Jueves 29 de Julio del 2004

EL VISITANTE (Parte 1)

"Zahir, en árabe, quiere decir notorio, visible; en tal sentido, es uno de los noventa y nueve nombres de Dios; la plebe, en tierras musulmanas, lo dice de 'los seres o cosas que tienen la terrible virtud de ser inolvidables, y cuya imagen acaba por enloquecer a la gente'."
(Jorge Luis Borges - El Zahir)

Los modos del atardecer difieren de un punto del mundo a otro. En algunos la puesta del sol es brusca y no se anuncia, como cuando se apaga la luz en una habitación sin ventanas; en otros se torna lenta, casi exasperante, y su residuo es una claridad rojiza, sanguinolenta, que perdura hasta que las sombras se apoderan del paisaje. Sólo entonces, tras el necesario preámbulo de incertidumbre y lucha, avanza la noche e inicia su reinado triunfal.
Pero los poderes de la noche nada pueden hacer contra la mayor oscuridad del saber, contra las magias y ciencias que no han sido reveladas a ser viviente alguno, y que en algún momento escogen por sí mismas a un iniciado e inician, sí, el verdadero Reinado de la Oscuridad. Precisamente, la noche ya se apagó; todos los minúsculos puntos de luz que el cielo exhibía hace unos pocos minutos fueron desplazados por la negrura más intensa. y sé que esa señal significa algo: mi misión está llegando a su exitoso final.
Alguien lee.

El hogar está en llamas. La luz amarillenta proyecta figuras dantescas por detrás del amplio sillón que enfrenta, a una distancia prudencial, el simulacro de Infierno. Como si estuvieran dotadas de vida propia, las sombras beduinas bailan al ritmo de las corrientes de aire, en la pared del fondo. La única puerta de la habitación sin ventanas está cerrada. La consecuencia es una mezcla de admiración y miedo; sensaciones humanas, que se confunden en quien lee con fascinación el mamotreto de más de novecientas páginas. Está sentado en el sillón, y el libraco le muestra con descaro los números dibujados con hilos de oro en el margen inferior izquierdo y derecho, en las respectivas hojas de seda. Sus manos sostienen con delicada firmeza el extraño libro, y sus ojos se desplazan con fluidez por la silabeante superficie del texto. El número que se desnuda a la mirada es aterradoramente significativo, cabalístico, demoníaco: 666.
Es en esa página maldita donde se narra el hecho que marca la apoteosis de la trama, el punto culminante: el protagonista cruza su existencia con el visitante. Ambos personajes confluyen en un punto de la narración, a partir del cual ya nada será como antes. El visitante, un personaje enigmático, puesto en segundo plano al principio, gana protagonismo conforme avanza el relato, y en ese encuentro con el protagonista se devela todo su poder.
Lamentablemente, desconozco el título de la obra; incluso dudo de que tenga un autor. En verdad, muy pocos tienen la suerte de recordar esos datos, tras leer el monumental tomo y la historia que en sus entrañas se revela. Mi caso puede ser tomado como paradigmático, porque a duras penas logré sobrevivir a los efectos que la lectura tuvo sobre mí; aún hoy, no me siento completamente seguro de haber pasado la prueba.
En un resto de mi memoria, sobreviven los recuerdos de una vida anterior, que se niegan a dejar esta entidad en que me he convertido...

Escrito por J.E.L.
Comentarios

Aplausos, J.

Muy bueno.

Comentado por Christian

WOW,... bien eh... muy bien

Comentado por Maga

Bien, estos son los post que me gustan.
Duda, eso lo causa Borges o J.K.Toole???
Ahora arranqué La Experiencia Sensible de Fogwill, pero tengo La Conjura... para después

Comentado por Mau

Christian, Maga: Se agradece. Pero falta mucho, todavía. =)
Mau: Supongo que la respuesta a su pregunta es que la causa habría que buscarla en la inspiración que lo asalta a uno por las noches...
Bor*es causa odio. Toole no causa nada, sino que I.J.Reilly, el personaje, provoca asco, rechazo, odio, en la misma medida que Bor*es. ;)

Comentado por JEL
Escribe un comentario









¿Recordar datos personales?

Vista previa automática






 
U.R.L. para Referencias a esta entrada:
http://www.zonalibre.org/cgi-bin/mt-tb.cgi/11379

Lista de referencias a esta entrada.