse, mientras no sean realidades "en potencia" (pensamos aquí en la definición del Li-ttré. Virtual: "Que resulta sólo en potencia y sin efecto actual"). En cambio, lo que es virtual, y podría ser una amenaza, es el efecto de la fascinación absoluta, de devolución reciproca de la imagen a la mirada y de la mirada a la imagen que el desa-rrollo de las tecnologías de la imagen puede generar.
En este punto, una segunda precisión tal vez sea necesaria. No tengo ninguna intención de disertar contra la imagen y las tecnologías de la comunicación (esto no tendría sentido). Subrayar los peligros que comportan la alienación progresiva a una tecnología, las confusiones inducidas por el peso de la pereza y de la costumbre, intentar reconocer la fuerza y los efectos de la ilusión, es más bien recordar que la imagen, por más sofisticada que pueda ser, sólo es una imagen, es decir, un me-dio de ilustración, a veces de exploración, a menudo de comunicación o también de distracción. Marx decía que las relaciones con la naturaleza correspondían en última instancia a relaciones entre los hombres; podríamos más evidentemente, y con más razón, decir lo mismo de las relaciones con las imágenes.
Quisiera entonces enumerar rápidamente todas las ambigüedades de nuestra relación con la imagen antes de sugerir en qué condiciones puede no ser un obstá-culo a la libre construcción de nuestras identidades individuales y colectivas. Por-que es aquí, creo yo, donde radica el desafío esencial de nuestro futuro.
La imagen recibida o percibida, sobretodo la que difunden nuestros televiso-res, tiene varias características.
·Iguala acontecimientos: millones de muertos en Afganistán; nuevo fracaso del París Saint-Germain.
·Iguala personas: las figuras de la política, las estrellas del espectáculo, del deporte y de la televisión misma, pero también las muñecas y otros títeres que se pegan a la piel de los que caricaturizan, o incluso los personajes ficticios de algunos culebrones que nos parecen más reales que los actores. Esta igualación no es ino-cente en la medida que dibuja los contornos de un nuevo Olimpo, cercano pero inaccesible como un espejismo del que reconocemos los héroes y los dioses sin realmente conocerlos.
·Hace incierta la distinción entre lo real y la ficción. Los acontecimientos están concebidos y escenificados para ser vistos en la televisión. Lo que veíamos de la guerra del Golfo tenía la apariencia de un video juego. El desembarco a Somalia se hizo a la hora anunciada, como cualquier otro espectáculo, delante de centenares de periodistas. Si la vida política internacional, hoy día, a menudo tiene aspectos de "culebrón" es sin duda, ante todo, porque debe ser llevada a la pantalla, por múlti-ples razones, en las cuales intervienen tanto los cálculos tácticos de los actores co-mo las expectativas o costumbres de los espectadores.
Las mediaciones políticas están sometidas así al ejercicio mediático. Algunos ven en la televisión de hoy el equivalente del ágora griega, pero quizá infravaloran la pasividad que conlleva la definición del ciudadano como espectador.
Otro efecto deletéreo de la poderosa presencia [prégnance] de la imagen, bien podría ser equiparado con lo que, a propósito de otras drogas livianas, llama-mos adicción. La adicción a la imagen aísla al individuo y le propone simulacros del prójimo. Más estoy en la imagen, menos invierto en la actividad de negociación con el prójimo que es en la reciprocidad, constitutiva de mi identidad. La relación simbólica de la que hablaba al principio, y que en todas las sociedades es a la vez objeto y desafío de la actividad ritual, implica esta doble actividad de reconoci-miento del prójimo y de la reconstrucción de sí mismo.
Las imágenes, en esta actividad eminentemente social, pueden tener un papel decisivo, un papel mediador, por eso se utilizaron en las empresas de conquista y de colonización cuya historia nos proporciona muchos ejemplos. Así las órdenes mendicantes, y luego los jesuitas, para convertir a los indios de México empezaron a sustituir sus imágenes, las de una tradición azteca muy rica en este ámbito, por las del barroco cristiano y castellano. Esta "guerra de imágenes", para tomar el ti-tulo del libro del especialista en historia de México Serge Gruzinski, duró siglos, y aún hoy en día no está del todo acabada cuando desde hace algunos años el evan-gelismo protestante de origen norteamericano empieza, no sin éxito, a erradicar to-da referencia a las imágenes católicas o paganas, y conduce, con menos ruido, a una nueva guerra de religión que se extiende a todos los continentes, sobretodo con pantallas superpuestas, porque, si bien denuncian la imaginería católica o los fetiches paganos, los evangelistas no odian ni el espectáculo, ni la pantalla.
El hecho nuevo hoy en día, y aquí radica el problema, es que a menudo la imagen ya no representa un papel de mediación con el otro, pero sí se identifica con él. La pantalla no es un mediador entre yo y los que me presenta. No crea reci-procidad entre ellos y yo. Los veo pero ellos no me ven. Esta mediación naturalmente puede existir en otra parte; puedo tener un nexo familiar, político, amistoso o intelectual con los que veo en la pantalla. La molestia empieza cuando el simulacro se instala, cuando la ficción hace las veces de real, cuando todo pasa como si no hubiera otra realidad que la de la imagen.
Ahora bien, este fenómeno de sustitución de la realidad por la imagen, que inicialmente suponía representar o ilustrarla, es muy generalizado hoy en día, y to-maré, para acabar, un ejemplo de ello que no es directamente o estrictamente ni político ni mediático. El mundo es recorrido hoy en día por flujos de población que esencialmente van en sentidos contrarios: los inmigrantes a los que sus dificultades económicas precipitan hacía un mundo occidental, que tienden a mitificar; los turistas, con el ojo pegado a sus cámaras y encandilados, recorren los países que a menudo son aquellos de donde parten los inmigrantes. No es cierto que, recorrien-do el mundo, fotografiándolo y filmándolo, no encontremos esencialmente en nuestros viajes, como en el famoso albergue español, lo que nosotros mismos ha-bíamos llevado allí: imágenes y sueños.
Poco tiempo atrás, Disney Corporation ganó un concurso organizado por el ayuntamiento y el Estado de Nueva York para la edificación de un hostal, un centro comercial y de ocio en Times Square, así como la remodelación del barrio. Lo que más destaca en el proyecto de los arquitectos de Disney es que instala el mundo de Superman, con su arquitectura caótica y atravesada por rayos galácticos, en el cora-zón de la ciudad, como componente normal de ella. Algunos periodistas notaron que el nuevo Times Square era fiel a la estética de los centros de ocio ya instalados en Estados Unidos. Fuera de los debates sofisticados sobre el sentido de la obra, el efecto Disney se toma en serio y se constituye en autoreferencia para el futuro. Se riza así el rizo: de un estado en el cual la ficción se nutría de la transformación imaginaria de lo real, hemos pasado a un estado en el cual lo real se esfuerza en reproducir la ficción. Bajo este diluvio de imágenes, ¿queda aún sitio para la imaginación?
Hay que concluir, y tal vez matizar o corregir, el sentimiento de pesimismo un poco distante que pueda advertirse en mis palabras. No me siento, propiamente dicho, ni distante ni pesimista; quisiera convencerlos formulando dos observacio-nes y contándoles una anécdota.
La primera observación es que la sociología real, o si lo preferimos, la socie-dad real, es más compleja que los modelos que intentan dar cuenta de ella.
Digamos que en la realidad concreta, los elementos que justifican o dirigen la elaboración de modelos interpretativos no se excluyen sino que se sobreañaden. En la realidad, tal como la podemos observar concretamente, nunca hubo desencanto del mundo, nunca hubo muerte del Hombre, fin de grandes relatos o fin de la histo-ria, pero hubo evoluciones, inflexiones, cambios y nuevas ideas, a la vez que reflejos y motores de cambios. No se debe confundir la historia de las ideas ni la de las técnicas con la historia a secas. Estemos tranquilos: la historia continúa. Quizá in-cluso, en un sentido (si prestamos atención al hecho de que desde ahora su hori-zonte es el planeta en su totalidad), podamos adelantar que es sólo ahora que co-mienza, que sólo ahora sale de la prehistoria.
Si la realidad de hoy tiene a menudo la apariencia de un espectáculo, de una película o de un show, si podemos tener la sensación de que por la extensión de los espacios de anonimato, de los espacios de la imagen y de la comunicación, la histo-ria condena a muchos humanos a la soledad, y por la globalización de la economía a muchos también (a menudo son los mismos) a la exclusión. Sin embargo, pode-mos sin duda sacar fruto de una lección que autoriza, me parece, la experiencia an-tropológica: el individuo solo es inimaginable y su existencia imposible. Salvo al-gunas excepciones, los humanos no se perderán en el centelleo de los medios de comunicación. Y tanto si se confirma el sentimiento de déficit simbólico, de debili-dad social que nos invade a veces (pero ya Durkheim...), podemos estar seguros de que unas recomposiciones simbólicas y sociales se operarán por vías múltiples e invisibles. Sí, para lo mejor y para lo menos bueno, la historia continúa.
Sin duda la historia de mañana, como ya la de hoy, será recorrida por una doble tensión, entre sentido y ciencia, por un lado, soledad y solidaridad, por el otro. La ciencia, al contrario del mito y de la ideología, no tiene nada para tranqui-lizarnos: avanza desplazando las fronteras de lo desconocido, y está claro que hoy en día resucita vértigos pascalianos al descubrir en la intimidad del individuo la suma de sus determinantes (estamos cartografiando el genoma humano), justo en el momento en el cual la astrofísica vuelve a actualizar la idea de lo infinitamente grande.
No estamos más en la época del totemismo y de los símbolos elementales, en la época donde la naturaleza proporcionaba fácilmente un lenguaje a la organiza-ción de los hombres. Pero hay que vivir, seguir "cultivando nuestro huerto", como decía Voltaire, y para eso afrontar la necesidad de lo social, pensar lo cotidiano a una escala humana, es decir, en algún sitio entre el individuo y lo infinito: no reela-borar lo social.
La historia de ahora en adelante (y es un hecho sin precedentes) será cons-cientemente la del planeta percibido como planeta, como minúsculo elemento de un sistema entre una infinidad de otros sistemas. Pero por esta misma razón, la aventu-ra, mañana, seguirá siendo una aventura identitaria: la relación entre unos y otros será más que nunca un desafío.
Hace algún tiempo tuve la suerte de tratar mucho con un grupo de indios ya-ruro-pumé en la frontera de Venezuela y Colombia. Aislados, casi sin recursos, es-tos indios celebraban casi cada noche una ceremonia, el Tôhé, durante la cual un chamán viaja soñando a la casa de los dioses. Por la mañana cuenta su viaje, que a menudo tiene una meta concreta (pedir la opinión de un dios, recuperar el alma robada de un hombre o de una mujer enfermos, tener noticias de un muerto), y describe el país de los dioses.
Este país es una ciudad donde circulan coches silenciosos entre las altas construcciones iluminadas. En los cruces, la comida y las bebidas son entregadas a discreción. Total, este mundo de dioses es una imagen magnificada de Caracas ¾donde estos pumé nunca han ido, pero de la cual han recolectado algunos ecos o algunas imágenes interrogando a visitantes u hojeando revistas encontradas.
Así, nuestras ciudades han invadido el imaginario de estos indios. Pero son ciudades de ensueños, en su doble sentido. En la realidad, cuando algunos de estos pumé dejan su campamento, paran a las puertas de la ciudad, en las chabolas donde los televisores les proponen, a todas horas, sustitutos a las imágenes de sus sueños, ficciones abandonadas por sus dioses. El sueño y la realidad se degradan conjunta-mente. Las ciudades de los sueños indios no son más reales que los indios de los sueños occidentales y juntos se desvanecen. Pero este doble malentendido demues-tra, a su manera, que nos hemos vuelto todos (trágicamente, desigualmente, pero ineluctablemente) contemporáneos. Es la historia de esta contemporaneidad, rica en esperanzas y cargada de contradicciones, la que hoy empieza.




Escrito por Parafrenia a las 06:01 PM | Comentarios (0)

El Iluminado

CIORAN.jpg

"Se aprende mas en una noche en vela que en un año de sueño. Lo cual equivale a decir que una paliza es mucho mas instructiva que una siesta"

E. M. Cioran. Tomado del libro: Ese maldito yo

Escrito por Parafrenia a las 05:35 PM | Comentarios (0)

Diciembre 11, 2004

Sueño, divertido, sueño...

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Escrito por: Newton

El camino a la universidad solía estar plagado de divertidas singularidades pero nunca como ese dia....
La calle que corría desde mi edificio hasta la parada de autobús mas cercana, estaba llena de robustos y hermosos árboles de 20 mts. De alto, cubriendo toda la calle con sus benefactores brazos formando un túnel vegetal de apariencia fresca a una calle, por demás, común y triste.
Una vez dentro del autobús, el viaje duraba entre 20 y 30 min., durante los cuales el paisaje mostraba calles y avenidas regularmente transitadas, la mayoría de ellas con árboles en todos lados y montañas cubiertas de casas. Era relajante saber que después de tan corto paseo (sazonado con muchas mujeres de bellas y rígidas formas), aquel autobús me dejaba en una de las 5 entradas de la universidad donde cursaba estudios.
Al bajar del autobús, directamente al frente, compraba mis cigarrillos. Luego, cruzaba la calle entre saltos y maniobras...
Los carros sonaban sus cornetas, mientras yo devoraba aquellas lejanas luces del semáforo-adorno...
Una vez franqueada la entrada, ésta abría la perspectiva hacia un amplio pasillo (el cual ya no tomaba porque la facultad quedaba a mi derecha), y para eso tomaba un camino tachonado de pequeños cuadros de cemento, rodeado de un modesto pero acogedor jardín que me llevaba hasta una de las 2 puertas conocidas del edificio...
Solo que esta vez, justo al momento de tomar la desviación que atravesaba el jardín... sentí un fuerte zumbido en mis oídos, y a través de mis lentes oscuros de protección ultra violeta, pude percibir un resplandor inusual a esa hora de la mañana (9:30 am)
Metí la barbilla sobre mi pecho, para evitar aun más el molesto reflejo del sol e incline mi cabeza hacia la derecha, en un intento de sacudirme el resplandor...
El zumbido afortunadamente había empezado a bajar en intensidad. No ha así lo harían las situaciones que estaban por ocurrir...
La plasticidad y posible masticabilidad de los árboles, surtió un efecto que hizo resecar mi boca y garganta, de una manera tal, que enmudecí... Solo la mirada de una linda chica pelirroja, pálida hasta los huesos y venas, logro sacar mis ojos de los árboles y posarlos en sus deliciosas formas; su mirada era inusual y externa, como si estuviera burlándose de la situación, que ya comenzaba a ser extraña. Me hice el desentendido, y tuve la sensación de que estaba solo, que nada mas vería a esa chica, que no encontraría a nadie...

El lobby de la facultad lucia aplastantemente desolador y terriblemente grande. Pensé de manera ingenua que quizás había venido en un mal dia pero... ¡Siempre venia todos los días! Así que, entre desconcertado y perplejo, me senté en uno de los bancos de madera y cemento que adornaban, el ahora indescriptible lobby...
Sentí como si una tropa de gente viniera desde el fondo del ancho pasillo y me puse atento hasta el límite de mis sentidos. No niego que me puse algo contento de pensar que podía ver gente, quizás porque me gustan muchos los tumultos... pero vi con creciente asombro, que lo que había empezado a girar desde una de las esquinas del otro pasillo eran... ¡9 monedas!
¿Qué si giraban, que si tenia patas? Carajo, no lo se... Solo se que hablaban y lo hacían en perfecto castellano. Quede paralizado y mi pierna empezó a temblar cuando,
de alguna manera, adivine que venían en mi dirección...
A mitad de camino entre ellas y yo, se detuvieron en el centro del lobby y abriendo una compuerta (sin dejar de conversar entre ellas desde que las vi venir por el pasillo), una de esas monedas giro sobre si misma y hablo con parsimonia:

- “El que camina en sueños debe tener una respuesta”

No sabia si estaba mirándome o hablando conmigo y como movido por una descarga eléctrica, resueltamente me puse de pie. Una vez más, hablo una de ellas...

- ¿Goa o House?

- ¡Phsycodelic! – dije casi gritando.

Las monedas estallaron en sonoras y cadenciosas carcajadas y me invitaron a bajar con ellas a una supuesta fiesta donde se suponía habría mucha diversión a altas velocidades con embriagantes maquinas de múltiples colores. Mis miembros se relajaron como llenados por un bálsamo... me dirigí sin asombro y casi familiarmente junto con las monedas por aquella compuerta que, pensándolo bien, era en realidad una alcantarilla...
Después de caminar alrededor de 30 min. entre túneles y atravesar extrañas puertas, llegamos a una estación del subterráneo, que no había sido construida por mis peculiares guías. Luego de varios intercambios fraternales de despedida, una de aquellas monedas deposito otras de su misma especie en mis manos, y me invito a divertirme en las maquinas expendedoras de boletos. Al ver hacia las maquinas casi me orino: despedían colores como chorros de agua pesada sin presión. Me senté cómodamente y empecé a jugar hasta agotar todas las “pequeñas monedas”...
Gire mi cabeza aburrido y solitario, visualizando el clásico reloj de grandes números rojos, señalando que eran las 7 de la noche. Me levante y pude comprobar, desconsoladoramente, que las salidas estaban cerradas, y absurdamente no podía tomar el subterráneo pues no tenia boleto, sonreí de manera franca ante tamaño enredo rocambolesco. Lo único que logro consolarme era que por lo menos en las estaciones, ahora había baños.
Traspuse la puerta del pequeño baño, y casi instintivamente supe que este era un tipo de baño tipo hotel, es decir, compuesto de 2 puertas que suelen dar hacia 2 habitaciones o 2 espacios distintos.
De pronto, sonó un teléfono al otro lado de la 2ª puerta, y al abrir, me encontré con una espléndida terraza sobre una meseta que dominaba toda la ciudad. Me quede mirando relajadamente... Solo fue el repetitivo ritmo del teléfono chillando, lo que me obligo a levantar el auricular...

- Son las 7:11 pm. – dijo una voz mecánica

Colgaron... Al girar mi cuerpo ya desarticulado, observe que la terraza estaba llena de mucha gente conocida. Los saludos y copas empezaron su vorágine dentro de la imprevista fiesta. Yo parecía un recién llegado entre (para muchos de los asistentes) lo que se estaba desarrollando desde hacia mucho tiempo...

Mis ojos no paraban de bailar sobre los cuerpos y cabezas de las 171 personas que plenaban aquella terraza. Multitud de disfraces y formas sombreriles eran iluminadas por extrañas luces de formas fractalicas. El desenfreno en las voces y ruidos, propios de una gran fiesta, iban en un demoledor aumento y ya en mí la sed empezaba a hacer estragos, tanto que mi garganta no podía emitir ninguna palabra. Era una especie de mutismo voluntario pero sujeto a reglas muy precisas: sino hablaba podía percibir fenómenos no-comunes que se hacían cada vez más encriptados, turbulentos, mordaces...
Las copas de los asistentes (en variados y atractivos colores) mostraban un liquido viscoso, que a primera vista me pareció repulsivo, pero al irme acercando al calor de la fiesta, pude ver que simplemente estas personas sorbían en cantidades exorbitantes...
¡Compotas! Si, solo comida para bebes en sabores sospechosos; voluptuosos brebajes que salían de unos dispensadores con formas de cabezas-maniquís... ¡Cabezas frías de muñecos viscosos!...
¡Si señores!, estas neveras tenían una atractiva forma de mostrar como algo tan sencillo, puede llegar a declararse en la moda como algo novedoso y especial.
Me pareció asombroso y efímero, quizás eran la misma definición de las cosas lo cual me llevo a pensar en la mala suerte de los números, en la maqueta de hilo-vidrio en que se había convertido la ciudad... Su vista desde la terraza lejana, la hacia ver tan efímera como una estación espacial, era la estratosfera, era el roce de mis zapatos...

Estoy viendo mis zapatos caminar de vuelta a mi pequeño departamento... en el trayecto me detengo ante el saludo insistente de los colegas en la calle intermedia; tomo una cerveza entre saludos y brindis, un cigarrillo se deja encender... la mirada que se levanta en el humo se convierte en un perfecto reflejo...
En una luna llena, en una bocanada de aire limpio...




Escrito por Parafrenia a las 03:46 PM | Comentarios (0)

Diciembre 06, 2004

Las arquetripas arquitectonicas. Articulo 3

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Escrito por: Newton

Contrariamente a lo que pueda indicar una palabra como Arquetripa, la intención de muchas de estas maneras de expresar el inconsciente colectivo a través de imágenes o formas arquitectónicas, siempre se quedan a medio camino al momento de mirarlas con un tipo de goce o un tímido regocijo. Pues, no son mas que recetas de cocina, aplicadas al hecho de construir la ciudad y sus consecuentes edificios.
Para entender un poco mejor cual es la dialéctica que plantean los arquitectos al momento de proyectar sus “obras”, es necesario hacer una introducción de los arquetipos mas comunes que se presentan en la arquitectura, y que solo posteriormente, se convierten en imágenes arquetipales o “arquetripas”
Hay 3 tipos fundamentales:

1) La Forma
2) La Función
3) La Imagen de esa forma/función

1) La Forma:

Es una de las imágenes arquetipales que se presta más al mito y/o leyenda. Siendo esta imagen el símbolo que mejor describe un posible contenido inconsciente, solo presentido pero desconocido por la psique consciente. Al ser la forma una alegoría del inconsciente esta pasa a convertirse en una paráfrasis de algún contenido consciente. Aquí surgen esas formulas (matemáticas y filosóficas) que tratan de representar “algo” bajo el dominio de una supuesta doctrina secreta.
La belleza es la imagen psíquica de esta forma. Se convierte así (en los arquitectos) en una búsqueda de la perfección, sin darse cuenta que el proceso pasa a ser inversamente proporcional a la experiencia individual. ¿Por qué sucede esto? Pues, porque la manera de poder objetivar en la conciencia una “imagen de forma” es a través de un dogma… y como bien se sabe, los dogmas son el brazo articulado en el control del inconsciente colectivo, proporcionando hologramas mentales para el conocimiento y consecuente desarrollo “real” de los objetos.
La forma pasa a partir de este punto a convertirse en el ánima o alma de la arquitectura a través de un proceso de proyección, en donde un contenido inconsciente para el sujeto es transferido a un objeto. El objeto/cosa se apropia de este contenido hasta el momento en que el sujeto, a lo largo de su Ego, se da cuenta que esa información le pertenece. Esta “proyección” en teoría, debería poder liberar al sujeto pero no siempre sucede. A veces esto pasa, sencillamente porque el sujeto desconoce como articular “un lenguaje de poder”; ese tipo de lenguaje sintomático (los contenidos conscientes) y semiótico (los que se saben, se creen saber, indicar o inducir) no son trascendentes. Sucede pues, que las “palabras” en forma de lenguaje visual subjetivo (forma como tal) se le otorga un banal encanto a través de la novedad (moda) o se le hace parecer (styling) como algo insignificante pero de profunda sabiduría.
Estas formas se transforman en la bandera de los diferentes movimientos arquitectónicos a lo largo de “eclécticos” periodos históricos (entiendase como “ismos”), convirtiéndose en las opiniones y tendencias de la conciencia colectiva en detrimento del “yo”como inconsciente colectivo. Es así como surge el hombre-masa-engranaje, entregado a sus “ismos” (constructo ficticio)


2) La Función:
La sombra como imagen arquetipal comporta un proceso dominado por la razón a través de introyecciones con forma de afirmaciones filosóficas. Cuando estas afirmaciones superan a la razón se convierten en antropomorfas (obtienen una morfología psíquica/corporal) y su validez es puesta en donde porque se condiciona el hecho de pensar simbólicamente en “aquello” que en realidad termina por ser ignorado en la mente conciente.
La función debería poder manifestarse como un agente elemental por medio de la acción o potencia prospectiva (elementos psicoideos). Quizás, un modelo como punto de vista consciente de un fenómeno que intenta no ser inconsciente desde ese punto de vista, buscando el entendimiento como consecuencia de una realización en un entorno misterioso e invisible.
Ese desconocido psíquico (lo inconsciente) sobre el cual hacemos hipótesis, circunscribe una realidad funcional que podríamos definir como extremadamente fluctuante: todo lo que pensamos, proyectamos y representamos, pero que no podemos predecir en que se convertirá.


reguladores pasa produce
Elementos inconscientes colectivos ----------------------------() Fantasía ---------------() conciencia -------------() configuraciones
propulsores ¡ correspondientes
¡ ()
¡ ¡
¡ ¡
¡ ¡
¡ ¡
¡ I
() N
Formas dominantes (funcionales) S
¡ T
¡ I
¡ N
¡ T
¡ O
¡ S
¡ ¡
¡ ¡
¡ ¡
() amplificación ¡
Síntesis ---------- ---------------------() Arquetipos ()----------------@


He aquí los arquetipos como ordenadores de representación, proceso este netamente inconsciente: uno solo ve los resultados conscientes, posteriormente, cuando son visibles y aprehensiblemente psíquicos, bajo una morfología asociada a una conducta. Un patrón consciente con forma de representación dominante.
En este “umbral” entre el ego y el mundo exterior, el “hombre sin sombra” es el tipo de individuo estadísticamente más común: es aquel que se imagina que él es solo aquello que se vanagloria saber de si mismo. Nada mas funcional y dócil para los propósitos del arquitecto…


3) La Imagen de esa forma/función (el Significado)

Todo conocimiento es el resultado de imponer cierto tipo de “orden” sobre las reacciones de un sistema a medida que fluyen en la conciencia. Este orden es una súper- conciencia (lo si-mismo real), si este sistema se sincroniza con la conciencia, podemos tener la capacidad de conocer casi-todo lo que este dentro de los limites del conocimiento teórico (cognoscible)
Pero si este sistema no coincide con la conciencia y se convierte en un sistema autónomo inconsciente (con funciones semejantes o distintas de la conciencia) se crea o aumenta la perturbación o resonancia conocida como “umbral psíquico”, separándonos de los contenidos psíquicos inconscientes (arquetipos)
El arquetipo no es extraño que se le asocie a lo espiritual, puesto que suele aparecer en sueños como creaciones de la fantasía o como una aparición. Provoca visiones filosóficas y religiosas; el sujeto al creerse inmune a esto, se lanza con ímpetu a su meta bajo su hechizo, del cual no quiere liberarse (pues perdería sentido) pese a su resistencia, hasta que al final ya no quiere liberarse (no-sentido)
Este arquetipo siempre concluye en una palabra, forma o imagen mágica que rompa ese hechizo, y actúa con el mayor grado de éxito en quienes tienen el mas escaso acceso a los procesos internos de su psique y los que andan perdidos (muy lejos de sus bases instintivas) en el caótico universo de la conciencia colectiva…
El inconsciente es como el consciente, solo que es subliminal…

Impulso
()
¡
¡
¡
Energía
Instinto --------¡---------------() psíquico ------------------------() espiritual
() ¡ (Conciencia)
¡ por el ¡ ()
¡ ¡ ¡
¡ () ¡
@----------voluntad -----() función
(motivada)

¿Existen realmente las “arquetripas” en la arquitectura?

Simplemente, NO.
Quizás, no hay una voluntad en los arquitectos de utilizar esa energía que hay contenida en l0os instintos y que esta a libre disposición de la conciencia, para superar los limites de la esfera arquitectónica. Esa supuesta “libertad de elección” jamás entra en conflicto con los instintos ciegos, es por ello que el “fuego divino” jamás se posa sobre sus cabezas pero si en sus billeteras. Su “inercia mental”, justificada por el “diseño” de formas caprichosas, se regocija con ser complaciente ante el cliente de turno, forzando al instinto (en este caso de supervivencia profesional) y suprimiendo el espíritu a través de la dominación (en este caso neo-capitalista/anarquista), haciendo que la voluntad se convierta en una especie de constructo materialista con la sabida des-sincronicidad de la salud mental urbana…
Una sincronización (que no es mas que la coincidencia observable de situaciones objetivas y subjetivas que no pueden ser explicadas causalmente) en los procesos psíquicos intermedios que se producen en los edificios o la ciudad, son compensaciones energéticas entre el espíritu y el instinto (algo así como una conciencia deslizante)
Estas interacciones (cuando se hacen conscientes), modifican la “personalidad”, sabiendo que no deben ser simples asimilaciones de las mismas. Es a través de algunos conceptos de la física quántica (como el de la complementariedad) que puede llegar a entenderse como un contenido inconsciente entra (superando el umbral) en la conciencia y como inversamente se pueden producir fenómenos sincronizadores que lleven al sujeto a un estado inconsciente (trance)
Los arquetipos poseen una capacidad sobrenatural que los hace moverse a través de un espacio-tiempo psíquicamente relativo, bajo una cierta actividad de factores inconscientes (sincronicidad) y con una energía que funciona como una analogía de una “psique universal” extraordinariamente eficaz y optima.


Arquetipo -------- Modelo hipotético, no intuible.
Definición tomada del libro: “Arquetipos e inconsciente colectivo” C.G. Jung


Instinto ------------------- procesos psicoideos inconsciente ()-------------------------@ ¡eureka!
¡ ¡ () ¡
¡ ¡ ¡ ¡
¡ ¡ ¡ ¡
¡ ¡ ¡ ¡
¡ @--------------------------() Representaciones -------------@ ¡
¡ Voliciones --------------------------------() conciencia = psique
¡ ¡
Impulsos ¡
¡ ¡
¡ ¡
¡ ¡
@---------------------() voluntad ()-------------------------procesos de conciencia
(voluntad)
¡
¡
¡
Conocimiento *

* Nota: no hay arquetripas en la arquitectura porque no hay arquitectos que las vean. Pero si existen…



Escrito por Parafrenia a las 06:46 PM | Comentarios (0)

La hora loca o la colectivización comprimida del mal gusto.

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Escrito por: Manuel DeSousa
granolo75@yahoo.com

Enrique, es un chico poco mayor de treinta años que se desempeña como empleado de algún departamento adscrito a la gerencia media de una institución bancaria. Marisol, es una total adolecente de la mediana edad, desde hace mas de quince años cumple sus funciones al servicio del organismo encargado del manejo de la información gubernamental. Nilda, es a su vez, secretaria del mismo organismo. Arnoldo, un empresario medio, es todo un pavo de ventipico , viste a la ultima moda dictada por las vidrieras de los centros comerciales y no hay momento en su tiempo libre que no lo pase de fiesta. Estas cuatro personas, que al parecer, distan de tener algún tipo de relación mas que de parentesco lejano o nacionalidad, tienen en común su afinidad por la diversión práctica (Cualquier bebida alcohólica y cualquier música) “el ambiente lo hace uno” esa es la premisa.
Para estos cuatro personajes el alto costo de la vida, la vivienda, la inflación, el desempleo, el control de cambio o cualquier otra variable de índole macroeconómico...

Enrique, es un chico poco mayor de treinta años que se desempeña como empleado de algún departamento adscrito a la gerencia media de una institución bancaria. Marisol, es una total adolecente de la mediana edad, desde hace mas de quince años cumple sus funciones al servicio del organismo encargado del manejo de la información gubernamental. Nilda, es a su vez, secretaria del mismo organismo. Arnoldo, un empresario medio, es todo un pavo de ventipico , viste a la ultima moda dictada por las vidrieras de los centros comerciales y no hay momento en su tiempo libre que no lo pase de fiesta. Estas cuatro personas, que al parecer, distan de tener algún tipo de relación mas que de parentesco lejano o nacionalidad, tienen en común su afinidad por la diversión práctica (Cualquier bebida alcohólica y cualquier música) “el ambiente lo hace uno” esa es la premisa.
Para estos cuatro personajes el alto costo de la vida, la vivienda, la inflación, el desempleo, el control de cambio o cualquier otra variable de índole macroeconómico no es mas que materia prima informativa para estimular la venta de los periódicos. Quince y último, Cesta Tickets y utilidades marcan la retribución de sus horas de trabajo y el descanso es sinónimo de diversión: beber y bailar sin parar.
El precio dolarizado de los discos compactos es inocuo, ya la industria musical conoce el sector informal, el soundtrack del bochinche no genera costos demasiado altos para el consumidor y el Pop Agrario (Jerry Santiago, Eddy Rivera ,Gilberto Tañon, Olga Santa Rosa y afines) es lo que manda en las carteleras virtuales de los discos quemaos mas vendidos. Los numerosos Disc Plays atiborran la ciudad, la oferta rítmica es variable pero tampoco se aleja del Mainstream Agro-caribeño, una calentura que endulza los oídos de los transeúntes, que alegremente van sazonando sus vidas con el sabor del sonido que sale de los improvisados altavoces. Salvo algunas excepciones anglosajonas o ibéricas, el ritmo es continuo: Rumba, Sabor y Congas.
Sin embargo, dentro de la amplia oferta musical ofrecida por la incipiente industria musical informal, existe un caso cuya singularidad es merecedora de una mención especial: Cada diyei pretende que su Disc Play sea el mas popular de su localidad, que no haya fiesta local en la que no lo contraten y que sus selecciones musicales sean el espiritu de las fiestas. Es por eso que, quizás a manera de publicidad directa, aquellos pinchadiscos de los diferentes Disc Plays capitalinos y muy probablemente de la provincia, hacen originales compilaciones de fragmentos de temas musicales de moda, así como de algunos clásicos de años anteriores, mezclándolos de manera habilidosa para plasmar en alrededor de sesenta minutos los trozos mas pegajosos de las canciones mas pegajosas. El resultado: “La Hora Loca”. En otras palabras, la recopilación en formato comprimido del clamor musical popular, el cual esta formado por una multiplicidad rítmica única: Desde música popular de antaño, pasando por hits juveniles y canciones infantiles, sin olvidar los clásicos de la pachanga contemporánea.
Es viernes último de mes, Enrique se quedo solo en su casa por que su mamá se fue a El Tigre a casa de su hermana, así que aprovechó la ocasión para invitar a unos amigos a su casa a tomarse unos tragos y a divertirse. Ya, a altas horas de la madrugada la ingesta alcohólica pasa factura y hay que sudar de alguna manera, había llegado el momento de poner el disco que Enrique compró poco antes de comprar las botellas de ron para la velada, fue el turno de “La hora Loca”. El sábado siguiente, Marisol, que se rebusca con una pequeña agencia de festejos que montó con Nilda, su amiga y compañera de trabajo, celebra los quince años de su sobrina Yuleima. Después de unos cuantos “uiskis” Nilda necesitaba mover sus casi noventa Kilos y se acercó al Disc Play de “Isaá” el hermano mayor de la cumpleañera, ¿Tienes “La Hora Loca”?, fueron sus palabras.
Arnoldo, cerró temprano el viernes, había recibido una llamada en donde un amigo de su edificio lo invitaba a una fiesta en su casa, el sábado en la noche en medio de la resaca se acordó que había quedado con su novia Maria Alejandra para ir el domingo a la playa, en ese momento recordó lo bien que la había pasado en esa fiesta de la noche anterior, intentaba recordar cómo se llamaba el disco que lo había hecho bailar tanto el viernes. Finalmente, después de llamar a Enrique para que le prestara ese disco, decidió invitarlo a la playa bajo ciertas condiciones: La primera, que se llevara los cuatro dedos de ron que sobraron del viernes, la segunda que no le mencionara nada a Maria Alejandra acerca de la fiesta (Arnoldo supuestamente estaba cansado esa noche) y la mas importante, que trajera el disco ese.
El domingo en la tarde, bajo el intenso sol de Los Caracas, Enrique y Arnoldo compraban la segunda caja de cervezas y en el cajón del Corsa de Arnoldo sonaba “la Hora Loca” una y otra vez; en ese momento Nilda y Marisol parloteaban por teléfono de lo buenas que estaban las “pisas”y de lo cómico que “Génesi”,la hija de “Isaá”, bailaba al ritmo del Disc Play de su papá; a esa hora llegaba la mamá de Enrique de El Tigre, poco antes de bajar del autobús, le preguntó al chofer acerca del disco que había estado sonando durante el viaje, este le contestó que lo compró en un negocio del terminal, indicándole donde, fue así como la madre de Enrique antes de irse a casa compró un CD “Quemao” en el mismo negocio. El domingo en la noche, mientras la Sra. Nely le daba el regalo musical a su hijo, Arnoldo se percataba que Enrique olvidó el disco en el carro y lo volvió a poner para llevar a Maria Alejandra a su casa, llegaba de nuevo la hora de “La hora Loca” que fin de semana tras fin de semana se consolida como el digestivo musical colectivo, entre gustos, ritmos, sabores y colores....

Escrito por Parafrenia a las 06:25 PM | Comentarios (0)

NIVELES

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Escrito por: Newton

MATERIA+
Cuerpo sin soltura, contrahecho y desplazado. Ciego y errante, se destruye bajo las fuerzas internas. No hay lugar donde descansarlo, ni tiempo para solucionarlo. Es una tonta figuración de la naturaleza perdida…

ESPIRITU=
Movido por la razón, mi cuerpo micro-implantado se mueve como un espíritu burlón. Guasón cinético en un universo de fin de semana. Triste y aburrido bajo una envoltura de expresiones sin sombra, monotonía cromática irónicamente gris…

UNIVERSO...?
Red indisoluble, alargada por su velocidad de expansión primigenia. Automovimiento azaroso sobre una acción reciproca entre los opuestos que luchan sin descanso. Parece que la luz viaja mucho más rápido. Parece también que mi cuerpo esta desapareciendo…

Escrito por Parafrenia a las 05:55 PM | Comentarios (0)

Diciembre 03, 2004

¡Tu cabeza es de concreto!

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Escrito por: Vampirata

Agregados + resistencia bajo una dosificación de aditivos, material en voz baja con una densa precisión, usos y fabricación: fases selectivas en trastorno de normas constructivas…
¡Transporte de hormigón!, retorno satelital con programadores quebrados en un diseño neural, sin control de calidad mental, sin oscuridad…
Lugares desfasados, estomago encofrado, formaletas de explosivo plástico…
Traslado cuidadoso, lleno de humectante: unos sobre ellas, ellas sobre ruedas, ruedas de acero…
¡Vibra y compacta la mezcla!, el nodo se vacía igual que la antigua diagonal…
Deshidratado y solo, pulso el botón de la inercia contextual, ya no tengo propiedades…

Escrito por Parafrenia a las 06:41 PM | Comentarios (0)