Enero 30, 2004

Es febrero ¿qué esperábais?

Es un espectáculo estudiar con Irenita enfrente. En la biblioteca de su pueblo, que en la de la facultad los focos le tapan la cara. Hoy me ha hecho mil cucamonas (y viceversa) con lo que solo he conseguido meterme 4 temas entre pecho y espalda en el tiempo record de tres horas y media.

Ella decía que estudiar en la biblioteca es bueno porque no hay nevera ni tele. Pero no había contado con que hay LIBROS (y ella haciendo monerías). Así que casi me he distraído hasta más que en casa. Lo bueno es que he podido agenciarme el libro de Giddens, que en mi facultad por estas fechas está bastante solicitado. He despachado una foto mía horrible que llevaba ella en la cartera, con la que me he hecho el carné. Por completismo, más que nada.

Lo cierto es que, de un modo algo peculiar la tarde sí que ha sido productiva. Ya sabéis que cuando intentas concentrarte en una cosa, la creatividad se te desborda hacia las demás. Con lo que hemos obtenido, entre los dos, una idea pistonuda (sí, he dicho pistonuda), para el regalo de Candela. Sólo nos hará falta tiempo...

Sin más noticias desde el mundo, al menos hasta que renueve el Radio Blog, se despide el tipo que todavía no ha acabado de comprender por qué la tía de la cafetería nos ha dicho que no nos podía poner dos cafés con leche porque tenía la plancha apagada, que no había tenido nada en todo el día y no la iba a encender ahora...

Posted by germanmj at 11:59 PM | Comments (3)

Enero 29, 2004

They will rock us

A mediodía, en un garaje oscuro, una sombra encapuchada me entregaba un sobrecito que contenía una reserva (a nombre de otra) de dos entradas para ver el musical de Queen esta noche. Pese a la urgencia, como tanto yo como Irenita nos moríamos de ganas de verlo y nunca nos decidíamos (aparte de que, como de por sí es caro, estas reservas rebajadas nos han parecido estupendas, aunque caras aún).

A mí me ha gustado mucho, era divertido, gracioso, estaba muy currado, la música era buena (JOJOJO), y las traducciones de las canciones (si, lo han hecho) eran apropiadas. También se han españolizado (en lugar de traducir) las referencias a canciones ochenteras, lo cual encuentro muy lógico. Por ejemplo, cuando él ha dicho "Todavía no he encontrado lo que estoy buscando" nadie se ha pispado, mientras que cuando el malo decía "Cuando tú vas, yo vengo de allí" la carcajada ha sido rápida. En definitiva, nos lo hemos pasao teta (o más apropiado a nuestro asiento en primera fila: culo).

Como aún vengo extático, os lleno el Radio Blog con las versiones originales de las canciones que han cogido para la obra (no sé si están todas las que son, pero son todas las que están). Y, de estrangis, un par de afotillos (sshhhh)...

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De lo más emotivo

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Uno que se iba sin pagar...


Posted by germanmj at 03:33 AM | Comments (7)

Enero 27, 2004

El hombrecillo verde entrevista a ...

Como ya he hecho en otras ocasiones, esta no iba a ser menos, os cuelgo aquí mis deberes de clase, porque para que se los lea el profesor solo, que lo disfruten (es un decir) el resto de los mortales.

Hala, leérosla que está interesante:


[Además, Irenita y sus dotes como entrevistadora: aquí]

Entrevista a Manuel Martín Cuenca, director de cine.


“De auxiliar se vivía cojonudamente”.

Manuel Martín Cuenca tiene 39 años. Acaba de dirigir su primer largometraje de ficción, “La flaqueza del bolchevique”, que optará a dos premios Goya en la próxima edición. Manuel, por su trabajo, vive en Madrid, pero mantiene un vínculo importante con la pequeña ciudad donde creció: El Ejido. Es un confeso escritor frustrado que ha acabado “escribiendo” sus historias a través de la cámara.


Tú empezaste estudiando para otra cosa…

Filología Hispánica. Porque a mí lo que me gustaba en realidad era contar historias, la literatura. Soñaba con escribir, había escrito cosas. Empecé a estudiar Filología en Granada.

Y de pronto te diste cuenta de que te gustaba más el cine

Sí, me di cuenta… Siempre me había gustado el cine, como adolescente y tal, pero nunca había pensado dedicarme a ello... Siempre me había ido el cine, el teatro, la literatura.

¿Cómo te decidiste?

Estaba en primero de carrera de Filología y me iba muy bien. Y me lo estaba pasando muy bien. Y es una vocación frustrada la literatura para mí. Pero me apunté por casualidad a un curso de cine que había en la universidad. En un colegio mayor, como tres o cuatro meses. Allí veíamos películas, vino algún director a dar charlas… Y de pronto me di cuenta de que era posible hacer cine. Que los que hacen cine no son los tipos que viven en Hollywood solo. Que vivían en Madrid. Que era posible hacer cine. Hacer películas, trabajar en ellas, ser cineasta. No sé si lo pensaba con esa palabra, pero sí.

¿En el fondo fue otra forma de enfocar esa vocación narrativa que tenías?

Pues probablemente, y a lo mejor yo pensaba que era una vocación que me iba a resultar más cercana o más fácil, ingenuo de mí, por las imágenes y todo eso. De fue como coger y decir: “Puedes cabalgar con la imaginación”. Pero en el fondo parte de la misma vocación. La vocación de contar historias, con las imágenes, pero la vocación de contar.

De todas formas, tú ya tenías una novela escrita, “El ángel de la prisa”, ¿no?

No. Eso fue después. Yo escribí la novela cuando ya trabajaba en el cine, cuando ya llevaba bastantes años trabajando como auxiliar y como ayudante de dirección. Yo escribí la novela en el año 94. Y creo que se publicó uno o dos años después.

¿Y te has planteado volver a escribir alguna vez?

Sí, volví a empezar a escribir una novela, que se llamaba Poniente, como la película que luego se hizo. Tendré escritas como unas 150 páginas. Porque dejé de escribir esa novela por trabajar en la película y perdí el hilo y nunca más he vuelto a verla. Pero me he planteado volver a escribir alguna vez más, aunque no lo he vuelto a hacer. O sea, novela, literatura. Guiones y demás cosas sí.

Si se llamaba Poniente… ¿Iba sobre El Ejido y aquella zona?

Iba sobre dos amigos cuyo origen, o cuyo encuentro era el Poniente, era El Ejido. Y lo que les pasaba. Dos vidas muy diferentes. Uno acababa saliendo fuera y otro acababa quedándose.

¿Te parece que todas las historias que se pueden contar no tienen porque ser en Madrid o Barcelona?

Claro. Al menos a mí me pasa, las historias que se cuentan son las que te tocan de alguna manera. No es que sean autobiográficas, pero sí de alguna manera tocan cosas que te interesan, que te conmueven, que de alguna manera son biográficas, tú eres biógrafo cuando escribes o cuando haces una película en parte de los personajes, en cosas… y yo creo que en ese sentido, claro, las historias están donde uno siente esas cosas. Lo que pasa es que la literatura es más libre que el cine. En el cine se hacen más historias en Madrid porque es más barato. Porque estamos en Madrid, estamos concentrados. Porque imaginar una historia que sea específicamente en El Ejido, que no la puedas rodar más que allí, por ejemplo, Poniente, pues vamos y la rodamos allí. Pero una historia sobre dos chavales comunes en una pequeña ciudad, la ruedas en Carabanchel. ¿Por qué? Porque las productoras están aquí y no tienes que pagar dietas, es tan fácil como eso. Es decir, el cine es mucho menos libre en muchas cosas materiales, la literatura pues tú puedes colocarte y escribir una novela sobre algo que te interesa que en el fondo es la historia de un amigo tuyo, o algo que te ha pasado… situada en Nigeria, pero eso en la literatura. Por eso digo que la literatura es más libre que el cine.

¿Tienes pensado hacer alguna historia tuya? Porque tu primera película de ficción ha sido una adaptación…

Hombre, yo creo que para hacer historias tuyas no hace falta hacer guiones originales. Yo he escrito guiones originales y tengo pensado, si puedo, hacer una película con un guión que estoy escribiendo. Pero no necesariamente. Yo me enamoro un poco de las historias estén en un libro, se me hayan ocurrido a mí o se le hayan ocurrido a otro. Y creo que por eso no deja de ser personal, porque al final la haces personal. Entonces lo que no he vuelto es a escribir literatura, lo que si he escrito es para hacer cine. Y alguna vez, ojalá, si no me dejan hacer cine pues a lo mejor me tiro a la literatura.

Vamos a volver un poco a los lugares en que has vivido. Has vivido en El Ejido, en Granada y en Madrid. En otros casos, preguntarle a alguien sobre el lugar donde creció puede ser un poco más inocente, pero si te pregunto a ti qué opinas sobre El Ejido y su historia reciente como ciudad…

Cuando yo vivía en El Ejido, lo que yo recuerdo, pues era una ciudad más desordenada. Recuerdo que mi padre decía que aquello no era un pueblo, que aquello era un embrión de ciudad, desde siempre lo fue. Nunca tuvo encanto como pueblo. Yo recuerdo que cuando venía alguien allí, pues era un sitio que como pueblo no le gustaba a nadie. Era un pueblo que no tenía encanto de pueblo. Encanto lo tenía Dalías, lo tenía Berja, lo tenía Adra. Pero El Ejido no. Era otra cosa, era un embrión de ciudad. Es una exageración pero sí es verdad que era un lugar de colonos, de emprendedores, de gente que empezaba, estoy hablando de los años setenta, cuando empezó a construirse Almerimar [la primera urbanización enfocada al turismo], de cuando El Ejido tendría seis mil o siete mil habitantes, que yo recuerde. A finales de los sesenta y principios de los setenta. el barrio en que yo vivía, Santo Domingo, era un lugar muy deslavazado, con casas aquí y allí. Un lugar con mucho viento, muy seco, muy especial. Valoración sobre eso, pues no sé, no tengo ninguna. Es lo que yo viví y hay partes que me gustaban y otras que no. Pero hay algunas cosas de las que yo tengo muy buenos recuerdos de allí.
Lo que ha pasado con el pueblo después, yo creo que es una especie de metáfora de lo que ha pasado con España: ha habido un desarrollo tremendo, un crecimiento tremendo, la gente ha trabajado mucho, en determinado momento el desarrollo ha sido tan grande que se han demandado los inmigrantes y la mano de obra. No es verdad que los inmigrantes construyeran los invernaderos ni fueran la base de nada, porque no es verdad. Pero sí es verdad que han contribuido a que a partir de los años noventa el desarrollo sea muy grande. Yo tengo la sensación de que he vivido en un mundo que ha pasado de que cuando yo iba a Granada se tardaban cinco horas, que Almería estaba a una hora y cuarto… un mundo que era bastante pobre… A mí me recuerda bastante la Almería que yo conocí al Marruecos que hay ahora: las carreteras, las casas, la gente, la cultura. Tenemos la diferencia de la lengua y de la religión, pero tenemos muchas cosas de la cultura mediterránea. En muchas cosas, yo veo el norte de Marruecos y me recuerda a Almería cuando yo era joven. Que tampoco hace tanto, hace treinta años.

Y ha sufrido un desarrollo, un poco de nuevos ricos. Con sus cosas negativas y sus cosas positivas. Positivas porque ha permitido que mucha gente trabaje, que mucha gente pueda estudiar; negativas: yo ahora mismo veo algo tremendo, que es la prepotencia. Creo que nuestro pueblo se ha convertido en un pueblo donde hay muchísima prepotencia. Donde se ha olvidado la historia reciente de hace treinta años y donde somos muy críticos. Donde hay un nacionalismo bastante catetil en ciertos sectores mandantes. Donde realmente olvidamos el pasado y empezamos a juzgar a los inmigrantes, nuestra historia reciente, sin tener ni un ápice de autocrítica y echándole la culpa siempre a los demás. Y en ese sentido me parece lamentable lo que ocurrió en febrero del 2000. Y me parece aún más lamentable lo que ha ocurrido después, que es echarle la culpa a los periódicos y a los medios de comunicación. De que lo que pasó no pasó. De que nosotros no tuvimos culpa de nada. De que nosotros no hicimos un pogromo generalizado contra los inmigrantes y perdimos el control. De que nosotros somos las víctimas y no los verdugos… y eso me parece terrible. Por ejemplo, tú ves las cifras del Ayuntamiento, y de setenta mil habitantes empadronados en El Ejido, entre los que estoy yo, hay diez mil u once mil inmigrantes. Y parece que vivimos como si no existiera esa realidad. Es una situación un poco absurda, me parece, propiciada por muchas cabezas bienpensantes del pueblo.

Lo que has dicho sobre echarle la culpa a los medios, ¿no deviene de la prepotencia esa que decías?

Claro, es que en el pueblo se pecaba de ingenuidad. Nos creemos los telediarios, es un problema que viene todo de la educación, nos creemos todo lo que sale en los periódicos. Los telediarios machacan a Lady Di o machacan a Murcia, y nos hace mucha gracia. Claro, los medios de comunicación exageran las cosas porque van a por la noticia. Surge cualquier cosa y te trasladas al ojo del huracán. Y estás en todos los medios y en todos los sitios. Y sientes que injustamente. Claro, nadie se quejaba cuando salían las noticias esas sobre Murcia o sobre Lady Di, entonces, cuando nosotros estábamos en el ojo del huracán, porque estábamos haciendo méritos para estar en el ojo del huracán, pues todo el mundo se quejaba: “Joder, es que no paran de hablar más que de racismo en El Ejido”, y yo digo “Es que nos lo hemos ganado”. Puede ser que sean injustos y que no seamos tan racistas como se supone que somos según lo que dicen los medios, pero evidentemente nos estamos ganando que vengan las televisiones a decirnos que seamos racistas. Estamos poniendo las cosas fáciles a Juan Goytisolo cuando le declaramos persona non grata, a decirnos que somos unos racistas. Estamos poniendo las cosas fáciles cuando nos enfrentamos con Pimentel. Es que hay que hacer un poco de autocrítica. Los medios son los medios, los medios exageran las cosas y lo convierten todo en noticia, pero no quiere decir que lo que ocurrió dejara de ocurrir. Lo que ocurrió, ocurrió, y eso es un poco lo que el pueblo, en general, supongo que habrá de todo tipo de gente, pues quiere hacer como que no ocurrió. Le quitan hierro, no pasó nada… parece como si los coches quemados los hubieran puesto los de Telecinco. Vale, los de Telecinco llegaron y pusieron el ángulo para que fuera más impactante y sacaron el coche quemado. Pero el coche estaba quemado. Y la carnicería del inmigrante legal, que no tenía nada que ver con el loco que mató a la señora, también la rompieron y la quemaron y la saquearon. Eso ocurrió.

Por ejemplo, recuerdo que hace un año o dos años, un libro de Historia para los institutos de la Junta de Andalucía sacaba un ejemplo de racismo y ponía varios titulares sobre el tema de El Ejido, como un ejemplo de brote racista documentado por los periódicos. El alcalde pide que se retiren los libros. Oiga, es que eso ocurrió y está en las hemerotecas, que los periódicos no son la verdad objetiva, pero las cosas ocurrieron. Y todo esto lo digo con todo el amor que le tengo al pueblo.

¿Tú todo esto lo viste desde fuera?

Yo estaba trabajando en Madrid. Escribí una carta al Ideal sobre el tema, yo recuerdo que lo vi, y hablaba todos los días con mi familia dos o tres veces. Mi familia me contaba lo que estaba ocurriendo, y que era terrible. Como no dejar entrar a niños en la guardería porque eran marroquíes, el miedo de las madres. Cosas directas que sé que ocurrieron porque vieron mis amigos o mi familia. Fui después, pero aquellos días no los viví allí .

Vamos a hablar un poco de tu vida aquí. Aparte del trabajo ¿Qué te ata a Madrid?

Al final te va atando la gente, los amigos que tienes, te haces una especie de familia. Las novias que te echas, el amor. Es decir, me ata el trabajo también, ciertas cosas a las que me he acostumbrado y me gustan: los cines que tengo, lugares… pero sobre todo te atan los amigos, la costumbre de vivir en una ciudad.

La ciudad en sí también parece gustarte mucho porque, por ejemplo, en “La flaqueza del bolchevique” se ven muchas imágenes de Madrid y es como si la cámara estuviese enamorada de la ciudad. ¿Ese eres tú o era un simple elemento narrativo?

Para mí la ciudad tiene las dos partes. He odiado mucho esta ciudad. Yo llegué a Madrid y para mí fue muy duro, yo vivía en Granada, una ciudad bastante cálida y agradable para vivir, y más cuando tenías 18, 19 o 20 años. Tenía 20 años cuando me fui de Granada. Yo llegué a Madrid y era una ciudad más áspera, mucho más agresiva. La gente era mucho menos cálida. Y yo muchos años pensé que no podría vivir en esta ciudad y odié esta ciudad. Pero luego, cuando vas descubriendo gente, o vas descubriendo lugares, encuentro ese lado bueno que yo creo que tiene la ciudad. Lo que pasa es que está en un sitio donde no hay ríos, no hay montaña, no hay un sitio maravilloso; pero tiene unos parques, tiene unas calles y, yo creo, que tiene esas dos caras. En la película intenté reflejar las dos cosas: la parte que no me gusta de Madrid, la parte agresiva, la M-30, lo que no me gusta de Madrid es lo que hace el protagonista, la vida que lleva. Y lo que me gusta es, de pronto, en medio de eso, poder irte una mañana y decir: “Está el Cine Renoir, está el Parque del Oeste…”, lo que a mí me gusta de Madrid. Y la película la rodamos en los lugares que a mí me gustan de Madrid, eso lo reconozco. Por ejemplo, el Parque del Oeste, cuando iba a la Universidad, cuando estudiaba Imagen y Sonido, me escapaba muchas veces al Parque del Oeste. La novela estaba situada en el Parque del Retiro pero yo quise situarlo en el del Oeste, porque para mí tenía un significado muy especial. Yo me iba a ese parque a pasear cuando estudiaba. Cuando me agobiaba y me decía “¿Pero qué cojones hago yo aquí, en esta carrera, si es una tontería?”, pues me iba al Parque del Oeste. Y eso es lo que está en la película.

Entonces, ¿no estás satisfecho de lo que estudiaste en la carrera?

Yo aprendí en Filología bastante, a mí me ayudó mucho. En Imagen y sonido yo aprendí de dos o tres profesores. Con nombres y apellidos, que es de donde saqué muchas cosas. Del resto no aprendí nada, sinceramente. Y durante todos esos años lo que hacía era leer mucho, ver muchísimo cine, ir a muchos conciertos, salir mucho y empezar a hacer cosas. He aprendido de ver cine, de leer y luego de trabajar en ello. En cortos o cuando ya empecé a trabajar de director de montaje, o de lo que fuera, he hecho un poco de todo. Yo soy un aprendiz del oficio. No soy de una escuela. Por ejemplo, en los currículos nunca pongo que soy Licenciado en Imagen y sonido, porque no me ha aportado nada especialmente.

Ya que hablamos de trabajo, ¿de qué iban esos primeros cortos?

Pues en los ochenta hacía videos como de videoarte, muy poéticos, historias muy personales, sin diálogos. En video, en Super 8, en U-Matic. Hice varios videos en esa época, y luego hice algunos en Super 8 con unos compañeros de la facultad, cosas que yo ni siquiera tengo. Hacíamos nosotros de actores, o grabábamos medio documentales en Super 8. Por experimentar, por rodar, porque yo creo que hay que rodar cosas en video, sin diálogos, más por experimentar. Eso fue antes de empezar a trabajar como técnico de cine…

Como técnico has trabajado en muchas películas: “Hola, ¿estás sola?”, “Flores de otro mundo”, “Plenilunio”. ¿Cuáles fueron más importantes para ti?

Emocionalmente, la más importante para mí, que yo había hecho de ayudante de dirección ya en algún corto de 35 mm, con algún amigo de la facultad que empezaba a rodar, luego fue El mejor de los tiempos, la primera película en que trabajé en El Ejido. Al director, Felipe Vega, que iba a rodar una película en El Ejido en el año 88, le hizo mucha gracia que hubiera en Madrid un tipo que quería hacer cine y que fuera de El Ejido. Y cuando volvió a Madrid me llamó y me llamó el ayudante de dirección y empecé a trabajar de auxiliar. Trabajé de auxiliar y de meritorio de montaje, estuve siete meses en esa película y fue para mí como una escuela. Y luego, cosas importantes, pues trabajar con Mariano Barroso, con Cuerda, con Icíar Bollaín, en esas películas que tú has dicho. Con Uribe, con Borau. Estuve como del 88 al 98 trabajando desde auxiliar de dirección y meritorio de montaje hasta director de casting o primer ayudante de dirección.

¿El ser el absoluto responsable en algún largo fue por primera vez con “El juego de Cuba”?

Mira, para mí son como pasos: siempre que pasabas, por ejemplo, de segundo ayudante a auxiliar, asumías una responsabilidad. Llegar a primer ayudante fue un paso importante, y una responsabilidad. Ya llegar a director, director de casting…

La verdad es que ha sido todo como un proceso. Ya cuando estaba yo trabajando como director de casting, acabando mi primera película como primer ayudante, empecé a dirigir. Dirigía cosas industriales, dirigía making offs, entonces fue un proceso que yo no lo he vivido como una carga de responsabilidad mayor una que la otra, sino como una escalera donde iba subiendo peldaños. Yo he tenido la suerte de no haberme encontrado un rodaje de pronto donde no supiera nada. Yo estaba en ese rodaje porque en el anterior había estado en el escalón de abajo. Yo hice El juego de Cuba, pero antes había hecho un corto, había dirigido industriales, había hecho dos documentales que no pongo nunca en los currículos, más pequeños, había trabajado con López Linares... Había hecho muchas cosas, y de pronto, el primer trabajo de mucha entidad o importancia en el que yo cogía los mandos pues fue El juego de Cuba. Pero no fui muy consciente del cambio. Te das cuenta cuando ya estás en todo el mogollón y dices “Ya estoy aquí”, porque te está lloviendo por todos lados. Cuanto más subes los peldaños, más responsabilidad tienes, más presión tienes y más te llegan los problemas. De auxiliar se vivía cojonudamente. Mucho más tranquilo.

En “El juego de Cuba” haces una mirada crítica a Cuba a través de un hilo conductor que es el béisbol, ¿a ti te gusta especialmente el béisbol?

Yo no sabía nada de béisbol cuando empecé ese documental.

Entonces, ¿la idea?

La idea fue por una casualidad. A mí me gusta ser curioso, conocer las cosas. Fui a un partido de béisbol allí en Cuba para ver cómo eran. Y también fui al campo, a Sierra Maestra, a hacer unos ejercicios con los alumnos a los que daba clase en la escuela de cine, y allí fui a ver un partido también de pelota de Manigua, que es el juego de pelota que juegan los campesinos. Y en ese campo de pronto me contaron una historia, y a mí esa historia me pareció que era una manera de entrar a entender Cuba. Uno no llega y dice “Yo quiero hacer un documental sobre Cuba”. Yo quería hacer algo sobre Cuba. Pero de pronto vi que el béisbol era una especie metáfora de la Revolución cubana, de lo que había pasado en el país. Escogí el béisbol porque creo que las historias se cuentan mejor desde los detalles, era como entrar a Cuba por la puerta de atrás. Empecé un trabajo de investigación, vi que nadie había hecho ese enfoque y que nadie había contado la historia de Cuba a través del béisbol. Ahí empecé esa historia.

¿Y eres especialmente crítico con Cuba?

Yo creo que el documental no es especialmente crítico con Cuba. Creo que el documental es muy cariñoso con la Revolución. Yo me quedo con lo que un espectador dijo una vez: “Yo creo que el documental es pro revolucionario y anticastrista”. Me quedo también con una frase, de una señora cubana que no está en el documental, la conocí después: “Yo sigo siendo revolucionaria, una cubana de verdad. El que ha dejado de serlo es él”. Me quedo con eso.

¿Qué piensas de Castro?

Yo creo que Fidel ha hecho muchas cosas buenas por el país, que la Revolución ha dado muchas cosas buenas al país, pero que en cuarenta y cuatro años con el mismo gobierno, el poder acaba corrompiéndose. Que es algo que decían los anarquistas.

Después de “El juego de Cuba” trabajaste en “Cuatro puntos Cardinales”, ¿De qué trataba?

Esta era casi una obra de encargo. Yo estaba acabando “El juego de Cuba” y me llamaron para trabajar en un documental que era “Cuatro puntos cardinales”, con cuatro directores y cuatro enfoques sobre la inmigración. Cada uno tenía que hablar de un tema durante media hora para luego juntarlos, y cada uno tenía que coger un momento de la inmigración. Tenía un tema, pero a partir de ahí tú podías inventar lo que quisieras. Mi tema era, el primero, sobre inmigrantes africanos, porque cada uno teníamos uno de los puntos cardinales, Norte, Sur… Yo como era del Sur pues hice África. Me tocó el viaje, porque cada una de las historias contaba un momento de la inmigración. El mío era la llegada a la tierra prometida, otro contaba la lucha por establecerse, otro contaba la integración y otro contaba el desarraigo veinticinco años después. Yo empecé a pensar una historia, me di cuenta de que lo que me interesaba no era solo el viaje de ida, sino también la deportación. En Europa hay muchísimas deportaciones al cabo del año. Hay un montón de gente que como no tienen papeles, los cogen, los retienen durante treinta o cuarenta días y los deportan a sus países o, muchas veces, a países que no son los suyos. Los devuelven, los rechazan. Y hay compañías aéreas en Europa que se dedican solamente a deportar gente. Yo quería investigar sobre eso, porque me interesaba una historia del doble viaje: de unos que han venido, han llegado, pero les han hecho volver. Los deseos y las ilusiones, lo que ellos pensaban que era Europa, y no han llegado ni a ver, porque les han devuelto a sus países. El deseo y la frustración. El documental pensé hacerlo sobre unos marroquíes, estaba investigando y de pronto me encontré una historia sobre unos nigerianos a los que conocí y luego los deportaron. Cuando ya iban a ser deportados se rebelaron en los autobuses, y se habían grabado imágenes. Luego fui a Nigeria, y les entrevisté, para reconstruir la parte del viaje anterior. Ese es mi capítulo en “Cuatro puntos cardinales”, se llama “En el camino”. Es una obra muy personal, aunque fuese por encargo, cuando yo llegué allí ya había dinero, y me dejaron hacer lo que quise. Luego, además, quedaron muy contentos. De hecho lo próximo que voy a hacer es alargarlo. Porque en “Cuatro puntos cardinales” cada uno rodaba treinta minutos. Pero yo grabé mucho más tiempo, de hecho luego la historia continuaba. La historia la cortamos y solo contábamos una parte. Ahora Francia ha comprado mi capítulo del documental y vamos a hacer una versión para TF2 de sesenta minutos con la historia de “En el camino”. Vamos a montarlo y a rodar alguna cosa más. Ese va a ser mi trabajo más inmediato.

Después de esto, ¿tu siguiente trabajo ha sido ya “La flaqueza del bolchevique”?

Si, yo antes había hecho algunos cortos: “Hombres y mujeres”, “Nadie”, porque yo siempre he ido como haciendo varias cosas a la vez o, conforme acababa una, empezaba otra. Y “La flaqueza del bolchevique” es lo que hice justo después.

¿Ya tenías ganas de hacer ficción?

Yo siempre había querido hacer ficción, pero como me gustaba mucho el documental y quería aprender del documental también, pues empecé por el documental. Pero claro, mi objetivo era hacer ficción.

¿Te sientes más a gusto con la ficción o con el documental?

Me siento a gusto con ambas cosas. Es mucho más difícil hacer documental, porque es duro encontrar dinero para hacer un documental. Hubo una época en que se puso de moda y las televisiones compraban, pero ahora está complicado. A mí me gustaría seguir trabajando en documentales y también seguir haciendo ficción, trabajar en las dos cosas. Pero documental, no reportajes, que es diferente.

¿Hasta qué punto te sientes satisfecho de lo que has conseguido con “La flaqueza del bolchevique”?

Cuando haces una película, lo que aprendes es que, por necesidad, tú haces lo que puedes. Hay mucha presión, un montón de problemas materiales. Una cosa es la película que uno tiene en la cabeza y otra la película que uno puede hacer o es capaz de hacer. Está lo que vas rodando y, claro, lo que dejas, porque tienes miles de problemas, materiales y de producción. Si he de tener en cuenta los problemas que tuve para compensar luego el resultado, pues estoy muy satisfecho. En general, mirándolo objetivamente, como una película de la que a nadie le importa lo que tú hayas sufrido haciéndola, también estoy bastante satisfecho. No creo que sea mi mejor trabajo, creo que es mejor “El juego de Cuba”, pero estoy muy contento con “La flaqueza…”.

¿Qué diferencias notas entre la repercusión que ha podido tener tu trabajo en documentales y la que has tenido con “La flaqueza del bolchevique”?

“La flaqueza del bolchevique”, como es ficción, o es cine comercial, de sala, la importancia es muchísimo más grande. “El juego de Cuba” tuvo mucha circulación en festivales y cosas así, pero en todos los sentidos: para los medios, para la gente, la repercusión es treinta o cuarenta veces mayor.

La película es una adaptación de una novela de Lorenzo Silva, que ha escrito contigo el guión. ¿Cuánto hay suyo en la película y cuánto tuyo?

De suyo hay la novela: la historia la inventa él. Luego en el guión hay tanto de uno como del otro. Su colaboración ha sido la de cualquier co-guionista.

Decías antes que habías cambiado algunas localizaciones porque para ti eran más emotivas.

Yo creo que una película es un trabajo de autor de mucha gente. El director es el que más tiempo está, el que más cercano está a todos los procesos, el que está viendo el montaje, el que lleva un poco la batuta y, al final, aunque no quieras hacerlo, haces la película muy tuya. Yo la película la considero totalmente mía. Partiendo de la historia, que es de Lorenzo, y sabiendo que Lorenzo ha dado otras muchas cosas a la película. Pero las mismas que ha dado el montador, o el músico. Lorenzo ha participado como un autor más del equipo de la película.

¿Y era su primera experiencia con el cine?

Era su primera experiencia escribiendo. Había escrito una novela antes que había sido adaptada, pero él no tuvo nada que ver en la adaptación. Él ha aportado cosas como guionista.

¿Y como actor qué tal es? [Lorenzo Silva aparece en la película, leyendo una revista en la Fnac]

Como actor es muy malo [risas]. Es una especie de guiño.

¿Por qué elegiste esta historia?

A mí la novela me gustó y me gustó la historia. Sobre todo reconozco que leí la novela como una especie de “chupador” cinematográfico. Lo que me gustó es la película que yo vi en esa novela. Que dentro de lo que cabe es bastante parecida a lo que luego hicimos. Yo creo que es 90% de la película que yo quería hacer. Yo no intenté respetar la novela. Yo no leí la novela treinta veces, yo la leí dos veces y luego, conscientemente, la aparté. Le dije a Lorenzo: “Yo no pienso volver a leer la novela para seguir haciendo la película. Tenemos la historia en la cabeza y lo que hay que hacer es tener una primera versión del guión y a partir de ahí trabajar sobre este guión, no sobre la novela”. Yo creo que es bastante fiel al espíritu de la novela, pero no al detalle.

En el detalle se echa de menos un poco de profundización en el personaje del protagonista, que en la película se llama Pablo. En la novela, al ser narrada en primera persona está presente continuamente su psicología. ¿No te parece que en la película eso se pierde un poco?

Es cierto. De la novela a la película cambia un poco el personaje. En la novela es un personaje más cínico y en la película es un personaje más cohibido, más humano.

En la película, en la relación entre los protagonistas, sí que te quedas con la visión de la novela: es fundamentalmente psicológico. No llegas a enseñar carnaza que hubiera sido muy tentador.

En la novela sí había capítulos que tiraban por el lado perverso, sexual. Pero todo en la imaginación. Recuerdo que había un capítulo de un sueño [en el que sí se produce un encuentro sexual entre los protagonistas], que nosotros lo descartamos desde el principio. Yo me quedé con la parte de la historia de amor. Con lo que él trata de recuperar a través de esa historia de amor que jamás se va a culminar. Tiramos por ese lado en la película.

¿La historia la hace imposible él mismo con sus planteamientos de conciencia?

Lo que yo planteaba en la historia es que él sabe desde el principio que es imposible. Pero la va buscando a ella porque ella le da respuestas. Le ayuda a encontrar cosas que había perdido. Él nunca tiene la intención, como personaje, de acostarse con ella. Pero en la película, para crear tensión, jugamos un poco al misterio, contando con lo que llamo “la perversión del espectador”. Es un personaje que podría haber sido totalmente antipático, sin embargo yo con Luis [Tósar, el actor protagonista] nunca trabajé el lado perverso. Siempre en su trabajo interior [del actor] eran pensamientos limpios, pero la propia situación de un señor de 35 años, calvo, siguiendo una chica de 16, ya le da un poco de perturbación a quien la mira desde fuera. Pero en realidad, él se enamora de lo que ella significa, de las puertas que ella parece que le abre.

En la película, siendo objetivo, ¿qué es lo que más te ha gustado?

A mí lo que más me gusta de la película es la química entre los dos actores; el tempo que tiene la película, los momentos, los silencios; la atmósfera. El trabajo de ellos dos me gusta. Y me gustan determinadas escenas con las que me siento feliz: cuando la chica lo sigue y va a buscarlo al trabajo porque él ha roto el teléfono y no le ha llamado, una escena que, por cierto, no está en el libro. Toda esa parte de la película del nudo final, cuando salen de la piscina y ella le sigue hasta el trabajo, y luego cuando se reencuentran. Esa es la parte más conseguida de la película. Cuando ella responde.

¿Y lo que menos te ha gustado?

Lo que menos me ha gustado es quizá el total de la película, que no acabé de encajar bien todas las subtramas de todos los personajes. Fui demasiado ambicioso en determinado momento y por eso me equivoqué. Luego tuve que arreglar el montaje. El adorno de la historia probablemente lo hubiera rodado de otra manera. Existen otras cosas que podía haber hecho de otra manera, o haber tocado. Pero eso es algo que he visto después.

Otra subtrama que metiste en la película y que en la novela no estaba es aquella por la que los tres delincuentes que desencadenan el final trágico de la película fuesen enviados por el amigo de la hermana de la niña. ¿Por qué ese cambio?

Es un cambio fundamental respecto a la novela porque en ella, la pija que del principio [la hermana], aparece y desaparece pronto, sin más. Y los actos de los tres macarras vienen dados por el azar. Y yo no creo tanto en el azar como en la responsabilidad. De alguna manera quise darle estructura de tragedia griega. Lo que le pasa al personaje principal al final, que es lo peor que le puede pasar. Que no es que muera él, sino que muera la persona amada, es una consecuencia de los mecanismos que ha puesto en marcha él mismo con su propia mezquindad: las llamadas de teléfono y demás. De alguna manera él se vacía, como responsable. Y ese sí que fue un cambio que yo consideraba totalmente necesario hacer para la película.

Al parecer para la academia del cine lo mejor de la película es la actuación de María Valverde y la adaptación al guión que hicisteis, pues ambas han sido nominadas a los Goya. ¿Tú vas a votar por alguna en las quinielas?

Yo no apuesto por ninguna. Yo estoy encantado con las dos nominaciones, pero esto es muy relativo. Te den el premio o no te den el premio, no significa que lo mejor de la película sea el guión ni que sea María. Yo creo que es más como una lotería, que te toca unas veces y otras no te toca. Yo lo que pienso es que el guión no nos lo van a dar. Quizá María tenga más posibilidades, porque es, aparentemente, lo más brillante de la película. Yo siempre digo que el trabajo que tiene Luis a mí me parece tan bueno como el de María. Él ha hecho otra película en la que hace un trabajo cojonudo. Como reconocimiento es maravilloso. Estar nominado en las dos cosas es estupendo, pero es a lo que podíamos aspirar, no podíamos aspirar a otra cosa realmente. En ese sentido está muy bien.

Hablando de la gala de los Goya, ¿tú crees que este año sucederá algo parecido a lo del año pasado?

Imagino que no. Lo que sucedió el año pasado a mí me pareció maravilloso. Yo me sentí superorgulloso de ser cineasta español durante el mes de febrero y el mes de marzo. Luego ya las cosas se disparan. A mí me pareció bien y no hubiera pasado absolutamente nada si la reacción de algunas personas, como la ministra, el lunes, no hubiese sido tan absurda. Porque lo que pasó fue que la gente dijo lo que pensaba y ya está. Todo el mundo se olvidó el domingo y nadie lo comentaba, pero luego el lunes sale la ministra diciendo las burradas que dijo y, claro, la gente le responde.

¿Tú estás más de acuerdo con una gala, si la ocasión lo merece, más reivindicativa que con la asepsia que, por ejemplo, se intentó buscar en los Oscar?

Yo estoy de acuerdo con las galas donde a ti te dan un premio y, como somos gente que hacemos cosas, hacemos cine, unas veces más comprometido y otras menos, y opinamos. También se hizo una gala hace siete años donde el presidente de la academia salía con las manos blancas y se metía con el periodismo, y nadie dijo nada. Eso también es Política. Lo que pasa es que al poder le interesa que se hable contra el terrorismo, pero no le interesa que se hable contra la guerra de Iraq. Nosotros hablamos contra lo que nosotros queramos. Es una gala del cine, de la gente del cine y donde la gente dice lo que quiere decir. La gente tiene derecho a decir lo que quiera, como también tiene derecho a no decir nada.

Decías antes que al principio sí te sentías cómodo con la postura que habíais tomado la gente del cine pero luego, poco a poco, la cosa se había ido perdiendo. ¿Qué pasó?

Si es cierto que contribuyó muy bien, y hubo una reacción. Y el día en que un grupo de actores se reunió y unos entraron al Congreso y otros nos quedamos en la puerta, para reivindicar libertad de expresión. Porque no se entendía por qué se habían puesto a criticar una serie de cosas. Por ejemplo, lo de Julio Medem. A mí no me gusta especialmente la película de Julio Medem, como película ni me gusta ni me interesa. Pero me parece alucinante que alguien diga que esa película se tiene que retirar del Festival de San Sebastián o de la cartelera porque no da la opinión que ellos tienen. La reacción que eso produce es cabreo generalizado. Pero luego llega a haber un momento en que estás hasta en la sopa, y parece que los actores y directores no tengan otra cosa que hacer. Hay un momento en el que te tienes que retirar. Luego, sobre todo, hubo una utilización política por parte del PSOE de la imagen de los actores y los directores, que además no le sirvió para nada.

Para terminar me gustaría preguntarte qué es en lo que estás trabajando ahora, aparte del documental que comentabas sobre los nigerianos.

Tengo muchos líos ahora. Estoy preparando una película. Ahora estamos con el casting y querría poder rodar para finales de año. Estoy dando clase en la Universidad Carlos III y, también, escribiendo un guión. Lo de los nigerianos es lo primero que se va a hacer ya. La otra película, que empezaremos este año si podemos, es un guión original. No es mío, es del guionista con el que ya trabajé en “El juego de Cuba”, pero he estado presente durante todo el proceso y también la siento como mía.

Posted by germanmj at 10:10 PM | Comments (3)

Enero 26, 2004

Sunday, Bloody Stupid Sunday

El domingo empezaba mal: tuve que hacer de tripas corazón y de periódico dominical comprarme el ABC. He estado viendo el DVD de U2 (la razón de mi sinrazón) y, la verdad, ha merecido la pena. También me he entretenido mucho haciendo el crucigrama (supongo que si fuese un telegrafista católico en lugar de un intelectual me hubiese sido mucho más fácil) y pintándole bigotes a Rato, Cheney y un Guardia Civil. También me interesaba (daños colaterales) el reportaje, bien soft, que sabía iban a dedicar a las metasectas (Kikos, Opus, Legionarios y Adoradores noctívagos) de la Secta. No, si mal del todo no me lo he pasado. A lo mejor me animo y todo y, en relación con ese artículo que dedican a la farmacia del Vaticano, la mejor surtida de todo el mundo, les escribo una Carta al director inquiriendo si, por despiste o verdadero completismo, también tienen buen surtido de condones (que es que los XL son caros y además, no en todas tienen).

Soy así de considerado (o vago) y no me pongo a meter los cubos de basura conforme llego por la mañana, porque soy consciente de que el ruido es bastante estrepitoso, por más que ponga cuidado. Suelo hacerlo a media mañana, más o menos a eso de cuando me sale de las pelotas. Hoy, todavía no los había metido, pero al parecer el resto de la calle sí, y ha aparecido una tipeja de otra calle con dos bolsas. Venía mirandome mientras cruzaba por delante todo el portal. Miraba los cubos, me miraba a mí, miraba los cubos... yo le decía que no con la cabeza (y con mi Cara-de-mala-leche-y-seriedad® patentada). Se me olvidaba que los que viven por allí son gente sin cultura, sin mundo, sin una educación digna... así que no ha entendido el gesto universal del no con la cabeza (si Umberto Eco levantara la ídem...). O eso, o era húngara (o de donde quiera que sean quienes entienden por nuestro no con la cabeza un sí con la cabeza). Pero no, tenía pinta de pija patria. Así que he vencido la pereza y, viendo que había dado media vuelta y había echado a andar calle arriba, he sacado las dos bolsas del cubo y con un trotecillo me he plantado detrás de ella. "Disculpe, señora, creo que se le ha caído esto", y se las he dado. No me ha replicado nada en absoluto, pero si llega a renegar de ellas yo ya tenía preparada la respuesta: "No me diga que no son suyas, ¡si huelen igualito!". En fin, supongo que la sorpresa y la vergüenza han jugado de mi parte. Nunca le toques las narices a un portero aburrido con mala leche.

Algo bueno: me han invitado a cocido en casa de Irenita.

No voy a abundar aquí en las causas de mi estado de ánimo de hoy. Más que nada, porque no soy dado a la delación, y si las mentara podrían procesarlas por cómplices en delitos (casi) de sangre. Digamos que tienen raíces en lo social. Estaba descansando en esa laguna de la tarde que implican un portal vacío, cierto calorcito del radiador en las piernas y el Carrusel Deportivo intentando llamar mi atención por el oído derecho cuando de pronto las entrañas del edificio se han puesto a murmurar, traquetear y, en fin, a emitir todo tipo de ruidos inverosímiles. Como no olía a pescado he desestimado casi inmediatamente la posibilidad de que nadie estuviese invocando horrores de otra dimensión en el cuarto de las calderas, así que me he atrevido a echar un vistazo. Eran los trasteros. Al parecer hoy el Ayuntamiento hacía una recogida de esas de muebles viejos y los vecinos se han puesto a aplicarles unos cuantos enemas a sus respectivos trasteros (porque con todo lo que han sacado de allí, bueno tenía que ser el atasco). Antes de que llegasen a poner las cosas en el alcorque, de un viaje para otro, ya había pasado sobre ellas algún rumano de las chabolas vecinas. Hurgándo entre todo lo "inservible", muchos han encontrado lo necesario. El primer pensamiento, gracioso de "Pues poco van a encontrar los del Ayuntamiento cuando lleguen..." se ha ido corriendo, acojonado por los que venían detrás. Recordadme que no me deje el cinismo en casa cuando me vaya al trabajo. Era bastante descorazonador, hasta se atropellaban, los donantes (sólo un par de familias, en realidad; los demás estaban muy ocupados en misa) y los rumanos, cuando el montón de cachivaches había alcanzado ya considerables proporciones. A los donantes, se les veía en la cara, las tripas les estaban jugando a la comba. Apuesto a que alguno ha sacado hasta cosas de más, por si servían. Y si hubiera tenido la cámara a mano habría sacado una instantánea dolorosa en la que dos niñas, de la misma edad ambas pero de peor hado la una, se miraban sonriendo en pleno intercambio de un poco nutritivo cochecito de bomberos. Para la hora de irme, tan sólo lo verdaderamente inservible quedaba ya en el montón. Esperando que vinieran a por ello, no los del Ayuntamiento, sino los rezagados.

Otra cosa que me ha puesto de mala leche, por ejemplo, ha sido no llevar más suelto en la cartera. Ya he comentado alguna vez la impotencia que me da de no poder ir arreglándole la vida a todo el mundo. Pero es que esta pequeña parte del mundo estaba en las escaleras de Plaza de Castilla, hecho un ovillo al abrigo de su chaquetón y de su barba, y apenas sí podía mover la escudilla. Entre un uruguayo, un venezolano y yo le hemos dado ni para pagarse un café (¿Cuánto vale la caridad?). Y a las preguntas de estos sobre si no existiría algún servicio de asistencia, mientras íbamos bajando hacia el metro, les he hablado un poquito de la concejada de Asuntos Sociales de este pueblo grande. Y de que sí hay servicios, pero a saber si él lo sabía, o si le convendrían. Lo cierto es que he recordado lo de los albergues abiertos a 0ºC. Estábamos aproximadamente a unos 3ºC, sin contar la sensación térmica (ya sabéis: tres grados en Celsius, pero en el corazón muchos menos...).

Así que, preso de la impotencia, no me ha quedado más remedio que escribir este post y llenar el Radio Blog de canciones chorra y animadillas, a ver si el lunes acaba siendo un poquito menos normal.

Adoro los lunes.

Posted by germanmj at 02:16 AM | Comments (6)

Enero 25, 2004

Acceso de bilis: Part Two

Y pensar que la "Libertad de pensamiento" es lo que, condescendientemente, nos "permitieron" estos seres para poder pensar. Mientras ellos se han dado patente de corso a ¿ideas?* como estas:

Rebuznos a media tarde


*Imposible que sean procesos mentales provenientes de una mente racional.


Y aquí, la nota del por qué de la cuestión, que si bien se las trae ya por sí misma, no era insuperable. Va Fraga y lo supera equiparando el matrimonio entre homosexuales, el amor libre o el aborto (le faltó el divorcio, le faltó el divorcio) a que un tipo de 71 años babeé a una chica de 16 (sin mediar su consentimiento).

Si no fuera porque mi abogado me recomendaría que no lo hiciese, fantasearía con que alguien le administre a este tipo un poco de moral con una 8 mm...

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Fraga considera que una condena por abusos sexuales no es motivo para que el PP actúe contra uno de sus alcaldes
El máximo edil de Toques ha sido condenado tras abusar de una menor de 16 años

22-01-2004 CADENA SER

El presidente de la Xunta de Galicia Manuel Fraga ha asegurado que la condena por abusos sexuales de un alcalde del PP de A Coruña a una menor de 16 años no es motivo suficiente para actuar de forma disciplinaria de manera inmediata por parte del Partido Popular. El alcalde de Toques, Jesús Ares Vázquez, besó y tocó el pecho a la hija de un amigo después de ofrecerse a llevarla a casa en su coche.

Manuel Fraga no descarta, incluso, que el alcalde condenado pudiera volver a presentarse como candidato. Si no lo hiciera, según Fraga, sería únicamente por su edad, 71 años.
Hasta el momento, la única medida que la Xunta ha puesto en marcha tras conocerse la condena ha sido pedir al conselleiro de Justicia que estudie el asunto.

AMIGO DEL PADRE DE LA MEN0R

La sentencia del juez obliga al alcalde a indemnizar con 6.000 euros a la víctima, Sandra María C.B., por los daños morales que sufrió como consecuencia del estado de nerviosismo que le causaron estos hechos.

Lo sucedido se remonta a enero de 2001, según consta en el auto judicial, cuando el imputado, amigo y compañero de partido del padre, se encontró con la joven en el pueblo y le dijo que si le acercaba a su casa en coche.

Durante el viaje, el alcalde de Toques besó y tocó el pecho a la víctima, pese a que ésta le pidió que la dejara en paz. A continuación, ambos se encontraron con el padre de la joven y se fue con él a casa, donde contó lo que le había pasado.

En la vista oral, el perito que testificó, a instancias de la defensa, dijo que, aunque no podía afirmar a ciencia cierta la certeza del relato de Sandra, su impresión personal fue la de que ésta en todo momento fue "sincera y espontánea" y que su relato era fluido.

En esta línea se pronunció el médico que la atendió un día después, a petición de los padres, al señalar que la joven tenía un fuerte trastorno nervioso, una situación muy habitual después de sufrir una agresión sexual.
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Posted by germanmj at 01:58 AM | Comments (8)

Enero 24, 2004

Ruido

Hoy toca RUIDO.

Tanto, tanto ruido...mucho, mucho ruido....

[Entendedlo como un especial y cariñoso saludo a este sol de invierno que me seca los mocos]

Posted by germanmj at 02:40 PM | Comments (1)

Enero 23, 2004

Las 10 canciones del viernes

En un breve repasito al día tenemos un montón de cosas buenas:

- Me he levantado tarde.
- He puesto el Radio Blog (buena para mí, vosotros ya iréis aprendiendo a odiarme). Por cierto, se admiten sugerencias.
- He ido a por Irenita para luego bajarnos a comer con Álex, Joaquín, Mónica, Porras y Tania. Un kebab, pa no perder la costumbre. Yo no sé qué haremos en cuaresma...
- Hemos ido a Gen X, a Irenita no le ha importado demasiado porque la he dejado asomarse (y poco más) primero al Yves Rocher. Cada loco con su tema.
- He ido a Sanse con Irenita.
- En el viaje de vuelta me ha dado tiempo a leerme el Destellos de gloria #2 de cabo a rabo. Estaba muy bien, hasta el rabo, que era mío.
- He configurado los colores del Radio Blog.
- Ahora sí combinan.
- He subido unas cuantas canciones para que os vayan dando el día mañana.
- De nada.


...


Se me olvidaba, claro, que ahora tengo que ponerme a currar de ¡¡¡UNA PUÑETERA VEZ!!!

Posted by germanmj at 11:59 PM | Comments (5)

Enero 22, 2004

Lo que he aprendido hoy

Esto es lo que he aprendido a hacer hoy

Posted by germanmj at 11:54 PM | Comments (2)

Enero 21, 2004

Conversación veraz entre dos agentes secretos españoles

Abejaruco a Lince Ibérico...

Posted by germanmj at 11:05 PM | Comments (4)

Ocho años y un día

Ya está, ya falta nada para que hayamos cumplido nuestra condena. Aznar avisó ayer al Rey de que iba a disolver las Cortes (para que el hombre no se llevase otro susto como el que le pegaron el 23-F). Ipso facto se fué a la Moncloa, dónde había convocado una rueda de prensa, esto es: estableció comunicación con los ciudadanos españoles (aquellos que quisieran) para comunicarles que iba a disolver las Cortes (constituidas en representación de un poder emanado de ellos) y que ya había avisado al Rey (que es un cargo ostentado por un señor en representación de ese mismo poder emanado de ellos). ¿Y qué hizo después nuestro infame ya casi ex-Presidente del Gobierno?

Pues en lugar de haberse ido a su casita, a leer, fumar, ver videos porno de esos que le quizá le gustan a él en los que atizan con porras eléctricas a unos adolescentes musulmanes vestidos con monos rojos en un terreno fuera de la ley que EEUU posée en Cuba, y a quedarse calladito, que es lo que habría hecho una persona sensata (habrá que presentarle alguna) se fue a que U.R.D.A.C.I. le lamiese el culo un rato. Primero él (sabréis enseguida a quién me refiero) se puso a cuatro patas sobre la mesa. U le bajó los gayumbos de gaviotas muy sensualmente y fué besándole los cachetes blancos, flácidos y, eso sí, depiladitos, para ir metiéndole en calor, supongo. Que si los errores del ejército son por un crecimiento exageradamente rápido... que si abre el ojete un poquillo que te meto la puntita de la lengua... que si hemos tenido ocho años de estabilidad (?) política... que si la gente protesta ahora que es cuando España está mejor... que si te bajo la lengua hasta las pelotas y te acaricio un poquito... que si los estadounidenses nos ayudan hasta para bajarnos la bragueta, que otra cosa es qué intenciones lleven... que si te pellizco un poquito el cachete derecho... que si qué reformista eres, Josemari, aunque se te crezcan los enanos... que si la gente te protesta será porque tienen envidia... que si qué bien saben tus tarzanitos... que si cuánto éxito tienes... que si ponte ahora espatarrao que te voy a lamer con más fruición...

En fin, aquí podéis escuchar vosotros mismos, entre slurp y slurp, las cosas tan bonitas que se dijeron, para que luego no digáis que soy yo el que deforma la información...

Posted by germanmj at 12:52 AM | Comments (14)

Enero 20, 2004

Enjoy the silence

¿Verdad que es bonita?

Enjoy the silence - Depeche Mode

Words like violence
Break the silence
Come crashing in
Into my little world
Painful to me
Pierce right through me
Can't you understand
Oh my little girl

All I ever wanted
All I ever needed
Is here in my arms
Words are very unnecessary
They can only do harm

Vows are spoken
To be broken
Feelings are intense
Words are trivial
Pleasures remain
So does the pain
Words are meaningless
And forgettable

All I ever wanted
All I ever needed
Is here in my arms
Words are very unnecessary
They can only do harm

Enjoy the silence

Posted by germanmj at 10:57 PM | Comments (5)

LetiZia®

El año pasado tuve una asignatura que se llamaba Semiótica de la Comunicación de Masas. Acabó convertida en una Leve Introducción, Bastante Superficial a la Semiótica por cuestiones de tiempo y de programa. Yo pensé que lo que había aprendido allí (Saqué un Sobresaliente en el examen - que consistía en un ejercicio práctico-, sin haber mirado siquiera los apuntes y habiendo ido casi nunca a clase) no me volvería a ser útil en la vida. En realidad lo que aprendimos (¡Viva la semiótica!) es que para hacer un Análisis de texto ni siquiera necesitábamos ya un texto. Hoy he tenido que desempolvar aquellos conocimientos (vulgo la primera chorripollez que te inspire el texto). Porque iba yo tan ricamente por el Ifema, visitando una feria de artículos de regalo con Irenita y mi mamá, cuando me he topado con esto:

LetiZia.jpg

No son horas de ponerme a hacer una análisis exhaustivo de todo lo que, sociocultural y geopolíticamente (por no decir también capitalconsumística) implica la imagen. Simplemente voy a señalar los elementos que, en ella, me han llamado la atención y me han empujado finalmente a hacer el enorme esfuerzo de sacar la cámara y tomar la foto.

- El nombre. LetiZia. Por si alguien no se daba cuenta de la flagrante falta de ortografía que en su horterismo lameculero han cometido, han tenido a bien poner esa Z como tres o cuatro cabezas más alta que los demás. Muy borbónico.

- La desfachatez. Fijaos bien que detrás del citado nombre han colocado el ®. Han tenido los grandes cojones de registrar un nombre propio. El de nuestra princesable, para más señas. Ahora la pobre ex-compañera de Urdaci va a tener que firmar como L. Ortiz ante la imposibilidad de usar su nombre de pila sin pagarle cánones a los propietarios de la marca (conste que no sé, y no se podrá saber si, quizá sea el caso, no habrá sido ella misma la registradora).

La nueva firma, además, podrá traerle ciertos disgustos en según qué círculos. Imaginemos que cualquiera, poco avispado, la confunde con Luis Ortiz, el marido de Gunila.

- El gran slogan. "Tu Hora Real". Dejando aparte eso de mayusculizar todas las palabras, a la inglesa para disimular las ganas de haberlo hecho solo en Real, es una mentira como un pepino. Porque como todos sabemos:

La hora (que es, no la hora como unidad de medida) no es más que una convención. Algo abstracto y etéreo que los hombres decidimos estandarizar para una mejor cohabitación entre nosotros mismos. Algo que variamos a nuestro antojo (o al de las eléctricas), algo que manipulamos con una pasmosa tranquilidad cuando viajamos a las mismas Canarias, o a Portugal incluso, que está ahí al lado. La hora no existe. Creemos en ella, o algo así, pero no es real.

Y la hora no es tuya. Si te la piden lo mejor es que la des. Porque a tí te la han dado, para qué nos vamos a engañar (incluso, probablemente, los mismos compañeros de la Leti que siguen ganándose los panes dándote las noticias por la mañana). Lo mismo pasa con el reloj. Si se te acerca uno con una navaja y aviesas intenciones, lo mejor es que se lo des. Por mucho que la hora sea tuya, y no te preocupes, porque en realidad le estarás dando algo que no existe (jojojo).

De hecho, ni siquiera será una hora. Quien compra este reloj tiene, como mínimo mínimo... 17.520. Hay garantía.

- La garantía. Porque el reloj está garantizado (mirad cómo he tenido que forzar el encuadre para sacarlo todo compeltito y no dejarme ningún cacho de subtexto fuera) por 2 años.

Aunque bien pensado, el texto no se moja. Dice tan sólo "Garantía de 2 años".

¿Se referirían al reloj?

Posted by germanmj at 01:15 AM | Comments (6)

Enero 18, 2004

En dos cajas de cartón

-¿Y a tu padre cómo te lo mataron?
-Lo mató Franco. - Esta vez quise no mentirle - Con sus propias manos.
-¿Era rojo?
-¿Mi padre? Mi padre era más franquista que el otro. Pero un día al generalísimo le dió un ataque de envidia y lo mandó llamar. Cuando mi padre, que era ingeniero de caminos nada más, se le cuadró delante, la indignación del otro fue tal que no dudó en sacarse el sable y asestarle tres tiros en el pecho.
-Joder- Escupió y se dió media vuelta, encogiéndose en la manta.

Posted by germanmj at 02:09 PM | Comments (6)

Enero 16, 2004

Sigue estando Dios de nuestro lado

Hoy pongo esta cancioncilla porque, pese a lo que pueda parecer, me gusta bastante. Eso sí, digamos que le añado un (sic).


Sigue estando Dios de nuestro lado - 091

Las monjas reparten comida a los que no han cobrado el paro
otros se conforman vendiendo pañuelos en los semáforos.
La calle se llena de pronto de poetas y borrachos
y de gente que enciende el mechero sobre la palma de su mano.

Aunque nunca lo haya dicho, siempre lo he pensado,
sigue estando Dios de nuestro lado.

Los escaparates llenos de reliquias y rosarios,
y de gafas de sol que no impiden que el día esté nublado.
Un perro con un ojo negro y con el otro blanco
me mira y me ladra sabiendo lo que yo estoy pensando.

Aunque parezca mentira, hoy se ha confirmado,
sigue estando Dios de nuestro lado.

Se hacen apuestas.
Las cosas pueden ir peor.
Todo da vueltas
¿O el que da vueltas soy yo?

Nos vemos el día nueve, en la cola de los milagros,
diremos adiós al mal fario besándole los pies al santo.
Después nos echaremos al monte y nos iremos cantando,
aquella canción que hablaba de un pájaro enjaulado.

Aunque nunca lo haya dicho, siempre lo he pensado,
sigue estando Dios de nuestro lado.

Sigue estando
sigue estando
sigue estando Dios de nuestro lado

Sigue estando
sigue estando

Sigue estando
sigue estando...

Posted by germanmj at 02:18 AM | Comments (5)

Enero 13, 2004

I want it all

El plan para hacer el videoclip de esta canción era de lo más sencillo: escenario e iluminación de concierto, pero con el grupo tocando solo, en un gran espacio vacío en el que sólo se ven cajas de material por ahí desperdigadas. Además, es una típica canción anthem, de esas que te pone el pelo como escarpias oir cantar a todo un estadio (vamos, como el We are the champions al principio).

¿La paradoja? Queen jamás tocó esa canción en directo, porque ya cuando grababan el video Freddie Mercury andaba en las últimas y ni siquiera aguantó a empezar la gira que tenían prevista.

I want it all

I want it all - Queen

Adventure seeker on an empty street
Just an alley creeper light on his feet
A young fighter screaming with no time for doubt
With the pain and anger can’t see a way out
It ain’t much I’m asking I heard him say
Gotta find me a future move out of my way
I want it all I want it all I want it all and I want it now
I want it all I want it all I want it all and I want it now

Listen all you people come gather round
I gotta get me a game plan gotta shake you to the ground
Just give me what I know is mine
People do you hear me just give me the sign
It ain’t much I’m asking if you want the truth
Here’s to the future for the dreams of youth
I want it all (give it all) I want it all I want it all and I want
It now
I want it all (yes I want it all) I want it all (hey)
I want it all and I want it now

I’m a man with a one track mind
So much to do in one life time (people do you hear me)
Not a man for compromise and where’s and why’s and living
Lies
So I’m living it all (yes I’m living it all)
And I’m giving it all (and I’m giving it all)

Yeah yeah
Yeah yeah yeah yeah
I want it all all all all

It ain’t much I’m asking if you want the truth
Here’s to the future
Hear the cry of youth (hear the cry hear the cry of youth)
I want it all I want it all I want it all and I want it now
I want it all (yeah yeah yeah) I want it all I want it all and i
Want it now

I want it
Now
I want it I want it


Post post:
Por otra parte, la frase viene que ni al pelo con los ojos (teníais que haberle visto) desorbitados de Álex conforme paseaba por el Media Markt e iba descubriendo un dvd tras otro. Tenía el simbolito de DVD marcado en los ojos, así que le he tenido que sacar de allí como he podido (sin haber logrado esquivar yo tampoco del todo a los malvados tentáculos del averno que nacían de aquél templo del consumismo).

Posted by germanmj at 11:59 PM | Comments (4)

Enero 12, 2004

Sesión doble

Cuando yo era pequeñito, en El Ejido el único cine que había era el municipal, que se proyectaba en el teatro. Sólo había sesiones sábados y domingos. Una película a media tarde y otra por la noche. Y, por si alguien lo dudaba, las películas no eran precisamente "estrenos". El criterio que siguieran para traer unas y no otras, así como por qué seguían usando un proyector de esos en los que solo cabía media película y tenían que hacer descanso son misterios insondables cuya verdad jamás conoceremos.

Como era barato, me pillaba al lado de la floristería y la mayoría de los fines de semana yo tenía poco mejor que hacer que leer o ver películas casposas (que las había incluso antes de Parada) en la tele con mi abuela, pues me daba el paseo y me veía la menos mala de las dos, cuando no ambas, si es que las dos eran muy malas. Al principio me costaba no ir acompañado, siempre había alguien dispuesto a echar unas risas (Babe el cerdito valiente no era tan buena como creí, en realidad me reí muchísimo por la de imbecilidades que nos dió por hacer aquél día en el cine a David y a mí). En aquél teatro (cine), como en la biblioteca, ya hasta les sonaría mi cara. Es lo malo de la vecindad, aparte de que los encargados fuesen los mismos. Mientras con otros se ponían quisquillosos, a mí me dejaban, por ejemplo, pasar a ver tranquilamente las películas que no debiera (vaya usted a saber según quién) hasta 9 u 8 años antes de que me tocara. A veces, quedándome a ver las dos pelis, conseguí batir verdaderos records. De aguante, de tragaderas, de culo recio. El más sonado fue el fin de semana en que aquellos insensatos programadores decidieron que pondrían Wyatt Earp por la noche y El pequeño Buda por la tarde. Echad la cuenta: casi 8 horas de cine en un mismo día. Aquella noche sólo tenía ganas de ponerme una túnica azafrán y disparar a los cuatreros.

Luego crecí, empecé a encontrar cosas mejores que hacer los fines de semana, las películas se fueron haciendo peores y, finalmente, dejaron de poner películas, sencillamente. Unos años más tarde, abrieron en el Copo (celebérrimo centro comercial ejidense) unos multicines, de lo más modernos y cómodos. Pero no era lo mismo. Estaban más lejos, eran más caros, las películas eran aún peores... no sé, en realidad solo habré ido 4 o 5 veces allí, y la mayoría hasta a desgana. No me quedó ninguna costumbre por ir al cine. Me reduje a ese sibarita que se alquilaba las peores películas que iba encontrando con Jose Miguel en los distintos videoclubs. Hasta en eso él es mejor, yo aún no he visto El pollo jurásico.

Aquí en Madrid, lo de ir al cine ha sido también bastante casual la mayoría de las veces. Pocas intencionado y, encima, la mayoría para películas frikis. No es que no quisiera ver alguna buena que otra, pero normalmente no encartaba o, más habitualmente aún, se me olvidaba (que existía tal película e incluso que quería haberla visto). Las que he visto en la facultad no cuentan, porque esas me las ponían muy a huevo. Y también había de todo, lo mismo te ponían genialidades como Sang Woo y su abuela (¿Aún no la habéis visto? ¡¡¡Herejes!!!) o Bowling for Columbine (Idem) que te cascaban un From Hell, directamente infumable.

Hoy, por dos necesidades bastante distintas, he rememorado aquellas tardes de fin de semana (ahora que mis domingos son vuestros lunes) en que me tragaba dos películas. Lo bueno que tiene Madrid es que si necesitas ver La flaqueza del bolchevique un lunes a las cuatro de la tarde, puedes. Y no solo eso, también puede resultar una de las sesiones más cómodas de habitar (junto a determinadas golfas). La película estupenda. En comparación con el libro, cuyas dos últimas páginas iba leyendo con los trailers de fondo, me ha sabido a poco. Porque el personaje del libro es más cafre, más cabrón, menos humano (ñoño) que el de la película. De hecho en el libro es bastante manifiesto que el tío no se ha comido un colín en años y en la película liga a las primeras de cambio. Diferencias de ese tipo, o no mucho peores, aparte la adaptación está bastante bien llevada. Lo malo es que ciertos detalles de la película suscitaron mil recuerdos al humor privado, y Jona y yo nos hemos reído de lo lindo con algunos pasajes de lo más anodino (como que quedaran en Callao a las siete, o que el tipo hiciese llamadas jadeantes a una tal Sonsoles) para los demás, las personas normales. Otro de los grandes descubrimientos que hemos hecho es el llamado "Plano ejidense" (el director es paisano). Es ese plano en el que el personaje (normalmente la chica de quince años) se marcha caminando, dando la espalda a la cámara. Yo sostengo que su uso está plenamente justificado, que es un plano que insufla una gran melancolía a la película, por aquello de las personas queridas que se alejan. Jona, que pensaba menos en la semiótica, aduce que en realidad es todo una excusa para sacar el culo de la niña, que viene a suponer (y en esto sí lleva algo de razón) como el 45 % de toda la cinta.

Eso en Princesa. Al terminar, hablando de culos bonitos, me he ido a Plaza de Castilla, a esperar a Irenita con quien había quedado para ver (¡Por fin!) una película "de las suyas". De las suyas porque a ella le gustara, que la he obligado, pobrecilla, a ver cosas como La liga de los hombres extraordinarios, o peores. Hoy tocaba Love Actually, encarecidamente recomendada por algunos, explícitamente obligada por otros y que, después de verla, superaba con creces las espectativas. Realmente ha merecido la pena, quizá por complementar el toque trágico de la otra película con esta tan cómica. Quizá por lo bonita. Quizá por lo inteligente y divertida. Irenita tenía razón, esta película había que verla en pareja. Nos compadecíamos de las otras dos señoras (cada una en una punta, no os vayáis a pensar) que habían ido a verla solas. Nos compadecíamos (yo al menos), porque nosotros no dejábamos de largar, rajar y comentar en toda la puñetera película. Muy buena también, ¿lo había dicho ya?. La verdad es que la tarde ha sido bien aprovechada, sí señor.

Después, la niebla se ha tragado a Irenita en autobús. Y a mí el Metro. Y cuando he llegado a casa, no sé en qué mala hora, ha sido cuando mi cuerpo ha recordado que estaba griposo, mi cerebro que tenía unos trabajillos pendientes y yo, tampoco tengo muy claro el por qué, que hacía mucho tiempo que no iba a ver dos películas al cine la misma tarde.

Posted by germanmj at 11:59 PM | Comments (4)

Enero 11, 2004

In comic we trust

Me pasa la dirección a la web de Michael Netzer y digo... "Es imposible". Luego de leerlo, me dice David que no, que él le conoce y el tipo va en serio. Aquí os dejo la intro de su web. Echadle un ojo, infieles...


The notion that humanity is nearing an end to its long held social, political and economic hierarchies is no longer a fear-instilled speculation in this troubled and stormy age. It is now becoming increasingly clear that the cries of war have deafened our calls for peace - and that the suffering has taken its toll on the souls of this once noble civilization.

How do we begin the long journey back to the remembrance that we've all come from one source? How do we begin our journey back to peace through unity?

Within the myriad of communications and education systems, divided and scattered upon the face of world cultures, one small beleaguered industry remains faithful to the message of hope and salvation. An industry and an art form that have fermented the greatest creative minds and the strongest and brightest hope
for saving a dying world.

Comic book writers, artists, editors and publishers will soon emerge as the real superheroes on the sociopolitical stage of world events.

To this end, we the comic book creators - and you, the precious citizens of the world - must join hands together on this journey in order to teach and thus remember what it takes to nourish the budding rose of hope from beneath the mudslides of futility
which humanity has sunken into.

this is Michael Netzer's THE NEW COMIC BOOK OF LIFE, striding toward a glorious reunion of our civilization's peoples and faiths under the One Creator of the heavens and the earth. Commencing with the unification of Christianity, Judaism, and Islam along with all other spiritual and moral belief systems, and culminating in the sojourn of mankind into the outer reaches of space - the planting of the seed of humanity into the new garden, awaiting us on the not so distant Titan, the curiously Earthlike satellite of the ringed planet Saturn.

THE OFFERING brings a few comic book stories and manuscripts bearing our declaratory platform. WHO, WHAT, HOW, WHY, WHERE and WHEN shed a greater light on our path. THE CITY SQUARE takes us to our public forum, provided through the auspices of Yahoo!, where we'll chart the course of our sojourn through public debate, interactivity and the exchanging of lively ideas.
Join us for the ride of the ages and saddle up with a good creative spirit, one and all.

Posted by germanmj at 11:10 PM | Comments (5)

Enero 09, 2004

La conquista de La Pepita

En 2002 un hatajo de masones y desgraciados de la vida desertó de las hordas invasoras de Callaoalassiete. Hoy son un grupo de gentuza de mal vivir a los que podrán hacer lo que quieran que hagan por un mísero puñado de croquetas...

...Así que ayer, en venganza por la sorpresa, EmeA y yo empujamos al escuadrón de la muerte a comer unas delicias en el lugar más pintoresco de Madrid (y probablemente, si abrieran sucursal, de Saigón).

Salud.

EmeA y El hombrecillo verde vigilan amenazantes la ingesta de croquetas de Xisca e Isabelo...

Posted by germanmj at 08:51 AM | Comments (12)

Enero 08, 2004

¡¡¡ Qué jevi !!!

Al menos, eso sí, no encontré pelos de sus greñas en mi comida...

A ver si otro día me atienden los Scorpions...
A ver si otro día me atienden los Scorpions...

Posted by germanmj at 09:00 AM | Comments (14)

Enero 07, 2004

FELICIDADES

A todas las personas que tenemos la suerte de cruzarnos con ella (unos menos, yo más) cada día, o muy de tarde en tarde.

Esta galaxia tiene una estrellita más desde hace hoy 21 años.

¡Feliz cumpleaños, vida mía!

Posted by germanmj at 12:47 AM | Comments (2)

Enero 06, 2004

A cuerpo de rey...

Hoy he salido del curro corriendo. Todos los años este día tengo mucho ajetreo a la hora de comer y encima no había caído en la cuenta de que como tenía que ir a trabajar, llegaría pilladísimo a casa.

Mi cocina es pequeñita, pero para los cuatro estaba bien. He puesto la mesa, he fregao algún vaso porque no tenía cuatro limpios siquiera, y mientras se cocían los espaguetis yo he ido preparando el pollo (a la miel, ya daré la receta otro día). No es que sea el rey en la cocina, pero me defiendo. O eso cree mi estómago, que se comería cualquier cosa casi.

Las dos y cuarto y estos sin venir. Tiro un espagueti contra la pared. Se pega. Ya está cocido (este truco me lo enseñaron Adrián y Nereo, una aciaga noche de verano). Lo dejo todo listo, me lavo un poco, resoplo y pienso para mis adentros unas cuantas maldiciones. Todos los años lo mismo "Que sí, que vamos, que sí, que vamos... y llegan a las tantas". Le mando un sms a B. metiéndoles bulla.

Justo cuando me amodorraba en la cama (me cansa madrugar, no el curro, no creáis) tocan al timbre. Han tenido la decencia de no subirme los "vehículos" como el año pasado. En fin, nos ponemos a comer por fin. Unos espaguetis, unos chatos de vino. Ellos no paran de contarme anécdotas. Del cebollón que se pilló el "vehículo" de M. que se mamó una botella de Marie Brizard él solito...

Con el pollo ya se van animando más. Entramos a discutir de políticas. Ellos suelen estar bastante de acuerdo conmigo, no creáis. Lo que pasa que es más fácil de entender si pensámos en su nombre inglés, y no en el español. Hago un par de chistes sobre religión. Me miran mal, saben que llevo el humor hasta esos límites. Pero a ellos el tema les toca la moral. "No veas tú, el viajecito que nos dimos detrás de la puta estrellita, en los camellos, con las almorranas que tiene uno a nuestra edad" relata triste, hablando con la boca llena, el bueno de G. "La cosa es que el chaval era majo. Pero luego se echó unas malas junteras..."

"Para postre", me disculpo, "solo tengo unas copas de chocolate de Hacendado." Sé que a B. le encantan, pero no sé yo si van a quedar dignas al lado del pollo (que el pollo de hoy estaba muy rico, oye).

"¿Queréis un cafelillo?" "No, que queremos irnos a descansar. Ya son horas. Además, tú tienes que volver al curro, ¿no?" "Pues sí, cago en tó" "Nada, hombre, a apencar. Anda, hasta el año que viene... y a ver si eres bueno de una puta vez, coño...". Entre risas, ellos se piran. Yo miro desolado la de platos por fregar. En fin, me rindo a la vaguería y los dejo para después. Recojo las cosas, voy al baño. Miro la hora, no voy mal. Cuando paso por mi cuarto, a por las llaves y demás apechusques veo la mesa cargada de paquetitos. "¡Me cago en sus muertos! ¡Otra vez! ¡Pero si les tengo dicho que no me dejen na, que no creo en ellos!" Y encima no me dejan ni darles las gracias. En fin, el año que viene ya sé a lo que les voy a invitar: carbón. Pa que se jodan por generosos.

Por cierto, en los paquetitos lo que había era:

Dinero, de Martin Amis
Novecento, de Alessandro Baricco
El perro de terracota, de Andrea Camilleri
Noches eternas, de Neil Gaiman y otros cuantos más
Ultima Navidad de guerra, de Primo Levi
El dictador y la hamaca, de Daniel Pennac

El verdugo, de Luis G. Berlanga
El gran dictador, de Charles Chaplin
Aquí huele a muerto, de Martes y Trece

Una bandolera con una colonia y un desodorante, de Pull&Bear
Una cartera y un cinturón, de piel de la buena

y, claro,

Dinero, del del Banco de España.


Y luego me quejo. "Cago'n to, Muchas gracias".

Lo incautado...


Posted by germanmj at 11:59 PM | Comments (6)

Enero 05, 2004

La ilusión de los niños

Carla tiene 7 años. Una sonrisa brillando en sus ojos azules, unos tirabuzoncillos pizpiretos se asoman a su frente pálida. Sus mofletes parecen a punto de estallar, de sonrosados. Gime y se agita excitada. Llorar ya no le sirve de nada, sabe que él se va a volver a correr dentro.

Podría haberos ilustrado esta misma escena quizá con fotos, puede que con un video, pero sin duda le hubiera sido mucho más difícil al Hombre Ley sacarme de la cárcel, y tampoco era para tanto. En el mundo de las palabras (de momento) todavía podemos contemplarla como ficticia. Decir que nos da asquito y disimular que, si hubiera foto, miraríamos embobaditos. Aprended de Jacko X (que es el nuevo nombre islámico de Michael Jackson, según Canal Metro de Madrid). Es que hay que estar contra la pornografía infantil amigos. Al menos contra la no consentida.

Pero si nos vamos a poner a limpiar morales, lo mejor sería erradicar del todo cualquier tipo de pornografía infantil. Ya se estila poco, pero todos recordaréis como hasta hace bien poco los políticos no dudaban en besar niños para ganar votos. De hecho se dice que alguno de los candidatos a las próximas lo sigue haciendo, pero como es así de modesto, sólo en cuartos oscuros. Fuera de bromas, la situación que vivimos es insostenible. Disculpad que tenga mi Día Unicef. Pero es alarmante. Hoy miles de niños saldrán a las calles españolas a adorar la llegada de unos tipos que no existen. Pero que suponen un estipendio millonario hasta al ayuntamiento más pintado, que digo yo que si no haría falta gastarselo en bibliotecas. Y todo encima para que si siquiera se molesten en poner a un Baltasar negro de verdad.

Pero es que a lo mejor los negros de verdad no se prestan. Los niños de los negros de verdad (los pobres, sean del color que sean, los negros ricos son tan ficticios como las playmates) están a miles de kilómetros, matándose a tiros drogados, muriendo de un SIDA heredado, de hambre, trabajando en condiciones infrahumanas... ¿pero qué más dará? Los nuestros sacrifican tres vasos de leche con galletas (multiplíquese por el número de casas en que se practique) en aras de la personificación antropomórfica del egoísmo, que es el gran valor en que debemos educar a nuestros hijos, o eso me parece entender visto el rumbo que llevamos. Ahora podría aprovechar para comentar que este arrebato por los derechos del niño no es una causa desinteresada. Que en realidad preferiría que les diesen educación, medicinas y comida a los niños (y mayores) que lo necesitan en lugar de derrocharlo en bienes absolutamente prescindibles, de una forma tan sobrehumana, pues es cierto. Que si este post no lo escribiese en un día como hoy sería muchísimo más original, pues también. Pero hoy toca más las pelotas, eso no lo dudéis... (¡Feliz Roscón!)

En cualquier caso, quería apuntar también a algunos casos de pornografía infantil que se ciernen últimamente sobre nuestras almas límpidas. Por ejemplo, ahora que quieren rebajar en el Reino Unido la edad de los votantes a 16 años, me da a mí mucho miedo. Imaginad, si la mayoría de los adultos es ya tan descerebrada. Y acordamos que una aún más amplia mayoría de adolescentes está peor (hablamos un país donde la media de edad de las madres solteras ronda los 14). ¿Qué buscan con esa ampliación? ¿Mayor manipulabilidad?

Yo me lo imagino aquí... "Envía VOTO TUPARTIDO al 4545 y entrarás en el sorteo de una scooter". Escalofríos. ¡Porque encima lo escribirán mal! Se recibirán cosas como "Voto Zaptro" o "Voto Rjoi", para risa y regocijo de los espectadores (el escrutinio, en riguroso directo, lo darían en Crónicas, claro). ¿Y no podrían poner una Ley de Calidad a la Democracia? Con reválidas, y septiembres, y esas cosas... (sí, ya sé que cuando digo esto sabemos todos que al primero que no iban a dejarle votar es a mí...).

En fin, todavía estamos en un país libre. Aquí podemos seguir viendo a los niños esos tan monos (¿Y si apadrinamos uno?) muertosdehambre por la tele. No soportariamos ver las bacanales felatorias de Carla, pero a los niños soldado de Sierra Leona, aunque les den por culo igual, nadie les iba a coger tanto cariño. Así los criamos, que luego cuando crecen nos salen todos hechos unos ¡Adultos! de tomo y lomo. Tendriamos que tener más ojo, más cuidado. En ¿Italia? (no recuerdo bien cual de nuestros amistosos vecinos era) ya hay una ley que prohibe que salgan niños de hasta determinada edad en los anuncios de televisión, para goce de publicistas y fabricantes, que tienen que estar comiéndose la gorra. A mí me parece una medida estupenda. No habrá niña más frustrada que la del anuncio del plus cuando intente hacer una puta gracia el día de mañana y descubra que debió perder su "mojo" con la primera menstruación. Aquí, que somos tan viscerales. Deberíamos hacer más extensa la prohibición.

Nada de niños en los informativos (así podríamos olvidarnos ya de esos que cosen balones por un plato de arroz); nada de niños en los programas infantiles, que chillan mucho; nada de niños en las películas porno (a la mierda la prometedora carrera de Carla) y, bueno, nada de niños en la tele. Esta medida, tomada a tiempo, nos hubiera librado de disgustos muy gordos, como Médico de Familia, Menudo es mi padre o, sobre todo, Ana y los siete. Eso sí que es pornográfico.

Posted by germanmj at 12:58 AM | Comments (23)

Enero 04, 2004

El ladrón de meriendas

Estoy recuperando últimamente mis ganas de leer (tranquilos, cualquier día de estos me vuelven las de escribir) y poniéndome al día con libros que tenía a la espera. Hoy le ha tocado a Andrea Camilleri y "El ladrón de meriendas", que es una de las novelas de la serie protagonizada por el comisario Salvo Montalbano. Os voy a poner aquí unos fragmentitos de la "investigación" porque sí. Y porque me ha parecido bastante gracioso.

"[...]

- ¿De qué la conoce?
- Una vez por semana viene a hacer la limpieza a casa.
- ¿Qué día?
- El martes por la mañana. Permanece cuatro horas.
- Perdone la pregunta. ¿Cuánto le pagaba?
- Cincuenta mil liras. Pero...
- Pero ¿qué?
- Llegaba hasta las doscientas mil cuando hacía un trabajo extra.
- ¿Una mamada?

La calculada brutalidad de la pregunta hizo que el aparejador primero palideciera y después se ruborizara.

- Sí.

[...]

El trabajo extra que le hacían al profesor Paolo Guido Mandrino, de setenta años, profesor de historia y geografía jubilado, consistía en que lo bañaran. Uno de los cuatro sábados por la mañana en que Karima acudía a su casa, el profesor dejaba que ésta lo sorprendiera desnudo bajo las sábanas. A la orden de Karima de que se fuera a lavarse al cuarto de baño, el profesor simulaba mostrarse decididamente reacio.
Entonces Karima le arrancaba las sábanas de encima, lo obligaba a colocarse boca abajo y le propinaba una zurra en el trasero. Cuando finalmente entraba en la bañera, Karima lo enjabonaba cuidadosamente y lo lavaba. Nada más. Precio del trabajo extra: ciento cincuenta mil liras; precio de la limpieza: cincuenta mil.

[...]

- ¿Usted es el cliente del jueves por la mañana?
- Sí.
- ¿Cuánto le pagaba por la limpieza de la casa?
- Cincuenta mil.
- ¿Y por el trabajo extra?
- Ciento cincuenta mil.

Tarifa fija. Sólo que, con Pandolfo, el trabajo extra lo hacía dos veces al mes. En este caso, la que se bañaba era Karima. Después el contable la acostaba desnuda en la cama y la olfateaba largo rato. De vez en cuando, un lametón.

[...]

Los tres clientes de las tardes de los días pares vivían en Villaseta. Todos ellos, hombres de cierta edad, viudos o solteros. La tarifa, la misma que la de Vigàta. El extra de Zacarìa Martino, propietario de una frutería y verdulería, consistía en que le besaran las plantas de los pies; con Luigi Pignataro, director de instituto retirado, Karima jugaba a la gallinita ciega. El dierector de instituto la desnudaba y le vendaba los ojos y después se escondía. Karima tenía que buscarlo y encontrarlo; después se sentaba en una silla, hacía sentar al director de instituto sobre sus rodillas y le daba de mamar. A la pregunta de Montalbano de en qué consistía el trabajo extra, Calogero Pipitone, perito agrónomo lo miró sorprendido:
- ¿Y en qué quiere usted que consistiera, comisario? Ella debajo y yo encima.

Montalbano experimentó el impulso de darle un abrazo.

[...]"

Posted by germanmj at 03:10 PM | Comments (6)